
Tendida en una cama del Hospital General de Reynosa, Zoila recuerda muy bien el momento en que empezó a sentirse muy mal.
Era la tarde del viernes 3 de agosto, cuando un severo dolor empezó a taladrar su cabeza. De inmediato las dolencias se expandieron al resto de su cuerpo. Intrigada por lo que le sucedía, esta residente de la colonia Hacienda Las Fuentes decidió hacer lo de siempre: acudir a una farmacia de medicamentos similares donde le recetaron algunos analgésicos.
Horas más tarde se dio cuenta que los remedios no surtían efecto, por lo que regresó a la farmacia donde le dieron más medicinas, incluso, decidieron inyectarla.
El sábado y el domingo son un misterio para Zoila, quien no recuerda muy bien cómo pasó esos días, pues el dolor y la temperatura que empezaron a afectarla la obligaron a dormir la mayor parte del tiempo.
No fue sino hasta el lunes en la mañana, cuando sus familiares vieron que la condición de la mujer no mejoraba, que decidieron llevarla al Hospital General donde fue diagnosticada con dengue.
Esta mujer, quien a la fecha apenas se recupera de sus dolencias, es una de las 252 víctimas de este mal que existen en el Estado de Tamaulipas y que están reportadas hasta el pasado mes de julio.
De hecho, la tercera parte de todos los casos confirmados de esta enfermedad (83), están en Reynosa, una cifra que para el mes de octubre podría triplicarse, reconocieron autoridades del Sector Salud en la entidad.
Ernesto Lavín Hernández, director de Primer Nivel de Atención de la Secretaría de Salud en Tamaulipas, informó que en el Estado se tienen reportes de que 34 casos de dengue son del tipo hemorrágico, mismo que se considera uno de los más peligrosos que existen y que puede incluso ser mortal.
Quienes son contagiados por este tipo de mal, transmitido por un mosquito, padecen de fiebre alta y repentina que puede durar de dos a siete días, sangrado en diferentes partes del cuerpo del cuerpo, dificultad en la respiración, vómito, alteraciones de la presión, falta de apetito, palidez, sudoración y sueño.
Sin embargo, lo preocupante es que 83 de todos los casos de dengue confirmados en el territorio tamaulipeco, corresponden exclusivamente a Reynosa, en donde más de la mitad del total (17) son del tipo hemorrágico.
El funcionario expresó que se ha implementado un cerco sanitario en varias colonias del oriente de la ciudad, con lo que se espera detener la reproducción del mosquito responsable de propagar la enfermedad.
Este cerco contempla campañas de descacharrización, dobles jornadas de fumigación en calles y casas de estas colonias y una campaña de información a la ciudadanía sobre el peligro que representa mantener en sus patios y viviendas trastes viejos, llantas y todo recipiente que pueda contener agua encharcada, ideal para la reproducción del mosquito.
Las autoridades reportaron que en lo que va del año se han invertido más de 12 millones de pesos en acciones preventivas, como lo son el retiro de alrededor de 600 toneladas de cacharros, solamente en las zonas de riesgo; y la contratación de más personal encargado de fumigar las calles.
De acuerdo a Lavín Hernández, las colonias que han presentado los mayores problemas en Reynosa son la Nuevo Amanecer, Primero de Mayo, Rosalinda Guerrero, Ampliación Primero de Mayo y Unidad Obrera.
Cabe señalar que estos sectores se encuentran muy cerca de tanto el canal de riego Anzaldúas, como la laguna La Escondida, sitios que tradicionalmente han sufrido con problemas de mosquitos.
Sin embargo, la situación es mucho más grave, pues las autoridades reconocieron que un reciente estudio realizado en 100 colonias populares de esta frontera, se descubrió que en 75 de ellas existe un peligro real de casos de dengue.
De hecho Zoila es un ejemplo, pues el sector en el que vive se encuentra a varios kilómetros de distancia de la zona que las autoridades han identificado como la más conflictiva.
