
En julio de 2010, la tragedia acechó a las familias de la colonia 21 de Marzo y Los Patos, dos zonas irregulares localizadas a orillas del Río Bravo y que fueron afectadas por la crecida de su caudal, provocada por las extraordinarias precipitaciones que dejó el huracán “Alex”.
Asentados prácticamente en un canal cuya pared de tierra era lo suficientemente grande para protegerlos del agua, mujeres, hombres y niños no tenían más remedio que abandonar sus hogares construidos con láminas y frágiles maderas.
Seguros de la condición en la que se encontraban y ante el temor de perder la vida, dejaron su paupérrimo hogar para refugiarse en los albergues que las autoridades municipales acondicionaron. Ahí estuvieron a salvo, pero perdieron la mayoría de sus pertenencias.
Pasada la contingencia, la gente regreso a ocupar el predio irregular, teniendo ante ellos un panorama desolador y una incertidumbre que los carcomía al pensar lo que harían para recuperar lo poco que tenían.
Utilizaron lo que aun servía e iniciaron desde cero a pesar de seguir habitando un lugar de alto riesgo.
VIVIENDAS BARATAS
Ante esta situación, el gobierno municipal tomó la decisión de sacar a las familias de este predio, no sin antes tener un espacio que ofrecerles para que se establecieran.
Se habló con los pobladores y se les ofreció una casa a un precio accesible en la colonia Nuevo México, donde contarían con servicios básicos como agua y luz. El monto de la vivienda seria 20 mil pesos y pagarían 500 pesos mensuales.
La propuesta fue atractiva y más de doscientas familias aceptaron reubicarse.
Pasaron poco más de seis meses para que las personas estrenaran casa, incluso algunos llegaron a pensar que no se cumpliría la promesa que el gobierno estatal y municipal les habían hecho tiempo atrás; hasta la mañana del pasado 22 de febrero.
Finalmente estas familias vieron hecho realidad el sueño que les parecía inalcanzable.
A temprana hora y con el clima de su lado, la gente comenzó a deshacer sus viviendas y a sacar sus muebles, la alegría era tanta que pocos la disimulaban. Atrás quedaban los años en los que vivieron por necesidad en una zona irregular y a merced del peligro.
Los niños eran los más entusiasmados, tanto, que utilizaron una carreola como carreterilla para trasladar fierro viejo y quitarlo del camino para no entorpecer el tránsito de los camiones que auxiliaron en la mudanza, a poco distancia, una niña entretenía a su hermanito en un columpio al momento que sus padres ordenaban sus pertenencias.
Andrés Santos del Angel, llegó a la 21 de Marzo hace cinco años junto con su familia y mientras acomodaba la lámina en un camión aseguraba sentirse contento porque tendría un patrimonio que dejarles a su esposa e hijos.
“Pos me siento feliz, o sea, hasta que por fin vamos a tener un patrimonio ya… y pues supuestamente desde hoy nos dijeron que empacáramos nuestras cosas, y ahorita ya pasaron los de Itavu y nos dijeron que en media hora, no nos dieron un horario exacto”, mencionó.
La familia Hernández fue otra de las beneficiadas; originarios del Estado de Veracruz, dijeron tener seis años de estar viviendo en la colonia y por ahorrarse el pago de una renta prefirieron habitar un espacio en el predio irregular.
Tras haber perdido todo con la crecida del Río Bravo, Pascual Palacios Vázquez dijo estar tranquilo en su casa nueva, sobre todo porque tendrá agua, luz, calles pavimentadas, pero más importante es que él y su familia se encuentran en un lugar seguro.
El cúmulo de emociones fue tanto, que Guillermina Isáis Pérez no evitó derramar unas lagrimas y aseguró que nunca soñó con tener una casa hecha de material, con dos habitaciones y que la resguardaría del mal tiempo.
En total, fueron cerca de 200 familias las que se reubicaron a un lugar apto para vivir donde aseguran autoridades tendrán seguridad, contarán con escrituras y además escuela para que los menores asistan a clases.
Una vez que el terreno de la colonia 21 de Marzo y Los Patos quede completamente limpio, las autoridades prevén construir canchas deportivas y fomentar el sano esparcimiento de las familias aseguró José Luis Amaro Carrizales, director de la tenencia de la tierra en el municipio reynosense.