
El 41.8 por ciento de profesionistas con licenciatura y posgrado no logra posicionarse en el campo laboral por falta de oportunidades o experiencia y, si no es en el desempleo, termina en ocupaciones completamente diferentes para lo que fueron preparados. Las empresas exigen años de práctica como requisito a cambio de salarios notablemente bajos –comparados con otros países de la OCDE–, mientras de las universidades continúan egresando cada semestre ejércitos de estudiantes que no consiguen colocarse. La frustración es predominante: se recibieron de una carrera, pero trabajan de…
Según datos del Inegi en la República Mexicana cada año más de cuatro millones de alumnos obtienen estudios de nivel superior y, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, al menos una cuarta parte culmina su escolaridad en el periodo estipulado en los 5 mil 794 planteles universitarios que hay en todo el territorio nacional.
La expectativa de obtener un trabajo con relación a lo que se estudió es algo que gran parte de la población con formación académica no tiene el privilegio de experimentar.
Una gran cifra de ellos resultan ser egresados sin oportunidades de trabajar dentro de una empresa, con solicitudes de empleo impartidas en oficios informales, salarios mínimos, horarios de jornada poco atractivos y una gran frustración al no desarrollar un proyecto de vida profesional ni económico basado en su vocación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados 2022 (ENE) de la Universidad del Valle de México, el 33 por ciento de los profesionistas en el país no contó con oportunidades de empleo.
En comparación con el trimestre estadístico al presente año 2023, un porcentaje del 29.1 ya mantenía un trabajo en el plazo de sus estudios, por lo que esa cifra conservó su ocupación tras concluir la carrera. Lo restante se reparte en un 59 por ciento, el cual consiguió una oportunidad laboral en un lapso menor a los seis meses; el 19.5 por ciento de entre seis meses a un año y para el 21.3 por ciento se aplazó a más de un año.
Lo que indica que la obtención de trabajo resultó fácil para el 53.7 por ciento, mientras que para el 46.3 fue difícil o muy difícil, según el centro de opinión publica de la UVM.
Con el pasar de los años esta problemática ha tomado la suficiente relevancia para ser expuesta y digna de proyectar diferentes interrogantes entre la misma población mexicana, ¿la tasa de empleo es tan escasa en México?, ¿estudiar una licenciatura, ingeniería o posgrado no garantiza obtener un buen empleo con emolumentos dignos? o ¿son las empresas las que no abren vacantes a la población juvenil?
CONTRACORRIENTE
Es sabido que uno de los factores que impiden a las nuevas generaciones formar parte de una compañía es el requisito de experiencia laboral por parte de las mismas. No falta quien prefiera trabajar fuera de su campo profesional por los horarios de oficina establecidos o las mejores oportunidades de sueldo en ocupaciones informales.
De acuerdo con un balance de la empresa de transportación DiDi un taxista puede obtener ingresos de casa 12 mil pesos por semana por medio de su plataforma. Cuanto más trabaje mayor es la percepción económica, mientras que un contador público con carrera universitaria gana 2 mil 250 pesos por semana (menos del cuarto de los trabajadores al volante que mejor suerte tienen).
Para aterrizar concretamente la problemática, los datos estadísticos determinan que el 41.8 por ciento de la población juvenil presenta el obstáculo de no conseguir un empleo por falta de experiencia, mientras el 21.2 por ciento es para aquellos que presentan inconformidad con la paga de sueldos y bajas prestaciones.
Por ultimo, el 19.1 por ciento se le adjunta a la falta de vacantes dentro del área de estudio, ya sea por una alta demanda de competición por puestos o la carencia de los mismos.
Exponer el tema implica ampliar la apertura desde diferentes panoramas, por lo que estableciendo lo señalado desde otro enfoque, el sistema educativo y las bases que el mismo brinda son las que –parcialmente– no solamente deberían garantizar una buena formación profesional a sus estudiantes, sino también estrechar el vínculo más allá del requisito del servicio social y prácticas profesionales.
La realidad es que en México el desconocimiento y la desinformación abunda en el crecimiento profesional de los jóvenes, siendo posible identificar que la misma incertidumbre es la que genera miedo en los mismos para desenvolverse dentro de una área vocacional.
