Desde hace un par de años he deseado poder dejar de fumar y finalmente tomé la decisión.
Sucede que ahora soy una mujer casada y tengo otro tipo de metas en mi vida, como el convertirme en madre en un par de años.
Día 1
Hoy recibí los folletos con información sobre cómo afecta el fumar y los beneficios que puedo obtener si lo dejo.
Lo irónico de todo esto es que los leí mientras me fumaba un cigarrillo. Aún así tengo la convicción de dejar este “hábito”.
Adquirí el vicio desde hace diez años y fumo una cajetilla y media, unos 30 cigarros diarios.
En fin tomé la decisión y ya estoy lista. Lo he intentado no una, varias veces, mi tiempo récord sin fumar es de ocho horas.
Día 2
Ya tengo la primera cita con el doctor que me canalizará al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para mi revisión médica.
Lo primero que hice al salir de casa fue comprar una cajetilla de cigarros y pensé que puede ser la última.
Mientras platicaba con un amigo sobre mi decisión de dejar de fumar abrí la cajetilla.
Día 3
Hoy me levanté muy temprano por mi primera cita con el médico para saber cómo dejaré de fumar.
Al subir al carro encendí un cigarro. En el Centro de Integración Juvenil me hacen mi primer entrevista y un estudio socioeconómico para conocer el costo del tratamiento que subsidia el IMSS.
Después viene la cita con un médico general, quien me realizará un expediente clínico y un historial para conocer mi estado de salud y los daños causados en mi organismo por el tabaquismo.
También me entregaron unas hojas “Auto registro diario de cigarros” (ADC) donde anotaré la hora, lugar, actividad, motivo y sentimiento que tengo cada vez que enciendo un cigarro durante el día. Apenas salgo del centro y anotó el primero.
La tarde, ya en casa, ha sido abrumadora, tengo un dolor de cabeza que desaparece cada vez que fumo. Encendí varios cigarrillos para eliminar la molestia e incluso pierdo el hilo de las conversaciones por pensar en el tabaco.
En la noche antes de dormir, noté que perdí la pluma para escribir en el ADC mi último cigarro del día, así que revolví cajones, bolsas de mano y cajas hasta que por fin encontré un marcador permanente.
En 24 horas sólo me fume 12 cigarrillos. No sé como será mañana.
Día 4
Hoy descubrí otros síntomas de mi abstinencia como que olvido cosas realmente importantes, pues por agarrar los cigarros con las hojas del ADC dejé en casa mi desayuno.
Este día ha sido más difícil, continúan los intensos dolores de cabeza y la falta de concentración y aunque todavía no termina el día, ya empezó el fin de semana, cuando habitualmente fumo más.
Fui a cenar a un bar y llegué a mi récord diario de más de una cajetilla. Al principio me daba pena sacar las hojas de mi ADC… pero después ya no me importó.
Día 5
Al parecer todo volvió a la normalidad, estoy reduciendo mi consumo de tabaco pues sólo me fumé ocho cigarrillos. Ya me voy a dormir y no siento las ganas de otro, pero continúan mis jaquecas y ahora aparecieron los mareos.
Día 6
Fue un día de mucha actividad en casa, no pensé en fumar y casi ni lo hice, es el día en que menos tabaco he consumido, sólo seis cigarros.
Durante día tuve mareos más intensos.
Día 7
Mañana en mi cita médica le comentaré al doctor mis síntomas ante la abstinencia de tabaco, no sé por qué he reducido el número de cigarros que fumo diariamente, pero mágicamente ha sucedido.
Aún así hay veces en las que quiero prender un cigarro después de haber apagado el anterior, pero quiero dejar pasar por lo menos una hora desde el último.
Día 8
Me encontré con el médico general Héctor Francisco Gómez Estrada, con quien me comprometí a dejar de fumar en 30 días. Me dijo que faltan más exámenes clínicos para conocer a fondo mi salud y los daños ocasionados por el tabaquismo.
Día 9
Hoy, en el IMSS, conocí a varios pacientes con enfermedades causadas por fumar.
