Esta casa hogar alberga a niños en situaciones difíciles y de vulnerabilidad, pero para continuar apoyándolos solicita el apoyo de la ciudadanía.
Muchos atribuyen a “un llamado de Dios” su incursión en la beneficencia y sus deseos por ayudar al prójimo y a los más desfavorecidos y este fue el caso de Jaime Mayorga y su esposa Rosalba de Mayorga.
Hace algunos años ambos se desempeñaron como misioneros en la sierra tarahumara, en Chihuahua, apoyaban en casas hogares y ayudaban a jóvenes que vivían situaciones difíciles o estaban en pandillas.
“Al ver como Dios usaba nuestras vidas para rehabilitar a estos niños y como se iban mejorando pensamos en que queríamos hacer algo más”, detalló.
MONSERRAT LLEGA
A SUS VIDAS
Su contacto con esta pequeña fue en la Casa Hogar del DIF, cuando tenía dos años, ocho meses de edad.
Monserrat fue presentada como una niña sin posibilidades de que alguien la adoptara al ser una niña especial.
Nació con microcefalia, con problemas cardíacos y pulmonares, así como ataques epilépticos.
“Nos dijeron que nadie la podía adoptar, solamente personas que tuvieran posibilidades económicas o mucho amor y yo les dije que, bueno, que nosotros no somos ricos pero si tenemos el amor de Dios y Cristo y que quería adoptarla”, platicó Rosalba.
Su madre biológica cedió sus derechos al DIF, por lo que se iniciaron los trámites para su adopción y a los dos meses les dieron la patria potestad a Jaime y Rosalba.
“Nos la entregaron desahuciada, nos dijeron que la niña no iba a caminar y no iba a hablar y no sabíamos cuanto tiempo tenía de vida,
era una situación muy triste”, relató.
Pero tras instalarse en su nuevo hogar, fue llevada a Chicago en donde fue evaluada por otros médicos, quienes plantearon un panorama mucho más alentador que el diagnóstico dado en Reynosa.
“Le quitaron todos los medicamentos, empezó a caminar y ahora ya balbucea, dice ‘hola’, ‘agua’, ‘nana’, ‘tata’, hubo mucha mejoría, hoy tiene 7 años y para
nosotros es un milagro, en lugar de que nosotros hayamos sido una bendición para ella, ella ha sido una bendición a nuestras vidas”, expresó.
SU INSPIRACIÓN
Tras esto y su experiencia como voluntarios y misioneros, decidieron crear un lugar en donde pudieran ayudar a niños de escasos recursos que se encontraran en situación de vulnerabilidad.
Hace algunos años, un benefactor les donó la casa en donde hoy se encuentra la fundación y en honor a su hija que padece Diabetes tipo 1 le pusieron por nombre “Melody’s”.
Los niños que ahí se encuentran lo hacen de forma permanente y son visitados por sus padres o tutores sanguíneos, por lo que no se pueden adoptar.
“Ellos tienen padres pero por cuestiones de violencia, inseguridad, pobreza o casos difíciles, se encuentran aquí”, expuso el fundador Jaime Mayorga.
Él y su esposa continúan ayudando a quienes están fuera de la casa hogar, por ejemplo, entregando alimentos y despensas en zonas de escasos recursos de la ciudad, para fomentar en los niños la virtud de compartir.
Además de Jaime y Rosalba, actualmemnte apoyan en la fundación dos voluntarias más: Hortencia, quien según Jaime, dejó su trabajo porque sintió el llamado de Dios e Irene, que solamente acude a ayudar los lunes, pues atiende una pequeña iglesia y a su familia.
BUSCAN APOYO
En “Melody’s” viven siete niños que estudian actualmente la primaria, un adolescente de secundaria y dos jóvenes que estudian la carrera de medicina.
Además de fondos para solventar su educación, piden ayuda a la ciudadanía para costear las diferentes necesidades que diariamente se presentan.
“No tenemos apoyo del gobierno y pues tenemos necesidades básicas como alimentación, vestido, pago de servicios, gasolina, entre otros”, detalló.
Actualmente buscan el apoyo del gobierno para que les donen un terreno más grande que les permita recibir a más niños y contar con su propia escuela para que los niños puedan estudiar desde ahí.
Los interesados en apoyar a casa hogar ”Melody’s” pueden comunicarse a los teléfonos 899 318 35 24 y 455 62 92.