Criminalizadas por algunos, estigmatizadas en medios y redes sociales, las mal denominadas “feminazis” alzan la voz para hacerse escuchar. Feminicidios, aborto legal, la correcta implementación de la Ley Olimpia y, sobre todo, una perspectiva feminista en la sociedad, son sólo las consignas de este movimiento social que está germinando en Tamaulipas.
A partir del 2017 se levantó una ola de protestas en el mundo contra la violencia hacia la mujer impulsada principalmente en redes sociales. Con el #NiUnaMenos, #Metoo (donde se sumaron estrellas de Hollywood) y #MareaVerde por la lucha por la despenalización del aborto, el movimiento feminista se puso en el foco de atención de la opinión pública.
Pero fue el 2019 el año que marcó un antes y un después del movimiento en México. El detonante: la violación de una menor de edad en la Ciudad de México donde la víctima acusaba a cuatro policías capitalinos de haber perpetrado el ataque.
Bajo el lema “NoMeCuidanMeViolan”, el 12 de agosto del 2019 miles de féminas manifestaron su hartazgo ante la violencia de género, acoso sexual, aumento de feminicidios y, sobre todo, la falta de acción de las autoridades ante los crímenes contra las mujeres.
La reproducción de marchas feministas en diversos estados del país enarbolando las mismas consignas dio continuidad al movimiento que se ha extendido gracias a las redes sociales.
Fue así que la cuarta ola feminista, reconocida por la lucha contra la violencia hacia la mujer, comenzó a extenderse en México.
LLEGA A TAMAULIPAS
Luego de proclamar en México el paro nacional de mujeres el 8 de marzo del 2020, diversos contingentes de mujeres en Ciudad Victoria, Tampico, Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo salieron a las calles y se identificaron como colectivos feministas.
Una vocera del colectivo Femiztli de Ciudad Victoria, quien siguiendo el protocolo de seguridad impuesto por el grupo accedió a una entrevista telefónica con la condición de mantener el anonimato, explicó:
“Creo que habíamos muchas mujeres que éramos feministas pero no nos habíamos encontrado. Después de la marcha de la Ciudad de México, cuando una chica tomó la iniciativa de hacer una marcha a favor del aborto, vimos que éramos muchas; nos dividimos por edades, las más jóvenes hicieron su ‘colectiva’ que es Aquelarre y las que somos un poco más grandes formamos Femiztli, así pudimos identificar más caras, más rostros y empezamos a platicar y decidimos unirnos según los temas que nos interesa trabajar o la rama del feminismo que nos interesa”.
Poco a poco comenzaron a surgir en la entidad otros grupos como Minas Colectivas de Nuevo Laredo; Proyecto Fem y Reynosa Feminista o Colectivo Feminista de Reynosa; Mujeres en Acción Afirmativa y Chalotel de Matamoros; Aquelarre de Ciudad Mante así como dos organizaciones que trabajando en Tampico, Madero y Altamira que son “Brujas del Agua” y “Mujer Manglar”, además de algunas organizaciones conformadas dentro de las facultades de la UAT.
Todos estos grupos conforman el Frente Feminista de Tamaulipas.
La vocera de Femiztli explicó que aunque existen temas afines, las “colectivas” pueden practicar diversas ramas del feminismo y el único fin en común es brindar un espacio para convivir con otras mujeres y poder accionar juntas a favor de la causa.
No existen requerimientos para pertenecer a este movimiento, simplemente comulgar con la rama del feminismo del grupo en cuestión e involucrarse en las actividades que se dan a conocer a través de redes sociales, en páginas y grupos privados de Facebook y en aplicaciones de mensajería.
La organización de un colectivo difiere mucho a como sería una organización civil, ya que no existe un liderazgo establecido aunque sí una portavoz que puede cambiar dependiendo del tema en cuestión, ya que las integrantes tienen una igualdad jerárquica.
Una las características de los colectivos es la uniformidad, así lo mencionó Eva Reyes activista social en la ciudad de Reynosa, quien fue contactada por las chicas que formaron los primeros dos grupos identificados en la ciudad.
“Su manera de mostrarse ha sido muy uniformada porque ahora sí sabemos reconocer a una feminista. No importa si trae capucha o trae un pañuelo verde o una camiseta negra… es como quitar las caras de las feministas y decir que podemos ser un ente todas y representar en cada una a todas las demás”, explicó.