Lavín Hernández aseguró que no obstante las críticas de algunos sectores de la sociedad, las acciones que han realizado las autoridades sanitarias impidieron que Reynosa sufriera de una epidemia de este mal.
Explicó que tradicionalmente el dengue es una enfermedad “explosiva”, que se propaga rápidamente entre la ciudadanía gracias a la movilidad que tiene el mosquito.
Ante ello fue gracias a las acciones que comenzaron a tomar desde la aparición de los
primeros casos, que se cree que se ha logrado contener el mal.
Aún así y de acuerdo al ritmo de crecimiento del dengue en Reynosa, no se descarta que para el mes de octubre, que es cuando se presenta el “pico” más alto en las estadísticas de casos; el número de enfermos pueda crecer hasta el triple de lo actual.
‘ES RESPONSABILIDAD DE LA GENTE’
Por su parte el jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número IV, con sede en esta ciudad, José Borrego Alvarado, aseguró que las autoridades han hecho un esfuerzo por detener el avance del dengue pero, desafortunadamente, la gente no ha hecho su parte.
Explicó que en los sectores donde hay mayores casos de esta enfermedad la gente apenas ha comenzado a hacer caso de las medidas preventivas, pero ha sido cuando han visto que hay personas enfermas.
Ante ello invitó a los ciudadanos a mantener sus patios limpios, eliminar cacharros y llantas que puedan servir para la reproducción del mosquito y permitir que los equipos de fumigación del Sector Salud entren a sus hogares.
Explicó que todas las acciones que han realizado las autoridades son insuficientes, si la gente sigue manteniendo en sus casas la basura, trastes viejos y llantas que permiten la reproducción del mosquito transmisor de la enfermedad.
EN LA ‘LINEA DE FUEGO’
De acuerdo a las autoridades, la colonia Unidad Obrera se encuentra en la zona más conflictiva de los casos de dengue confirmados.
Este sector, que nació gracias a una invasión bastante sui generis –cientos de familias se posesionaron de manera ilegal de viviendas que ya estaban construidas–, representa un verdadero reto para las cuadrillas de trabajadores del Sector Salud que laboran doble turno fumigando las calles.
Armado con un pesado equipo aspersor de veneno, que carga en su espalda, uno de estos trabajadores recorre casa por casa esta colonia, pidiendo el permiso de los residentes para entrar a sus patios y rociar el insecticida con el que espera matar tanto al mosquito como a sus larvas.
Sin embargo, su labor no es sencilla y en ocasiones se vuelve frustrante.
“Es difícil pues muchas casas o están abandonadas o las personas no se encuentran o hay quienes no nos quieren dar permiso de entrar aunque les hayamos explicado sobre el peligro del brote de dengue”, dijo.
Mientras distribuye una nube venenosa sobre la cochera de una casa que luce abandonada, este empleado del Sector Salud indicó que no obstante las declaraciones de sus jefes, el problema está muy lejos de resolverse, pues el mosquito se está reproduciendo de una forma increíble.
“Esta es la séptima vez que recorremos la colonia fumigando y el mosquito no se acaba, no sé qué vamos a hacer”, dijo.
Añadió que el esfuerzo que se está haciendo es titánico, pues él y sus compañeros están
trabajando doble turno, además de que camionetas fumigadoras recorren las calles de esta colonia en las noches.
Y aunque aclara que no quiere meterse en problemas, pues nunca le ha interesado la política, relató que esta crisis se pudo haber evitado si las autoridades no hubieran desintegrado el equipo de deschacharrización que trabajaba de forma permanente en esta zona y había mantenido al dengue a raya.
De hecho no fue sino hasta hace unas
semanas, cuando la crisis comenzó a estallar, que se decidió volver a integrar a esta cuadrilla, y ya se está intentando recuperar el tiempo perdido.
Mientras tanto, el peligro de que Reynosa sufra una epidemia de dengue continúa latente y no va a desaparecer hasta que autoridades y ciudadanía logren trabajar en un mismo sentido realizando las medidas preventivas que rompan con la acelerada cadena de reproducción del mosquito de dengue.