
Maurice Maeterlinck manifestó alguna vez de forma alegórica y escueta que: “El pasado siempre está presente”; sin embargo, lo que no precisó este importante dramaturgo y ensayista belga es cómo y de qué manera.
Y es que evidentemente si no se tienen antecedentes o vestigios del ayer, más difícil va a ser comprender la historia y no sólo eso, sacarle un provecho, pues tal como lo expresó el también filósofo, el español, George Santayana, “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
Por esa y por muchas razones más, el rescate, la conservación, el manejo adecuado y la divulgación de los referentes históricos de una nación, de un Estado y de un municipio, resultan fundamentales para aprender y no cometer los mismos errores.
Esto permite tener una sociedad más preparada y generar beneficios que se traducen a los campos de la cultura, la economía, la agricultura, la ciencia, el turismo y el gobierno, relacionado lo último a la rendición de cuentas, conforme lo establece la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Gracias a este derecho –entrado en vigor en las instituciones mexicanas desde el año 2003–lugares como el Archivo Municipal de Reynosa, además de concentrar los marcos históricos de la ciudad, también contienen los papeleos y documentos derivados de la gestión de sus alcaldes, con la gran ventaja de que en esta localidad el trabajo es admirable.
Los expedientes son impecablemente matriculados, ordenados y una parte considerable es clasificada en un banco digital, para que cualquier persona pueda acceder a ellos.
De acuerdo con Alicia De León Peña, quien es coordinadora general de esta dependencia, a la par de la recuperación de los materiales históricos, el Archivo también se ha modernizado para transitar con los avances de la tecnología.
Una muestra de ello son los dos premios nacionales I+T GOB, otorgados en 2011 y 2012 al ayuntamiento de Reynosa por el Comité de Informática de la Administración Pública Estatal y Municipal, A. C. (Ciapem), gracias a su programa de bibliotecas digitales, efectuado en conjunto con la Dirección de Sistemas, que superó a casi 200 proyectos tecnológicos de todo el país.
“Es un privilegio para nuestra ciudad tener un Archivo como este y eso nos obliga y nos hace sentirnos más comprometidos, porque nuestro trabajo también está a la altura del edificio que tenemos. Nos hemos puesto a estudiar con profundidad, además de nuestra historia, cursos de archivística, de manejo de documentos y técnicas de conservación. Hemos sido capacitados en el Archivo General de la Nación (AGN) y estudiado varios diplomados en historia, lo cual estamos aplicando aquí”, relata.
UNA LABOR TRASCENDENTAL
En el sitio de Internet www.reynosa.gob.mx hay un espacio dedicado especialmente al Archivo Municipal, donde aparecen los libros que posee, un nutrido catálogo de imágenes de su fototeca, las gacetas que éste publica y el documental “Reynosa ayer y hoy”, que cuenta la historia de la ciudad en 14 minutos. Además, se puede realizar una visita virtual por las salas del recinto.
La también química farmacobióloga, con cinco años al frente de esta oficina, destaca que el de Reynosa es el único archivo de la entidad que se ha puesto a digitalizar sus documentos –dentro de los cuales sobresalen pergaminos, manuscritos, mapas y planos, algunos con más de dos siglos de antigüedad–, lo que le ha permitido convertirse en una importante fuente de consulta no sólo a nivel local.
“Gracias a eso nos visitan muchos alumnos, académicos e investigadores y nos alegra recibir comentarios desde otros lugares dentro y fuera del país, de que un documento que encontraron aquí les sirvió, porque une o confirma datos que hallaron en otros archivos.
“Vale mencionar que tenemos documentos de la época colonial, –que ya han sido completamente capturados en computadora– y del Reparto Agrario, muchos de los cuales los hemos caligrafiado y transcrito, algo para lo cual la gente que aquí trabaja está capacitada”, menciona De León Peña.
Es importante señalar que para realizar este trabajo primero los documentos deben entrar a un proceso de ordenamiento, clasificación y elaboración de fichas. Una vez que esto ocurre, pasan por un escáner de alta resolución, se les asigna un nombre, una dirección y luego se comparten, mientras que los papeles son reingresados por carpetas en cajas protectoras y colocados en almacenes.
“Nos interesó empezar por la Colonia, porque son los registros más antiguos, los más valiosos y también los más frágiles, entonces así cuando alguien viene a investigar nos vamos primero a lo digital y si hay que profundizar en algo entonces se saca el documento original.
