Miércoles 7 de mayo
10:49:58 AM.
DIA DOS:
RUMBO A GUATEMALA
Por Héctor Hugo Jiménez
La madrugada de este miércoles 7 de mayo Erick y Gerardo habían dejado atrás el puerto de Tampico, Tamaulipas, después de haber recorrido los primeros 500 kilómetros o más y luego de sufrir un retraso en su partida. Tomaron el primer aventón en el puente internacional de Matamoros conocido como “Los Tomates”. No pudieron conectarse a Internet porque no estaba abierto ningún cibercafé y no pidieron el favor a algún colega periodista en su redacción porque el que tenía la sartén por el mango de los tiempos era el dueño del vehículo.
Para los transmigrantes, personas que llevan desde camiones hasta bicicletas usadas de Estados Unidos a los países de Centroamérica, cruzar México es cuestión de dos días, pasando por Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca y Chiapas. Así que Erick y Gerardo deberán estar llegando a la frontera con Guatemala, si todo va bien, mañana jueves por la tarde-noche. Me sorprende cómo los periodistas de ciudades del noreste de México donde circula la edición impresa de Hora Cero preguntan sobre cómo inició este proyecto y dónde van los reporteros. Anoche en Matamoros una reportera de radio que me cuestionaba sobre el libro de mi experiencia en la guerra de la ex Yugoslavia, abruptamente me cambió el tema y disparó dos preguntas: ¿Me puede hablar de El Reto? ¿Cómo se originó la idea? Fue muy agradable conocer del interés por esta travesía periodística que apenas comienza. Igual,
Ignacio Candia, nuestro colaborador en Buenos Aires, nos mandó un mail diciéndonos que recibiría a Erick y Gerardo con mucho gusto cuando llegaran a su país. Pero antes deberán cruzar 13 países, Argentina es el número 14 y Brasil será el 15 antes de regresar a México tentativamente y en avión desde Sao Pablo, Brasil. Gustavo, nuestro director comercial y quien sufrió un accidente la noche anterior del viaje, se encuentra estable aunque está en observación en cuidados intensivos del Hospital Santander con sus once fracturas en el cuerpo. Hoy lo volverán a operar. Sale este mensaje para tranquilizar a los dos periodistas de El Reto ‘03.
Jueves 8 de mayo
04:46:36 PM
DIA DOS
NOS ASALTAN EN SAYULA
Por Erick Muniz/Gerardo Ramos
En Ozuluama, Veracruz, el calor no se espanta ni con la madrugada. Salimos de ahí las 6:00 horas y en la radio anunciaron que en Tantoyuca alcanzaron los 50 grados centígrados. Que ganas de aceptar la invitación de Daniela Rea y tomarnos unas cervezas y zambullirse en la playa pero no se puede, el tiempo como un perro bravo nos viene siguiendo y hay que seguir en el autobús que, como lo compro Maclovio en el frío estado de Washington, viene sellado para evitar fugas de aire… nos vamos asando a pesar del fresco algodón de las camisas Vitasport de Paco Almanza y de repente hasta la conversación se sofoca y el silencio también nos acompaña porque no se sintoniza ninguna estación de radio.
Almorzamos a las 11:30 en la paradisiaca Costa Esmeralda, cerca de Tajín. Nosotros siempre invitamos a Maclovio a cambio de su amabilidad y además él tuvo que pagar casi mil pesos de casetas por su Freightliner 96 y el Kia 2001 que iba remolcando. En Sayula nos asaltaron. El calor nos hizo parar en un tejabán donde una mas o menos dulce anciana nos cobró al doble las botellas de agua y refresco y con un nada dulce tono dijo que ese era el precio nos gustara o no.
A lado de la carretera, dos mujeres piden raid a los traileros o a cualquier hombre que les pueda pagar su compañía. Afuera, un infante, quien portaba un paliacate rojo en la cabeza, nos pidió primero una gorra y después cualquier otro articulo regalado. “Va para vago”, comentó Maclovio.
La carretera -o la calle, como la llama el salvadoreño- está en muy malas condiciones. Tiene tantos baches y pozos, como anuncios panorámicos elogiando el trabajo y las obras del gobernador Miguel Alemán. Así llegamos a La Ventosa, en Oaxaca, donde cenamos “pollo en amarillo” a las 22:30 y como era apenas nuestro segundo alimento lo devoramos en pocos minutos. Kilómetros adelante pernoctamos y la mujer del hotel no nos dejó usar la regadera a menos que pagáramos los 200 pesos del cuarto, así que acumulamos dos días sin bañar. Por fortuna llovió y eso ahuyentó los zancudos y un poco el calor. Otra vez dormimos en el autobús morado que fuera de una guardería y con tanto cansancio acumulado nos pareció más cómodo. Mañana a ver cómo nos va.
