De unos años a la fecha, las derrotas parecen ser la constante en la trayectoria del ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca.
Quien fuera considerado uno de los más fuertes prospectos del PAN a la candidatura al Gobierno del Estado en las próximas elecciones del 5 de julio, fue víctima de su propia ambición y errores.
Encabezó una de las administraciones más corruptas que se tengan historia en Reynosa, cuando familiares y amigos se beneficiaron con contratos públicos otorgados de manera irregular y sin supervisión alguna.
Durante este tiempo, la falta de transparencia y la asignación irregular de contratos públicos fue la constante de la administración de García Cabeza de Vaca. Entre los principales beneficiarios se encuentran sus hermanos José Manuel e Ismael, quienes acapararon los contratos de obra de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Reynosa (Comapa) gracias a la conformación de la empresa Maquinados Industriales de Reynosa S.A.
Sospechosamente, una vez que la administración panista dejó el poder, esta empresa cerró sus puertas.
Y aunque antes de ingresar al servicio público el ex alcalde enfrentaba juicios mercantiles porque no podía pagar sus deudas, a unos meses de convertirse alcalde pudo hacerse de una fortuna que le permitió comprarse –entre otras cosas–, un departamento en el exclusivo conjunto habitacional Sunchase Beachfront Condos, valuado en poco más de tres millones y medio de pesos y que se encuentra ubicado en la Isla del Padre, Texas.
Sin embargo no sólo la familia García Cabeza de Vaca resultó beneficiada con la corrupción.
Mario Gómez Monroy, ex secretario de Servicios Administrativos del Ayuntamiento, se convirtió en el símbolo de la corrupción que prevaleció en el trieno panista, pues durante ese período fue capaz de comprar –casi de contado– una mansión de más de un millón de dólares ubicada en el exclusivo fraccionamiento Jardines de El Cimarron, ubicado en Mission, Texas.
Los medios que se atrevieron a denunciar públicamente estos actos de corrupción fueron agredidos por el ex alcalde y sus colaboradores. Prueba de ello son las denuncias penales interpuestas por directivos y personal del periódico Metrópoli de Reynosa y la periodista María Jaramillo.
Las averiguaciones previas 52/2006 y 0624/2007 detallan las amenazas, daños en propiedad y otros delitos en contra de los periodistas que, a la fecha, siguen esperando que una resolución por parte de las autoridades.
Estas querellas olvidadas se suman a la deficiente investigación a las cuentas públicas de Reynosa por parte de la Contraloría Estatal, que a la fecha ni siquiera ha informado si encontró alguna irregularidad.
LAS DERROTAS POLITICAS
Aunque durante unos meses fue la figura más fuerte al interior del PAN tamaulipeco, e incluso hubo quienes le daban posibilidades no sólo de ganar la candidatura al Gobierno del Estado sino hasta la elección del próximo 5 de julio; García Cabeza de Vaca dudó de sus propias capacidades y decidió secuestrar la dirigencia estatal de su partido.
Aprovechando que contaba con la complicidad del ex dirigente estatal del partido, Alejandro Sáenz Garza (q.e.p.d.) García Cabeza de Vaca colocó a sus incondicionales en los puestos directivos y se encargó de perseguir a todos aquellos que no comulgaban con sus aspiraciones y manera de hacer las cosas.
Buscando pavimentar su camino a la candidatura al Gobierno del Estado, para las elecciones locales del año 2007 García Cabeza de Vaca intentó imponer candidatos afines a su proyecto político en los principales municipios de la entidad. Los resultados fueron desastrosos.
En ciudades como Matamoros, Río Bravo, Altamira, Ocampo, Ciudad Victoria y Tampico, los aspirantes apoyados por García Cabeza de Vaca no pudieron conseguir el triunfo en las convenciones municipales e incluso, en algunos casos, recurrieron a la violencia con tal de “reventar” los procesos una vez que se sabían perdidos.
Durante las semanas previas a la convenciones municipales, panistas de estas ciudades denunciaron a los medios de comunicación que el entonces presidente municipal de Reynosa estaba al frente de un operativo con el que esperaba que personajes como Demetrio Cruz Hernández, en Río Bravo; Zeferino Lee, en Altamira; Julio Almanza Armas, en Matamoros; Alfredo Rodríguez, en Ocampo; y Rachid Abraham Ramírez, en Ciudad Victoria; fueran designados candidatos a la presidencia municipal.
Al final, García Cabeza de Vaca sólo pudo imponer candidatos en su natal Reynosa, donde colocó al regiomontano Gerardo Peña Flores como aspirante a la alcaldía y a Héctor Pérez Ibarra (ex secretario de Desarrollo Social en el municipio) y Raúl López López (presidente municipal sustituto), como abanderados a las diputaciones locales. Todos ellos fueron derrotados.
Meses después, en el año 2008, la dirigencia estatal del PAN debía ser renovada y García Cabeza de Vaca volvió a intentar imponer a uno de sus incondicionales en el cargo. Alejandro Felipe Martínez encabezó una campaña interna que de inmediato provocó fricciones al interior del partido.