La digitalización, además de la difusión nos está también ayudando a conservar mejor esos documentos”, afirma.
UNA MIRADA AL PASADO
La entrevistada narra que el primer archivo de la ciudad se remonta al año de 1749, cuando un grupo de conquistadores españoles –enviados a fundar las poblaciones del norte del Nuevo Santander (Tamaulipas)–, se estableció en la villa de Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa, en lo que ahora es Reynosa Díaz.
“A partir de entonces la documentación que da fe de los acontecimientos ocurridos empezó a resguardarse, aunque el documento más antiguo con el que aquí se cuenta, data de 1764; 15 años después de iniciada esta labor”, revela.
A través de los años, los pobladores realizaron un esfuerzo por conservar este acervo, pero en algunas ocasiones, la falta de recursos, de un espacio apropiado y de conocimientos, dificultaron su adecuado mantenimiento.
Hasta el siglo XX el Archivo permaneció ubicado en diferentes lugares y no fue hasta la década de los setentas que se trasladó junto con la Biblioteca Municipal al kiosco de la Plaza Principal.
En 1998 fue nuevamente removido, esta vez a las instalaciones de la antigua Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde permaneció hasta el año 2004, cuando la administración de Serapio Cantú Barragán construyó el edificio que actualmente lo alberga, el cual fue diseñado especialmente para el cuidado de la documentación municipal.
“Por muchos años y siguiendo la costumbre española, el Archivo formó parte de la estructura administrativa del municipio, pero hasta el año de 2002 –en que para dar cumplimiento a lo ya establecido en el Código Municipal para el estado de Tamaulipas– en Reynosa pasó a ser una dependencia de la Secretaría del Ayuntamiento encargada de concentrar y organizar la documentación generada por la gestión pública. Este hecho le confiere un doble carácter al Archivo, asumiendo una dimensión histórica y otra administrativa”, define.
Uno de los muchos antecedentes interesantes a los que se tiene acceso es que los primeros habitantes de Reynosa le dieron mucha importancia a tener un espacio documental.
“Existe un registro de un inventario que se hace cuando ya se va a mudar el Archivo de
Reynosa Díaz a las Lomas de San Antonio (zona donde actualmente se sitúa la Plaza Principal), entonces lo hacen en diciembre y ellos se cambian en 1803, cuando mucho tiempo se creyó que el cambio había sido en 1802.
“Tenemos un artículo publicado en una gaceta sobre ‘El traslado de Reynosa y su indefinido aniversario’, porque se ha festejado en muchas fechas. Y en síntesis, ellos inventariaban más los documentos, que lo físico, los escritorios y todo eso”, detalla.
De León Peña añade que después de trasladarse la ciudad a su zona actual –a causa de las inundaciones que constantemente castigaban al poblado de Reynosa Díaz–, continuó el procedimiento de concentrar la información.
“El encargado del archivo venía siendo el equivalente a lo que ahora es el secretario del Ayuntamiento. Se fueron generando y reuniendo todos estos documentos durante muchos años y después pasaron un poco a manejarse como un registro cultural.
“La antropóloga, Antonieta Espejo, comisionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), llegó en la década de los sesentas y rescató todos esos documentos. Fue la primera que empezó a dedicarles tiempo y a organizarlos. Ella fundó la Biblioteca Municipal, Amalia González Caballero de Castillo, porque antes todo estaba en legajos, atado con cordones y es de verdad admirable el trabajo que hizo por nuestra ciudad”, subraya.
ORDEN Y LEGALIDAD
La encargada de este sitio, localizado sobre el libramiento Luis Echeverría (a un costado de la Casa Hogar del Sistema DIF), menciona que en cada cambio de administración se debe hacer un inventario de lo que se contiene y de la información que se genera durante la misma, con el objeto de ser presentado en la entrega-recepción al nuevo gobierno.
A su vez la ley marca tres periodos de recepción de documentos para que las secretarías y direcciones de la ciudad le proporcionen al Archivo su información administrativa.
“El primero fue los primeros tres meses del año pasado, el segundo periodo son los primeros tres meses de este año 2013 y el último van a ser los últimos tres meses de la administración del licenciado Everardo Villarreal. Para entonces todo el personal que maneja archivos ya va a estar capacitado. Ahorita estamos trabajando sobre la elaboración de un oficio que les enviamos a los secretarios y directores del Ayuntamiento, solicitando que quienes tengan personal que no ha sido entrenado en la entrega-recepción nos los envíen.
