
Pequeños comerciantes sufren las consecuencias por la falta de clientes, quienes se han resguardado en sus hogares por miedo a un posible contagio de coronavirus.
Un torrente de dificultades se ha convertido la cuarentena para las personas que “viven al día” debido a que estudiantes y un gran número de trabajadores se encuentran en sus hogares esperando que se disminuya el riesgo de contagio del COVID-19.
Los mercados característicos de la ciudad de Reynosa están cerrados, así como centros de entretenimiento, pero hay quienes han decidido salir para buscar el sustento cotidiano.
Es el caso de don Rubén Santiago, de 47 años de edad, quien tiene su domicilio en la Zona Centro. Él cuenta con su negocio propio con el cual saca el soporte para mantener a su familia e invertir de sus ventas para la fecha siguiente.
Su jornada comienza a las 4:30 horas y hace los preparativos con la ayuda de su esposa. Él se dedica a la venta de tacos enrollados muy característicos de esta localidad.
Empujando a ratos su triciclo de color amarillo sale de su hogar muy temprano y se dirige a su punto de venta, en la calle Saltillo esquina con Occidental, justo frente a la Unidad General de Investigación en Delito de Robo, en la colonia Rodríguez.
Explicó que anteriormente cuando los días eran normales tenía una venta de 500 a mil pesos diarios, sin contar la inversión de su materia prima, pero ahora desde el inicio de la cuarentena sus ventas cayeron al grado de ganar 200 pesos diarios libres de inversión.
NO SALIR DE CASA TRAJO CONSECUENCIAS
Desde que los gobiernos y empresarios mandaron a los empleados a cuarentena ha disminuido la venta, pero la necesidad de llevar ingresos a sus hogares y mantener el empleo de los trabajadores que viven al día, algunos locales de ropa, joyas, perfumes, centros comerciales no han cerrado sus establecimientos y venden con ciertas medidas estrictas de salud.
La contingencia está dejando un panorama difícil para los pequeños comerciantes quienes viven al día, ya que es su única fuente de ingresos que les provee; sin embargo, con la llegada del COVID-19 el sostén económico está en peligro.
En un recorrido que se realizó se pudo constatar que los comerciantes ambulantes coinciden en que las ventas han bajado un 90 por ciento.
“No se cuánto vamos a estar así, a lo mejor todo este mes y el que viene, por lo tanto hay que salir a buscar para el consumo, porque si no salimos no vamos a comer”, expresó don Rubén.
Otro de los factores que también les afecta es el incremento del precio en la canasta básica y la insuficiencia de algunos productos.
El comercio no estaba preparado para una contingencia de esta magnitud ni con ahorros ni provisiones.
Mientras que la mayoría de los niños permanecen en casa resguardados, después que implementaron las medidas de prevención para erradicar la curva de contagio del coronavirus, otros salen a buscar el sustento diario, ya que son de escasos recursos y viven al día.
Sentada sobre la banqueta y con las manos en el rostro un ama de casa mantiene en constante vigilancia el vaivén de su hijo, que se encuentra a unos metros vendiendo mazapanes de cacahuate a los usuarios del cruce internacional Reynosa-Hidalgo, que conecta a
Tamaulipas con los Estados Unidos.
“Ha estado muy flojo, porque ya no hay filas en el puente, pero ni modo necesitamos sacar algo para comer”, expresó la señora Adela.
A diario camina con su hijo desde la colonia Aquiles Serdán hacia las orillas del puente internacional en la espera de conseguir para “un taco”.
Apenas y se asoma el parabrisas de un vehículo y el pequeño corre, acompañado de un “ten cuidado” dirigido de su madre.
La mayoría de los locales de venta se encuentran cerrados y otros han optado por abrir al público después de las 11:00 de la mañana. Según cómo avance esta enfermedad viral crecerán o disminuirán las implicaciones que tienen al mundo hoy ante una amenaza real y mortífera.