Viernes 9 de mayo
05:30:23 PM
DIA 3
LLEGAMOS A GUATEMALA
Por Erick Muñiz/Gerardo Ramos
Finalmente cruzamos el Suchiate, el río que divide México y Guatemala, con todo el peso de las mochilas y de la responsabilidad que, ahora sí, empieza. En la aduana guatemalteca los permisos por un mes nos cuestan 10 quetzales cada uno (75 centavos de quetzal equivalen a un peso) y luego un bici taxi nos lleva, por 5 quetzales cada uno, al predio fiscal donde se reúnen los transmigrantes. Cruzamos Tekún Uman y nos recibe la cerveza Gallo y la proliferación de armas entre la población civil, así como el barullo que esperaba de una frontera latinoamericana tan populosa como ésta. Pensamos que pernoctaríamos en Tekún Uman pero nos encontramos providencialmente con Oscar Figueroa, un guatemalteco que viaja desde Los Angeles y se dirige a la capital en un minúsculo Geo Metro (equivalente a un Chevy de dos puertas) y nos ofrece aventón en el asiento trasero, donde pasamos tres difíciles horas amontonados con nuestras mochilas y cuando finalmente le dijimos que nos dejara en la central de autobuses o en cualquier otro sitio donde pudiéramos pasar lo que restaba de la noche (ya eran casi las 20:00 horas cuando llegamos a esta capital) alarmado dijo que no hallaríamos un lugar seguro para levantar nuestras tiendas de campaña ni para dormir tranquilos y nos ofreció su amplia y bien cuidada casa. No cabe duda que el dios de la suerte está de nuestro lado. Camas blandas y agua caliente. Nada más qué pedir. Quedamos tan cansados que ni nos acordamos que nuestra última comida había sido a las 10:30 de la mañana en Oaxaca, todavía con el salvadoreño Maclovio. Cómo extrañamos un teléfono celular como los que venden en el Grupo Ecomse. Saludamos también desde acá a José María Leal y Hugo Leal, directores en Reynosa de las unidades académicas Rodhe y Aztlán, respectivamente, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Esa noche de jueves todo lo que queríamos era dormir.
DIA 4
NOS RECIBEN EN PRENSA LIBRE
Por Erick Muñiz/Gerardo Ramos
Nos levantamos temprano y el baño con toallas secas, shampoo, enjuague y jabón normal fue como un orgasmo, de plano. Don Oscar, amable, nos regala un café y un pan muy parecido a una concha que nos ayudan a salir a enfrentar la capital guatemalteca. Con mucho ánimo salimos a buscar a Luisa Fernanda Rodríguez, la amiga de José Garza que era nuestro contacto -bueno, ella todavía no lo sabía-. Por 3.50 quetzales (4.60 pesos) nos montamos en dos autobuses y vimos una ciudad que es muy parecida a la de México en los barrios más concurridos, como las calles de Madero, Colón o Arteaga en Monterrey.
Luisa Fernanda llegaba hasta pasado mediodía a Prensa Libre y entonces fuimos al Palacio de Gobierno a buscar a los colegas, los encontramos y como lo esperábamos nos ayudaron con consejos y muchas porras. Para la edición quincenal de Hora Cero se logró una entrevista y se tramitó otra.
Después vimos a Luisa Fernanda, quien nos ayudó como solamente se le puede ayudar a dos viejos conocidos. Ahora estamos en la redacción de Prensa Libre, el periódico más importante de este país, gozando de la camaradería de los colegas: Pavel Arellano, Marvin del Cid, Julieta Sandoval y Sonia Pérez (ella fue la enviada a Quatar, en la guerra que acaba de concluir en Irak) son apenas algunos de los que nos ofrecieron su apoyo, sus contactos, sus consejos, su tiempo.
Como cualquier redacción que se respete está llena de recortes, teléfonos, grabadoras, bromas, fotografías, listas de nombres, direcciones y voces que van de un lado a otro de los cubículos. El ambiente de trabajo que relaja y arropa a un periodista, más cuando se encuentra en un país extranjero. Un reconocimiento al apoyo de los colegas de Prensa Libre que están colaborando para este trabajo y nos hacen más amable la travesía.