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Las 7 esenciales en los caballos

6 de marzo de 2018 por Redacción

Por Miguel Cavazos Guerrero
tercero y último

EL COLOR
Durante mucho tiempo, para nosotros ésta no era una esencial, es decir, podíamos prescindir de ella.
Siempre creímos que es más bonito un alazán de 46 puntos que un careto de 35. Para poder empezar a hablar sobre el color, es importante dejar en claro lo que parece lógico.
¿Qué es para nosotros un caballo de color? Así que llamaremos caballo de color a todo aquel caballo con capa diferente a las comunes en el cuarto de milla (alazanes y colorados).
Nuestra idea del color era firme. Nunca sacrificar calidad por color. Pero hubo un caballo, cuando empezamos a inmiscuirnos en este hermoso vicio, que nos enseñó la importancia de esta esencial.
Así que como anécdota, les compartiremos la historia.
En aquella subasta que mencioné anteriormente compramos un pinto de color extremadamente raro, le llamamos “El Zarape”. Tenía unas pintas muy raras y además era muy bonito y bien estructurado. Este caballo terminó convirtiéndose en un ícono para nosotros.
Una parte importante del prestigio de los caballos coleadores del rancho se lo debemos a él. Nunca imaginaríamos que equipos como 3 potrillos (con el “John”), Rancho Santa María (el “Centenario”), el Cócono (la “Letty”) tendrían hijos de él como titulares en su cuadra de colas.
Él poseía todas las esenciales deseadas en un caballo coleador, aunque nunca siguió un toro, su mayor virtud era que transmitía a su descendencia todas las esenciales para colear; inclusive hoy, sus nietos, siguen teniendo muy marcadas las esenciales. Cuando empezamos a querer crecer en el criadero. Nos dimos cuenta que ningún caballo de los que poseíamos tenía la genética de moda. Así que decidimos vender todo para empezar a comprar caballos que tuvieran en su papel caballos reconocidos.
Fue así como tomamos la decisión de vender “El Zarape”. Nunca dimensionábamos la calidad de sus crías, hasta que ya no lo tuvimos.
Tiempo después nos dimos cuenta lo mucho que perdimos al ponerle un precio. Ya que sus crías poseían un color exótico y extremadamente vendibles porque además todos funcionaban.
Comparto la historia porque hay caballos que llegan a tu vida para enseñarte cosas, él fue uno de ellos. Él nos enseñó que:
– Cuando uno pierde de vista su objetivo, tardas mucho tiempo en volver al lugar en el que empezaste;
– Que un papel no es más importante que las esenciales.
– Que hay animales que no tienen precio;
– Que para llegar a cumplir un objetivo, tenemos muchas veces que sacrificar muchas cosas y la más difícil es un cheque en blanco:
– Que si queremos tener rentabilidad en un mercado tan competido como la venta de caballos, hay que también adaptarnos a lo que nuestros compradores piden.
No podemos ignorar que hoy le puedes poner a un cliente el mejor caballo del rancho (alazán) y el menos bueno (negro, grullo, pinto) y 8 de cada 10 clientes van a preguntar y a comprar el de color.
Pero el gran reto se convierte en producir color con calidad, y no sacrificar las esenciales por el color.
Existen muchos criaderos que se dedican a eso, producir color, cuando la gente me pregunta sobre ellos, mi respuesta es elogiar a los que se mantenían firmes a su objetivo. Muchos de ellos venden toda su producción y son exitosos porque su objetivo no es ganar competencias y su mercado no son los charros, es gente que no le interesa ninguna disciplina, más que tener un caballo llamativo en su cuadra.
El error no es de ellos cuando el comprador se hace esperanzas de sacar un campeón. El error es del comprador, que sacrifica sus esenciales por comprar un potrillo de color raro.
El problema con muchos de ellos es cuando cambian radicalmente su objetivo y quieren empezar a vender sus potrillos para actividades charras y engañan o mienten a sus clientes diciéndoles que tendrán un caballo competitivo en un deporte tan especializado y competido como la charrería.
Algunos comienzan a comprar animales buenos genéticamente, sin color, con el objetivo de buscar el justo medio entre la bondad y el color.