“Nosotros les enseñamos desde cómo se ordenan los documentos, cuáles son las regulaciones, porqué los debemos ordenar, cómo la ley nos obliga, y les decimos cómo hacerlo”, especifica.
En el caso de que una persona u organismo desee consultar algún trámite relativo a los ayuntamientos recientes, el Instituto Municipal de Acceso y Transparencia a la Información Pública es el que se ocupa de recibir las solicitudes, el que a su vez le pide al Archivo Municipal los datos en mención y el que le da una respuesta al ciudadano.
“Somos la única dirección en la que el Código Municipal nos indica exactamente lo que debemos de hacer y en Reynosa se está cumpliendo cabalmente la ley.
“Todos los documentos que llegan en original se resguardan bajo llave y si por ejemplo, el tesorero de la ciudad necesita algo de Contraloría,
ésta envía un oficio donde se explica la documentación solicitada; un empleado va a llegar, se va a identificar y va a quedar notificado con sus debidas credenciales para sacar la copia del pliego que requiera el tesorero y, salvo que el original se necesite para un trámite legal, aquí se queda una copia”, pormenoriza.
El mismo Código Municipal indica que los documentos deben permanecer en el Archivo de Concentración por 10 años. Después de ese periodo se hace una valoración llamada Secundaria y los papeles que ya no tienen un valor legal, fiscal o administrativo se desechan.
Para esto el Archivo además de contar con una sala especial que da cabida a sus escritos históricos (denominada Donato Palacios), posee también un almacén de concentración para toda la papelería administrativa (nombrado César Humberto Isassi, en alusión a ambos cronistas de la ciudad), y en los que se da cumplimiento a los preceptos establecidos para el Estado de Tamaulipas.
“Tenemos una guía que nos dice de qué época es cada caja, qué contiene y en qué lugar está puesta. Estas poseen una descripción para no tener que estarlas abriendo y desde afuera saber que hay dentro.
“También está marcado si su contenido tiene o no valor histórico, para que quien venga en 10 años a hacerle su segunda valoración le ponga doble cuidado y así en su interior están organizados en perfecto orden los documentos y con sus pestañas. Aquí sabemos qué viene y cómo lo vamos a concentrar y a manejar”, precisa De León Peña.
Para realizar una mejor búsqueda, en la pared del archivo de Concentración aparecen los organigramas municipales, porque la funcionaria explica que de repente ciertas direcciones o secretarías van cambiando de nombre.
Y como tan sólo en el archivo Histórico existen más de 15 mil expedientes almacenados, muchos de los cuales tienen décadas y siglos de existencia, las salas cuentan con condiciones de humedad y temperatura controladas; los deshumificadores están siempre trabajando para la protección adecuada de la información.
VISION HISTORICA
No obstante, el buen manejo que ahora tiene el Archivo Municipal de Reynosa, no siempre fue así, por lo que sus trabajadores abogan para que las nuevas administraciones preserven, valoren el trabajo realizado y le den continuidad.
Y a pesar de que el funcionamiento de este lugar no es sencillo, son únicamente seis personas las que se encargan permanentemente de realizar esa titánica labor.
“Sí ha sido mucho que leer e investigar, pero cuando ya lo haces con una metodología establecida este trabajo se va simplificando”, arguye De León Peña.
Otro de los puntos a considerar es que quienes no han tenido la oportunidad de visitarlo, el Archivo tiene una biblioteca tradicional de texto que ha ido creciendo en base a donativos de ciudadanos, mientras que la digital permite acceder desde todas las bibliotecas del ayuntamiento.
“Esto es muy importante, porque la ausencia de algunos libros que no tengamos aquí los podemos sustituir de manera digital. Por lo menos tenemos dos mil obras de este tipo y mediante ese sistema si alguien viene a buscar un libro y no lo tenemos, le decimos en qué biblioteca sí está, entonces ya no anda la gente batallando”, ilustra.
Asimismo, el recinto del Archivo Municipal posee una sala de exposiciones que ha servido de espacio para que las universidades de la ciudad compartan sus trabajos y para exhibir documentos históricos.
Si bien todos los departamentos son de suma importancia, sin lugar a dudas uno de los sitios más emocionantes de este lugar es la Fototeca Municipal Jesús Cavazos Reyes, la cual comenzó a funcionar a finales de 2009, ayudada de modernos aparatos que permiten hacer digitales los negativos y rescatar imágenes antiguas.