Los colectivos locales tomaron su uniformidad de colores (el pañuelo verde y morado, el vestir de negro y usar una capucha) de los movimientos feministas de Europa y Sudamérica, con una característica particular: sus integrantes suelen ser muy jóvenes, pues no superan los veinte años.
LA LEY OLIMPIA
Estas organizaciones tienen como propósito la vinculación y el auxilio a las mujeres que han sido violentadas de alguna manera, particularmente aquellas que han sido exhibidas en redes sociales, lo que dio pie a una consigna más: la implementación de la Ley Olimpia en Tamaulipas.
“Las víctimas acuden a nosotras. A pesar de que mucha gente nos tiene muy estigmatizadas, el hecho que una mujer sepa que yo soy feminista les genera esa confianza de que podemos ayudarlas sin prejuicios”, declaró la vocera de Femiztli.
Por ese motivo una de sus exigencias ha sido la implementación de la Ley Olimpia en Tamaulipas. Ante esta demanda, el diputado local Javier Garza de Coss presentó una iniciativa para reformar el código penal de Tamaulipas.
La reforma fue presentada bajo el título de “Delitos contra la Seguridad y Libertades Sexuales”, donde se considera violación a la intimidad y comete este delito quien “revele, difunda o exhiba mediante correo electrónico, mensajes telefónicos, redes sociales o cualquier otro medio, imágenes, audio, o video de contenido íntimo, erótico, o sexual de una persona, sin contar con su consentimiento”.
Tamaulipas se convirtió en el Estado que mayores penas impondrá a quien cometa este delito, estableciendo cuatro a ocho años de prisión y multas de entre 86 mil 880 pesos hasta 173 mil pesos, o más en caso que la víctima sea menor de edad.
Sin embargo, los grupos feministas no han quedado del todo satisfechos con estas reformas, aludiendo que en la ley no contempla dos puntos específicos: que se persiga de oficio el delito de violencia digital, que la pena sea mayor en caso de que el agresor sea un servidor público. Además está el hecho que no las consideraron para elaborar la iniciativa.
“No quisieron revisar en conjunto con nosotros la iniciativa cuando ya se les había dado algunas indicaciones de cosas que se tenían que cambiar para enriquecer esta ley. El hecho que tuvieran prisa para hacerlo nos parece a nosotros que es tomar la causa para cumplir una meta, no sentimos que fuera realmente por el interés de las personas que nos vemos afectadas por este tipo de violencia digital”, apuntó la representante de Femiztli.
MARCHAS INCÓMODAS
El pasado 15 de septiembre los colectivos feministas en Reynosa se manifestaron en la plaza principal donde, al igual que en las protestas feministas de la capital del país, graffitearon los monumentos que ahí se encuentran pues, explicaron, estaban “haciendo iconoclasia”, como se le llama la doctrina que de forma deliberada destruye los iconos religiosos de la propia cultura y otros símbolos o monumentos, por motivos religiosos o políticos.
Sin embargo las autoridades locales no entendieron esta declaración filosófica y una de las manifestantes fue detenida, por lo que enfrentó una denuncia penal por la que podría alcanzar una pena de hasta 10 años de cárcel.
Al hablar sobre el tema, la voz representante del Colectivo Feminista Reynosa de Reynosa, quien por motivos de seguridad también guarda anonimato declaró: “La reacción que hubo fue totalmente desproporcionada. Si quisieran un diálogo con nosotras podríamos haber tenido un diálogo ¿Es necesario llenar la plaza de policías? Ellos no estaban allí para protegernos, estaban ahí para movilizarse en caso de que hagamos algo. Es muy peligroso militar dentro del feminismo por esas cuestiones porque te ven como una terrorista, es muy triste porque estamos protestando por derechos que deberíamos tener y situaciones que no deberían
estar pasando”, declaró.
Ante esta situación, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas intervino dándole acompañamiento a la detenida, pues según comentó la presidenta estatal de este organismo, Olivia Lemus, se consideró que hubo una detención arbitraria.
“Nosotros estuvimos asistiéndola durante el tiempo que estuvo detenida y posteriormente tramitamos un expediente en contra de la Policía Estatal dadas las circunstancias en que consideramos que hubo una detención arbitraria”, mencionó.
