
Como si se tratara de una película de horror, el pasado 6 de septiembre la sociedad reynosense se estremeció con el multihomicidio perpetrado entre las paredes de la vivienda ubicada en la Privada Palo Blanco número 412 del fraccionamiento Las Palmas en esta frontera.
Un joven de 24 años de edad, de oficio cocinero en una maquiladora, invadió su hogar de sangre al asesinar a su madre, hijo, prima y tía; además de permanecer con los cadáveres cerca de 40 horas antes de ser descubierto.
Omar Alejandro Rivas Suárez fue el autor de los hechos cometidos en agravio de su familia bajo los influjos de las drogas y el alcohol. La masacre inició la madrugada de aquel 6 de septiembre sangriento cuando primero dio muerte a su madre, Patricia Suárez Reyes de 48 años, apuñalándola en dos ocasiones y asfixiándola con una extensión eléctrica.
Un día después de haber celebrado en familia el cumpleaños número 48 de la mujer que le diera la vida, este individuo acabó de tajo con la existencia de su progenitora.
“Entré y mate a mi mamá con un cuchillo y una extensión. No sé qué me pasó, no teníamos problemas y nunca había pensado hacer algo así. Esto fue de repente”, indicó.
Posteriormente, según relató en su declaración ante el Ministerio Público el homicida confeso, la prima del homicida, quien en vida respondiera al nombre de Brenda Edith Suárez Reyes de 16 años de edad, se convirtió en la víctima número dos.
Brenda Edith salió del cuatro donde dormía sin saber que serían los últimos instantes de su vida, ya que su primo Omar Alejandro la ahorcó con un cable de videojuego además de apuñalarla en repetidas ocasiones.
Rivas Suárez, padre de tres niños de tres, cuatro y seis años de edad, no se tentó el corazón para asesinar al mayor de sus hijos: Omar Alejandro Rivas Espino.
El pequeño fue asfixiado por su propio padre, quien según su relato, lo cargó y abrazó sobre su pecho hasta que el niño dejó de respirar.
“A él nada más lo cargue y lo asfixie. No me arrepiento de nada”, dijo.
Fue alrededor de las 2:00 horas cuando la tía del inculpado, María del Pilar Suárez Reyes de 43 años, llegó a la casa después de trabajar en el turno nocturno en una maquiladora, sin imaginarse del horrendo crimen que su sobrino había cometido.
Según el testimonio de Omar Alejandro, antes de que su tía entrara a la casa la mandó al Oxxo a que le comprara un refresco, ya que su intención no era matarla. Sin embargo, unas voces le decían que de no hacerlo se convertiría en homosexual.
“Le dije a mi tía que se fuera a comprar unas cocas porque quería arrepentirme de matarla, pero comencé a escuchar voces que me decía que si no la mataba me iba hacer joto y por eso la mate cuando regresó”, dijo.
María del Pilar ingresó a la casa sin percatarse de los terribles hechos. Mientras que buscaba ropa para cambiarse, Omar Alejandro tomó un cuchillo y le dio 15 puñaladas en cuello y pecho, arrancándole la existencia.
Aún sumergido entre las drogas y el alcohol, el homicida reunió los cadáveres de sus familiares y los acomodó en la recámara que tenía aire acondicionado para que se conservaran.
“Junté los cuerpos porque me iba a suicidar, pero estaba esperando a que un amigo le avisara a las autoridades porque no íbamos a ir juntos como siempre habíamos estado”, dijo el multihomicida quien lloró mientras recordaba lo que hizo.
Sin embargo, a pesar de esa reacción, insistió que no se arrepentía de nada.
“Yo no me arrepiento de nada de lo que hice, solamente de que no me maté y que llegaron los policías a quitarme el cuchillo, me quería ir con ellos (con sus familiares), pero no me arrepiento”, mencionó.
Tras estos horrendos hechos, Omar Alejandro limpió la sangre derramada en el domicilio, ya que un conocido suyo llegó horas más tarde a su casa para drogarse y no quería que se diera cuenta de lo ocurrido.
Así logró conservar cuerpos de sus familiares por más de 40 horas ya que, dijo, “estaba velando sus restos”.
Mientras tanto siguió drogándose al grado de llegar a vender algunos artículos de su madre, con la finalidad de seguir comprando droga.
Para los vecinos del lugar fue extraño que la señora Patricia no saliera a trabajar y que no fueran a la escuela, ni el pequeño Omar y Brenda Edith, no obstante al observar la actitud del multihomicida que seguía bajo los influjos de los enervantes y el alcohol, prefirieron no acercarse ya que siempre había sido muy agresivo.
Fue hasta el miércoles 7 de septiembre cuando Omar Alejandro le llamó a un amigo para avisarle de los crímenes cometidos, cuando éste llegó, le comentó que había matado a su familia, pero su amigo no le creyó.
