Sus fuerzas no son las mismas, pero las esperanzas que don Félix tiene por salir del Centro de Ejecución de Sanciones se renuevan cada día. A punto de cumplir cinco años recluido, la familia pide que este abuelito de 87 años sea liberado, pues asegura que nunca pudo probarse la culpabilidad por el delito adjudicado.
Hasta dos veces por año don Felix Wandestrand acostumbraba a abordar un autobús de la línea ADO (Autobuses de Oriente) desde el municipio veracruzano de Martínez de la Torre, hasta esta ciudad en la frontera de Tamaulipas.
Se hacía aproximadamente 12 horas de largo camino para visitar a su familia, con las maletas cargadas de regalos, que generalmente eran los antojos caseros que a sus hijos y nietos tanto les gustan.
De acuerdo con sus seres queridos este anciano ni ellos imaginaron que en el último de sus viajes ya no regresaría al lugar donde estaba viviendo. En 2018 se quedaría en la ciudad de Reynosa, pero tampoco era por placer, sino para pagar una larga condena por haber presuntamente abusado de un adolescente.
Pero el hombre de cansado rostro y de marcha lenta fue acusado sin que se cumplimentaran todas las pruebas periciales necesarias para esclarecer estos hechos y la autoridad le dictó prisión preventiva por el delito de violación en grado de tentativa.
Para ese entonces el señor Wandestrand tenía 82 años. Fue así que el 19 de septiembre del 2018 ingresó a una pestilente celda del Centro de Ejecución y Sanciones (Cedes) de Reynosa, sin que se le hubiese comprobado nada en su momento, según versiones de sus familiares.
El recluido estará cumpliendo 88 años de edad el 29 de julio y en septiembre de este año completará los 5 años en prisión.
Las preocupaciones y la edad le han cobrado factura. La artrosis y los problemas de la próstata también. Las fuerzas en los brazos las ha perdido de manera paulatina y, por si fuera poco, su columna se ha ido desgastando.
Aún así este octogenario tiene ganas de salir de prisión para reencontrarse con su familia. Esa es la esperanza que lo mantiene vivo, relatan.
Sus allegados señalan que en el interior del centro penitenciario no cuenta con una asistencia médica y que son sus compañeros de celda quienes le ayudan a cambiarse los pañales.
“Lo respetan por ser una persona adulta mayor, ¿pero sin dinero cómo le muevo?, el último abogado me cobra 50 mil pesos. Mejor le quité el expediente”, explica Ángela, la hija de este recluso.
PIDEN AYUDA DE AUTORIDADES
Ángela Wandestrand se enteró de la visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas y no dudó en presentarle la petición para que su padre quede libre.
Pero los resultados no fueron los esperados debido a las restricciones que había para acercarse al mandatario federal, así que entabló una conversación con el alcalde de Reynosa,
Carlos Peña Ortiz.
“Él ya no trabajaba. Dependía de mí prácticamente y de su ayuda de 65 y más, pero ya lleva tres años que no recibe pensión porque se le venció su tarjeta y el banco no quiere apoyarme. Por eso le pido al presidente municipal que me ayude para recuperar el dinero de mi padre que está vigente y que él requiere para sus necesidades”, dijo.
Don Félix fue mecánico de oficio en su natal Sayula de Alemán, en Veracruz. Antes de estar en prisión vivió más de 30 años en el municipio de Martínez de la Torre.
Sus visitas a Reynosa eran temporales hasta que fue acusado por violación en grado de tentativa y, a sus casi 88 años de edad, sigue esperando la justicia entre las cuatro paredes de una celda que es fría y también muy calurosa.
“Cuando lo acusaron él tenía un mes que me lo había traído apenas como cada temporada que me visitaba”, recuerda Ángela, quien apesadumbrada carga las pesadas carpetas con los expedientes de su progenitor.
Ella dijo que tocará todas las puertas hasta que don Félix acceda al programa de indultos presidenciales o que al menos exista una revisión justa de este caso.
Del denunciante sólo se sabe que fue un masculino de 11 años de edad. En aquel entonces se integró al expediente del caso CP/0144/2018 que el menor inculpó a don Félix por, presuntamente, haber intentado tocarle. A la averiguación se agregó el número de oficio 2378/2019, sin que hasta ahora le hayan dado una sentencia.