Personas con diversos trastornos del lenguaje y psicomotricidad, psicológicos, neurológicos y físicos causados por parálisis cerebral, autismo, asperger, déficit de atención o Síndrome de Down reciben tratamiento y mejora en su condición física, intelectual y emocional.
A través de varios estudios se han demostrado los efectos benéficos que arroja la convivencia con animales, por lo que algunos se utilizan con fines terapéuticos.
De esta forma fue que surgió la equinoterapia, que el portal terapia-fisica.com la describe como un método que aprovecha las cualidades del caballo para mejorar la condición física, intelectual y emocional de las personas que la practican.
Agrega también que algunos de los beneficios obtenidos son la relajación muscular, mejora la coordinación y el equilibrio, regula la respiración y ayuda en el área psicológica.
En Reynosa se encuentra Sweet Home Equinoterapia, un lugar en donde niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar de ello.
José Guadalupe Valdez, psicólogo del lugar, mencionó que en este método, el caballo se convierte en una herramienta que ayuda cuando existe un diagnóstico de necesidades especiales.
Entre los padecimientos que pueden tratarse se encuentran los trastornos del lenguaje y psicomotricidad, psicológicos, neurológicos y físicos.
“La equinoterapia ayuda mucho con la parálisis cerebral, autismo, asperger, déficit de atención, Síndrome de Down, entre otros”, dijo.
Explicó también que el calor corporal del caballo actúa como un relajante de músculos y tendones; mientras que sus movimientos rítmicos ayudan a mejorar la coordinación y el equilibro.
Mencionó que el caballo tiene un tipo de marcha muy particular y es un tanto parecido al de la marcha humana, por lo que ayuda a quienes tienen problemas para caminar.
El aspecto psicológico se ve beneficiado debido a la seguridad que exige el montar un equino, pues al vencer el miedo, otorga a quien lo logra una mayor autoestima.
El centro, que surgió hace 10 años aproximadamente, atiende a niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad por medio de cuatro caballos que cuentan con diversas certificaciones y son seleccionados minuciosamente para los tratamientos.
“Hay diferentes tipos de razas, temperamentos y carácter, necesitamos evaluarlos para saber que pueden ayudar; estos son caballos de sangre templada, tienen gran agilidad y un carácter muy noble”, explicó el especialista.
Los caballos cuya raza es sangre templada, son fuertes y musculosos, saltadores, poseen extremidades firmes y tienen gran presencia.
Su temperamento es fuerte, sensible y son de fácil entrenamiento, lo que les permite ser adiestrados para utilizarlos con fines terapéuticos.
Todo tipo de personas pueden tomar las equinoterapias, sin embargo, quienes tengan hernias o problemas de columna deben de abstenerse de hacerlo.
Cada padecimiento es diferente, no todos tienen la misma intensidad o manifestaciones, sin embargo, los cambios surgidos debido a las terapias son visibles a partir del mes o mes y medio.
“Aunque los tratamientos pueden ser tardados, algunos incluso deben ser de por vida, si se notan en poco tiempo los cambios; algunos diagnósticos son degenerativos y lo que se busca es que el cuerpo no decaiga, sino que se mantenga estable”, expresó.
Pueden tomar las terapias niños a partir de los tres meses, en adelante, pero debido a su corta edad, son quienes en ocasiones manifiestan temor hacia los equinos, por ser animales grandes e imponentes.
“Muchas personas no han tenido nunca contacto con caballos y en realidad no hay necesidad de que lo hayan tenido ya que aquí los acercamos, los niños son con los que hemos tenido un poquito de dificultad pero tenemos un proceso de adaptación e inmediatamente el niño le toma cariño”, comentó.
Luis Román es el fundador de Sweet Home Equinoterapia, quien combinó hace una década su gusto por los caballos y su labor como fisioterapeuta para crear este lugar, que hace poco tiempo abrió una sucursal en Palmview, Texas.
“Creó este lugar con la necesidad de ver cambios, no hay nada parecido en la región, se aventuró al proyecto y lo hizo poco a poco, empezaron con un caballo y muy pocos pacientes y con muchos cambios benéficos esto fue creciendo”, comentó el psicólogo.
Conscientes de que no todas las personas cuentan con los medios económicos que les permitan tomar las terapias, el recinto tiene el programa “Cambiando vidas”, con el que por medio de campañas, redondeos o apadrinamientos cubren los gastos.
“Se ayuda con el 50 por ciento del tratamiento, o quienes fungen como padrinos financian en su totalidad las terapias de su ahijado”, agregó José Guadalupe Valdez.