Este día he contenido mis ganas de encender un cigarro lo más que he podido.
Además ya no me siento tan mal.
Día 10
Motivada, muy motivada, así me siento pues he reducido mi consumo de tabaco a 10 cigarros por día.
A pesar de todo continúo con los malestares, mi dolor de cabeza se ha vuelto permanente aunque llevadero.
Día 11
Hoy me siento muy contenta, no ha aumentado el número de cigarros que fumo, pero hoy empieza el fin de semana.
Día 12
Asistí a una reunión con mi familia y no llené mi ADC, porque he notado que pasan más de dos horas sin que encienda un cigarrillo.
Día 13
Este día no fue de mala suerte. No fumé hasta pasado el medio día y disminuyó mi ansiedad, aunque los síntomas por abstinencia persisten.
Pese a todo logré un gran avance al sentir como prueba superada un fin de semana muy fiestero.
Día 14
Tengo mucha hambre, pero no sé si es porque sólo me he fumado un par de cigarros o porque ya pasan de las dos de la tarde.
Me preocupa que sea un intento de sustituir una cosa con otra. No quiero ser una mujer gorda, pero que no fuma.
Día 15
Todo un embrollo lo de los análisis en el IMSS. La radiografía del tórax me la entregarán mañana, pero los de sangre no.
La burocracia acaba con mi paciencia y quiero con más ansia un cigarrillo.
Día 16
Ya pasan de las 14:00 horas y apenas me he fumado un par de cigarros. Hoy todo pinta de maravilla, pues accedieron a darme los resultados de mis análisis de laboratorio.
Cuando pensé que el proceso sería más fácil, sucedió algo impredecible: se me desarrolló la fibrosis que padezco desde hace muchos años y el dolor es insoportable.
Después de darme unas pastillas muy fuertes para el dolor, el médico me pidió que dejara de fumar o la enfermedad podría convertirse en algo más grave.
Día 17
Asistí a mi primera terapia psicológica. Me siento triste porque a partir de hoy he decidido dejar de fumar, siento como si no me hubiera despedido de un ser querido, es raro, pero así siento.
No sé si las lagrimas que derramo son de dolor o de miedo.
El médico revisó mis estudios y me informó que tengo al límite el colesterol y que mi corazón se está agrandado para lograr oxigenar la sangre que necesita mi cuerpo para funcionar bien.
Eso no es lo peor. Salí con depresión.
Ya pasaron 10 horas desde que desperté y no he fumado, por eso tengo momentos de ansiedad, fatiga, sueño, tristeza.
Día 18
Llevo casi dos días sin fumar pero me siento decaída, con falta de energía, con mucho sueño, nostalgia y cansancio… Pero ha valido la pena.
Inicia otro fin de semana. Creo que será el más difícil por la cantidad de sentimientos encontrados que experimento.
Día 19
No sé porque pero hoy me siento más deprimida de lo normal. Desperté con muchas ganas de llorar, supongo que es por el medicamento que estoy ingiriendo para la fibrosis.
Durante dos horas he llorado y creo que es porque siento que puedo recaer, que estoy a punto de salir a conseguir un cigarro.
Con los apapachos de mi adorable esposo ganamos la primera batalla y superé mi tercer día sin fumar.
Día 20
Es domingo, me levanté muy temprano, salimos a pasear.
La ansiedad ya no se apodera de mí, pero tengo dolor de cabeza permanente y pensamientos tentadores.
Día 21
Hay momentos, en que sueño con que tengo un hijo de unos cinco años que veo jugar en el parque y de pronto me veo fumando nuevamente.
Siento que esas imágenes son creadas por mi subconsciente para calmarme y hacerme pensar que algún día nos volveremos a encontrar, mi cigarro y yo.
Día 22
Hoy es mi quinto día sin fumar, pero no me doy por vencida puedo recaer en cualquier momento.
Día 23
Sexto día sin fumar. Ciertamente he tenido momentos de mucha debilidad, cada vez que veo un cenicero o un encendedor recuerdo para qué lo usaba. Lo malo es que los encuentro en cajones, chaquetas, pantalones, bolsas, en mi carro, la mesa y en la cocina. Aún así, no cedo a la tentación.
