
Desde que se propagó como una epidemia, han aparecido un sin número de publicaciones en Internet y medios digitales con mofas acerca de la emergencia sanitaria que se está produciendo en el país asiático e, incluso, hay comentarios xenofóbicos en las redes sociales por algunas costumbres orientales que les estereotipa.
La alerta mundial por el brote contagioso de “coronavirus” ha sido tendencia en los medios de comunicación durante más de dos meses.
Diariamente las noticias de los muertos y personas que han contraído la infección son alimentadas con las nuevas estadísticas.
De acuerdo con el Ministerio de Salud China, el país más afectado y donde se propagó la cepa el pasado 8 de diciembre, hasta este momento van más de mil 100 las víctimas mortales y cerca de 50 mil los enfermos.
A raíz de la epidemia también se han provocado pérdidas millonarias en los sectores comerciales, alimentarios, energéticos y hasta en los planos sociales (con la cancelación de espectáculos culturales, el paro de las ligas deportivas y la posibilidad de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio).
Debido a la emergencia se registró una fuerte desaceleración de las economías del mundo, desde que el gigante asiático se ha visto paralizado, con ciudades desiertas y millones de personas en cuarentena nacional.
Las bolsas de valores se contrajeron. El precio del petróleo sufrió una sensible caída. Hasta en un 50 por ciento los barcos dejaron de zarpar y atrancar en los puertos chinos, desde que la Organización Mundial de l Salud (OMS) declaró la existencia de un riesgo público de grandes proporciones, activando el Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
Miles de vuelos comerciales se perdieron y han sido miles los viajeros estancados quienes no han podido abandonar China. En otros casos los pasajeros de cruceros transatlánticos se encuentran aislados a bordo de las embarcaciones, como ha sucedido en Japón e Italia.
El problema es tan grave que nadie puede entrar ni salir de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, donde se originó este problema de salud pública.
Los servicios de abastecimiento de productos se mantienen detenidos y por las calles hasta han sido vistos los fallecidos.
En un principio los supermercados fueron vaciados por las compras de pánico, mientras los casos de coronavirus se fueron transmitiendo de manera dramática de persona en persona.
Se calcula que un portador puede contagiar a otros 14. En los hospitales las autoridades todavía no pueden darse abasto para atender a todos los enfermos.
Incluso, personal médico desde el epicentro del coronavirus ha muerto durante la lucha contra la epidemia, como Li Wenliang, el oftalmólogo que fue reprendido por la policía después de advertir al público por un virus potencialmente devastador.
El 30 de diciembre la víctima corrió la voz en un grupo de chat universitario luego que siete pacientes de un mercado local habían sido diagnosticados con neumonía, a causa de un síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
CONSECUENCIAS PARALELAS
La alerta mundial se mantiene hasta que no disminuya la creciente estadística de personas contagiadas.
Esta delicada posición llevó, incluso, al gobierno mexicano a reconocer que en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, estaría el primer paciente contagiado de América (un médico e investigador del Instituto Politécnico Nacional que estuvo en la ciudad de Wuhan y presentó un cuadro infeccioso), en un hecho que los estudios de laboratorio posteriormente desmintieron.
Pero el asunto no solamente ha trascendido en términos sanitarios o económicos, porque más allá del pánico generado por esta delicada causa, en diversas plataformas digitales y programas de entretenimiento se le ha dado un enfoque humorístico.
En redes sociales como Twitter y Facebook es común observar memes donde los usuarios de Internet se burlan, interactúan y comparten sobre el supuesto origen de este virus.
Unos lo asocian al consumo de comida exótica, mientras que otros lo relacionan con el pangolín, un mamífero utilizado en la medicina tradicional china.
A partir de entonces no han dejado de circular publicaciones donde las personas de ese país aparecen comiendo murciélagos, serpientes, ratones, perros; insectos y hasta fetos humanos, lo cual ha generado una ola internacional de repudio e indignación de organizaciones animalistas.
Si bien es cierto que tales prácticas se acostumbran dentro de una cultura distribuida en una de las zonas geográficas más grandes del mundo y con el mayor número de población (mil 386 millones de ciudadanos), los chinos aseguran que no todos son consumidores de las especies que en los países occidentales son consideradas inmundas.
Aclararon que de su gastronomía destacan platillos como los tallarines, la lumpia (pollitos fritos), el pato laqueado, lo mein y chow mein (fideos); wantán y wantón mee (sopas con pollo, pescado o cerdo); char kway teow (fideos planos), zongzi (rellenos de arroz), pollo con arroz de hainan, chin kun (rollos de harina) y el arroz chaufa.
