Hace cuatro meses Víctor David Mejía Uribe sufrió un accidente que le causó estallamiento de vísceras y desde entonces vive con una bolsa conectada a su colon para poder expulsar la materia fecal de su estómago.
En un abrir y cerrar de ojos un joven residente de Reynosa quedó ensangrentado, moribundo sobre el asfalto de la carretera Reynosa–Matamoros frente a la colonia Almaguer, al oriente de la ciudad.
Arrollado por un taxista, quien se detuvo para auxiliarlo, Víctor David Mejía Uribe se debatió entre la vida y la muerte. Contra todos los pronósticos logró mantener el pulso, pero sus intestinos dejaron de funcionar.
“Me quedé inutilizado, no puedo trabajar”, comentó mientas mostraba a las cámaras de televisión los estragos de las heridas.
A partir de entonces sus días se han convertido en un suplicio. Los dolores y su delicado estado de salud no le permiten tener una vida normal.
“El problema que tengo es un estallamiento de vísceras pero del colon y ahorita la verdad la colostomía es lo que me está salvando la vida, pero no es muy cómodo”, manifestó.
LOS PRONÓSTICOS
Por lo que le han dicho los médicos Víctor David sería intervenido en diciembre próximo en el Hospital General de Reynosa.
Afirmó que se está tomando sus medicamentos al pie de la letra, pero solicita que la comunidad le ayude con sueros, ya que él proviene de una familia de escasos recursos, y también necesita las bolsas de la colostomía.
Esta es una abertura que tiene en la pared abdominal en la que le hicieron pasar un extremo del colon para que pudiera expulsar la materia fecal. Es decir, él no puede evacuar por el recto.
“Gracias a Dios estoy vivo. La colostomía es también para que todo todo lo que se está desangrado por dentro no se infecte. Confío mucho en Dios que la operación va a salir muy bien”, expresó.
A pesar de su adversa condición este hombre de 27 años de edad confía en que su intestino vuelva a funcionar con normalidad y el siguiente paso sería conseguir restaurar su boca, ya que perdió sus dientes en el accidente.
No obstante, confesó que su autoestima está por los suelos y algunas ocasiones la muerte ha cruzado por su mente.
Aturdido por la depresión de su problema Víctor David vive actualmente en las calles de Reynosa y come de lo que la gente le comparte.
A veces se queda a dormir debajo del puente frente a un centro comercial en la colonia Anzaldúas. Se hace la higiene en un baño público, pero requiere de mayores atenciones.
En Facebook aparece como David Mejía y asegura que su madre reside en el 230 de la calle Elías en la colonia Almaguer. Su número telefónico es 8991–234141, por si alguien desea ayudarlo.
Los siguientes meses serán para él decisivos. Si las infecciones y las fiebres propias de su estado de salud se lo permiten, este mismo año podría volver a tener una vida normal y tener un nuevo comienzo.