Hace catorce años Aurelio Cortez –originario de Poza Rica, Veracruz–, llegó a Reynosa para conocer la ciudad donde vivían sus siete hermanos y donde había escuchado que se podía vivir muy bien trabajando en alguna maquiladora.
En su ciudad natal Aurelio se dedicaba a la reparación de radios y televisiones y aunque no le iba mal, pudo más su deseo de conocer nuevos horizontes.
Arribar a la frontera no fue le difícil, sólo tuvo que pagar un boleto de ida pues no pensaba regresar. Los problemas de hospedaje y comida los tenía solucionado pues sus parientes le ofrecieron refugio.
Aunque en un principio habitó con sus hermanos, a los pocos meses pudo rentar una vivienda, donde sus primeros muebles fueron un estéreo y una televisión… los demás enseres podían esperar.
Su empleo como obrero de maquiladora le permitió solventar los gastos en una ciudad más cara que su tierra natal, además de que obtenía dinero extra reparando televisiones y aparatos de radio. Con el paso del tiempo esta actividad fue tan productiva que decidió dejar la fábrica para abrir su taller.
La vida era tan próspera, que Aurelio podía pagarse sus vacaciones en Veracruz, donde conoció a la que después se convirtió en su esposa.
“A mi mujer la conocí una vez que volví para Veracruz y me la traje, tenemos 10 años juntos en Reynosa. Al principio me iba bien pero ya ha bajado mucho el trabajo de las maquiladoras y si las personas no tienen trabajo me afecta a mí porque no tengo clientes”, dijo.
Catorce años después de haber llegado a
Reynosa, su economía no es ni la sombra de lo que era cuando llegó, pues la falta de trabajo lo obligó a dejar la casa que rentaba y unirse a un grupo de invasores de un predio propiedad federal.
Por todo esto, Aurelio decidió que la única solución a sus problemas es regresar a Poza Rica.
“Espero regresar a mi Estado y encontrar tranquilidad porque allá no es como aquí. Vine acá porque pensé en salir adelante pero no se pudo, extraño mucho mi tierra, el ambiente, el lugar, ya quiero estar allá”, comentó.
Otro de los factores que lo ayudó decidirse a volver fue el anuncio del Gobierno del Estado de Veracruz que estaba ofreciendo apoyo a los veracruzanos que quisieran regresar a su lugar de origen.
DE VUELTA A CASA
A partir de la década de los cuarenta, la ciudad de Reynosa empezó a vivir el auge petrolero que provocó el arribo de miles de personas procedentes del sur del país, Veracruz fue el principal exportador de mano de obra.
Décadas más tarde, la instalación de las maquiladoras y el repunte de la industria manufacturera atrajeron a muchos más veracruzanos a la frontera, quienes casi de inmediato podían conseguir un empleo, comprar una casa y contar con comodidades que en sus lugares de origen eran casi un sueño.
Fueron tantos los que llegaron que la ciudad llegó a ser conocida como “Reynosa-Veracruz”.
Estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirman que de los 500 mil trabajadores que hay en Reynosa, el 70 por ciento es originario de Veracruz.
Por su parte, el Instituto Federal Electoral (IFE) dio a conocer que en el año 2007, el Estado de Tamaulipas contaba con un registro de 270 mil personas originarias de Veracruz.
En el año 2009 –cuando se registró una crisis económica a nivel mundial–, el sector de la industria maquiladora fue uno de los más golpeados. El embate económico obligó a las fábricas a recortar horas extras; otorgar vacaciones sin pago, declarar paros técnicos y hasta despedir sin previo aviso a cientos de empleados.
Ante la grave situación económica, miles de veracruzanos residentes en la frontera norte decidieron regresar a su tierra natal con la ayuda del Gobierno de Veracruz.
Y es que según datos de la oficina de representación del Gobierno del Estado de Veracruz en
Reynosa, por lo menos 350 mil veracruzanos viven en la frontera norte del país, la mayoría en esta ciudad.
De hecho, ante la gran afluencia de veracruzanos que solicitaron apoyo para regresar a su terruño, el gobierno de aquel Estado emprendió un programa temporal emergente que inició en este con el retorno de dos mil veracruzanos residentes en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Fue tanto el éxito de este programa, que el Gobierno de Veracruz decidió ampliarlo a todas las ciudades fronterizas, informó Patricio Mora, representante de ese Estado en la ciudad.
