Viernes, 12 de septiembre en la noche, Ciudad Madero, Tamaulipas. En el asador había carne y la voz –casi gritos– del diputado local plurinominal, Francisco García Cabeza de Vaca, retumbaba en el taller de herrería: “Yo no voy a ser el candidato (del PAN)… ¡voy a ser gobernador!
Las bravatas de Francisco eran escuchadas por propietarios del taller y anfitriones de la reunión: el regidor maderense Javier Morado, su hijo Oscar, además del ex aspirante a la dirigencia estatal del PAN, Alejandro Felipe Martínez, el ex dirigente panista Tino Lee y otros personajes afines al proyecto cabecista.
El ex alcalde de Reynosa, señalado como el cabecilla de la banda de su corrupta administración, continuaba con sus sentencias: “(Javier) Garza de Coss (dirigente estatal del PAN), está aliado con el gobierno del Estado… está aliado con el PRI…”.
Cada una de las exclamaciones de Cabeza de Vaca eran celebradas por sus seguidores, quienes escuchaban atentos los planes de su jefe político para “reventar” la convención estatal de las juventudes panistas, que se llevaría a cabo la mañana siguiente en el Hotel Juana Cecilia, de Ciudad Madero.
Ahí, el dirigente panista Javier Garza de Coss estaba programado para ofrecer un mensaje a las juventudes albiazules, quienes analizarían el estado actual en el que se encuentra el partido.
El plan era sencillo: movilizar alrededor de 100 jóvenes reynosenses a la convención estatal, colocar mantas de repudio a la dirigencia de su partido y exigir la reinstalación de Raúl García Vivián, ex dirigente del PAN en Reynosa.
La logística para este operativo fue asignada a Humberto Prieto, hijo de José del Carmen Prieto Valenzuela, ex secretario de Desarrollo Urbano y Ecología en Reynosa durante la administración de García Cabeza de Vaca.
Atentos, los presentes en la reunión escuchaban las instrucciones de su cuestionado jefe político: los “reventadores” debían de llegar al recinto, colocar sus mantas, distribuirse entre la asistencia y, cuando Garza de Coss tomara la palabra, “hacer bulla” para obligar a que se cancelara el evento. Y si las cosas se ponían violentas, mejor.
De esta forma, García Cabeza de Vaca puso en evidencia la mentira de Raúl García Vivián de un supuesto distanciamiento entre ambos personajes.
De hecho, esta versión –que difundió en una entrevista ofrecida a Hora Cero (edición 251)– quedó desmentida con las acciones del ex alcalde de Reynosa, quien la noche anterior al evento se dedicó a organizar la defensa de su protegido político.
Por si esto fuera poco, el pasado 22 de septiembre, la plana mayor del cabecismo en Reynosa atendió el llamado de García Vivián a una reunión celebrada a unos metros de la delegación panista, donde demando “un veto” al liderazgo de Garza de Coss.
“Aquí el asunto es que nosotros hemos presentado un recurso de veto a esa decisión que tomó la directiva estatal, sólo estamos en espera de que analicen la petición que hicimos nosotros para que en consecuencia tomen la determinación”, dijo.
Frente a personajes como el ex secretario del Ayuntamiento, Horacio Ortiz Renán, y el ex titular de Sedue, José del Carmen Prieto Valenzuela, el todavía diputado federal panista alentó a sus seguidores a rebelarse con la dirigencia de su partido.
La reunión, los mensajes y la convocatoria fueron ideadas por García Cabeza de Vaca en una reunión similar a la de Ciudad Madero.
Por si todo esto fuera poco, la mañana del 13 de septiembre, ya en la convención estatal de las juventudes panistas, García Vivián y su supuesto “enemigo político” García Cabeza de Vaca, se sentaron juntos, hombro con hombro, esperando ver cómo su plan se desarrollaba.
Sin embargo, apenas se dieron las primeras manifestaciones de inconformidad, el grueso de la asamblea reaccionó contra los “reventadores”, quienes tuvieron que permanecer callados mientras veían como sus mantas de inconformidad eran retiradas de las paredes.
Por eso, cuando llegó el momento del discurso de Garza de Coss, todo transcurrió en absoluta tranquilidad, conforme se había programado inicialmente.
Al verse perdidos, tanto García Vivián como García Cabeza de Vaca decidieron retirarse del inmueble… juntos, como los aliados que siguen siendo.