Miles de padres mexicanos y centroamericanos buscan a sus hijos desaparecidos por todo el país; la mayoría fueron secuestrados para pedir rescate por ellos a sus familiares o para obligarlos a trabajar para el crimen organizado.
POR PEDRO ORTIZ Y AGENCIA EL UNIVERSAL TAPACHULA, CHIAPAS
Las Caravana de Madres Migrantes que buscan a sus hijos desaparecidos en México ingresó el jueves 1 de diciembre al Centro de Reinserción Social para sentenciados 3 y 4, varonil y femenil, respectivamente, en Tapachula, como parte del itinerario en los centros de reclusión penitenciaria.
Martha Martínez, originaria de Honduras, dijo que entró al penal para obtener información sobre dónde pudiera encontrarse su hijo Danilo Palencia, quien desapareció en 2013, pero le dijeron que estaba en calidad de reo en el país.
La integrante de la Caravana de Madres Migrantes dijo que buscó y habló con los reos, quienes le dijeron “que esta cara (la de la foto que colgaba en el pecho) no estaba preso aquí, que no lo habían visto”.
La angustia e incertidumbre recorre a doña Martha por no saber de Danilo, en su plan de cruzar a Estados Unidos.
“No sé si está cautivo de delincuentes, hospitalizado, preso o incluso muerto”, advirtió.
Aunque alentó que es posible que se encuentre en esta región, pues “hay tanta cosa, tanta trata de personas, delincuencia, crimen organizado, qué sé yo, temo que mi hijo puede estar secuestrado”.
Doña Emilia Amador llegó también de Honduras e ingresó al centro penitenciario para buscar a su hermano Agustín Amador, quien desapareció hace 22 años.
“Entré, busque si me daban algún dato de Agustín; nada sabemos de él. Los presos que están ahí nos pedían una moneda, pero como nos dijeron que no lleváramos dinero, da pesar no darles nada”, dijo.
Las madres centroamericanas, que son apoyadas por el Movimiento Migrante Mesoamericano, llegaron anoche a Tapachula.
Este día prevén visitar albergues de migrantes. Realizarán una caminata por calles, expondrán en la plaza central las fotos de sus familiares buscados y terminarán con un encuentro con diferentes organizaciones sociales y ciudadanas.
BUSCAN PISTAS EN REYNOSA
Debido a que Reynosa fue la región donde supieron algo de sus seres queridos por última vez, tres padres de familia arribaron la última semana de noviembre a Reynosa, en busca de pistas que ayuden a dar con el paradero de sus hijos migrantes.
Tal es el caso de Omar Jarquín, quien desde julio del 2014 no sabe nada de su hijo David Alexander Jarquín Pineda, quien salió de su natal Salvador en junio de ese mismo año, en busca del sueño americano.
“Mi niño venía para Estados Unidos y me ‘pegó’ una llamada diciéndome que estaba en Reynosa, fue el último contacto que tuve con él y desde entonces ya no supe nada”, relató el afligido padre.
Isidora de Jesús Zúñiga, aún tiene la esperanza de encontrar con vida a su hijo Josué Molina, sin embargo, desde hace tres años que salió de Honduras, no sabe nada al respecto.
“Le aconsejo a los jóvenes que siempre estén en contacto con la mamá, es terrible no saber nada. Si mi hijo me está viendo, le pido que por favor se comunique conmigo”, exclamó sollozando.
Así mismo Irma Yolanda Pérez relata que en la última vez que tuvo razón de su hijo Herber Estuardo García Pérez fue a través de un noticiero, donde dieron a conocer que lo detuvieron en territorio tamaulipeco.
Según cifras del coordinador Sur Sureste del Movimiento Mesoamericano, Rubén Figueroa, más de 70 mil personas han desaparecido en la última década, en su intento por llegar a la Unión Americana.
Las personas coinciden en que abandonan sus lugares de origen por la ola de violencia y la crisis que se vive en esas regiones.
Los parientes interpusieron las denuncias correspondientes ante la Procuraduría General de la República y el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes les proporcionó algunas facilidades.
Mientras transcurre la investigación, ellos volverán a la Ciudad de México y seguirán su recorrido en busca de respuestas por las ciudades de Tlaxcala, Tabasco, Oaxaca y Chiapas.