CHINOS EN MÉXICO PIDEN NO GENERALIZAR
Los ciudadanos de origen asiático expresaron a Hora Cero su postura sobre lo que está ocurriendo con la emergencia del coronavirus.
Es el caso de Juan Zhen, quien fue traído a México siendo un niño. Aquí es donde aprendió a comunicarse en español y actualmente es el encargado de un puesto de comida en una plaza de la fronteriza ciudad de Reynosa.
Dijo que en su tierra natal tiene familiares con los que ha podido mantenerse en contacto. Ellos radican en la provincia sureña de Cantón, a siete horas de distancia de Hubei.
“Hemos estado hablando seguido con nuestros seres queridos y nos dicen que se encuentran muy bien, lo único que ahorita no pueden salir de la casa. Mencionan que ya falta poquito tiempo para terminar la cuarentena y volver con su vida normal”, agregó.
Zhen confía en que el país va a recuperarse de la epidemia y pidió tranquilidad, como tampoco generar más caos ni pánico.
Expresó que el presidente, Xi Jinping, estuvo girando instrucciones para que la gente se mantuviera en sus hogares y espere a que las medidas sanitarias surtan efecto.
“Esto es mientras se controla el problema, para ya luego continuar con la vida cotidiana, la escuela, el trabajo y los negocios.
“Si no se estuviera escuchando al gobierno yo creo que estaríamos hablando de una situación mucho más grave, pero la población ha respondido bastante bien, de una forma muy unida. Recordemos que en las noticias, la Internet y los medios de comunicación se magnifican las cosas”, expresó.
Refirió que en el mundo mueren mucho más personas por el consumo de tabaco (alrededor de ocho millones) o los accidentes automovilísticos (1.4 millones), por lo que pidió calma.
Zhen destacó las labores de las autoridades para poder atender la problemática construyendo, inclusive, un hospital para mil pacientes en un tiempo récord de 10 días sobre una superficie de 30 mil metros cuadrados.
“No quiero decir que China es una potencia mundial, pero sí está probado que cuando el gobierno lo necesita toda la gente ayuda. Hay que reconocer que existe una emergencia, pero debemos mantenernos con la mayor calma posible”, señaló.
Desde esta región del mundo este ciudadano chino pidió a la gente no fomentar el odio étnico ni discriminar a ningún ser humano por su posición social o creencia religiosa.
Comentó sentirse muy agradecido por vivir en México, país que dijo amar al igual que muchos de sus compatriotas que han venido desde el lejano oriente a este lugar.
“Aquí tengo mi trabajo, mi esposa; mi familia, mis amigos, me gusta mucho México. Hay bastantes paisanos que tienen sus esposas mexicanas y este es un país que nos ha recibido con los brazos abiertos”, expresó con una sonrisa.
Lo mismo dijeron ciudadanos de China que trabajan en otros puestos de comida de la ciudad, como Kit, quien también lleva muchos años ya radicando en la frontera de Tamaulipas.
Aprovechó para enviar un mensaje de solidaridad para su pueblo en China, a 12 mil 800 kilómetros de distancia, donde actualmente se encuentra su madre.
Lamentó el sufrimiento que en estos momentos muchos de sus compatriotas están pasando, pero consideró que el país saldrá adelante. Ella no quiso salir para la foto, pero mencionó sentirse tranquila por la epidemia de coronavirus.
¿Qué es el 2019-nCoV?
Llamado provisionalmente como 2019-nCoV (del inglés 2019-novel coronavirus) o informalmente coronavirus de Wuhan, es un virus que causa una enfermedad conocida oficialmente como COVID-19. Su código genético está formado por una sola cadena de ARN positivo.
Su secuencia genética fue recientemente aislada a partir de una muestra obtenida de un paciente afectado por neumonía en la ciudad de Wuhan.
La detectaron por primera vez en diciembre de 2019. No se conoce el mecanismo exacto de transmisión, pero se cree que puede producirse el contagio de una persona a otra mediante las gotas de saliva expulsadas a través de la tos y el estornudo.
Genera enfermedad respiratoria aguda y neumonía grave en humanos y animales. Actualmente no hay ningún tratamiento específico aprobado oficialmente, pero se pueden utilizar los antivirales existentes.
Como medidas preventivas se ha recomendado lavarse frecuentemente las manos, cubrirse la nariz, los ojos y evitar el contacto cercano con personas afectadas.
El 30 de enero de 2020, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia internacional por el brote de SARS-CoV y hasta el momento la opinión pública y los gobiernos observan inquietos como los casos se desplazan a otras regiones del planeta.