
Medical Molding es una empresa “esencial” de la industria maquiladora en Reynosa la cual, además de elaborar componentes médicos –que ahora mismo están sirviendo para cubrir las demandas de la epidemia global–, posee un estricto sistema de higiene laboral que le permite cuidar la salud de sus trabajadores y seguir operando sus procesos de producción.
Al término de la segunda quincena de abril los estragos del coronavirus se extendían dramáticamente con un millón 878 mil 265 personas contagiadas alrededor del orbe y 119 mil 829 fallecimientos, mientras que en México los casos confirmados eran de más de 5 mil 14 y cientos de decesos.
Pero no es sólo eso: en poco más de tres meses las economías del mundo están resintiendo un impacto que, de acuerdo con analistas, no se observaba desde la época de la Gran Recesión de los años treinta, ya que para frenar la curva de infectados los gobiernos han obligado al grueso de su población a mantener un cerco de confinamiento domiciliario.
Pero hay industrias que no pueden detenerse para evitar que se presente un caos en las cadenas de suministros, como las de tipo alimentarias y médicas, las cuales han debido de implementar medidas más rigurosas para proteger a sus empleados.
Y precisamente en ese mapa logístico aparece la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, pues es aquí donde operan importantes firmas manufactureras de talla internacional, algunas de las cuales están dirigidas a la fabricación de productos de atención médica e instrumentos de terapias intensivas y ahora, también de equipos para pruebas contra la pandemia de Wuhan.
Tal es el caso de Medical Molding, una empresa filial de Spectrum Plastics Group, la cual cuenta con dos plantas maquiladoras en el país, una en Mexicali, Baja California, y la otra en esta región del noreste de México.
De las 230 compañías que operan en la localidad ésta fue de las primeras en haber incorporado procesos seguros tanto para sus 280 trabajadores como para el manejo de los productos, que por la naturaleza de su ramo (dirigido a dispositivos de salud) ya disponía con elevado control anticontaminante.
De acuerdo con Ángel Cantú Ochoa, de la firma de consultoría jurídica Torres Cantú Asociados (TCA LAW), con sede en McAllen, Texas, los reglamentos de higiene que esta planta efectúa dentro de sus instalaciones, la convierten en un ejemplo a seguir para que la industria pueda mantenerse en pie durante la difícil época del coronavirus, ya que seis de cada diez empresas tuvieron que suspender actividades:
De acuerdo con datos del Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras, a nivel local el 60 por ciento de las fábricas se encuentra en inactividad, debido a la pandemia. Son aquellas que elaboran productos electrónicos, decorativos (como persianas) y autopartes (tableros electrónicos, cinturones de seguridad y motores).
INSPECCIÓN Y ASEO
En un recorrido programado con el gerente de Recursos Humanos de Medical Molding, Ernesto Zavala, se pudo comprobar cuáles son las medidas de protección que está incorporando ya la industria manufacturera en Reynosa, en correspondencia a las disposiciones emitidas por las autoridades.
Cada empleado que ingresa al patio de la planta, localizada en el Parque Industrial Reynosa, tiene que pasar por un protocolo de desinfección que incluye la aplicación obligatoria de gel antibacterial en sus manos, la elaboración de un minucioso cuestionario relacionado con su estado de salud y, posteriormente, se le toma la temperatura.
Una vez que se registra el personal de vigilancia le hace entrega de un cubre bocas y entonces ya puede dirigirse hacia el acceso del edificio, donde Medical Molding instaló la ‘clean zone’, una área especial de lavado de calzado e higiene individual.
Cada uno debe lavarse primero las manos en unas bateas que contienen detergente líquido. Enseguida dispersar agua enjabonada con una fórmula desinfectante sobre unos talladores horizontales. Sin tenerse que quitar los zapatos los trabajadores frotan y retiran las impurezas externas que pudieran transportar en el calzado, en tanto que con unas mangueras de aire comprimido se secan.
En un siguiente paso –antes de la puerta principal–, repiten el procedimiento del lavado de manos y luego se dirigen a checar su tiempo de entrada, respetando las distancias entre una persona y otra, estipuladas por unas marcas que fueron colocadas en el suelo.
A lo largo y ancho de sus instalaciones esta empresa cuenta con letreros relacionados a la prevención y la normatividad que se requiere seguir. En los pasillos aparecen noticias que diariamente son actualizadas para que la plantilla conozca los pormenores que se van suscitando.
“Como parte de nuestra normatividad tenemos un programa de control de personas diabéticas, hipertensas y embarazadas. Nosotros contamos con un doctor aquí que las atiende y les da el seguimiento. Y actualmente con la epidemia le estamos avisando a la gente que tenga síntomas de fiebre, tos o resfriado que no se presente a trabajar, especialmente porque ahorita estamos en una contingencia”, manifestó el entrevistado.
ORDEN Y ORGANIZACIÓN
En la fábrica también existe un módulo donde, por medio de una pantalla grande, los empleados reciben información acerca de las disposiciones y lineamientos que se están implementando en otras plantas de la empresa.
“Este es un sistema de comunicación que tenemos a nivel corporativo. Cada planta coloca sus datos con los mensajes que quiere darle a su propia gente, pero lo ven en las otras partes de los países en donde estamos representados”, explicó.
De igual modo el personal administrativo tiene dentro de sus oficinas las separaciones recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), disponen de productos desinfectantes y deben utilizar el nasobuco.