Parte del análisis es exhibir a raíz la influencia sistemática detrás del desempeño de los futuros graduados, donde se considera el proceso universitario como la etapa en la que se construye una identidad personal, considerando que parte de la adultez es forjar un camino con base a la toma de decisiones individuales, independencia a la familia (o tutores a cargo) y la solvencia económica; lo que da lugar a reflejar un proyecto de vida a futuro.
MODELOS EDUCATIVOS
A diferencia de generaciones pasadas, hay un mayor porcentaje de egresados en el país. La cifra de personas con un nivel de educación superior ha aumentado consecutivamente año con año.
Lo que podría sonar como algo positivo a nivel nacional, ya que se plantea que contar con un certificado universitario y mano de obra calificada garantiza al mexicano la
obtención de un mejor empleo, no se traduce totalmente como un beneficio directo o mejor calidad de vida a nivel individual.
Pese a esto, cuántas veces no se escucha hablar de ingenieros, contadores y maestros quejarse de la falta de trabajo, donde se retrata en varios escenarios la disyuntiva de quedarse en el desempleo o desempeñarse en algo que no se estudió:
Los doctores que manejan taxis o arquitectos que son albañiles pegando ladrillos y, en un grado menor, los que desertan toman caminos de la delincuencia. Incluso se pone en discusión que hay quienes teniendo una licenciatura, ingeniería o posgrado, optan por abrir un negocio ajeno a sus conocimientos como profesionistas.
En base al segundo trimestre de 2023 el porcentaje de población mexicana de 15 años o más que incursionaba un trabajo informal alcanzó el 55.1 por ciento.
Una vez se culminan los estudios, es la falta de oportunidades laborales lo que se presenta mayormente como un inconveniente. Una de las principales desventajas de los empleos de carácter ajeno a la profesión radica en un bienestar social negativo desde una perspectiva gubernamental.
Sin embargo, hay quienes argumentan que teniendo un trabajo independiente se generan mayores ingresos que estando dentro de una empresa, donde no es necesario someterse a horarios extensos de oficina y quienes tienen la decisión de implementar o no sueldos para un personal administrativo al ser dueños del propio emprendimiento.
La realidad para los comerciantes sin una formación de estudios superior no estriba únicamente en los conocimientos que se adquieren dentro de una casa de estudios, sino las desventajas que se pueden presentar en el marco de la informalidad; por ejemplo: no contar con una protección laboral, en muchos casos falta de accesos médicos, prestaciones y un sueldo por debajo de lo legalmente establecido, lo que no implica un pago periódico donde se tome en cuenta una ganancia monetaria con relación a las horas de servicio que se brindan e incluso un empleo no remunerado (de quienes trabajan sin un sueldo).
Es por eso que se necesita concientizar sobre la importancia que se debe cubrir dentro de las bases universitarias hacia los estudiantes mexicanos, puntualizando una retroalimentación por parte del alumno, el docente y los directivos de la institución.
Las modalidades educativas buscan brindar a los estudiantes herramientas suficientes para llevar a cabo una buena preparación y ser capaces de forjar una buena orientación vocacional, desafortunadamente en los jóvenes predomina la desinformación y la incertidumbre, por lo que aunque existan medidas de las cuales sacar provecho, es necesario tener conocimiento de ellas y a su vez desarrollar una iniciativa para lograr un buen desempeño.
TESTIMONIO
Efraín Gámez Guerrero, egresado de la
Universidad Tamaulipeca, habla desde su conocimiento como alguien que incursiona en la carrera de pedagogía y ejerce como profesor de secundaria, preparatoria y universidad.
Este mismo expone desde su experiencia lo esencial que es trazar una formación desde temprana edad, en donde se busque asesorar a los jóvenes mediante talleres y programas vocacionales.
La nueva escuela mexicana trae consigo un programa de educación financiera con el propósito de dotar a las nuevas generaciones de conocimientos y habilidades dentro del mercado, la cual permite adquirir una introducción hacia la administración de recursos y decisiones financieras.
“Teniendo al alumno centrado en su formación logramos tocar el problema de raíz, trabajamos con ellos para que aprendan a generar fuentes de ingresos, llevar un manejo de su dinero y a futuro llevar un control empresarial”, destacó el licenciado en pedagogía.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Un punto crucial son las modalidades existentes al día de hoy, en donde los contextos sociales, familiares y mediáticos han desarrollado diferentes variables dentro del desarrollo de su respectiva individualidad y como tal pueden impactar psicológicamente.
