Nadie está exento de tener problemas en los pies, que van desde las cuestiones congénitas hasta las contagiosas. Para abordar los pormenores de las que son, quizá, las partes del cuerpo a las que menos se les presta atención, el cirujano y especialista Francisco Salazar Ledezma detalla qué tan común es enfermarse.
Este médico por la Universidad Regional del Sureste en Oaxaca (URSE), ejemplariza que desde un hongo en la piel, que se llama dermatomicosis y en las uñas, también llamado onicomicosis, son muchos los padecimientos relacionados con dichas partes del organismo, pasando por uñas enterradas o encarnadas (lo cual se conoce en el término médico como onicocriptosis).
“Y de ahí pasan todos los problemas del pie como la fascitis plantar o artritis. Puede haber también procesos degenerativos de los huesos del pie. Son muy frecuentes también las enfermedades derivadas de la diabetes, que es un padecimiento sistémico, el cual ataca a los diferentes órganos del cuerpo, como es el riñón, las
arterias, los ojos, el cerebro.
“Y dentro de esto, debido a que la diabetes produce insuficiencia vascular periférica, esto es que no llega suficiente sangre a los tejidos, se corre el riesgo de la formación de úlceras isquémicas, o bien, el paciente diabético pasa un proceso que se llama polineuropatía diabética, que ataca al sistema nervioso; a todos los nervios sensitivos”, indica.
En ese tenor, agrega Salazar Ledezma, que una persona con “azúcar” puede pincharse con una aguja o pisar una “piedrita” sin sentir dolor, pero ocasionando un serio problema.
“Estamos hablando de aquellos pacientes que están avanzados, descuidados o no están tratados correctamente, que no respetan su dieta y las indicaciones médicas concretas se van deteriorando.
“Llegan a un momento en el que se pueden enterrar un clavo y no lo sienten, no lo van a sentir. De ahí se derivan enfermedades muy infecciosas como la gangrena. A ellos muy fácilmente les puede afectar, pues como no sienten que se enterraron un clavo ahí se dejan por semanas la herida sin atenderse y puede complicarse”, refiere.
IMPORTANTE SABERLO
Durante 35 años de experiencia (veinte de los cuales dedicados al tema de los pies) este podiatra, afirma que por otra parte son muy comunes también infecciones en la piel del pie, como la dermatitis atópica (producida por los materiales con los que están hechos los calcetines y el calzado).
Detalla que existe gente que produce reacciones alérgicas a los componentes con los que se fabrican los zapatos, y presentan eccemas, que para términos populares son ronchas, granos y les pueden dar comezón y al rascarse con las uñas se siembran bacterias y se infectan.
“Otro de los padecimientos comunes son enfermedades degenerativas de los huesos del pie, como es el conocido juanete, el juanete de sastre que es en el dedo chiquito. Son situaciones por el uso inadecuado del calzado y se presenta más en las damas. Esto por los zapatos de tacón y apretados.
“Ellas (las mujeres) por cuestiones de moda y vanidad se ponen los zapatos que les gustan, más no los que deben de usar. Y hay quienes utilizan calzado de tacón de 10 o 15 centímetros desde la mañana hasta la noche, y lo acostumbran desde muy pequeñas. Entonces tienen una tendencia a desarrollar el juanete”, describe.
Sin embargo, el hombre también puede llegar a padecerlo, porque, dice Salazar Ledezma, existe un calzado que lo provoca, aunque en los varones la incidencia sea mucho menor.
“El juanete en el hombre se presenta regularmente en aquellos que usan bota vaquera, picuda, puntiaguda, muy norteña, con un tacón alto. Sobre todo las personas de estatura baja tienden a comprar unas botas con unos taconzotes para aumentar un poquito de estatura, y son los que pueden presentar situaciones degenerativas en los huesos del pie”, advierte.
ATENCIONES Y CONSEJOS
El especialista manifiesta que hay circunstancias que pondera sobre los cuidados de los pies, ya que es muy importante para evitar contagios en la piel secárselos muy bien después de bañarse. El uso de talcos, cremas, añade, pueden ayudar “un poquito” a evitar que se contaminen con hongos.
“Otra recomendación es no andar descalzos ni pisando el suelo sin calzado, porque es una fuente interminable de muchos parásitos y bacterias que pueden infectarnos y causarnos problemas.
“Es necesario, tampoco pisar alfombras, que generalmente se ven muy limpias, pero las aspiradoras no se llevan los rastros de los hongos y muchas bacterias no las alcanzan a limpiar. Usted las levanta con los pies y tiene infecciones”, asegura.
