Sin un instituto político que respaldara sus aspiraciones, dos hombres y una mujer buscaron por separado alcanzar una diputación federal en los comicios del 7 de junio en suelo tamaulipeco (basados en las modificaciones a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales), pero fracasaron, aunque tampoco quedaron en último lugar.
Durante el conteo del PREP (Programa de Resultados Electorales Preeliminares) ni siquiera aparecieron en las listas que rubricó el Instituto Nacional Electoral (INE), sino hasta que terminó el cómputo final de las boletas.
Su principal oponente fue el desconocimiento de la ciudadanía hacia sus proyectos políticos y su mayor logro el haber obtenido un “pequeño” presupuesto para realizar sus respectivas campañas y superar en la tabla de votación a las estructuras de otros partidos.
Si bien en Nuevo León, se presentó un hecho épico, porque Jaime Rodríguez Calderón, conocido también como “El Bronco”, trascendió como candidato independiente al obtener la gubernatura de ese Estado. Éste es el ejemplo más preponderante de la influencia que puede generar un personaje –sin las siglas de un partido– en la opinión pública.
No obstante, a diferencia de la vecina entidad, en Tamaulipas se percibe otro escenario, pues la mayoría de los distritos no están ubicados dentro de una zona conurbada donde pueda capitalizarse un “punch” electoral, a excepción del VII y VIII de Ciudad Madero y Tampico, correspondientemente.
Guardando las respectivas distancias, los “independientes de Tamaulipas” no contaron con un gran estatus de posicionamiento ciudadano, a diferencia de Rodríguez Calderón, quien siendo alcalde del municipio de García fue catapultado por hacerle frente a grupos delincuenciales y los virales atentados que hizo el crimen organizado en su contra. Radicando en una zona metropolitana, el conocimiento público hacia “El Bronco” fue exponencial.
Sin un bagaje mínimo de popularidad ni tampoco una presencia suficiente en las redes sociales, que quedó comprobado, cada vez toman un rol más protagonista, los candidatos independientes de Tamaulipas a la diputación federal pasaron medianamente desapercibidos.
CONTRA LA CORRIENTE
En el Distrito I de Nuevo Laredo participó Diana Chavira Martínez, mientras que en el IV de Matamoros estuvo haciendo campaña Jorge Prisciliano Rentería Campos y en el VII de Ciudad Madero fue el litigante Manuel Santillán Martínez, quien buscó la aprobación de los votantes.
Si al caso, el personaje con mayor peso de los tres fue Rentería Campos, como presidente de la barra de abogados de Matamoros.
Aunque no estuvo cerca de pelear la diputación, analizándolo desde otra óptica su resultado tampoco fue tan malo, ya que se situó en el tercer lugar al obtener una cifra final de 8 mil 136 votos (muy lejos del PAN y el PRI, los cuales rompieron la barrera de los 40 mil y 50 mil sufragios respectivamente).
Al menos Rentería Campos se situó por delante de las estructuras de los partidos Verde Ecologista de México (que llegó a los 6 mil 433 votos), Encuentro Social (3 mil 646 votos), Morena (3 mil 643 votos), Nueva Alianza (3 mil 102), Movimiento Ciudadano (mil 386), PRD (mil 254), Humanista (953) y el PT (757).
Cabe decir que los institutos políticos reciben sumas exorbitantes para financiar sus campañas y mantener los partidos, mientras que los candidatos independientes obtuvieron aproximadamente un millón de pesos para realizar su propaganda.
Por donde se le vea las diferencias son abismales. Además tuvieron que reunir una cifra cercana a las seis mil firmas para poder competir.
MEJOR QUE LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA
Mientras tanto, otro de los candidatos independientes que compitió en suelo tamaulipeco fue Manuel Santillán Martínez, por el Distrito VII de Ciudad Madero.
Se situó en el noveno lugar entre once participantes, diez de los cuales corrieron con la ayuda de los partidos políticos. Aún así logró 4 mil 983 votos para colocarse por delante del PT, que sacó 2 mil 209 y del Partido Humanista, que obtuvo 2 mil 203.
Sin pena ni gloria, Santillán Martínez no alcanzó a tener la penetración necesaria entre la población de su distrito y se quedó a la orilla del camino.
En tanto que Diana Chavira Martínez, del Distrito I de Nuevo Laredo se fue al cuarto peldaño de la elección, al conseguir 3 mil 110 votos, para ubicarse arriba de los partidos Encuentro Social (que logró 2 mil 362 adeptos), Morena (con 2 mil 333), Nueva Alianza (2 mil 198), PRD (2 mil 104), Movimiento Ciudadano (mil 72 adeptos), Humanista (con 934 votos) y el PT (que apenas sumó 659).
En esos tres balances, se pueden sacar conclusiones de que los independientes de Tamaulipas sacaron nota por delante de los partidos de izquierda, que están completamente fracturados. El PRD, que normalmente ocupaba los primeros puestos, en estas votaciones se fue hasta los últimos.
Y en resumen, aunque en las elecciones del 7 de junio pasado los candidatos únicos no alcanzaron a romper ningún paradigma en suelo tamaulipeco, es preciso mencionar que cuando falta un año para los comicios a la gubernatura de esta entidad –sea por las largas distancias entre las cuales reside el electorado, o por la hegemonía que tiene el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la figura de un candidato independiente que pueda emular lo que hizo “El Bronco” en Nuevo León aún queda por verse.