Muchas veces la presión por parte de los padres en apresurar a sus hijos a tomar una elección vocacional precipitada es el detonante para desencadenar un problema de inseguridad y temor hacia el desarrollo de su propio futuro, lo que puede conducir a la toma de una mala decisión y así poner en consecuencia que se generaría una mala gestión profesional.
La mayoría espera que obteniendo un título las puertas para conseguir empleo se abrirán mágicamente, se idealiza y se proyecta una expectativa que desafortunadamente para la población mexicana termina siendo un privilegio que no cualquiera logra obtener.
Es por eso que para el investigador y académico es importante considerar que para eliminar en su mayoría los obstáculos que se pueden presentar, tomando también en cuenta las limitantes existentes a nivel municipal, estatal o nacional, es esencial llevar un buen manejo emocional ante las circunstancias adversas que se pueden presentar dentro del marco laboral. Así sea para el desarrollo personal dentro de una empresa o para afrontar las escasas posibilidades de formar parte de una.
Es así que el habla de la inteligencia emocional juega un papel indispensable antes y después de culminar los estudios, tomar la decisión de escoger una carrera va de la mano con saber desenvolverte en armonía con el intelecto y la pasión impartido dentro del campo una vez se llegue a la meta final.
Se expone el caso de jóvenes que eligen carreras por la influencia social de sus amistades o la sugerencia de familiares cuando se presentan comentarios como:
“Si estudias una ingeniería como tu tío te irá igual de bien que a él”, e incluso la necesidad de tomar una decisión rápida al no tener un criterio propio progresado, “no me convence nada, estudiaré lo mismo que mi amigo”.
En palabras de Efrain Gámez el nutrir la mentalidad de los futuros profesionistas y trabajar un manejo emocional previo a la titulación logra el objetivo de una apertura concisa con relación a las oportunidades que se tienen en ese momento para la carrera que se decidió incursionar, “la claridad mental permite ver el auge de diferente manera y así con las herramientas que se tengan se podrán impulsar paulatinamente”, expresó el especialista en ayuda vocacional.
Agregó que “la inteligencia emocional ayuda a sopesar los momentos malos”. Partiendo de este punto se identifica como una buena manera de gestionar ideas y ejercer un autoconocimiento para proyectar un futuro de la manera más sana posible, y aunque en la medida se busca evitar ser un profesionista con metas frustradas, esto no determina ser incapaz de sentir algún sentimiento negativo o generar desesperación con las necesidades que se pueden llegar a carecer.
Parte del proceso es aceptar que de diez egresados sólo ocho de ellos encuentran una manera de ejercer su carrera, y no hay nada malo en reconocer cuando no hay posibilidades para dedicarse a la profesión que se eligió, ya que los contextos sociales y económicos puede variar según la persona y su estilo de vida.
Sin embargo, llevar una buena gestión puede impedir que se genere una desilusión permanente en la que no se desempeñe el proyecto de vida deseado. Es ayudar a identificar la clase de obstáculos que se pueden presentar, en la mayoría de los casos pueden verse disfrazados en diferentes entornos, tanto familiares como sociales, laborales, culturales, ciudadanos y educativos, por lo que el mismo control afectivo será de ayuda para afrontar las adversidades.
MEJORES OPORTUNIDADES
Para Reynosa Tamaulipas, una ciudad que es mayormente conocida por su amplia diversidad en maquiladoras industriales, las plazas de trabajo más peleadas son las ingenierías.
Para los egresados de dicha carrera, la cantidad de empresas para laborar puede no ser una problemática para ellos o ellas; sin embargo, la complicación podría radicar en una alta solicitud de puestos en la que se exija una preparación determinada y sea difícil cumplir dichos requisitos.
Por lo que tomar en cuenta la demanda de las carreras que se incursionan con relación al entorno cultural en el que se reside es indispensable.
“Yo saliendo de mi profesión no inicié a trabajar de docente o en una institución, porque no había una oportunidad. Como muchos me tocó trabajar en farmacias, en un OXXO. Y no fue una razón para frustrarme, sino más bien para trabajar una mejora continúa”,
expuso profesor reynosense.
Según datos estadísticos de la página del Gobierno DataMéxico, las entidades federativas con mayor número de profesionistas y técnicos durante el segundo trimestre de 2023 fueron: Estado de México (1.28M), Ciudad de México (1.23M) y Jalisco (677k).
