Durante la denominada “Marcha por la Paz y la Libertad” los menores entregaron ramos de rosas blancas a las autoridades de México y Estados Unidos, así como una carta dirigida a los presidentes de estas dos naciones, en las que dieron gracias por su proceso de asilo político y se pronunciaron a favor de una inmigración legal, segura y ordenada. En el acto desaprobaron las invasiones violentas de las caravanas centroamericanas.
La comunidad cubana en Tamaulipas se organizó para llevar a cabo un evento inédito, el cual movilizó a todos los cuerpos de seguridad de ambos países y llevó al cierre momentáneo del Puente Internacional Reynosa–Hidalgo.
En la marcha del pasado domingo 26 de enero participaron médicos, profesores, ingenieros, técnicos, comerciantes, obreros, deportistas y niños que se dirigieron hacia el cruce fronterizo no como un gesto de desobediencia pública, sino en calidad de paz y agradecimiento.
Afirmaron que no fueron para invadir el territorio americano, sino para enviar un mensaje de que están confiando en las leyes y el respeto de los derechos humanos.
En nombre del Canal del Exilio Cubano se dio la bienvenida a todas las personas que a partir de las 10:00 horas se reunieron en la plaza principal Miguel Hidalgo (el punto de salida) para lo que ellos catalogaron como “un día histórico, un día de amor, un día de paz, un día de regocijo, un día de canto y un día de estrechar las manos”.
También se agradeció al gobierno de Reynosa y del Estado de Tamaulipas, por todas las facilidades técnicas, de vialidad y de protección civil.
Los organizadores leyeron un comunicado para explicar la logística de la marcha, la cual aún siendo una iniciativa completamente pacífica, despertó el interés de las autoridades binacionales en todos los niveles de gobierno, pero también de la ciudadanía mexicana que se unió de manera voluntaria.
Asistió también Frank Polo, un conocido balsero cubano que ahora está buscando correr para el Congreso de los Estados Unidos y quien voló desde la Florida especialmente para solidarizarse con el movimiento.
UN CANTO DE AMOR Y ESPERANZA
Llevando playeras, globos, banderas y rosas blancas el contingente, de alrededor de un centenar de personas, arrancó oficialmente a las 10:40 horas su caminata de seis cuadras sobre la calle Morelos.
Con la bandera de Cuba al frente y el estandarte del Canal del Exilio Cubano los migrantes entonaron la famosa canción de Willy Chinino “Nuestro día ya viene llegando”, que retrata la epopéyica hazaña de un niño quien debe escapar con sus padres de una patria sometida por la esclavitud de una dictadura.
Cantando y llorando, y gritando frases como “¡Viva Cuba libre!”, “¡Viva México!”, “¡Viva Reynosa!” y “¡Viva Estados Unidos!”, el grupo llegó hasta la Plaza de la República, donde se detuvo para conmemorar el natalicio adelantado de José Martí, uno de los históricos pensadores nacionales cubanos. La doctora Martha Rodríguez fue la encargada de mencionar algunas de sus frases célebres.
Enseguida se brindó un breve discurso por parte del artista Yoandrys Bolaño Vázquez y del político Frank Polo.
Ahí se anunció que una de las intenciones principales de la marcha fue la de ayudar a cambiar la mala imagen de la inmigración, que en los últimos años se ha visto muy deteriorada, como el incidente que se presentó en Tapachula, Chiapas, donde un millar de indocumentados procedentes de Honduras cruzó violentamente hacia la frontera mexicana.
“Muchos tienen un mensaje erróneo de la inmigración cubana. No somos así como nos pintan. Nosotros no violamos fronteras, nosotros no atacamos al pueblo de México, nosotros no destruimos parques, nosotros no rompemos cercas, nosotros no tiramos piedras a las autoridades mexicanas.
“Nosotros somos emigrantes pacíficos en busca de un futuro mejor para nosotros y nuestras familias”, mencionó Bolaño al parafrasear las palabras que recientemente pronunció Michel Reys, un destacado miembro de la organización Somos + con sede en la Florida, Estados Unidos.
