
A varios días de su deceso –a los 73 años de edad–, las personas cercanas a la figura que fue Reynaldo López Olivares mencionan parte del gran legado que dejó en esta comunidad fronteriza uno de los hombres que conocía con lujo de detalles la historia de la región.
Nacido en el pequeño poblado de Comales, Tamaulipas, un 19 de junio de 1942, muy pequeño fue trasladado a Reynosa, una ciudad que amó hasta el día de su muerte el pasado 14 de noviembre a causa de problemas cardiacos.
Para el médico Jesús Sifuentes Guerrero, amigo y compañero de la Sociedad de Historia de Reynosa, Reynaldo “fue una institución en el noreste de Tamaulipas como historiador nato que sentía lo que decía, lo que conocía y lo que escribía”.
De tal suerte que “si queremos conocer las cosas desde las más sencillas, hasta las más elevadas sobre el quehacer de la vida cotidiana de lo que es esta zona nosotros tenemos que pensar siempre en esa institución que fue Reynaldo López Olivares.
“Si nosotros queremos referirnos dentro de sus actividades de la Sociedad de Historia tenemos que pensar en Reynaldo López Olivares. Es por eso que es imposible que nosotros mentalmente hagamos desaparecer a una persona como él”, manifiesta.
Sifuentes Guerrero lamenta no haber podido acompañar a su familia durante los servicios fúnebres y asegura que deja un gran legado.
“El día que murió casualmente yo tenía que estar fuera de la ciudad en un Congreso Mundial de Patología. A través de Rolando Contreras (también miembro de la Sociedad de Historia) me enteré de su fallecimiento, y los ocho días que duró el congreso, fueron los ocho días que
estuve pensando en él.
“El casualmente delante de mí tuvo una crisis semejante, pero no mortal, como la que tuvo en su casa. Su casa le llamo a su lugar de trabajo, de oficio que fue la casa de deportes de don Reynaldo (ubicada en la zona centro). Y vuelvo a insistir que es una institución como cronista de la ciudad y casi ya por varias generaciones se desempeñó como tesorero de la Sociedad de Historia”, relata.
FUNDADOR DEL PARM
Por su parte, Rolando Contreras comenta que el nombramiento de cronista urbano se quedó corto con la capacidad de don Reynaldo.
“Porque él nos informaba toda la historia desde Camargo, Comales, toda la frontera. Es un ícono que es imposible desaparezca.
“Él como persona fue un gran amigo, además de que como profesionista fue contador público. Trabajó para la Sección 36 de algodoneras en la región y queda un gran vacío, porque no encontramos, no sabemos, ni conocemos quién lo pueda llenar.
“Va a ser su memoria la que nos alimente siempre a través de la publicación de sus 15 libros y creo que sus hijas están preparando dos publicaciones inéditas”, describe.
Reynaldo López Olivares fue de los miembros fundadores del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) en esta ciudad y asimismo se desempeñó también como funcionario público.
De acuerdo con su hermano, Roel López Olivares, Reynaldo participó en sus primera campaña política en el año de 1977 ganando la elección, la cual no fue reconocida por las autoridades que regían en aquel entonces los comicios electorales.
“En ese año fue la primera elección fuerte cuando surgió el desaparecido partido PARM. Mi hermano ahí participó coordinando la campaña en todas las colonias, como era contador le movía a los números, y se ganó, pero como no se reconoció el triunfo pusieron una junta civil, que fue encabezada por Ernesto Gómez Lira y el PARM lo aceptó, pero él no quiso participar como funcionario, ya que lo invitaban”, pormenoriza
Fue hasta el año de 1986 cuando convencieron a Gómez Lira de que se lanzara ya como candidato del PARM, después de ser priista.
“Y ganó la primera elección don Ernesto Gómez Lira, y ahí sí mi hermano trabajó en el Ayuntamiento. Era un hombre honesto que nunca andaba detrás de un puesto y lo invitaban a colaborar. Aceptó ser contralor y los tres años que fue alcalde Gómez Lira, Reynaldo fue administrador de la feria de Reynosa, contrataba artistas y ayudó a mucha gente”, recuerda.