Por otro lado las entidades federativas con mejores salarios promedio fueron: Baja California Sur ($13.4kMX), Coahuila Zaragoza ($10.6kMX) y Nuevo León ($10.1k MX).
Es así que factores como la iniciativa, los modelos educativos, laborales, requisitos empresariales y la inteligencia emocional y cultural se relacionan entre sí para fomentar una buena orientación profesional en la población próxima a ejercer.
Con el impacto tecnológico que existe hoy en día se puede sacar provecho a la gran extensión de información en el internet.
Los especialistas advierten que la ignorancia muchas veces puede nublar el juicio y ser capaz de transformarse en una frustración irreversible, visualizar la profesión como parte de una formación que generará un sustento de vida económico y autónomo será un paso más a la autenticidad.
Por lo que ser consiente y tomar iniciativa en llevar a cabo una buena educación vocacional es parte de un aporte positivo a futuro en la búsqueda del éxito profesional.
SOY INGENIERO, PERO
VENDO LIBROS
Despertar interés en carreras que suelen tener alta demanda, según la ciudad en la que se resida es uno de los factores más comunes para tomar una decisión precipitada vocacional, la idea de avecinarse hacia una amplia posibilidad de trabajos delimita lo que en verdad apasiona al futuro profesionista.
Jahir Vega, originario de Tampico, Tamaulipas, decidió estudiar una ingeniería petrolera tras mudarse a Reynosa, esto con la mentalidad de entrar dentro del mercado laboral existente en las zonas petroleras de la ciudad fronteriza y las cuales son conocidas por su amplio campo de exploración, perforación y producción.
Sin embargo, el tampiquense no prolongo su estancia en Reynosa por mucho tiempo, por lo que al recibirse no contempló sus oportunidades como profesionista fuera de la localidad en la que planeaba ejercer.
“En la ciudad que vivo actualmente no hay mucho trabajo de petrolera, fue por eso que decidí ser vendedor”, expresó el egresado de la Universidad grupo CEPID.
Incursionar una carrera de la que no se genera internamente un anhelo personal sino únicamente una visión monetaria implica tener que llevar una buena gestión para afrontar los obstáculos que esto puede generar a futuro.
Para Vega, los limitantes culturales lo condujeron a tomar una desviación de su profesión en base a las necesidades que carecía para su formación como egresado (no conseguir un empleo como petrolero), por lo que optó por abrir un emprendimiento de libros y quien actualmente trabaja desde su casa. “Tengo una cartera de clientes y les hablo para ofrecerles una cotización de libros que ellos ya habían solicitado por una página web”, explicó abiertamente sobre su labor.
GRIS GRIS GRIS
La vinculación entre la iniciativa privada, las administraciones públicas y las instituciones académicas, adaptadas a las necesidades actuales de la economía nacional, es de vital importancia para evitar que los jóvenes terminen en el desempleo o en otros trabajos ajenos a su profesión, tal y como ocurrió con un caso muy sonado de egresados de la carrera de ingeniero petrolero que con la crisis de la Reforma Energética, la inseguridad y la transición gubernamental no lograron dedicarse a ese ámbito.
Del mismo modo hay carreras que han ido perdiendo moda, se van quedando obsoletas o que enfrentan una crisis salarial por la saturación o poca demanda como antropología y arqueología, diseño de moda, publicidad, diseño gráfico, hotelería y turismo, escritura creativa, comunicación, traducción y servicios de interpretación, mercadotecnia, literatura, filosofía y ética, etnomusicología, geohistoria y ciencias ambientales, entre otras.
Siendo así el “negocio” de educar alumnos porque sí, puede ser un lastre social con un peso específico para miles de profesionistas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía el costo promedio para un programa de licenciatura en una universidad pública es de 13 mil 824 mil al año, mientras que en una privada es de 48 mil 902 al año. Sin embargo, estos precios pueden variar.
Si bien, desde que fueron instauradas, las ferias laborales ayudan a desahogar esta olla de presión conectando a los empleados con sus empleadores, aunque en su mayoría son para ocupaciones de carácter técnico, especialmente en fábricas, atención al cliente en negocios, vendedores de seguros, servicios financieros, funerarios, tiendas de autoservicio y como operadores de producción en la industria automotriz.