Si bien cortarse las uñas en tiempo y en forma puede ser una buena práctica, eso no es una garantía para una persona evite contagiarse de hongos. Por ello este médico pide que la gente sepa algo muy importante sobre el uso de los cortauñas.
“Normalmente se tiene un cortauñas familiar. Eso equivale a tener el cepillo de dientes familiar. ¿Para qué tenemos cada quien un cepillo, si podemos tener uno para toda la familia? Eso es algo que nada más de mencionarlo nos causa repulsión.
“Es lo mismo con el cortauñas, que debe de ser personal. Cada quien debe contar con sus propios artículos de corte y aseo. Por ello es muy relevante tener un cortauñas para los pies y otro para las manos. Cada que se utilicen hay que lavarlos con detergente. Si se puede remojarlos en cloro durante unos 20 minutos, enjuagarlos, secarlos y guardarlos en una bolsita hermética con una etiqueta para que la familia no se confunda”, remarca.
‘NO INTERCAMBIAR CALZADO’
Salazar Ledezma recomienda de manera reiterativa evitar ponerse los zapatos de otras personas.
“Que préstame tus tenis, que préstame tus tachones para jugar algún deporte. Es común entre los jóvenes que llegan a un campo de futbol y de repente, pues métete de cachirul, se prestan los tachones y ahí se contagian.
“Las chanclas de baño también, porque son artículos muy personales”, enuncia.
Otro de los consejos de este podiatra es jamás cortarse las uñas muy pegadizas y picándose la piel “metiéndose la tijera hasta dentro”, porque eso puede ser causa de que se les encarne la uña.
“Esta debe cortarse recta, un poquito salidita, y limar las esquinas. No meter la tijera para darle una forma bonita ni ninguna de esas cosas.
“Las damas que van al pedicure, que acuden a los salones de belleza. Es preferible que lleven sus propios artículos de corte y le digan a la persona que les va a hacer el servicio, que con esos instrumentos les arreglen sus pies, ya que puede darse el caso que en muchos lugares no tengan el cuidado y la higiene suficiente y puedan ocasionar contagios de hongos o enfermedades transmisibles por la sangre”, avisa.
El entrevistado hace el énfasis de que los cortauñas deben ser uno para los pies y otro para las manos, porque se ha dado el caso, según lo ve en la consulta muy frecuentemente, que hay pacientes que tienen hongos en las uñas de las manos y los pies.
“Y eso es debido a que con el mismo cortauñas se cortan las uñas de los pies, donde ya trae hongos se cortan las de las manos, y al ratito están todos contagiados. Entonces podrían evitárselo.
“Todos los padecimientos que acabamos de mencionar son reversibles, todos tienen tratamientos, pero a veces son muy costosos, sobre todo la onicomicosis (uña teñida con hongo).
Hasta los productos ‘maravilla’ que anuncian en la televisión son costosos, no son baratos.
“Podemos evitar todo ese gasto en tener cuidado. Enseñar a nuestra familia y nuestros hijos higiene con sus pies. Parece que no, pero sí es muy importante”, señala.
El doctor Salazar Ledezma expresa que existen casos de personas que esconden los pies en la arena de la playa. Los ocultan o llevan chanclas cerradas, porque tienen hongo en las uñas y no quieren que la gente los vea, porque les da pena “y a algunos les da cierto asco”.
Pero sostiene que “esto no es privativo de familias de clase baja o alta, sino general”, porque los hongos en las uñas se pueden presentar en todos los niveles sociales y bolsillos. Ricos y pobres estamos expuestos.
“Donde pueden contagiarse además de intercambiar instrumentos de aseo y calzado, es en lugares públicos, albercas, gimnasios, todos aquellos sitios donde nosotros entremos en contacto directo.
“Si usted se acaba de cortar las uñas y se baña en un gimnasio puede adquirir hongo ahí, que es muy difícil quitar y caro. Simplemente porque tiene abierto el borde de la uña”, aclara.
A VECES INEVITABLE
Otros padecimientos que menciona este especialista referentes a los pies son los congénitos, como los niños que nacen con pie equinovaro, el cual es un metido hacia adentro o el pie valgo, hacia afuera.
“También hay algo que se conoce como pie plano, que es una mala asignación, ya que el pie plano verdadero es quirúrgico. Es decir que no caminaría la persona si naciera con los huesos planos del pie.