HERMANOS Y COMPADRES
Don Roel no esconde la buena relación que siempre llevó con don Reynaldo.
“Yo qué puedo decir de mi hermano mayor, que siempre lo vi como un líder desde muy niño, desde que tuve uso de razón él estaba ahí. Y él siempre me tuvo cerca, yo siempre escuché sus consejos e hizo bastante por mí.
“Me invitó inclusive a los 18 años de edad a que fuera el padrino de su primer hija, siendo yo soltero con una hermana de su esposa fuimos los padrinos. Un detalle que siempre lo tendré presente y desde entonces fue mi compadre.
“Traté siempre de estar cerca de él y entender cuando se inició su etapa de historiador, empezar a escribir en los medios de comunicación. Tuve la fortuna de acompañarlo y apoyarlo en la edición de su primer libro. En el año 2001 se presentó y publicó “Reynosa en los 50” y de ahí arrancó su carrera como autor de 15 libros que dejó para la historia”, evoca.
Cabe destacar que desde la edad de ocho años Reynaldo López Olivares ya vendía el periódico El Mañana en las calles de la localidad.
Vivía en la colonia Rodríguez y tenía una especial habilidad para recordar detalles precisos sobre cómo era la vida en aquella época.
“Muy jovencito a los 14, 15 años ya estaba trabajando y estudiando en la noche en la secundaria. Y asimismo se fue a Monterrey a hacer la carrera de contador público nocturna que concluyó en 1967, porque trabajaba en despachos de día agarrando la experiencia”, rememora su hermano Roel.
INTERMINABLES CHARLAS Y ANECDOTAS
En su círculo de amigos don Reynaldo López Olivares dejó una huella muy marcada. Tal es el caso del antropólogo, Martín Salinas Rivera, que lo catalogó siempre como una persona sencilla y amena en su plática.
“Para nosotros (su fallecimiento) es una gran pérdida. Con él platicábamos y cada vez nos perdíamos ahí en el tiempo narrando las cosas de sus experiencias, de sus vivencias aquí en Reynosa y el pasado.
“Contaba de la historia de Reynosa y la crónica de lo que había vivido él. Reynaldo nos deja un acervo fotográfico, que es importante conservarlo. También sus libros, sus escritos en periódico, que nos da ese empuje a conocer la ciudad y lo que es de nosotros, lo que son las costumbres y todo eso.
“El constantemente nos contaba de qué iba a hacer, de qué libros estaba elaborando, de lo que estaba planeando. Nos visitaba en el Archivo Municipal desde hace tiempo y siempre muy activo él en ese ramo de lo que es la crónica y la historia de este pueblo. Para mí fue un gran amigo y una persona que lo estimaba mucho en la forma de ser”, expresa Salinas Rivera.
Alguien más que convivió de cerca con don Reynaldo López Olivares es el doctor Roberto Barcelata, que al igual que muchas personas llegó a la Sociedad de Historia para conocer más acerca de la región.
“Realmente a mí me sorprendió la calidad de los ponentes. Me encontré con personas muy responsables y que sabían mucho de la región y entre ellas estaba Reynaldo, quien vivió aquí muchos años y a parte de eso tenía una muy buena memoria, porque se sabía datos, fechas y apellidos de muchas personas.
“Él nos ilustraba del ambiente familiar que había habido aquí desde mucho tiempo atrás. Creo que hemos perdido a un buen compañero muy difícil de cubrir, aunque ya sabemos que vendrán otros, cada quien tiene su personalidad, como él.
“Fueron muchas pláticas, referentes de la ciudad, conocía muy bien las casas y calles donde vivían fulano, sutano y en otros pueblos como congregación Ochoa, Camargo, etcétera”, externa por su lado.
Al final, quienes le conocieron bien manifiestan que las páginas de un periódico no son suficientes para describir todo lo que encerraba la pasión, entrega y amor que tuvo Reynaldo López Olivares por Reynosa.