Cuando los abuelos de los hoy llamados “chavorrucos” y los padres de los millennials hacían click en el amor, lo tradicional era ir al cine, a bailar, a un restaurante, a pasear a un lugar de esparcimiento. El envío de rosas, las serenatas y las largas pláticas “y algo más” era lo común, pero, ¿cómo se enamoran los no tan chavos y los chicos de hoy? En esta era, totalmente diferente a la de hace 60, 30, 20 años?
La pscicóloga Catalina Elizabeth Cantú Salas habló con Hora Cero para abordar este tema y situaciones del amor en estos tiempos de la era digital.
¿Cómo se enamoran ahora los chavos-rucos? ¿Los millennials? Los centennials?
El enamoramiento tiene nuevas reglas en la era de las redes sociales; los millennials y centennials ya no suelen llevar serenata. Los centenials suelen difundirse a través de su propia imagen. Enviar archivos en Snapchat y compartir fotos en Instagram es la mejor manera de conectarse con ellos y conocer sus intereses. Los milennials pueden subir en las redes sociales toda su vida y aun así sentir que les falta por mostrar al mundo su verdadero yo.
Hay quienes suponen que en la actualidad es menos el amor, el compromiso. Se percibe apertura, libertad y cierta ¿evasión al matrimonio?
Una de las mayores diferencias entre la gente antigua y la gente moderna es la forma en que se inician las relaciones y, por supuesto, hay diferentes maneras en que se forman estas relaciones, y eso incluye el matrimonio.
El matrimonio hoy es una institución cada vez menos necesaria socialmente, porque mientras el compromiso sigue siendo serio, ya no se formaliza. Hoy en día se toman el tiempo para ser más selectivos y las redes sociales juegan un papel importante y esto les da la oportunidad de ser más selectivo al conseguir compañeros a largo plazo.
Los millennials apuestan el todo a tener compañeros de vida, alguien con el que puedan crecer juntos sin necesidad a estar precisamente comprometidos y no estar atados de por vida; amarse con la libertad. (no obstante no podemos generalizar) esto a diferencia de los centennials que estos sí creen necesario luchar por tener al amor de su vida; para toda la vida cabe resaltar que ellos si están interesados en formalizar.
Hoy se habla mucho de la toxicidad en las parejas. ¿El no estar comprometidos alimenta la relación tóxica o eso afecta por igual a parejas formalizadas y quienes viven en matrimonio?
La toxicidad no solo está de moda, en realidad sigue estando presente en la mayoría de las relaciones, y sigue teniendo un impacto negativo, ya que por la falta de madurez o de experiencia y… la mayoría de las personas tienden a tropezar con temas que entorpecen la relación ya sea formal o informal. Siempre es importante recordar que si la toxicidad saca de control a la pareja, siempre puedes encontrar a un profesional cerca de ti para que te puedas apoyar y así no ser víctima de la toxicidad.
¿Es cierto que los niños se “enamoran”, algunos desde el kínder, cole, escuela primaria, o es una imitación de patrones, o cariño de compañeros?
Sí, el enamoramiento infantil existe. Tenemos que entender que los enamoramientos infantiles, estos primeros amores, son normales y muy comunes entre niños y niñas de entre 3 y 5 años. Sucede con sus compañeros y con aquellos que llegan a tener un apego.
Los niños se enamoran y se vuelven a enamorar. La juventud no les impide sentir emociones tan fuertes como el amor, aunque el sentimiento a esta edad es diferente al de los adultos, es más infantil y puro, pero también más cambiante e inestable.
¿Cuáles serían tus recomendaciones para que, digamos, el amor funcione en la pareja, en la familia?
Podemos decir que lo más importante es contar con una buena comunicación con los involucrados. Ésta es fundamental. Las parejas o familias necesitan poder expresar sus sentimientos y desacuerdos y escucharse de una manera positiva y empática .
Es importante ser flexible, incluso si no está de acuerdo con el punto de vista de la otra persona. Por supuesto, no se permiten gritos ni insultos, y ninguno de los participantes debe permitir que el otro lo haga.
Por último, el amor también se profesa, se da a las mascotas? Y ellas corresponden a los amos?
Sí, vivimos en una era en la que nuestras mascotas son parte de nuestra familia; incluso existen parejas que no tienen hijos y en algunos casos les llaman ‘perrhijo’ o ‘gathijo’. Suena un poco extraño, pero si volteamos a ver y nos sumergimos en el tema, nos damos cuenta que esto sucede por diferentes situaciones, por llenar vacíos, por tener un compañero de vida que no sea exactamente otro ser humano, por protección o incluso por necesidad de un acompañamiento y cuentan con su certificado de apoyo emocional.
Es un tema complejo pero podemos decir que la mayoría de las mascotas que hacemos parte de la familia y son tratados con amor y respeto y ellos te regresan al triple este amor y su lealtad.
Ahora bien, aquí también es importante que en medio de ese cariño con las mascotas, como perros y gatos, enseñarles que deben comportarse adecuadamente.