“Más bien estamos hablando de pie laxo o muy elástico, que se les resuelve por sí solo en la pubertad. Cuando cumplen 12 o 13 años se les empieza a corregir el problema de la elasticidad, como ya los tejidos van agarrando más firmeza casi que se cura solo, pero es común que le pongan botitas y cosas en los pies a los niños”, dice.
De manera que son muchos padecimientos los del pie y luego, comenta, vienen las enfermedades vasculares, problemas de circulación, procesos degenerativos de las personas por lo regular mayores. Pese a que algunos casos pasan al campo de los angiólogos, son pacientes que, confiesa, también les llegan a su consultorio.
“Sobre el comentario de que los pies son la parte del cuerpo que más se descuida, pues si te pones a ver no le ponemos atención a nada, ni a las manos ni a los pies ni a las piernas ni a las rodillas. ¿Cuando ponemos cuidado?, cuando traemos problemas y nos duele algo.
“Tenemos muy poca información desgraciadamente. En las escuelas no dan una educación médica amplia, hay mucho desconocimiento y eso da pauta a que la gente use remedios caseros o las cosas que les dice la comadre o compadre.
“Ya cuando llegan a la consulta algunos vienen muy complicados. Lo mejor es informarse, acudir con un médico general. Una persona que sepa y los oriente”, menciona.
RECOMENDACIONES
El doctor Francisco Salazar Ledezma hace hincapié en los pacientes diabéticos, que deben usar un calzado muy suave, acolchado, que no tenga costuras por dentro, que no les raspe nada.
“Esos pies deben estar prácticamente entre algodones, eso es muy importante. Se debe difundir que no se presenten las úlceras del pié diabético, porque son meses de estar haciendo curaciones y mutilaciones.
“Y luego, de ser así, se tiene que quitar el tejido podrido, y muchas veces hay que tratar con injertos, y muchas cosas que se pueden evitar si los pacientes se cuidan. Sabemos que lo más importante de esto es la dieta y los cuidados del pie”, abunda.
No obstante, una de las mayores satisfacciones que comparte este podiatra es poder brindar información que le ha cambiado la vida a mucha gente y les evitó problemas de salud o se mejoraron.
“Es cuestión de cada médico el tomarse 10 o 15 minutos para informarles de todos esos cuidados a sus pacientes, para evitar bastantes problemas en el futuro. Yo creo en la medicina preventiva y no estoy muy conforme con la medicina curativa.
“La gente debería estar informada para quitarse muchos problemas, y así nosotros tendríamos tiempo de abocarnos a problemas mucho más serios, que una dermatitis o una infección por hongos. Nos permitiría avanzar en cosas más complicadas, que ya no dependen del paciente, sino de otros factores”, apostilla.
> ¿Cuál es su satisfacción cuando atiende a un paciente y esa enfermedad va saliendo?
“La alegría más grande es poder servir, que tu trabajo rinda frutos y tengas un paciente que viene complicado, pero al cabo de su tratamiento sale adelante. Sobre todo muchos quedan conscientes que deben cuidar sus pies.
“Por eso, si uno de los lectores toma muy en serio lo que le estoy diciendo yo me doy por satisfecho. Con una persona que siga estos consejos…”, manifiesta.
Al final, Salazar Ledezma comparte una anécdota que le llamó mucho la atención de un paciente originario de Alemania que llegó con él, recomendado. Afirma que traía una onicomicosis muy avanzada en los pies y en las manos.
“A mí lo que me llamó la atención es que era un ingeniero, ejecutivo o funcionario de una empresa muy importante, porque se dedicaba a viajar por todo el mundo. Y tenía una infección muy seria en los pies y manos. Ya lo habían visto muchos médicos en Europa, Alemania, Estados Unidos. No se había podido curar.
“El lo atribuía a que viajaba mucho. Lo empezamos a atender aquí nosotros. Lo tratamos un par de años, incluso, con rayos láser y medicamentos. Fue un poco duro, pero se alivió. Quedó bien el paciente y él decía que había andado en centros médicos muy importantes donde no le habían podido resolver el problema, pero en una ciudad de la frontera –sin demeritar– era increíble cómo era que se había curado”, relata.
Pormenoriza que algunas ocasiones la falta de información o la renuencia de acudir con el médico son factores que provocan que la gente esté sufriendo.
Así, el doctor podiatra pide poner mucha atención a las enfermedades e infecciones de los pies que pueden extenderse a otras partes del organismo y reconoce que no hay mayor complacencia, después de estar enfermo, que disfrutar una vida sana y en plenitud.