Día 24
Hoy sólo me duele la cabeza, creo que es la abstinencia, pero lo seguiré soportando pues con el paso de las horas ha disminuido.
Día 25
En la segunda terapia psicológica me dicen que no hay ningún medicamento para superar la abstinencia, porque contraindica el tratamiento de mi ginecólogo, no me pueden dar nada ni para el dolor de cabeza. Sólo me queda aguantar.
Día 26
Inicia otro fin de semana complicado. Este día me ha dolido poco la cabeza, espero que se me pase en el día, sigo sin fumar y mejor aún, sin pensar en hacerlo.
Día 27
Estoy parada en un escalón. Tomo un cigarro y lentamente lo enciendo, después de darle una fumada empecé a llorar de frustración y coraje, estaba molesta por caer en la tentación.
De pronto desperté. Era una pesadilla.
Reconozco que el sueño fue muy placentero pero muy triste a la vez, no quiero tirar todo lo que he conseguido.
Día 28
Me levanté de muy mal humor, no soporto el dolor de cabeza y me molesta mucho la luz.
Día 29
Ya ni siquiera pienso en fumar. Asistí a una fiesta y la mayoría de los que fuman se alejaban de mí para no darme tentación.
Descubrí que el humo me congestionó las vías respiratorias. Casi no pude respirar.
Día 30
El único momento que pienso en el tabaco es cuando escribo este diario o cuando me preguntan cómo voy en mi tratamiento,
Lo mejor de todo es ya no me duele la cabeza.
Creo que ya me acostumbré.
Día 31
Sin novedad, estoy perfectamente y sigo sin fumar. Estoy muy contenta de haber avanzado tanto.
Día 32
Ha pasado más de un mes del inicio de mi tratamiento y cumplo hoy 14 días sin fumar.
Es una maravilla, lo noto en mi respiración, ahora es menos agitada y me canso menos, mi piel se ve diferente, no huelo a cigarro y el color de mis dientes se ha vuelto blanco.
Esto de no fumar me está empezando a gustar.
Día 33
En mi tercera terapia psicológica la doctora me dijo que le sorprende lo avanzada que estoy en mi tratamiento.
Me felicitó porque hoy cumplo medio mes sin fumar. Ciertamente la he pasado mal, pero nada de eso me ha hecho recaer.
Día 34
Ni parece que llevo 16 días sin fumar.
Siento como si nunca lo hubiera hecho, es sorprendente la sensación que tengo este día, me siento relajada y muy tranquila.
Día 35
Inicia mi fin de semana y las reuniones donde todos fuman a mi alrededor.
Hay veces en las que me deprime ver como fuman otras personas y yo no, sin embargo, 17 días sin fumar son un verdadero logro para mí.
Día 36
Descubrí que ya no me duele la cabeza y que los síntomas de la abstinencia han desaparecido. Me siento mejor de ánimo.
Día 37
Hoy cumplo 19 días sin fumar.
Día 38
Ya quiero que sea miércoles. Lo que sucede es que leí un artículo de Horacio Krell, que se llama: “Como cambiar un hábito en 21 días”, donde dice que las neurociencias detectaron cómo y cuando se forman los hábitos.
Señala que si realizas algo durante 21 días se vuelve un hábito, y eso es lo que lograré el día de mañana, o por lo menos eso es lo que creo.
Día 39
Mi ansiado día 21 llegó y por fortuna nada cambió, no hay síntomas de abstinencia y tampoco he recordado el tabaco.
He pensado si el puro y el cigarro serán igual de dañinos, este jueves se lo preguntaré a la psicóloga en mi tercera sesión terapéutica.
Día 40
Estoy contenta. Hoy fui dada de alta y ya no hay nada que en el Centro de Integración Juvenil puedan hacer por mí.
Sigo pensando que siempre seré una adicta al tabaco en rehabilitación continua y como en todas las adicciones, vivo un día a la vez.