Sanjuana salió de su natal San Pedro de las Colonias, Coahuila, buscando una mejor vida tanto para ella como para el hijo que llevaba en sus entrañas. Lo que nunca imaginó es que este viaje sería el comienzo de una historia de engaño, decepciones y desamor que ahora –contra su voluntad– tiene que revivir.
Y es que hace 15 años, cuando Sanjuana era empleada de la maquiladora Nielsen Clearing House, se vio involucrada en una relación sentimental con el gerente de personal de la empresa, llamado Raymundo Ignacio Torres Acosta, quien tras realizarle varias promesas de amor, la embarazó para posteriormente dejarla abandonada con una hija.
Aunque en repetidas ocasiones la mujer buscó el apoyo del superior jerárquico y padre de su hija, éste decidió desentenderse de la menor, al grado en que en una ocasión la joven madre fue agredida por instrucciones de su ex pareja.
Por ello Sanjuana decidió olvidar al hombre que la embarazó y abandonó, una decisión que había sabido respetar durante los últimos años.
Sin embargo hoy la situación ha cambiado, pues Sanjuana acaba de ser diagnosticada con diabetes y requiere de un tratamiento médico que no es barato.
“Llegué a un punto en mi vida en el que no quiero decidir entre el tratamiento que necesito y la educación de mi hija. Sé que la decisión va a ser muy difícil porque quiero lo mejor para ella pero también quiero estar viva para verla crecer, por eso ahora estoy buscando que su padre biológico enfrente su responsabilidad”, explicó.
Impulsada por la historia de Maricela Sánchez Pérez, una ex empleada de la maquiladora Corning Cable Sistems quien ganó una demanda por pensión de alimentos interpuesta en contra de su ex jefe y padre de su hijo, Sam Frazier (Hora Cero edición 244), Sanjuana decidió comunicarse con este medio para contar su historia.
La mujer solicitó que tanto su apellido como algunos detalles de su vida no sean revelados pues, explicó, tras varios años de sufrimiento, finalmente encontró una pareja que la comprende y con quien está construyendo una nueva vida.
Sin embargo desea encontrar la manera que el padre de su hija se haga responsable por todos los años que no le proporcionó manutención económica, un dinero que podrá servir para pagar la educación de la hoy adolescente.
“Yo no quiero nada para mi. Supe salir adelante con mis hijos sin la ayuda de nadie pero ahora tengo que iniciar un tratamiento por diabetes y no quiero tener que escoger entre mis medicinas y la escuela de mi hija, por eso quiero que su padre se haga responsable”, sentenció.
ENAMORADA Y ENGAÑADA
Cuando tenía 20 años de edad, Sanjuana enfrentó una cruel realidad: era joven, soltera y estaba sola y embarazada. Cuando se dio cuenta que en Coahuila no iba a encontrar las oportunidades que necesitaba para salir adelante, salió de su pueblo con dirección a Nuevo Laredo buscando empleo en la industria maquiladora.
Y aunque ya han pasado varios años, todavía Sanjuana no puede evitar estremecerse cuando recuerda esos años.
“Estaba sola y con un bebé dentro de mi. Recuerdo que tenía mucho miedo pero las ganas de salir adelante y sacar adelante a mi hijo me ayudaron a salir adelante”, indicó.
Muy pronto la joven encontró empleo como obrera en la empresa Nielsen Clearing House, una compañía dedicada al manejo de cupones. Lo que nunca imaginó es que este trabajo era el que iba a cambiarle la vida.
“El gerente de personal era Raymundo Ignacio Torres Acosta que en ese entonces tenía 36 años de edad. Recuerdo que fue él quien me realizó la entrevista”, indicó.
Sanjuana reconoció que su jefe era un hombre atractivo, agradable, lo que ayudó a que muy pronto naciera una amistad entre ambos.
“En las horas de descanso nos poníamos a platicar, luego me invitaba a comer y comenzamos a salir juntos”, explicó.
La joven reconoció que en ese entonces ella sabía que su amigo –quien muy pronto se convirtió en su amante–, era un hombre casado.
“Me decía lo que los hombres le dicen a todas las mujeres, que no quería a su mujer, que tenía muchos problemas, que se iba a divorciar de ella. De hecho me dijo cosas muy feas de esa pobre señora que la verdad no quiero que se sepan”, precisó.
Producto de su trabajo, Sanjuana comenzó escalar posiciones dentro de la compañía hasta que se convirtió en encargada del departamento de Comedor.
Obviamente este éxito no fue del agrado de sus compañeros de trabajo, quienes sabían que ella tenía una relación sentimental con el gerente de personal.
“Mi relación era un secreto a voces en la empresa, estoy segura que todos sabían que nosotros éramos mucho más que amigos y eso me ganó algunas envidias”, expresó.
De hecho, la presión tanto para Sanjuana como para Raymundo fue tanta, que ambos tuvieron que dejar sus empleos.
“A Raymundo lo hicieron renunciar de la empresa pues le explicaron que se necesitaba poner orden entre el personal y él no era un buen ejemplo pues estaba conmigo”, relató.
Tras varios meses de relación, un día Raymundo le pidió a la joven que dejara de cuidarse pues deseaba tener un hijo con ella.
“El fue el que me pidió que me embarazada, yo no quería porque en ese entonces vivía en un cuartito muy pequeño y no tenía manera de poder mantener a un hijo”, señaló.
Sanjuana recordó que durante esos meses Raymundo era una pareja cariñosa, atenta y le ayudaba económicamente con algunos gastos, incluso llegó a prometerle que iba a estar con ella una vez que concluyeran los trámites de su divorcio.