Para demostrarle que lo que me decía era verdad lo hizo pasar a la recámara donde tenía resguardados los cuerpos. Sorprendido, el amigo salió del domicilio aterrorizado para avisar a las autoridades ministeriales.
Alrededor de las 20:00 horas elementos de la Policía Ministerial arribaron al domicilio para detener a Omar Alejandro.
De acuerdo a las autoridades, el joven pretendía suicidarse, ya que cuando llegaron al lugar el responsable tenía consigo un cuchillo y además escribía un recado que decía: “Mi querida madre Paty Suárez, no los dejo, nos vamos los tres como siempre juntos, te quiero un 1 ch, junior Omar mi niño”.
Tras ser detenido, el homicida confeso insistió que solamente estaba esperando a un amigo para suicidarse en el baño.
“Estaba esperando a César y a José Luis Jaramillo porque les avise lo que había hecho, solamente quería que fueran para que avisaran a la policía y ya poder matarme para reunirme con mi familia”, indicó.
Al rendir su declaración ante la Agencia quinta del Ministerio Público Omar Alejandro dijo que el viernes 2 de septiembre le habían pagado casi tres mil pesos que gastó en droga y cerveza. Cuando estaba intoxicado escuchó voces dentro de su cabeza.
“Lo que hice fue porque dentro de mi cabeza escuchaba voces que me decían que si no mataba a mi mamá, a mi hijo, a mi tía Mary y a mi prima, sería joto, no me pude detener”, declaró.
NADIE LO ESPERABA
Este horrendo crimen conmocionó a los vecinos de las víctimas, quienes jamás se imaginaron que sucedería algo así.
Al siguiente día de que fueran descubiertos los cuerpos, algunos vecinos colocaron veladoras afuera de la vivienda donde sucedió la tragedia en memoria de las víctimas.
Visiblemente consternados, los habitantes del sector se acercaban al lugar donde días antes se había celebrado la fiesta de cumpleaños de la señora Paty. Algunos de ellos aseguraron que era increíble que después de pasar un momento de convivencia familiar y celebración, se hubiera derramado la sangre.
Los vecinos señalaron que el multihomicida se drogaba constantemente.
Luis Ignacio Flores, residente del sector, aseguró que le llamó la atención que Omar Alejandro actuaba de forma extraña, además de que no se veía movimiento en su vivienda.
“Lo que se me hizo extraño fue que ese día vino un taxi cinco veces a dejarle y en la madrugada volvió hacer lo mismo y al día siguiente en la mañana comenzó a vender las cosas de su mamá”, dijo.
Tras un día de no ver señales de los demás integrantes de la familia, los residentes del sector tomaron una determinación de avisar a otros familiares.
“Conocíamos a la familia desde cinco años atrás y nos consternó mucho todo lo que pasó, eran buenos vecinos solamente él era violento y se drogaba. Pero jamás creímos que sucedería algo así. Doña Paty trabajaba junto con mi esposa en la maquiladora, se iban juntas en la mañana. No es posible que les haya hecho algo así ese tipo (Omar Alejandro)”, comentó sollozando.
EL ULTIMO ADIOS
Omar Alejandro es padre de tres niños producto del matrimonio con Gabriela Espinosa Benavides de 26 años de edad, sin embargo, a causa de sus adicciones estaban separados desde hace cuatro años.
No obstante el primogénito de seis años fue dejado por su madre en casa de su papá desde el domingo 4 de septiembre pues asistiría a la fiesta de cumpleaños de su abuela Patricia pues a pesar de que ya no vivían juntos, la pareja seguía conviviendo.
El pasado 9 de septiembre, en un ambiente invadido por el sufrimiento y consternación, fueron sepultadas tres de las víctimas del multihomicidio perpetrado por Omar Alejandro.
Alrededor de las 16:00 horas los restos fúnebres de la familia asesinada llegaron al cementerio donde familiares y amigos se dieron cita en el camposanto para darles el último adiós.
El cuerpo del pequeño de Omar Alejandro de seis años, primogénito del multihomicida, fue reclamado un día antes por su madre Gabriela Espino Benavides, quien solicitó que el cadáver fuera incinerado.
LA POSIBLE SENTENCIA
El multihomicida Rivas Suárez podría enfrentar una pena mínima de 30 años por el asesinato de cuatro de sus familiares, informó Juan Manuel Ham Cortés, juez Segundo de lo Penal, quien explicó que las penalidades por estos delitos van de los 30 a los 50 años.
Añadió que el multihomicida renunció a su derecho de un proceso penal por lo que se llevará a cabo un juicio sumario.
Omar Alejandro ya está internado en el Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Reynosa. Debido a que los delitos que se le atribuyen son considerados graves, no tiene derecho a la libertad bajo caución, por lo que enfrentara su proceso en la cárcel hasta que se dicte la sentencia correspondiente.
Sin embargo, a pesar de lo horrendo de sus crímenes, Omar Alejandro podría dejar el presidio a los 54 años de edad.