Por su parte la vocera de Femiztli opinó: “No nada más las feministas rayamos paredes, hay muchos otros movimientos que también recurren a tomar estos monumentos o edificios que tienen un significado en grande dentro de la ciudad y alterarlos de manera que represente lo que esta sucediendo en este momento, en este caso la problemática de la Ley Olimpia, el tipo de manifestaciones que se hacen yo creo que muestran el hartazgo que tienen las mujeres con los problemas que se están dando”.
Y agregó: “Estas actitudes no son del feminismo radical, son una muestra del hartazgo, bien lo han hecho también algunas otras personas que se manifiestan como el de las maquiladoras que también fueron bastante violentas, no podemos categorizar como que las acciones más violentas en Tamaulipas han sido las feministas”.
Por su parte el diputado Garza de Coss señaló que ha hablado con las feministas sobre el daño patrimonial que se ha dado en las manifestaciones, mostrando su apoyo a la causa, aunque no al método que se ha seguido en las protestas.
“El movimiento es justificable, es más las apoyamos, lo que es si es necesario reflexionar es si es necesario hacer daño”, precisó.
ANONIMATO IGUAL A PROTECCIÓN
En opinión de Eva Reyes existe una campaña en contra de las feministas.
“Cuando el secretario del Ayuntamiento -que acaba de renunciar- sale a decir que estaba urgiendo a la fiscalía por una pena severa de hasta los 10 años que se podía alcanzar por daños a monumentos, crea con eso una apología de la persecución de las mujeres. Cuando una autoridad o alguien con poder del Estado llega a manifestar el que aliente en un grupo en particular o en una mujer en particular, pues estamos haciendo apología de la violencia contra la mujer y eso es gravísimo”, expresó.
Por ese motivo los colectivos en Tamaulipas han optado por el anonimato en sus declaraciones a los medios de comunicación y establecieron otros protocolos de seguridad.
“Nunca ha habido una representante. Somos todas y hacemos lo que podemos. Esta cuestión del anonimato es una regla esencial del auto cuidado feminista.
“En serio recibimos muchas amenazas y sabemos los riesgos”, aseveró.
En este sentido, la presidenta de la Comisión para los Derechos Humanos en Tamaulipas declaró que después de las marchas feministas en Reynosa y Tampico hubo denuncias de acoso en las redes sociales, por lo que el organismo se acercó a las víctimas para acompañarlas a presentar sus denuncias.
NO SOLO MARCHAS
A través de sus páginas de Facebook las colectivas denuncian casos de acoso virtual, publican boletines de búsqueda de mujeres desaparecidas y dan seguimiento a los casos de feminicidio en el Estado, algunas veces a petición de las mismas familias de las víctimas.
“En Tamaulipas hay por lo menos dos mujeres desaparecidas al día en diferentes lugares y eso nos tiene muy preocupadas. Desgraciadamente no en todos los casos tenemos un vínculo con las familias de las mujeres, así que no podemos darles todo el seguimiento en los casos”, lamentó la vocera de Femiztl.
Por su parte el Colectivo Feminista de Reynosa hace lo propio con los casos de feminicidios que ocurren en la ciudad.
“Le damos difusión a los casos, porque la gente no habla de ellas. Nosotras brindamos el espacio para que se hable de ello”, detalló.
Y aunque son conocidas mayormente por sus marchas, no es la única actividad que realizan.
“Cuando hubo el asunto de la inundación donde mucha gente perdió sus cosas nosotras estuvimos dando despensas a mujeres en situación de necesidad, sobre todo mujeres embarazadas y madres solteras. Si mal no recuerdo eran como sesenta de todo Reynosa”, recordó.
Con todo reconocen que el avance del feminismo en la entidad dista mucho de tener el auge que ellas quisieran, sin embargo han logrado poner en la mesa temas importantes para su discusión.
“Esta es una semilla que está germinando. En la última marcha del 28 de septiembre que nos manifestamos por el asunto del aborto legal sí hubo mucha gente gritándonos e insultándonos; pero yo vi a muchas niñas viéndonos no con ese modo juzgador con el que la gente nos ve, sino pensando. Esas niñas son el futuro de Reynosa”, finalizó la entrevistada.