Cuando esto pasa, la mayoría de las veces se queman o se quedan con producción que no es de color raro.
Nosotros tenemos muchos años produciendo grullos y negros. Pero reconocemos que vamos muy lentos porque encontrar caballos con todas las esenciales y además color, es una tarea por demás difícil.
Hoy, la mayor parte de la producción de color del rancho se queda con nosotros, porque sabemos de su calidad y por lo mismo sabemos que mandarlos arrendar es una gran inversión, ya que son caballos que van a valer mucho más que lo que pueden valer de destete.
Esta esencial es toda una ciencia de probabilidades.
Es importante entender cómo funciona. No es el objetivo de este documento, pero sí compartiremos algunos de los conceptos básicos más importantes.
Cuando uno busca sacar una capa en especial, hay que entender qué tipos de genes posee tu caballo y tus yeguas para saber las probabilidades de qué color puedes obtener como producto.
La primera pregunta que tenemos que hacernos es si nuestro caballo es homocigoto o heterocigoto para un color en especial. Esto sirve para determinar en qué probabilidades heredará ese color.
Los homocigotos transmiten su color en un muy alto porcentaje de probabilidad a diferencia de los heterocigotos.
Entender los colores base (chocolate, colorado, alazán y el negro) y los genes que los afectan (auguti y el gen extensivo) nos permite conocer el porqué muchas veces un caballo negro nunca hereda caballos de su misma capa.
Mucha gente nos pregunta si “Maximiliano” es homocigoto para el negro. Tristemente no lo es, pero cuando llegan al rancho y ven puras crías negras incluso en yeguas alazanas creen que les estamos mintiendo y no es así. El tema es que escogemos muy bien las yeguas que le echamos, para tener mayor probabilidad de sacar negro.
Para determinar qué tipos de genes posee tu caballo se necesita mandar a una laboratorio los pelos del caballo y pedir la prueba de color.
Es importante entender también que hay genes que diluyen los colores base (el crema, el champagne, el dun y el silver). Esto nos da como producto palominos, bayos, cabos, negros y los que los gringos llaman “smoky black”.
Ahora que está muy de moda los caretos, es importante entender cómo funcionan los genes que son responsables de las manchas blancas en los caballos como el splash, el apaloosa, el overo y el tobiano.
Esto nos permite entender porqué hay garañones caretos que heredan potrillos sin blancos y entender cómo es que yeguas sólidas heredan los ojos azules y la mancha en la frente.
Muchos de nosotros nos pasamos estudiando sobre estadísticas y registros en USA, pero olvidamos estudiar lo que tenemos en casa y el hacerlo nos va a permitir poder lograr ese equilibrio que tanto buscamos de nuestras esenciales de lo que producimos.
Además de las esenciales, existen otras tres características que son importantes y que nosotros les denominamos características secundarias.
Les hemos dado este adjetivo porque, aunque son importantes,podemos prescindir de ellas y no afectamos nuestro objetivo.
La primera de ellas es la genética. Denominamos genética al estudio de los antepasados de un caballo o yegua. Un caballo con buena genética es aquel que tiene en su registro caballos que fueron exitosos en su disciplina y que poseen dinero ganado, producido y que tienen logros importantes.
Para la gran mayoría de compradores y criadores, un caballo con buena genética es aquel que es hijo de un campeón en reining, cutting, working cow Horses, o alguna disciplina gringa que lo hace estar en las revistas de sus respectivas asociaciones. No están mal, porque al final es el único punto de referencia que tenemos, porque en Mexico no existe un récord oficial que avale lo que un caballo gana o produce. Por lo mismo, esta característica para nosotros es importante mas no es una esencial.
Muchos de nuestros garañones son nietos, bisnietos o tataranietos de caballos importantes en USA. Mas sin embargo, poseen las esenciales que necesitamos para nuestro deporte y van de acuerdo al objetivo que deseamos.