“Si alguien va a la cafetera nadie puede estar cerca. Del mismo modo en la zona de impresiones y copiadora. Los muchachos todos tienen sus cubre bocas, les pusimos unos geles antibacteriales y unas toallitas para limpiar las computadoras y escritorios”, manifestó.
Mientras que los operadores de producción, como entran en contacto con los materiales de elaboración de artículos, ingresan a un vestidor, en el que cada uno se coloca un tapa bocas, bata, visor y cubre calzado.
Zavala especificó que en la zona de manufactura no está permitido que los empleados lleven la piel expuesta, por lo que existen supervisores que se encargan de vigilar que porten su indumentaria de la manera correcta.
“Nosotros fabricamos componentes médicos. Ensamblamos artefactos de plástico dirigidos a diversos usos como unas bolsas contenedoras de plasma y sangre. Unas que se llaman cámaras y se observan en los hospitales cuando hay mangueritas que dejan caer una gotita a un tubito y luego hacia el paciente. Ese reservorio también lo hacemos aquí.
“Hay unos dispositivos que limitan el paso de los líquidos cuando el paciente necesita acudir al baño o ducharse y esto sale de aquí para muchas compañías médicas que hay en el mundo”, ilustró el gerente de Recursos Humanos.
Detalló que se quebraron los horarios de comida, con el objetivo de evitar aglomeraciones en las zonas de cafetería, en la que aparecen delimitadas las marcas “rojas” donde deben permanecer cada una de las sillas y los usuarios.
Del mismo modo, Medical Molding tomó la iniciativa de cerrar el área del recibidor y ahora atiende a sus visitantes y proveedores en una sala acondicionada especialmente para mantenerlos separados.
“Todos los que vengan por un servicio nos hablan y nosotros salimos para atenderlos en ese lugar, donde hay una distancia de precaución”, dijo.
DE ESENCIAL IMPORTANCIA
Debido a la emergencia global del coronavirus se le ha solicitado especialmente a esta planta que se mantenga en funcionamiento.
“Nos han pedido que no paremos porque algunos de esos componentes se utilizan para las terapias intensivas. Tenemos una planta que hace los empaques para las pruebas del coronavirus, entre otras cosas.
“Somos una maquiladora totalmente esencial. Estamos tratando de colocar todos los elementos que nos hagan estar saludables dentro de la compañía, porque no podemos parar. Esto es algo a lo que estamos comprometidos siempre, pero ahora más porque tenemos la contingencia.
“Esos tubitos son como unos tapones que tienen la función de extraer leche materna. Los materiales se encuentran higienizados. Todo lo limpiamos con cloro o con alcohol diariamente.
“Cuando llega la gente asea sus mesas de trabajo, ingresan y ahí tenemos un gel. Por todas partes lo hay. Ellos se tienen que vestir y de esa raya amarilla para allá deben usar un cubre calzado, cofia y su bata. Estos últimos ya eran protocolos que nosotros teníamos establecidos desde antes”, señaló Zavala a la prensa durante un recorrido en las instalaciones de Medical Molding.
Ahí mismo señaló que es probable que la plantilla laboral pueda tener un incremento de 40 a 50 personas.
“No sabemos si el coronavirus limitará nuestro crecimiento, somos una empresa médica y por el contrario creo que vamos a necesitar más gente”, consideró.
PREVENCIÓN, PREVENCIÓN
Y MÁS PREVENCIÓN
Gracias a los estrictos controles de higiene que ejerce sobre su personal esta maquiladora de Reynosa es un modelo para las demás en tiempos del COVID–19.
“Ya le hemos dicho a las personas que cuando se sientan mal no se presenten a trabajar y nos avisen vía telefónica o mensajería de WhatsApp. Nosotros ya distribuimos toda esa información a la gente para que ésta nos diga si tiene algún síntoma de ese tipo y le aconsejamos que vaya a los servicios de salud para que la diagnostique y, en consecuencia, nos avise cuál es su estatus ya oficial.
“Por ejemplo ahorita a quienes traen gripa o tos, los mandamos a sus domicilios, es por precaución. Les damos salida dos o tres días, según lo que considere el doctor y ya cuando se recuperan regresan.
“Debemos cuidar a la gente, debemos cuidar el producto y continuar trabajando. Somos esenciales y creamos nuestros protocolos para la limpieza y protección. Esto es algo que siempre se tiene que hacer”, manifestó el gerente de Recursos Humanos.
Tan estrictos son que a la zona de producción no se puede ingresar con cualquier tipo de calzado, uñas largas, maquillaje, pelo suelto ni con alguna clase de alhajas o adornos. Es un reglamento establecido y tanto la calidad de sus productos como los controles de protección, desde antes de la pandemia, han sido importantes para que Medical Molding sea una empresa certificada con el ISO–13485, que se otorga de manera especial para las compañías del giro médico, del mismo modo que también tiene reconocimiento con la FDA de los Estados Unidos, la agencia responsable de la protección y seguridad de la salud pública.
Al final, Ernesto Zavala, destacó todo el trabajo que cada uno de los empleados de la fábrica desempeña, desde las personas que hacen la limpieza hasta el personal administrativo, para mantenerse seguros y a la vanguardia.
“Estamos operando, pero siempre vamos a hacer el esfuerzo para que la gente que venga a trabajar dentro de la planta esté saludable con respecto a esta epidemia. Aparte nosotros siempre buscamos estar seguros, prueba de ello es que tenemos tres años consecutivos sin ningún tipo de accidente y de igual forma estamos comprometidos con la salud de nuestros trabajadores”, subrayó.