Tras casi dos años de pandemia por Covid-19 y de llevar sus clases en línea, estudiantes de Reynosa regresan a clases presenciales con todo y semáforo epidemiológico rojo en la ciudad, y de que los casos y defunciones continúan.
La espera terminó y finalmente alumnos de diferentes niveles educativos regresaron a clases presenciales el 21 de febrero, luego de que fueran suspendidas en el mes de marzo del 2020 cuando la Covid-19 llegó a México.
Desde entonces, alumnos y maestros tuvieron que capacitarse, adaptarse y acostumbrarse a la modalidad online.
En ese tiempo muchos alumnos pasaron de un ciclo escolar a otro, cambiaron de nivel educativo y algunos más empezaron su educación, como fue el caso de los más pequeños, los estudiantes de preescolar; y otros finalizaron sus estudios y tuvieron que conformarse con una graduación virtual, como fue el caso de los egresados universitarios.
Ahora tanto alumnos, padres de familia y docentes, deberán “desacostumbrarse” a la educación a distancia para continuar con la modalidad presencial, sin dejar de lado la online, pues muchas escuelas trabajarán con un sistema híbrido, que es la fusión de ambas, aunque esto represente una mayor carga laboral para los maestros.
SORPRESIVO REGRESO
Fue el martes 15 de febrero que, durante un evento de vinculación en la Universidad Tecnológica de Altamira, que el secretario de Educación del estado, Mario Gómez Monroy informó que las clases presenciales se reanudarían en todo el estado al día siguiente, “a partir de ya”, dijo él, contando con los protocolos de salud anticovid.
“Regresamos la totalidad de las escuelas a partir de ya, hoy (martes) se publica el decreto, mañana (miércoles) pueden regresar a sus labores, todo Tamaulipas”, expresó.
La declaración fue recibida con asombro por los periodistas que se encontraban en el lugar e iniciaron una oleada de preguntas ante el inesperado, sorpresivo y apresurado regreso, que si bien, ya se sabía que sucedería, no se esperaba que fuera de un día para otro.
Gómez Monroy comentó que la decisión fue tomada luego de analizar factores tales como la disminución de casos, la ocupación hospitalaria y el avance en las campañas de vacunación, y que se llevaría a cabo con aulas a media capacidad y clases con duración de tres a cinco horas, uso de cubrebocas y de gel antibacterial, así como toma de temperatura.
Durante el resto del día, padres de familias se mantuvieron a la expectativa de la información, hasta que finalmente por la noche se dio a conocer el comunicado anunciando la reanudación de las clases presenciales en los 43 municipios de Tamaulipas, en todos los niveles educativos.
SIN COOPERATIVAS
NI DESAYUNADORES
El comunicado mencionaba que, para regresar era fundamental contar con el distintivo Escuela Segura emitido por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), y que se realizarían visitas aleatorias para verificar que, efectivamente, se cumplieran con las medidas sanitarias.
La circular mencionó la autorización de la realización de ceremonias cívicas y reuniones escolares “siempre y cuando se cumpla con las medidas sanitarias establecidas”, como lo son, mantener sana distancia, uso de cubrebocas y desinfección de manos.
En cuanto a las cooperativas y desayunos escolares se mencionó que, se informará sobre la estrategia de apertura.
UNOS EL 21, MUCHOS
EL 28 DE FEBRERO
Pese al llamado a volver a las aulas, las escuelas lucieron vacías al día siguiente del comunicado, sin embargo, autoridades educativas de cada institución se dedicaron a informar a través de diferentes medios a los padres sobre cómo y cuándo se llevaría a cabo el retorno.
Fue así que se dieron indicaciones por grupos en Messenger y Whatsapp, en donde se avisó que en algunas instituciones volverían a clases el 21 de febrero, mientras que en otras sería hasta el 28.
Además, en algunas escuelas, sobre todo de educación básica, los alumnos asistirían solamente ciertos días a la semana: la mitad del grupo dos días, la otra mitad otros dos y el viernes sería destinado para quienes necesitarán reafirmar los temas vistos, o bien, que mostraran cierto rezago educativo.
Otro de los avisos que se dieron para algunas escuelas fue que los niños deberían llevar los alimentos que ingerirían durante el receso, así como un bote con agua para beber durante la jornada educativa.
En el interior de su mochila, en las ya conocidas bolsas “ziploc” deberán llevar también cubrebocas de repuesto, así como gel antibacterial de uso personal, el cual no podrán compartir con nadie y toallitas desinfectantes para limpiar su lugar de trabajo.
APOYO DE LOS PADRES
Muchos son los padres de familia que ya deseaban el regreso a clases presenciales argumentando que esto favorece el aprendizaje y la socialización, además de que “los niños ya lo necesitan”, dicen algunos.
Lo cierto es que, al momento del banderazo de regreso, muchas escuelas no contaban con las condiciones adecuadas para recibir a los estudiantes, pues mientras que algunas estaban sucias o con la maleza crecida, otras fueron vandalizadas y unas más afectadas por los amantes de lo ajeno, que se llevaron desde proyectores y pantallas, hasta el cableado.
Por eso, en algunas instituciones se solicitó a los padres de familia una cooperación para comprar artículos de limpieza, así como de su apoyo para realizar las labores, con la finalidad de que estén óptimas para su funcionamiento, a cambio, de un punto extra para su hijo.
“Buenas tardes, solicito el apoyo de 5 mamás o papás para realizar la limpieza del salón (únicamente barrer, trapear, limpiar ventanas y bancos, y marcar el salón con cinta). Sería un punto extra en la materia que salga más bajo (se recomienda a alumnos que no hayan enviado todas las actividades o no se hayan conectado a todas las clases para así subir calificación)”, se mencionó en un grupo de Whatsapp de una escuela primaria de la ciudad de Reynosa.
Hubo quienes se molestaron ante estas situaciones, pues esperaban que las escuelas estuvieran listas para funcionar, dando por hecho que el gobierno se hiciera cargo de ello.