Promover las buenas costumbres y la difusión de bellos paisajes se conjugaron para crear la “Canasta de Cuentos y Fábulas Tamaulipecos”, conformada hasta el momento por 10 textos en los que se habla sobre la belleza de algunas regiones de 15 municipios.
La periodista Norma Edith Sánchez Prieto, originaria de Estación Los Esteros, con cabecera en Altamira, vivió cerca de 26 años en Reynosa y hace dos, aproximadamente, cambió su residencia al sur del Estado, donde asegura que surgió la idea de estrenarse como escritora de cuentos.
El primero fue “El Paso de la Mariposa”, en el que aborda la travesía que realiza la especie Monarca por Jaumave.
Posteriormente escribió “Mi abuelo, la Ixcuina y yo”, el cual cuenta la forma en la que fue encontrada la escultura de la diosa de la fertilidad y está ubicada en Los Esteros, en Altamira, tierra natal de la autora.
Considera que quizás fue mientras cursaba la carrera de Ciencias de la Comunicación, en la Universidad México Americana del Norte (UMAN), cuando inconscientemente surgió en ella el deseo de desarrollarse en este rubro.
“En la estación de radio de la universidad había un segmento en un programa que se llamaba ‘Cartas a una Conciencia’ y eran reflexiones de padres a hijos, de hijos a abuelos y ahí nacieron mis ganas de escribir”, mencionó.
En los cuentos, que van dirigidos a estudiantes de cuarto, quinto y sexto de primaria y también de secundaria, se pueden encontrar historias que buscan fomentar y rescatar los valores.
Actualmente sus creaciones se difunden en forma de audios a través de sus diferentes redes sociales pero busca, más adelante, escribir un libro y promocionarlo.
“La lectura despierta la imaginación, ademas es una forma de mostrar un Tamaulipas diferente, que trascienda de una manera positiva y que la gente volteé a ver que es más que las cosas negativas”, externó.
PROFETA EN SU TIERRA
Recientemente visitó la Escuela Primaria “Francisco I. Madero”, del ejido Los Esteros, de donde egresó hace aproximadamente 32 años, para leer uno de sus textos.
En esa ocasión se presentó una exposición fotográfica de Irving Sepúlveda, hijo de Norma, titulada “Viejas Raíces”, sobre los fundadores de la institución.
El cuento elegido para esa ocasión fue “Mi abuelo, la Ixcuina y yo”, en el que don Goyo es el personaje principal, lo que causó gran asombro en los niños pues no sólo existe en la ficción, sino que es real y además lo conocen.
“Ellos conocen a don Goyo, que tiene 96 años así que se emocionaron mucho; también les leí ‘Felix el marcianito despistado’ porque todos son del sur de Tamaulipas, conocen la playa, las escolleras de Miramar en Ciudad Madero y se identifican con ese cuento”, afirmó.
Algunas personas le han comentado a Sánchez Prieto que sus textos y audios tienen la capacidad de “transportar”, pues leerlos o escucharlos las hace sentir como si realmente estuvieran en el lugar.
“Queremos despertar en los niños el interés de que imaginen, de que sigan soñando y que se interesen en la lectura”, expuso.
Escuelas de municipios como
Victoria, Altamira y Tampico la han invitado a presentarse para darles lectura frente a sus alumnos, además, quienes estén interesados pueden solicitarlos a través de la cuenta de Facebook: Norma Edith Sánchez.
“Soy una mujer tamaulipeca, muy orgullosa de su raíces, de mi familia, que son los que me han seguido con esta locura y nunca dejen de soñar; podemos tener el estado más bonito de nuestro país y con las mejores personas, y si nosotros lo queremos así va a ser”, apuntó.
MÁS DE LA ‘CANASTA’
El cuento sobre Matamoros se llama “El Loco de la Cuadra” y su protagonista es Rigo Tovar.
Norma lo plasmó como un hombre muy soñador que en sus tiempos libres, luego de terminar su jornada laboral en algún empleo en Estados Unidos, aprovechaba para ensayar su música, por lo que seguramente, los vecinos al escucharlo decían “¡ya comenzó el loco de la cuadra!”.
“El acordeón mágico” trata sobre un niño invidente que al tocar el instrumento le habla, logrando una amalgama perfecta entre ellos y se desarrolla en Reynosa, siendo esta una oportunidad para aprender y echar a volar la imaginación.