
El pequeño Israel debe calmar sus ganas de brincar, correr y explorar el mundo, pues un golpe o caída podría tener graves consecuencias debido a un quiste en el fémur; mientras tanto, sus padres se mentalizan ante el hecho de que su cirugía es apenas el inicio de un largo tratamiento.
Pensar en un niño es imaginarlo corriendo, saltando, teniendo múltiples aventuras, jugando con hermanos, primos y amiguitos, pero, ¿qué pasa cuando existe un padecimiento que se lo impide? Esta es la realidad del pequeño Israel Hernández Vallejo, de la ciudad de Río Bravo, quien con siete años de edad, debe comprender que un padecimiento le impide disfrutar de su niñez a plenitud.
Fue hace unos meses que su madre, Mayra Vallejo Martínez notó que su hijo “renqueaba” al caminar y aunque el niño manifestó no sentir dolor, al paso del tiempo afirmó tener molestias y los dolores aparecieron.
Entendiendo que no era algo normal, sus padres lo llevaron a consulta y una radiografía reveló que sus síntomas se debían a un tumor en el fémur y necesitaría operarse de inmediato.
“El médico nos dio ese diagnóstico y aparte nos dijo que una cirugía en hospital particular nos saldría cara, así que fuimos con otro médico y nos dijo lo mismo; ya hemos ido con varios y nos dicen que es algo inexplicable porque no fue de nacimiento, tampoco hereditario, dicen que nomás le salió y que es muy común que aparezca en niños”, declaró la madre de familia.
Agregó que le comentaron que tampoco se debió a un golpe o una caída, simplemente, se desarrolló sin un motivo y que el nombre para esta patología es quiste óseo aneurismático y aunque es benigno, requiere una intervención quirúrgica.
LARGO CAMINO
La entrevistada mencionó que, en su desesperación por obtener un diagnóstico diferente en el que no se contemplara una cirugía visitaron varios médicos, lo que les generó gastos de alrededor de tres mil pesos solamente en consultas.
En cuanto a estudios, solo se le ha realizado una radiografía la cual ha servido para establecer su diagnóstico.
El padre de Israel trabaja operando un tractor en parcelas de Río Bravo, por lo que, según su esposa, prácticamente viven “al día”.
Luego de diversos trámites él y su familia fueron dados de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que les ofreció un nuevo panorama ante la atención médica de su hijo.
“Fuimos a la clínica 270 en Reynosa, ahí un médico revisó al niño, nos dijeron que era un especialista muy bueno y nos dijo que sí necesitaba una cirugía pero que tampoco era urgente, que si no lo operaban pronto no lo iba a afectar, entonces ¿a quién le creemos? Ya no sabemos ni que pensar, unos dicen que si y otros dicen que no”, mencionó la angustiada madre.
De cualquier forma, la cirugía es un hecho y debe realizarse en algún momento para beneficio del niño, por lo que familiares y amigos les recomiendan que se la realice en el IMSS y de esta manera no verían afectada su economía.
“El médico nos dijo que no solo es la cirugía, vienen más gastos, más vueltas, consultas, estudios, medicamentos; si lo hacemos en un particular de la pura cirugía serían 60 mil pesos, ¿y todo lo demás?, mi esposo y yo hablamos y pensamos mucho en esto porque dinero pues, no tenemos, no contamos con él”, mencionó.
La familia habitante de la colonia Paraíso, fue orientada por el médico sobre que, después de la intervención, el pequeño vivirá un largo proceso en el que habrá muchas revisiones y monitoreos.
“Nos dijeron que es probable que le vuelva a salir el quiste y que hay que estarlo revisando por lo menos hasta que el hueso deje de crecer, por lo menos hasta que cumpla los 18 años, también debe verse si todo eso no afectó al crecimiento del hueso, hasta ese momento es cuando al niño se le va a dar de alta”, detalló.
Al pequeño Israel le ordenaron realizarse un estudio llamado TAC, así como análisis de laboratorio, otra radiografía y tiene cita con su médico nuevamente hasta dentro de un mes.
BAJO SUPERVISIÓN CONSTANTE
Mayra Vallejo es ama de casa y ahora debe de combinar sus quehaceres del hogar y el cuidado de su otra hija con la supervisión constante de las actividades que realiza Israel, ya que su salud está en juego.
Aunque el médico dijo que si puede caminar, lo que no debe de hacer es brincar, hacer movimientos bruscos, aventarse y evitar golpes, algo muy difícil para un niño de siete años.
“Su papá y yo ya hablamos con él, le explicamos que lo que tiene es delicado y además, el ha escuchado lo que nos dice el médico en las consultas; tengo que estar al pendiente de cuando juega con sus primos o con su hermana, que aunque es más chiquita que él es muy tosca; el se enoja y dice que no lo dejamos hacer nada, que solo lo queremos tener sentado o acostado, pero tratamos de hacerle ver que es por su bien”, explicó.
Le dicen que un golpe podría quebrar su hueso y sería algo muy doloroso, además, tendrían que llevarlo al hospital de emergencia, pero por más explicación que se le da se le olvida, así que de pronto, el bullicio infantil que alerta sobre juegos intensos llama la atención de Mayra que debe dejar lo que está realizando para acudir a vigilar a su niño.
Comentó que, lo más probable es que su hijo sea operado en el Seguro y que ya algunas personas la han otorgado una pequeña ayuda económica para los gastos que vayan surgiendo, pero, dijo sentirse apenada por ello, pues ya no se realizará la cirugía en un hospital particular.
“Claro que de cualquier forma necesitamos ayuda, aunque quizás ya no tanta como antes, pero no se me haría justo pedir dinero, aunque de cualquier forma yo les agradezco muchísimo a quienes nos han dejado algo y también a quienes han estado pendientes de la salud de mi niño”, declaró.