Posteriormente fueron soltados al cielo una multitud de globos y unas palomas blancas, ante la mirada de las autoridades mexicanas y de la Policía Federal, que con un helicóptero sobrevoló el paso de la “Marcha Por la Paz y la Libertad”.
Con pancartas en mano, señalando cuáles son sus profesiones y dando las gracias a México y Estados Unidos al numeroso contingente se le permitió avanzar hasta el patio del Puente Internacional, donde saludó a los agentes de la Guardia Nacional de México, de la Policía Federal, así como del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes atendieron a todos los participantes de una forma cordial.
Ahí mismo entonaron nuevamente la canción del artista cubano que se ha vuelto un himno para todos sus compatriotas en el exilio y fue entonces cuando los pequeños Dalizbet y Luis Anuell, en una señal de paz, lanzaron al aire una de las palomas blancas y después le entregaron un ramo de flores al representante federal de las autoridades.
Además de un beso le dieron una carta dirigida al presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador. En ella le externan su agradecimiento por las atenciones recibidas en este país y le solicitan apoyo para ser incluidos en los programas del empleo, para que puedan sostenerse y las empresas socialmente responsables los contraten mientras se resuelve su situación migratoria.
ONDEARON BANDERAS BLANCAS
Posteriormente un grupo más pequeño, ante la presencia de los medios de comunicación de México y Estados Unidos, se dirigió hacia la mitad del puente internacional, para hacer la entrega del otro ramo de rosas blancas a los representantes americanos y enviar la misiva al presidente, Donald Trump, donde solicitan que sus procesos de asilo sean revisados minuciosamente y no les deporten a Cuba.
Causó sorpresa observar que las funciones del Puente Internacional estaban completamente detenidas y en el puesto de control peatonal a los cubanos ya los esperaba Carlos Rodríguez, director de la Oficina de Operaciones de Campo de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), quien estuvo acompañado por elementos de la dependencia.
Ahí mismo el artista cubano Yoandrys Bolaño Vázquez dirigió unas palabras para las autoridades americanas en las que les comentó que:
“Le queremos dar las gracias en nombre del pueblo cubano a las autoridades norteamericanas por su bella labor, lo que están haciendo con todos nosotros.
Nos sentimos agradecidos y por eso hacemos este acto de amor y de paz, muchas gracias y que Dios los bendiga a todos.
“Los migrantes cubanos no somos personas de mal, no venimos a invadir su territorio; venimos en busca de paz, venimos en busca de un abrazo y un auxilio para que su nación nos abrace con amor y cariño y somos personas de bien. No venimos a romper cercas, no venimos a destruir vallas, venimos a respetar las leyes de su país. Aquí habemos maestros, aquí habemos ingenieros, profesionistas y reciba este acto de solidaridad por la paz, una flor”, expresó el artista.
Después de hacerse sonar los aplausos los cubanos en el puente gritaron las frases “¡Viva los Estados Unidos!”, “¡Vivan los derechos humanos!”, “¡libertad para el pueblo de Cuba!” y se despidieron de las autoridades americanas. El ramo de rosas se lo llevó Frank Polo para presentar una ofrenda floral en el busto de José Martí en la ciudad de Miami.
De regreso en la explanada del patio internacional en el lado mexicano gran parte de los participantes de la marcha estamparon su “firma por la paz” en una pancarta y luego se dirigieron nuevamente hacia la plaza principal de Reynosa, donde se tomaron una fotografía grupal.
Durante el evento no solamente no hubo ningún solo incidente, sino que los migrantes cubanos tampoco dejaron basura en la calle y todos tuvieron un buen comportamiento.
Y los más pequeños de la marcha, Dalizbeth Reguejo López y Luis Anuell Pérez Acevedo tuvieron un día alegre y colorido. Emocionados aún son tan chicos que ignoran la situación de incertidumbre en la que sus familias se encuentran, desconciendo si recibirán el anhelado asilo o serán devueltos a la Isla de la que huyeron viajando miles de kilómetros para poder aspirar por una oportunidad en los Estados Unidos.