La gente, en general no está acostumbrada a ser cortés y educada. Los niños no siempre vienen de casa bien instruidos al respecto y los jóvenes se la pasan saludando en redes sociales e ignoran a quienes tienen enfrente.
¿Alguna vez le ha pasado que al llegar a pagar a la caja del supermercado la cajera ignore el saludo dado?, ¿o que al caminar por la banqueta antes de pasar entre dos personas lo vean extrañado cuando les dice “con permiso”?
Estos son solamente algunos ejemplos de lo que algunas personas viven diariamente cuando realizan sus actividades como por ejemplo, ir al supermercado, a la escuela, al banco, a una farmacia, al cine o simplemente al caminar por la calle.
“Gracias”, “por favor”, “con permiso”, “buenos días”, “hasta mañana”, entre otras frases, forman parte de la urbanidad.
El Manual de urbanidad y buenas maneras, de Manuel Antonio Carreño, define a la urbanidad como el “conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás benevolencia, atención y respeto”.
Explica además que su finalidad es la conservación del orden y la armonía que debe existir entre las personas.
Se menciona que como parte de la urbanidad se encuentran las buenas maneras o buenos modales que Manuel Antonio Carreño en su obra relaciona con la decencia y moderación que deben estar presentes tanto en acciones, como en palabras.
HABILIDADES,
PRÁCTICAS Y ACTITUDES
Elba Rocío Hernández Moreno, es catedrática de la preparatoria de la UMAN (Universidad México Americana del Norte) y cuenta con una maestría en Gestión por la Educación.
Entre las materias que imparte se encuentra Desarrollo Humano Integral, en donde se trabajan los valores; y Habilidades del Pensamiento, que incluye las habilidades sociales y la actitud.
“Es como un triángulo muy interesante, manejamos el conocimiento, habilidades y práctica y las actitudes, este conjunto es lo que nos permite convivir con el resto de las personas, ser cordiales y educados”, explicó.
Los estudiantes de preparatoria tienen entre 14 y 17 años, son adolescentes que se encuentran en una etapa de cambios y transiciones, lo que en ocasiones provoca que no se comporten adecuadamente.
“Nosotros consideramos que esa formación deben traerla desde casa, todas esas habilidades como el respeto, la cortesía y la honestidad son cosas que enseñan los padres de familia y son básicas,
también les llamamos buenas costumbres”, mencionó.
Dijo que aunque muchos de los alumnos cumplen con ellas hay factores como la aceptación en grupo o la búsqueda de atención que influyen en que dejen de practicarse.
“Se les olvida lo que traen de casa y comienzan aquí con otro tipo de comportamientos; dejan de practicarlas y para que se conviertan en un hábito deben hacerlo, pero cuando los papás ya no los corrigen y los abuelos no se fijan, se van dejando de lado”, agregó.
Hernández Moreno expresó que además de impartirles teoría de diferentes materias, se les hace énfasis en estos valores, que les ayudarán para toda la vida.
Añadió que de nada les sirve tener los conocimientos teóricos si su calidad moral no es la adecuada.
Dedicada a la enseñanza desde 1994, la docente imparte materias relacionadas con las Ciencias Sociales, que son las encargadas de estudiar al hombre en diferentes contextos.
Pero no solo los adolescentes deben conducirse con buenos modales y normas de urbanidad, también los adultos y aunque pudiera pensarse que por su edad debieran dominarlas no es así.
“La palabra enseña, pero el ejemplo arrastra. Hay que fomentarlo con nuestros alumnos y nuestros hijos, así como las personas que se encuentran a nuestro alrededor”, expresó.
Recomendó a la personas el tomarse la libertad de corregir, incluso a adultos, es decir, cuando se dé un saludo y la persona no responda, puede repetírselo de forma cordial.
“Es una manera de ir corrigiendo para que las personas se den cuenta de que
están haciendo algo mal”, apuntó.
REDES SOCIALES
Es innegable la influencia de las redes sociales en la actualidad, sobre todo en las relaciones sociales.
“Vivimos en un mundo donde lo impersonal forma parte de nuestra vida diaria, nos pasamos dando los buenos días por el WhatsApp o el Facebook y precisamente por eso no los das a quienes tienes enfrente”, explicó.
Además, en ocasiones ni siquiera es de forma escrita o mediante un audio pues los cibernautas utilizan imágenes o mensajes ya prediseñados.
LA FORMACION SE DA EN LA NIÑEZ
“Los niños son como esponjitas, empiezan a absorber todo lo que escuchan o ven y eso les va a ayudar a desarrollarse como adultos”, dijo Eréndira Careaga Cisneros, madre de dos niños de 10 y 12 años.
Dijo que diariamente en su casa las normas de urbanidad y los buenos modales se abordan en cualquier conversación.
“Ellos saben que todo lo que digan deben de hacerlo respetuosamente, de forma educada, no hablando golpeado y contestando con amabilidad”, mencionó.
Comentó que esta formación es básica y utilizó como ejemplo el conocido refrán “árbol que nace torcido jamás su tronco endereza”, explicó que si cuando son pequeños no entienden bien las reglas de urbanidad y normas cívicas cuando sean adultos será difícil que las practiquen.
“Si no las practican cuando son niños, van a ser personas groseras, sin tacto, maleducadas o toscas para hablar.
Comentó que la educación otorgada por sus padres le ha permitido inculcársela a sus hijos, tomando como ejemplos anécdotas y vivencias relatadas. v