
Hoy, los casi 300 mil turistas que cada mes atiborraban los restaurantes, bares, hoteles y comercios de Reynosa, se han convertido en un recuerdo muy lejano. Poco a poco, el sector turístico de la ciudad está muriendo de olvido.
Lo que antes solía ser uno de los sectores más pujantes de esta frontera, hoy ha sido olvidado por las autoridades, los turistas, los “winter texans” y hasta los residentes de esta ciudad, lo que ha provocado que poco a poco, pero de manera irremediable, vayan desapareciendo negocios considerados tradicionales en esta frontera.
Marquesinas con nombres como el Zodica’s, La Concha, la Mansión del Prado, el Sam’s, el Alaska, el 10-40, la Roca, el Treviño’s, entre otros, no volverán a brillar en las noches fronterizas debido a la crisis económica, la alerta sanitaria por la influenza AH1N1, la inseguridad y más recientemente, la contingencia por la crecida del río Bravo.
Sin embargo, para los empresarios de este sector, lo que realmente mató a la industria turística de Reynosa es el olvido de las autoridades de los tres niveles de gobierno, quienes no sólo colocaron en los puestos clave a personas sin experiencia o vocación para atender esta actividad, sino que también retiraron todos los apoyos oficiales.
Atrás quedaron los tiempos en los que había coordinación con el gobierno, cuando se planeaban actividades para ofrecer a Reynosa como un punto atractivo para los visitantes.
Hace más de tres años que no se realiza ni siquiera una reunión de coordinación entre las autoridades del ramo y los empresarios turísticos de Reynosa, denunciaron empresarios de esta área.
“Javier Villarreal, quien se supone es el secretario de Turismo en el Estado, se ha parado dos veces en Reynosa; Norma Cordero, quien está al frente de la comisión de Turismo en el Congreso estatal nunca ha sostenido una reunión con los representantes del sector y el Ayuntamiento nos tiene abandonados”, denunció Camilo Martínez Cortés, ex dirigente de la Canaco, representante de la Asociación de Hoteles y Moteles y empresario del ramo turístico.
Propietario de centros nocturnos como el Alaska y el 10-40 –que tuvieron que cerrar pues ya no eran viables financieramente–, este empresario lamentó que las autoridades hayan abandonado la promoción de la ciudad en el Valle de Texas.
“Antes había reuniones entre funcionarios de gobierno encargados de la promoción del turismo y los representantes del comercio y el sector de servicios, además en estas reuniones se invitaban a representantes de la Cámara de Comercio de McAllen quienes participaban en los tres o cuatro eventos que se organizaban al año”, precisó.
Recordó que en estos años la ciudad era considerada en los planes de promoción en los que se involucraban las comunidades del valle del sur de Texas.
“Reynosa estaba incluida en una lista de actividades con la que los representantes del Valle de Texas salían a competir contra Estados como Florida y Arizona para atraer a los ‘winter texans’, que dejan millones de dólares a las regiones a donde acuden”.
El resultado: se dejó ir a un sector que representa ganancias de alrededor de 650 millones de dólares al año, quienes ahora prefieren viajar a otros destinos fronterizos, pues no les interesa participar en los pocos eventos que se llegan a organizar.
“Ya no queda gente capacitada en la promoción del turismo o con el perfil adecuado para ocupar estos puestos. A lo más que llegan es a organizar cabalgatas o ‘rallys’ de motocicletas que no es una promoción turística, por más que puedan generar ingresos para la cuidad en muchas ocasiones los costos son más elevados que los beneficios”, expresó.
UN NEGRO PANORAMA
Para Martínez Cortés, los anuncios oficiales de que poco a poco el turismo de Tamaulipas se ha recuperado de la crisis económica son unas verdaderas “mentiras”, pues la situación está peor.
“La crisis no ha pasado, hemos perdido muchos empleos, es mentira que el sector se ha recuperado.
“Todos han sido afectados, hoteles, restaurantes, salones de belleza; ya no quedan franquicias de empresas de renta de automóviles, las que quedan son locales.
“La crisis ha mermado la plantilla laboral, ya nos alcanzó a todos y si a eso le agregas el olvido de las autoridades de los tres niveles de gobierno quienes dicen que hay promoción del turismo pero no es cierto, entonces se podrá comprender la crisis en la que estamos”, indicó.
Y es que para los empresarios del sector turístico, el principal error que cometieron las autoridades fue confundir la vocación turística de esta frontera, que atrae a un tipo muy específico de visitantes.