“Recuerdo que en ese tiempo yo estaba a punto de sacar una casa de Infonavit pues en esos años las reglas le daban prioridad a las madres solteras y yo era perfecta para un crédito, sin embargo, él me dijo que no sacara la casa, que él se iba a quedar conmigo y que me iba a comprar una residencia… yo le creí”, relató.
Ante las promesas, Sanjuana decidió aceptar la solicitud de Raymundo –quien entonces decidió dedicarle más tiempo a su carrera como músico como parte de la agrupación Laredo–, por lo que se embarazó.
Buscando pasar su embarazo tranquila, Sanjuana decidió regresar a San Pedro de las Colonias donde estuvo por espacio de tres meses. Durante las primeras semanas de ese tiempo, Raymundo llamaba por teléfono, enviaba dinero y estaba pendiente del embarazo.
Sin embargo, una vez que Sanjuana regresó a Nuevo Laredo y conforme pasaron los meses, el cariño y las atenciones de Raymundo comenzaron a decaer pues, ahora lo sabe la mujer, estaba iniciando una nueva relación sentimental.
“Cuando regresé él ya estaba muy cambiado, no me daba tanta atención, no le interesaba visitarme, falla en el pago de las rentas de mi cuarto y pasaban días sin verlo”, apuntó.
Para entonces fue tanto el olvido, que Raymundo decidió abandonarla el día en que nació su hija.
“Ese día los dolores me comenzaron a dar a las siete de la mañana por lo que de inmediato le hablé… no llegó sino hasta las siete de la noche y en lugar de llevarme al hospital fue y me dejó a una cuadra de la casa de una amiga”, explicó.
Afortunadamente, Sanjuana había comprado con su dinero un seguro de hospitalización que le permitió internarse.
“Ese seguro lo compré para protegerme pues uno nota las cosas, me imaginé que algo estaba mal y aunque me negaba a creer las cosas decidí comprar el seguro para protegerme”, explicó.
Una vez que salió del parto, Sanjuana se quedó esperando a que Raymundo llegara a conocer a su hija, una niña que es su fiel retrato. A la fecha sigue esperando.
“Lo esperé en el hospital y no llegó, salí y pasó una semana, un mes y nunca llegó, entonces fue cuando decidí ir a buscarlo a un lugar en el que me enteré iba a presentarse con su grupo”, recordó.
Cuando Sanjuana llegó al recinto en el que estaba su ex pareja, se encontró con un cuadro que la destrozó: Raymundo estaba con otra mujer a quien incluso le dedicó una canción.
Indignada, Sanjuana le reclamó su engaño al padre de su hija. La discusión subió de tono y al final, la joven fue sacada a rastras del local.
“Fue muy feo, recuerdo que me tiraron de unas escaleras y eso que yo tenía un mes de haberme aliviado. Ahí fue cuando supe que ya no tenía nada que hacer”, aseguró.
Sin embargo esta no fue la última vez en la que Sanjuana intentó que Raymundo conociera a su hija. Tras años después del violento incidente del salón de baile, la joven supo que su ex pareja se iba a presentar en la explanada que se encuentra frente a la presidencia municipal de Nuevo Laredo.
Sin dudarlo la joven tomó a su niña y se instaló cerca del escenario, cuando vio que Raymundo salió y comenzó a cantar, ella levantó a la niña al momento en que le gritaba: “es tu hija”.
Y aunque Raymundo vio a la niña como a su madre, finalmente decidió ignorarlas, lo que provocó que Sanjuana decidiera olvidarse de este hombre.
“Tras ese día no volví a buscarlo para nada, ni siquiera cuando tuve a mi hija en el hospital muy grave, sin dinero para pagar las medicinas salí a buscarlo, quise salir adelante con mi hija sola”, aseguró.
Conforme pasaron los años, Sanjuana fue contando a su hija todo lo referente a su padre, siempre buscando que la hoy adolescente supiera que más allá del abandono y el olvido de su progenitor, ella siempre va a contar con su mamá.
“Ella me ha preguntado por su padre y yo le he contado todo, quiero que sepa lo mucho que he luchado por ella y lo mucho que la amo”, precisó.
UNA DECISION DIFICIL
Después de tantos años, Sanjuana vive una nueva vida. Por eso nunca pensó que iba a tener la necesidad de volver a buscar a Raymundo, quien ahora vive en Laredo, Texas, gracias a que consiguió la residencia legal en Estados Unidos.
“Como le digo, yo no quiero nada para mi, quiero que él se haga responsable de su hija para que ella pueda estudiar, que pueda tener una carrera, es una niña muy inteligente y merece tener un buen futuro”, sentenció.
La mujer señaló que lo último que deseaba en su vida era volver a tener contacto con Raymundo o la mujer por quien la dejó, pero al leer la historia de Maricela comprendió que su hija tiene derechos y su padre tiene que cumplir sus obligaciones económicas.
Por ello decidió contar su historia, porque sabe que al hacerlo va a encontrar la ayuda legal que necesita para iniciar un proceso en contra de Raymundo y entonces éste pague por todos los años en los que abandonó a su hija.
Y aunque sabe que este dinero no le va a poder pagar las lágrimas, las noches de desvelo y el rencor que durante años albergó dentro de ella, se conforma con la idea de que su hija va a poder seguir con sus estudios y se va a convertir en una exitosa mujer con muy pocas posibilidades de repetir los errores que cometió su madre.