“El señor Cavazos, quien tiene más de 40 años siendo el fotógrafo oficial del ayuntamiento, está compartiendo con nosotros su trabajo y en esta sala tenemos en fotografía todos los cambios de gobierno de las administraciones municipales. Cada imagen cuenta con una ficha técnica, ya que estamos trabajando de acuerdo a los lineamientos de la Fototeca Nacional, en una modesta fototeca de ciudad”, remarca.
En la misma tesitura, Alicia De León Peña pone énfasis al rescate de la historia de Reynosa, para lo cual la ciudadanía también está participando. El mes pasado el club social Esposas de Médicos hizo un donativo muy importante de imágenes de toda su historia, dado que acaba de cumplir 60 años.
“Compartieron con nosotros muchas imágenes, al igual del Colegio de Contadores y además tenemos la promesa de organizaciones no gubernamentales (ONG) de compartir con nosotros su historia.
“Esto es muy importante, porque la vida social va muy entrelazada con el pasado y el desarrollo de nuestra ciudad y ahorita estamos realizando toda esta recolección de imágenes para que en 50 o 100 años la gente sepa qué se hacía y cómo vivíamos”, manifiesta.
Los visitantes a este archivo pueden conocer también acerca de los gobernantes que Reynosa ha tenido en su historia, ya que en la sala Presidentes se puede observar una colección de retratos y una réplica a la que se encuentra en el edificio del ayuntamiento.
“Este es el lugar en donde le damos la bienvenida a la gente, donde proyectamos el documental y les presentamos la primera plática antes de hacer un recorrido.
“Quiero resaltar la importancia que la administración municipal le da a nuestro Archivo y a la difusión de nuestra historia. Tenemos muy buen equipamiento, tenemos un cañón, tenemos muy buenas computadoras, tenemos sonido y cuando vienen personas de otros archivos se llevan una muy buena impresión”, cuenta.
Las tareas desarrolladas han generado incluso, el reconocimiento de otros municipios de Tamaulipas, después de que algunos periodistas e investigadores de Matamoros han encontrado aquí información de sus propias comunidades, en combinación con una enorme facilidad y herramientas para la consulta de datos.
Pero llama la atención que entre los visitantes a este pabellón también destacan estudiantes, miembros de distintas asociaciones, público en general y niños.
“Cuando vienen niños aquí se la pasan muy bien, pues no es lo mismo a que un maestro te cuente en el aula la historia, a que aquí te la estemos platicando como una película y estén viendo las imágenes de lo que se está hablando.
“Los pequeños tienen la oportunidad de mirar algunas obras artesanales que nos dicen que les gustan mucho. En un recorrido (aproximado de una hora) los llevamos por las diferentes áreas y les mostramos nuestra hemeroteca, donde tenemos los diarios de mayor circulación desde el año 2005, cuando el Archivo tuvo un espacio propio.
“Quienes están haciendo una investigación pueden venir aquí a consultar un periódico. Tenemos algunas ediciones antiguas que nos donó el Diario Oficial de la Federación (DOF)”, agrega De León Peña.
En conclusión, la directora de este Archivo se declara muy contenta de que la ciudadanía conozca sobre el acervo municipal y de los esfuerzos que el actual gobierno ha hecho para continuar con los trabajos y seguir avanzando para la conservación de la historia de Reynosa.
“Somos un espacio gratuito, abierto a todos y cualquier ciudadano es bienvenido para venir a ver nuestros documentos o hacer un recorrido para saber lo que aquí se hace. Estamos abiertos de lunes a viernes, de las 8:00 horas a las 16:00 horas aquí en el libramiento Luis Echeverría.
“Pueden visitar nuestra biblioteca, donde tenemos bastantes libros del pasado de Reynosa y también estamos abiertos para los maestros y las escuelas”, invita.
Y es que la difusión de la historia –tal cual es– vive probablemente hoy en día su más amplio apogeo como tema de interés general. En las últimas dos décadas la fuerza de los medios de comunicación, la programación de la televisión de paga y la Internet han alimentado un resurgimiento inusitado de este concepto, conectando acontecimientos trascendentales del pasado, con los diferentes modus vivendi documentados y un reencuentro con las raíces de los seres humanos.
“Creemos que cuando conocemos más de nuestra ciudad y vemos todo el esfuerzo que hay detrás de esto, aprendemos a quererla para cuidarla y respetarla. Vivimos tiempos de cambio y a nivel mundial hay que voltear atrás para crear un mejor futuro”, reflexiona.