Fue por ello que las cabezas de los principales grupos políticos que conforman a Acción Nacional en Tamaulipas, se unieron alrededor de las aspiraciones del reynosense Javier Garza de Coss.
Tras la celebración de las elecciones internas, el candidato de García Cabeza de Vaca perdió el proceso. Cuando parecía que las cosas no podían estar peor para el reynosense, Juan Camilo Mouriño, en ese entonces secretario de Gobernación y con quien el ex alcalde presumía tener una gran amistad, murió en un lamentable accidente aéreo.
Además, con la salida de César Nava de la presidencia nacional panista, Eduardo Manzanera, uno de los aliados del ex alcalde en la dirigencia nacional del PAN, también fue enviado al retiro.
Ya sin sus principales apoyos en el gobierno federal y el CEN del PAN, el entonces diputado local intentó colocarse sin éxito en la lista de los candidatos a la diputación federal por la vía plurinominal que serían electos en el proceso electoral del año 2009.
Para esas elecciones, García Cabeza de Vaca volvió a imponer candidato en Reynosa, por lo que el PAN presentó a Gerardo Peña Flores como su aspirante al Congreso de la Unión.
Al final, tanto Peña Flores como el resto de los candidatos panistas a las diputaciones locales fueron derrotados por los abanderados del Partido Revolucionario Institucional, con lo que se cortó una racha ganadora de dos elecciones consecutivas en Reynosa y Río Bravo, donde su otra de sus incondicionales, Omeheira López Reyna, había conseguido importantes triunfos.
Severamente debilitado, el diputado local plurinominal concentró sus esfuerzos en ganar la candidatura al Gobierno del Estado de Tamaulipas, lo que lo llevó a enfrentarse con quienes antes eran sus aliados.
Incluso, los integrantes de su familia política, representados por su cuñado, José Ramón Gómez Leal, decidieron darle la espalda y apoyar las aspiraciones del senador de la República, José Julián Sacramento Garza.
Las cosas iban tan mal para el ex alcalde, que ni siquiera su auto destape (disfrazado de fiesta de cumpleaños), que se llevó a cabo en una finca en el sur de Tamaulipas, pudo salir bien.
Crónicas periodísticas detallan cómo decenas de los acarreados que fueron trasladados al rancho procedentes de diversos puntos de la entidad, sufrieron una severa intoxicación debido a que la barbacoa que se sirvió en el festejo se encontraba en mal estado.
Además están las críticas que algunos panistas hicieron al destape anticipado del diputado local, quien en diversos puntos de la entidad colocó anuncios espectaculares con la figura de una vaca cornuda sobre un fondo color azul.
Pensando quizás que aún tenía el músculo para colocar directivos en el PAN, el ex edil de Reynosa apoyó las aspiraciones de Alfonso Guerrero para la dirigencia estatal de las juventudes panistas, quien le disputaba el cargo a Humberto Prieto Herrera.
Irónicamente, Prieto Herrera es hijo de José del Carmen Prieto Valenzuela, uno de los más cercanos colaboradores de García Cabeza de Vaca quien, tras ver fuera del poder a su ex jefe, decidió abandonarlo a su suerte. Terminado el proceso, el candidato del diputado local perdió la elección.
Sin apoyos dentro del comité estatal panista y la estructura territorial, García Cabeza de Vaca intentó presionar al CEN de su partido para que lo designara candidato al gobierno del Estado.
Al verse perdido, el diputado local se enfrentó directamente con César Nava, presidente nacional de su partido, quien fue el encargado de comunicarle que no sería el candidato a gobernador.
Incluso, las sugerencias de García Cabeza de Vaca para la lista de candidatos a las diputaciones plurinominales en Tamaulipas fueron relegadas a las posiciones número cinco, seis y siete.
Extrañamente, el ex alcalde de Reynosa pudo imponer a Jesús María Moreno Ibarra como candidato a la presidencia municipal en esta frontera.
Moreno Ibarra, quien no cuenta con ninguna experiencia política en la ciudad, ha calificado como un “desconocido” entre el electorado y ya enfrenta serios problemas antes de que inicien las campañas.
Y es que las autoridades electorales investigan tanto la instalación de unos anuncios espectaculares en varios puntos de Reynosa, como el uso de un avión publicitario en la Isla del Padre, Texas.
Estos actos, se presume, violentaron las disposiciones del Código Electoral en Tamaulipas que prohíbe a los candidatos tanto promocionarse antes de la fecha del arranque oficial de las campañas como hacerlo en territorio extranjero.
Sondeos realizados antes del inicio del proceso electoral, revelan que el candidato de García Cabeza de Vaca se encuentra 32 puntos por debajo del candidato priista, Everardo Villarreal Salinas en las preferencias de los electores en el municipio de Reynosa.
Con todos estos antecedentes, pareciera que tras haber estado en el pináculo de su carrera política, los errores cometidos por Francisco García Cabeza finalmente lograron que su buena estrella quedara completamente estrellada.