Hasta la tarde del seis de febrero de 2008 la vida había sido generosa para Leonor González Hernández y su pequeño hijo Giovanni, de un año y cuatro meses de edad.
El menor no carecía de bienestar alguno pese a haber nacido en una familia de escasos recursos; sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos un horrendo accidente lo despojó de su felicidad:
Cuando pasaba junto a su madre frente al portón de una vivienda, un feroz perro Rottweiler le atrapó la pierna derecha (aún tierna por su corta edad), la mordisqueó y segundos después se la arrancó por completo, ante la aterrada mirada de Leonor, quien desesperada entabló una lucha para salvar a su criatura.
Para colmo de males, en ese domicilio de la calle Tabasco en la colonia La presa donde había otros dos animales de pelea, no se encontraba nadie, lo que desde luego complicó las labores de rescate.
Una vecina que oyó los gritos de dolor y angustia de Giovanni y su madre intentó prestarles auxilio.
Relata: “Por un hueco del cancel metálico (separado unos 20 centímetros del suelo), el Rottweiler sacó el hocico, sujetó el pie del niño y con la fuerza de sus quijadas comenzó a jalarlo. No podía creer lo que estaba viendo ¡por Dios!, yo también tengo hijos pequeños…
“La señora (Leonor) continuó pidiendo socorro, pero cuando otros vecinos llegaron el animal ya casi le había mutilado todita la pierna a su hijo. El niño estaba llorando y tenía la mirara extraviada ‘¡ay mamá, ay mamá!’, decía mientras caía un chorreadero de sangre”.
Esta testigo (quien mantuvo en reserva su identidad), afirmó que Giovanni perdió el conocimiento y su progenitora pensó que había fallecido; no obstante, en medio de su tormento, fueron trasladados al Hospital General de esta ciudad por un voluntario.
“Increíblemente la piernita del chico seguía dentro de la propiedad, desangrándose, porque no había la manera de sacarla. Allí el perro agresor la masticó y lamió hasta que se cansó.
“Fue entonces que un señor se saltó el portón y con un barrote en las manos pudo quitársela y pasarla hacia la calle”, relató la mujer anonadada.
DESACIERTO POLICIAL
Minutos más tarde, mientras Giovanni recibía atención médica debatiéndose entre la vida y la muerte, dos policías arribaron al lugar de los hechos, pero ninguno permitió que el miembro del menor fuera llevado al sanatorio para injertárselo, hasta que fue solicitado de urgencia por el médico en turno.
Este resultó un grave error, pues a decir de los testigos, la pierna duró más de 20 minutos tirada en el suelo sin una bolsa que resguardara su temperatura.
Cuando finalmente los médicos valoraron la extremidad determinaron que no era apta para un implante.
Así, con el dolor que esto le significó a la madre de Giovanni, el menor tuvo que ser suturado sin un remedio que le devolviera su pierna.
Wilson Dany Pensalfil, propietario del implacable animal, fue trasladado a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), mientras se le fincaban responsabilidades. Sin embargo, Leonor González no interpuso denuncia alguna por el ataque a su hijo y más tarde este extranjero, de origen uruguayo pero con ciudadanía mexicana, obtuvo su libertad.
Los perros, en tanto, fueron remitidos al Centro Antirrábico de la Secretaría de Salud (SS), donde hasta el cierre de esta edición permanecen asegurados y en observación. Probablemente sean sacrificados por su alto grado de peligrosidad.
LISIADO PARA SIEMPRE
Entrevistada en los pasillos del Hospital General, la madre de Giovanni solicitó apoyo económico para sufragar los gastos médicos y la prótesis de su hijo, quien con casi un año y medio de edad tendrá que enfrentarse a una vida llena de adversida des.
Originaria de Tempoal, Veracruz, esta mujer -cuya mirada no acertaba a mirar fijamente al reportero-, manifestó que esa tarde salió de paseo con el niño, pero jamás imaginó cómo cambiaría la existencia de ambos.
“Todo pasó muy rápido… es una situación muy dolorosa como madre. Lamentablemente el organismo de mi niño no aceptó la piernita.
“Pero tengo que ser fuerte, no puedo estar ahí llorando frente a él. No quiero demostrarle que estoy triste”, explicó esta humilde mujer.
Aunque Leonor comentó que el padre de Giovanni no vive con ella, sí ha estado al pendiente de la tragedia.