“Reynosa no es una plaza turística de diversión, aquí la gente viene por cuestiones de trabajo, aquí no hay un punto de interés para los turistas por más que los políticos lo digan, eso no es cierto. Que Reynosa tenga dos o tres lugares que podrían ser de interés no nos convierten un centro turístico.
“El turismo que nos visitaba era el de negocios, el turismo cinegético, el gastronómico, el de la vida nocturna, el de la caza del venado, la paloma, el guajolote y ellos ya no vienen porque han encontrado otras opciones más interesantes”, manifestó Martínez Cortés.
Esto ha generado un impresionante desplome en la actividad como la de los hoteles y moteles de la ciudad, donde el promedio de porcentaje de ocupación en Reynosa no rebasa el 30 por ciento. Y aunque hay algunos hoteles que llegan al 50 o al 55 por ciento de su capacidad, muchos otros no superan el 23 por ciento, lo que representa un problema pues para que un negocio de este tipo pueda operar de manera eficiente necesita contar con un 42 por ciento de ocupación.
Como efecto de esta situación han cerrado sus puertas cuatro hoteles en la ciudad, mientras los que siguen abiertos han tenido que reducir su plantilla laboral.
SIN APOYOS
Descapitalizados, los empresarios del ramo turístico claman por apoyos por parte de las autoridades y solamente han encontrado decepciones.
La más reciente se dio en el año 2009, cuando Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior anunciaron que habían 10 mil millones de pesos disponibles en apoyos financieros con tasa fija del 12 por ciento, sin garantías reales y con plazos de pago de hasta de tres años.
Héctor Rangel Domene, director general de Nacional Financiera y del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), aseguró que estos recursos los otorgaba el gobierno federal a las pequeñas empresas, entre las que estaban incluidas las del sector turístico.
“La banca de Desarrollo calcula que la caída en el consumo en restaurantes alcanzó hasta el 90 por ciento, mientras que la ocupación hotelera y la demanda de servicios en empresas de esparcimiento, descendió alrededor del 80 por ciento”, expresó.
Como parte de los trabajos de promoción de estos recursos, funcionarios de Nafinsa y Bancomext llegaron a Reynosa para sostener una reunión con integrantes de la Asociación de Hoteles y Moteles, la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados y la Cámara Nacional de Comercio.
La idea era ofrecer hasta tres mil millones de pesos en créditos sin garantía para remodelación de negocios y mejoramiento de operaciones, lo que provocó el entusiasmo entre los empresarios del sector.
Sin embargo, el gozo se fue al pozo cuando les anunciaron los requisitos que se pedían para poder obtener estos créditos: estados financieros perfectos, copias de las últimas declaraciones fiscales sin adeudos, no estar en el buró de crédito, entre otros requisitos.
El resultado: no se ha otorgado ni un solo de estos créditos en la ciudad pues, explicaron empresarios que asistieron a esta reunión “el gobierno le está ofreciendo créditos a quienes no lo necesitan”.
EN McALLEN, EL ‘BOOM’
Hace apenas algunos años, los bares y restaurantes de la Zona Rosa lucían llenos de residentes del Valle de Texas quienes convirtieron a esta área en su punto favorito de reunión durante los fines de semana.
Era tanta la gente que llegó a Reynosa, que esta frontera llegó a registrar hasta 300 mil personas al mes, quienes se divertían en los poco más de 20 negocios instalados en las cuatro cuadras ubicadas a unos pasos del puente internacional.
Sin embargo, con el paso de la crisis, apenas unos cuantos bares quedan abiertos, dejando abierta una oportunidad de mercado que ya fue aprovechada por la ciudad de McAllen, donde hace apenas un par de años se fundó el llamado “Distrito de Diversión”, ubicado sobre la calle 17 en el centro de la ciudad.
Parte fundamental de este “boom” de la vida nocturna, fue el apoyo que el gobierno local les dio a los empresarios interesados en instalar bares, restaurantes y centros nocturnos.
“En McAllen las autoridades hicieron ajustes a la ley para permitir el crecimiento de la calle 17, les dieron facilidades a los empresarios con licencias y permisos para que pudieran instalar sus negocios y ahora les está yendo muy bien.
“Aquí no sólo no hay facilidades, nos tienen en el olvido y es muy deprimente ver cómo el sector turístico se está muriendo”, reveló un empresario del ramo en Reynosa.
Como resultado ahora muchas de las personas que se divertían en Reynosa ahora se van a McAllen, mientras los negocios de este lado están muriendo poco a poco de olvido.