Hoy en día, cuando alguien viene a comprarnos un potro su primera pregunta es de quien es hijo; cuando le decimos, por ejemplo: es hijo de “Canelito” (ganador del caladero millonario, del millón, finalista en todos los grandes eventos de Mexico y con más de 1,026,000 pesos ganados en premios; con ‘La Jabalina’ (ganadora del renombrado caladero de Morelia y con más de 200 mil pesos ganados en caladeros) hermana completa del “Sunguin” (ganador también del caladero millonario etc.) Casi siempre la respuesta del cliente es ¿Qué líneas tiene? Cuando les mandamos el registro, nos dicen:
– No me interesa porque no conozco nada de su genética.
Ese registro no lo tiene ningún caballo del salón de la fama de USA. Pero si existiera salón de la fama en los caballos charros seguramente su papá y su mamá estarían.
Por ello, mientras no tengamos organización como la NRHA, NRBC, etc. que pueda avalar y llevar un récord de lo que producen y ganan los caballos, el punto de referencia de la genética estará en las disciplinas gringas y por eso para nosotros esta característica es importante, porque como lo platicamos anteriormente, tenemos que adaptarnos a lo que quiere el mercado.
Pero no es una esencial porque podemos prescindir de ella. Por ejemplo, en el rancho tenemos garañones como “Camilo”, “Canelito”, “Max” y “Regalo” que reúnen las esenciales deseadas y ninguno de ellos es hijo directo de algún caballo reconocido en USA, sin embargo, fueron exitosos en su disciplina y deseamos que sus esenciales las transmitan a sus crías.
La segunda característica secundaria es el currículum.
Le denominamos currículum a los logros obtenidos de un caballo en su disciplina. Para nosotros es una característica importante, porque no es lo mismo vender un hijo del campeón nacional, con una campeona nacional o ganadora de x caladero, que vender algún potro de un caballo que fue muy bueno, pero nunca ganó nada.
La razón por la que no es una esencial es porque en charrería muchos de los triunfos son circunstanciales
y puedes llegar a tener una yegua o caballo superdotado, pero que por motivos de salud o por alguna circunstancia, nunca pudo competir y demostrar su habilidad.
Sobre todo cuando quieres producir caballos de colas.
El currículum de un caballo de colas tiene todo que ver con el jinete que lo monta. Ponemos como ejemplo “El Regalo”, para nosotros el mejor caballo de colas que hemos tenido. Nunca ganó un coleadero, mas sin embargo, llegaba a una charreada y hasta fotos nos pedían de él como si fuera un rockstar.
El currículum de un caballo sigue siendo, igual que la genética, difícil de comprobar porque no existe una institución que te certifique (sobre todo para alguien que apenas empieza y no está en el medio) que tu caballo ganó x cantidad de premios. Nosotros, por lo mismo, llevamos cuenta siempre de la cantidad de lo que ganan nuestros caballos, porque de esa manera podemos construirles un currículum a cada uno que cuando menos nos ayude a subsanar la falta de caballos renombrados en los registros de muchos de nuestros potros.
La tercera es la homogeneidad, llamamos homogeneidad a la capacidad de un caballo de reproducir hijos con características similares.
Esta característica es para nosotros muy importante porque nos da certeza sobre lo que estamos produciendo y vendiendo. Hay muchos caballos que fueron muy exitosos por la circunstancia, pero que a la hora de echarles yeguas, existe mucha disparidad en sus crías.
Por el contrario, hay garañones que desde bebés confundes a las crías por el inmenso parecido y lo mismo sucede trabajando.
Los ves y dices “este potro es hijo de x garañón”, sin haber visto el papel.
Cuando no existe homogeneidad, las probabilidades de que tu potro sea exitoso están en el lomo de un venado y lo peor es que, como lo dijimos al principio, esa moneda tarda mucho tiempo en caer al piso.
El problema con los caballos que no son homogéneos es que tendríamos que echarle a yeguas que no solamente ellas hayan sido buenas, sino también sus antecedentes, para que si te da lo que los genetistas llaman “un salto para atrás” (que salga a sus abuelos o tatarabuelos) puedas tener un buen producto.
Es por eso, que para nosotros ésta es una característica importante, mas no esencial, ya que podemos prescindir de ella mientras no perdamos de vista nuestro objetivo y nuestras esenciales.