“A raíz de la situación que se vivió en Ciudad Juárez, muchas familias solicitaron su regreso a Veracruz y pidieron apoyo del gobernador Fidel Herrera. Reynosa desde el primer trimestre del año pasado perdió muchos empleos, se manejaron cifras de 16 mil trabajos perdidos en la zona fronteriza de los cuales el 50 por ciento era de Veracruz.
Empezamos a observar que desde el primer trimestre del año pasado cerca de 7 mil veracruzanos se fueron con recursos propios, pero la crisis ha prevalecido y mucha gente está desempleada por eso el programa tiene más éxito”, mencionó.
Según el entrevistado, el programa que inició el gobierno de Fidel Herrera Beltrán se extendió a ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa.
“En Reynosa desde que se dio a conocer hemos tenido buena respuesta. Aquí el problema por el que quieren regresar es la falta de empleo, no tanto la seguridad sino el empleo; mucha gente ha perdido sus viviendas o las ha regresado y uno de los requisitos principales para ser beneficiados del programa es que no tengan adeudos con el Infonavit”, dijo Mora.
El apoyo que se ofrece a quienes desean regresar a Veracruz es el pago de un boleto de avión o de autobús hasta su ciudad de origen (o el lugar más cercano a su comunidad), así como el traslado de sus enseres domésticos.
En Reynosa aún no se han realizado los primeros retornos, pero a cinco días de dar a conocer el programa ya se tenían más de 20 familias anotadas.
Se espera un número mínimo de 160 personas para realizar el primer viaje y la decisión si el mismo será por vía aérea o terrestre.
Mora agregó que la mayoría de los que han solicitado este beneficio son originarios de Coatzacoalcos, Cosamaloapan, Minatitlán, Veracruz y Martínez de la Torre.
EXPECTATIVAS DEL REGRESO
Aunque todos los que alguna vez salieron de Veracruz buscaron un mejor futuro, la crisis económica y la inseguridad les ha convencido de regresar a sus comunidades de origen.
Tal es el caso de Edith Cordero, quien después de 21 años de vivir en Reynosa busca una oportunidad para regresar a su natal Veracruz.
“Trabajamos aquí (En Reynosa) muy bien por 21 años, pero hemos vivido mucha violencia. Nos han robado en la casa, nos robaron un carro en la calle, hemos estado en algunas balaceras y mi hijo quedó tan impresionado que cayó en depresión y me dice que ya no quiere estar aquí, que tiene mucho miedo”, dijo.
La seguridad de las pequeñas comunidades es otro de los atractivos de quienes quieren volver a Veracruz.
“El cuarenta por ciento de quienes regresan son niños que cuando viven en la ciudad tienen que estar encerrados por su propia seguridad, entonces al retornar ellos manifiestan alegría porque tienen la libertad de poder jugar en las calles que es la ventaja de las comunidades pequeñas”, mencionó Patricio Mora.
Además de tranquilidad, el Gobierno de Veracruz ofrece a quienes retornan una oportunidad laboral y servicios de salud.
“Cuando los veracruzanos llegan al aeropuerto allí ya están dependencias como la Secretaría de Educación Pública para los niños que vienen, está presente el gobierno federal que tiene un módulo de atención para Oportunidades, el Seguro Popular; el beneficiario regresa, pero encuentra una gran diversidad de apoyos”, aseveró Mora.
Pero no todos le tienen fe a este programa. En Veracruz, el diputado del Partido Convergencia, Sergio Vaca Betancourt, criticó el programa de retorno de los “juarochos”, (como son conocidos los veracruzanos que volvieron de Ciudad Juárez) al manifestar que el gobernador pretende beneficiar a los candidatos del PRI en las elecciones del 4 de julio.
“El está diciendo que es un programa electorero, pero hay presencia del gobierno federal, pero no es un programa humanitario, no es permanente, es temporal. Estamos en el último año del Gobierno del Estado y por lo tanto se tienen contemplados los tiempos electorales”, dijo Patricio Mora.
Aún así el programa sigue creciendo. Hasta el cierre de esta edición, se contabilizaban las 150 personas que volverán a Veracruz, tentativamente para mediados del mes de mayo.