La mujer de morena piel y acento sureño dijo sentir coraje por el descuido de los propietarios de los perros, los cuales no estaban completamente aislados, pero aclaró que de nada le sirve que sus amos sean encarcelados, pues ya no revertirán la desgracia de su hijo.
Antes de volver al cuarto 20 de la Unidad de Cuidados Intensivos, esta desafortunada madre de familia deseó que su caso sirva de ejemplo para evitar desgracias similares.
SIGUE EN TERAPIA INTENSIVA
Gonzalo Mercado, subdirector del Hospital General, lamentó el incidente de Giovanni, quien aún es vigilado día y noche tras la intervención en la que participaron 10 médicos, entre traumatólogos, anestesiólogos y cirujanos vasculares.
“Es un caso sumamente triste. El niño venía tronado del fémur. El perro casi se lo trituró y además le arrancó tejidos.
“Se decidió amputarlo porque estaba en peligro de entrar en shock o tener un problema al nivel del riñón. En estos momentos su evolución es satisfactoria y dentro de su gravedad se encuentra estable”, dijo.
Mercado reveló que la ciudadanía ha dado muestras de su generosidad, al hacer donaciones para atender adecuadamente al niño.
Indicó que quienes deseen seguir apoyando a Giovanni pueden dirigirse a la caja del hospital o bien directamente con Leonor, madre del pequeño, con domicilio en la calle 18 de Marzo con Sauzales de la colonia La Presa.
Por último, el entrevistado pidió que los padres en general mantengan un cuidado más riguroso de sus hijos, al igual que quienes posean perros con características peligrosas, como el que arremetió contra el menor.
ATACADOS POR UN PERRO
Ana López, una de las personas que acudieron a la clínica para conocer el estado clínico de Giovanni, exigió “mano dura” para aquellas personas que mantengan a sus mascotas en sitios donde se ponga en riesgo la vida de otros, tal como sucede en algunos países europeos.
“En España por ejemplo, para poder ser dueño de un Rottweiler se requiere una licencia, una inscripción al registro de animales potencialmente salvajes (que contempla visitas periódicas de especialistas a su hábitat), y un código de identificación.
“De no ser así, la multa asciende hasta 24 mil euros (alrededor de 360 mil pesos). Por eso creo que el gobierno municipal de Reynosa debe hacer algo al respecto”, consideró.
Y es que no son pocos los casos que involucran a esta clase de perros en acontecimientos violentos:
Uno de los más famosos es el de la francesa Isabelle Dinoire, convertida en la primer mujer del mundo en recibir un trasplante de cara, después de ser agredida por su perra.
Debido a circunstancias depresivas, Isabelle perdió el conocimiento y al despertar quiso encender un cigarrillo, pero al darse cuenta de su imposibilidad descubrió un reguero de sangre, se paró frente al espejo y miró su rostro desfigurado.
Actualmente, luego de múltiples intervenciones quirúrgicas en la ciudad de Amiens, al norte de Francia, esta mujer se siente feliz de tener un rostro nuevo que ya reconoce como suyo.
De no poder masticar, ahora es capaz de esbozar ligeras sonrisas y aunque está inmensamente agradecida con los médicos que aún la asisten, jamás olvidará la furia del animal que por poco le cuesta la vida.
El caso de Giovanni sucedió apenas cinco días después de que otro Rottweiler asesinara en una provincia rusa a una niña de tres años que se acercó a acariciarlo. Este acontecimiento causó consternación por la agresiva forma como reaccionó el animal y el estado inofensivo de la menor.
Asimismo, en menos de una semana, otro perro de la misma raza mató a un anciano de 78 años en un suburbio de Londres.
Según transeúntes James Rehill, propietario del animal, se desplomó al suelo y el Rotteweiler comenzó a morderlo en la cara y manos.
El hombre fue internado, pero debido a las heridas de gravedad momentos después perdió la vida.
Cómo evitar un
ataque de perro
:: Nunca intentar acariciar un perro desconocido.
:: Si alguno se aproxima y no da oportunidad de retirarse, quedarse quieto y permitir que olfatee los zapatos o el pantalón.
:: Mantener los brazos quietos fuera de su alcance, así como la voz normal. De ser posible no emitir señal alguna.
:: No mirar a un perro potencialmente bravo a los ojos porque lo interpretan como una agresión. Lo correcto es tener la mirada fija al piso.
:: No correr y retroceder lentamente.
:: Si el perro llegara a atacar no se le debe dar la espalda ni permitir que el animal muerda cuello, rostro o las manos.
:: Los niños nunca deben quedarse solos con un animal, por muy pequeño que éste sea.