Para nosotros, la homogeneidad es muy relevante. Si hoy llega un cliente al rancho que conozca nuestros caballos, no necesito decirle qué potro es hijo de “Camilo”, de “Starlight” o del “Doc Oak”. El parecido entre ellos es impresionante; son como gotas de agua.
Pero lo más importante: si vas con algún entrenador que tenga potros de estos caballos, no necesitas que te digan de cuáles son. Los vas a distinguir.
El “común denominador” (son el conjunto de características de un semental que lo identifican porque la mayoría de sus crías lo posee) de ellos lo reproducen con cualquier tipo de yegua.
Como anécdota, recuerdo cuando empezábamos con el criadero de caballos de cala, obtuvimos un garañon hijo de “Doc Oak”.
En una tesis que había hecho yo en la universidad, cuando hacía mi investigación acerca de las líneas, escuché una entrevista de Bob Loomis (renombrado entrenador y criador de USA). En una parte de la entrevista hablaba de que el único hijo de “Doc Bar” que a su parecer funcionaba para el reining era “Doc Oak”. La razón de esto era su su carácter pasivo, combinado con movimientos elegantes.
Estudié lo que había de este garañón en México y quedé completamente convencido de tener uno en mi cuadra.
El cómo llego ‘Steelaway Oak” a nuestras manos, es otra historia. Lo cierto es que yo no había podido montarlo y evaluarlo por problemas de salud del caballo.
Esto despertaba en mí cierta incertidumbre de echarle mis yeguas buenas.
Así que decidí prestárselo a un tío que poseía un renombrada cuadra de caballos ligeros para que lo usara con sus yeguas, y a cambio me dejaría tener unas pocas yeguas mías con el.
Un día en una cabalgata vi un potro con un parecido impresionante a mi garañón. Fui a preguntarle al que lo traía de quién era. Cuando me dijo el nombre, sabía que no me había equivocado.
Después de esto, decidí ir al rancho de mi tío a ver sus potros. Trabajé algunos que los montaban los vaqueros y quedé impresionado con el inmenso parecido físico al papá y de movimientos entre ellos.
Fue como descubrí lo bueno que podría llegar a ser ese garañón.
Después de eso, comenzamos a echarle nuestras buenas yeguas y hoy estamos muy contentos con el resultado.

CONCLUSIONES
Criar caballos para cualquier deporte, pero en especial para charrería, es un trabajo que requiere pasión, dedicación, lealtad a tu objetivo y la mente abierta para entender que en esto se aprende todos los días, pero sobre todo mucha fe.
En este negocio, las decisiones más difíciles las toma Dios. Él da y quita, y aunque parezca poco entendible, todo es por algo y para algo y siempre es para nuestro bien. Este año le pregunté a mi hermano:
– ¿Porqué crees que Dios nos haya quitado nuestro mejor caballo (“El Regalo”)?
Me contestó con una pregunta que me hizo entender muchas cosas.
– Si tú le mandas un caballo a un entrenador y en algún evento importante decides calarlo ¿tú crees que el entrenador deba enojarse?
– Claro que no –contesté– para eso los mandamos, para disfrutarlos nosotros.
– Piensa que los caballos Dios los presta, pero hay veces que él decide calarlos en el cielo y por eso nos los quita.
Ésa es la fe. Dejar en manos de Dios las decisiones y confiar, por difícil que parezca, en que todo será para bien.
La historia de nuestro criadero está llena de lecciones, de tropezones y también de muchos aciertos.
El motivo de escribir este documento es compartirles lo que nosotros creemos y queremos en el futuro.
Con ello, también, algunos de los pasajes que nos han hecho crecer a través del tiempo.
Nosotros siempre hemos creído en la filosofía de mejora continua. En este negocio, como en la vida, si no avanzas todos los días, aunque te mantengas, el tiempo termina por hacerte retroceder.
Nosotros aprendemos todos los días y de todo mundo. Aunque hay que admitirlo: nuestros mejores maestros son los mismos caballos que nos enseñan cuando nos equivocamos y cuando acertamos en una decisión.
Este documento lo compartimos con mucha humildad y agradecimiento a todos nuestros amigos, criadores y arrendadores que han confiado en nosotros y que han escrito un capítulo completo en el libro de nuestra historia.

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