
La escuela para sordos busca que niños y jóvenes que cuentan con una discapacidad auditiva puedan desarrollarse de forma óptima en una sociedad más incluyente y respetuosa.
Fue hace dos años que Jessica Villa, consciente de las grandes necesidades de las personas con discapacidad auditiva y motivada por la historia de su hermano, decidió poner manos a la obra y crear “Señas de Amor y Esperanza”, una institución que ha logrado transformar, no solamente la vida de quienes forman parte de ella, sino de quienes están a su alrededor.
“Todo esto surgió porque yo tengo un hermano sordo y vi las necesidades que hay de todo tipo dentro de la sociedad; entonces, yo me enfoqué en la Lengua de Señas Mexicana para poder atender a esas personas con discapacidad y desde hace un año ya de manera formal, ofrecemos educación primaria, secundaria y actualmente también estamos en preparatoria”, mencionó.
La licenciada en Pedagogía, con especialidad en Educación, explicó que los niños y jóvenes que ahí estudian, reciben su certificado por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), por lo que su formación tiene validez oficial.
“Sus clases son escolarizadas y todo se da mediante la Lengua de Señas Mexicana, por lo que ya no es necesario que los niños asistan a otra escuela, de esta manera tienen una formación integral y los padres menos presión y más facilidades”, apuntó.
Esta educación que reciben los 30 estudiantes con los que cuenta, es gracias a la labor realizada por los cuatro maestros de la escuela.
Con ello, se busca que tengan una mayor inclusión dentro de la sociedad.
Jessica Villa expresó que para formar parte de la institución, sus estudiantes pagan una pequeña cuota de cooperación que sirve para solventar servicios como agua, luz, renta, entre otros, pues son independientes y no reciben ningún tipo de apoyo del gobierno.
DIVULGANDO LA
LENGUA DE SEÑAS
“Señas de Amor y Esperanza” es hoy una realidad, sin embargo, en un principio fue algo difícil, según palabras de la entrevistada, pero gracias al apoyo de la Fundación Libélulas y de otras más, fue que se pudo dar a conocer su trabajo.
Actualmente, trabaja de la mano del Consejo de Organizaciones Civiles, del que forma parte.
Además, se encuentran visitando escuelas dando cursos y talleres sobre Lengua de Señas Mexicana con la finalidad de que todos los niños y jóvenes tengan conocimiento y conciencia sobre ella, con muy buena respuesta.
“El objetivo es que cada día más personas sepan sobre ella para que puedan ayudar a quienes cuentan con la discapacidad, sobre todo porque hay muchas que nunca han tenido un acercamiento”, apuntó.
Ante la pregunta de que, si es complicado aprenderla, dijo que es como estudiar cualquier idioma, al inicio puede serlo, pero si realmente se tienen las ganas de hacerlo puede ser fácil y rápido.
Sobre la labor de las instituciones educativas, dijo que aunque muchas se ostentan como “incluyentes”, en realidad no lo son, y debido a ello es que los niños no están recibiendo la instrucción necesaria y acorde a sus derechos, debido a que lamentablemente no están preparadas.
“Queremos que tengan esta formación para que no sean discriminados, porque ellos tienen derecho a desarrollarse, ser participativos e ir a cualquier lado que quieran”, manifestó.
Agregó que espera que la discriminación vaya disminuyendo y que las personas con discapacidad auditiva puedan estar confiadamente dentro de la sociedad, sabiendo que van a ser tratados con respeto y sin exclusión, pues gracias a las redes sociales se han llevado a cabo campañas de difusión.
Para ello, algo importante es conocer el nombre correcto, pues es común que surjan confusiones respecto a ello.
“Mucha gente dice ‘Lenguaje de señas’ pero no es así, lo adecuado es ‘Lengua de Señas Mexicana’; otro término incorrecto utilizado es ‘sordomudo’, pero muchos no los son, muchos dicen palabras, tienen una voz”, externó.
SALIR AL MUNDO
La fundadora de “Señas de Amor y Esperanza”, exhortó a los padres de familia para que lleven a sus hijos a recibir la educación adecuada, ya que es parte de su formación, no solamente académica, sino también para poder comunicarse con el mundo.
“Quienes tengan un hijo con discapacidad auditiva no lo dejen sin estudiar, o encerrados, que no tengan miedo de salir al mundo, al contrario, entre más pequeños empiecen a capacitarse mucho mejor, no pensemos que por ser sordos no lo van a lograr, ellos pueden hacerlo”, declaró.
Actualmente, su hermano, que padece una discapacidad auditiva, es estudiante universitario y se encuentra cursando la carrera de Psicología y para Jessica es un claro ejemplo de que sí se puede salir adelante.
“Él, a sus 18 años, es un ejemplo de superación, y fue por él que me sentí motivada para iniciar con esto que ha sido un gran apoyo para muchos”, apuntó.
Los interesados en conocer más sobre esta institución educativa, que se encuentra ubicada en la calle Hidalgo, número 1110, en el centro de la ciudad, pueden comunicarse por WhatsApp o llamar al teléfono 899 214 32 32, o directamente a la página de Facebook Señas de Amor y Esperanza.