
Desde temprana hora Edmundo y su esposa se encuentran en la Junta de Conciliación y Arbitraje de la localidad. Edmundo sostiene en sus brazos a un pequeño de cuatro años, a quien su madre le promete un refresco si se porta bien durante el tiempo que tengan que esperar afuera de las oficinas donde ella y su esposo recibirán el dinero correspondiente a la liquidación como obreros de la maquiladora Foxconn.
A media mañana, cuando el sol comienza a calentar en Reynosa, el matrimonio y su vástago continúan la tediosa espera.
Norma y Edmundo son una pareja joven, ambos tienen poco menos de una década de radicar en Reynosa, pero ya están establecidos. El llegó de Tabasco hace varios años invitado por un hermano que le aseguró conseguirle un trabajo en la fábrica donde laboraba, mientras que Norma se aventuró a buscar empleo en el norte, como dos amigas suyas que anteriormente habían salido de la población veracruzana de Naranjos.
Ambos fueron atraídos por la prosperidad económica que se vivía en el norte de Tamaulipas gracias a la industria manufacturera.
Según amigos y familiares que se les habían adelantado en el éxodo (obligado para muchos en el afán de conseguir un trabajo con mayor remuneración económica y prestaciones de ley), en Reynosa tendrían la oportunidad de mejorar su calidad de vida, o al menos eso pensaron cuando pisaron por primera vez tierras caleras.
En un principio todo el plan marchaba bien, sus familiares abrieron las puertas de sus hogares a cada uno de ellos cuando llegó. Edmundo consiguió el puesto de operador al lado de su hermano, y para Norma fue sencillo emplearse en una factoría, luego de acudir a la dirección de un aviso colocado junto a las tarifas de transporte público.
A pocos días de su llegada, ambos tenían un trabajo que les daba los recursos para mantenerse en esta ciudad, él trabajaba de operador en la línea y ella en cocina de la misma fábrica.
Como en todo asunto, los inicios no fueron nada sencillos. Acostumbrarse a las condiciones climáticas fue cosa de nada en verano, sin embargo, la labor de levantarse a las cinco de la mañana para llegar a tiempo a sus turnos matutinos en invierno, cuando los radicales cambios climáticos eran acompañados por vientos helados y llovizna, fue un suplicio que los hizo extrañar el calor de las tierras del sur, aunque luego de un tiempo se acostumbraron.
Edmundo recuerda el primer año de su estancia en la ciudad con nostalgia, en pocos meses mejoró su situación económica que le permitió comprar algunos de los artículos que no había podido adquirir en su antiguo empleo como dependiente de una tienda: un sonido estéreo y una televisión. Por su parte, Norma comenta que el primer diciembre se dio el lujo de llegar a su casa con regalos para toda su familia y tomar vacaciones durante casi tres semanas. La producción de las maquiladoras estaba en su apogeo.
En el 2002 Norma y Edmundo se conocieron por amigos en común y desde entonces están juntos. En el 2007 Edmundo decide cambiarse de trabajo por motivos personales y Norma lo siguió, esta vez los dos fueron empleados como operadores de línea en Foxconn.
EL REGRESO NO ES UNA OPCION
Aproximadamente un año y medio después de haber entrado a la empresa, la pareja ya se había acoplado a laborar el turno nocturno, entre los dos habían conseguido el crédito del Infonavit para adquirir una vivienda. Gracias a las horas extras que ofrecía la maquila podían ahorrar lo suficiente para visitar a sus familiares, ya fuera a Tabasco o a Veracruz en las fiestas de diciembre.
Sin embargo, pocos años después el panorama ha cambiado no sólo para la familia de Edmundo sino para miles de trabajadores que en un tiempo vieron a Reynosa como una tierra de oportunidades gracias al sector manufacturero y que ahora, observan cómo muchas empresas cada vez tienen más recorte de personal, una situación que tiene más de seis meses, durante la crisis económica de Estados Unidos.
Y es que muchas de las compañías que tenían su matriz en el vecino país del norte comenzaron a sentir el impacto de la desaceleración económica americana y como efecto secundario, sus filiales en México tuvieron un golpe en su economía que cada vez requería de menos obreros para cumplir sus metas de producción.
Como consecuencia, el empleo de los trabajadores de línea se encontró en un hilo. Quienes anteriormente se veían beneficiados con las horas extras hoy se conforman con mantener sus trabajos pues como una estrategia las empresas comenzaron a recortar horas de producción y hacer “reajustes” de turnos con los que miles de obreros -en su mayoría mujeres-, se vieron afectados por lo que fueron obligados a buscar otra opción laboral.
Esto fue lo que pasó con Edmundo y su esposa, quienes después de casi dos años de estar laborando en el turno nocturno fueron despedidos pues la empresa decidió hacer un reajuste de horarios, ya que no había producción.
Pero la pareja no pudo cambiar de turno, con un hijo pequeño, el horario de noche se acomodaba mejor para cuidarlo y pagar una guardería no era una opción, pues con un sueldo semanal de 900 pesos y los gastos corrientes de la casa, la guardería era un lujo que no podían darse. La bonanza económica que en un principio habían conseguido al llegar a la ciudad se había esfumado en pocos años, el panorama se mostraba tan sombrío que ni si quiera pudieron viajar con sus familiares al sur como en años anteriores.
Al no poder acoplarse al reajuste de horario, aceptaron la liquidación que la empresa les ofreció a quince trabajadores del mismo turno.
“La liquidación es porque no hay trabajo simplemente. Cuando empezamos en la empresa sí había producción pero de repente ya no hubo y nos cambiaron de turno, pero no todos pueden cambiarse de mañana, nosotros no podemos. Nos afecta porque no conviene pagar una guardería con el sueldo de 900 pesos y ya no tenemos horas extras.
En las últimas vacaciones ya no pudimos salir, preferimos quedarnos aquí porque el pasaje está muy caro, casi son mil doscientos por cada uno”, comenta Edmundo.
Con todo y la pérdida de empleo, la pareja no pierde esperanza de conseguir otra vacante.
“Pues ahorita tenemos la esperanza de conseguir otro trabajo, sí hay, nada más tenemos que buscarlo pero ya depende de cada lugar, depende de uno, Reynosa es un buen lugar para conseguir trabajo, pagan más que en Tabasco”, explica Edmundo.
A un lado de ellos se encuentra un joven que también llega con el mismo propósito a la Junta de Conciliación y Arbitraje, se trata de Alejandro Cruz, quien trabajaba en la misma empresa en el turno nocturno y al igual que la pareja anterior, no quiso cambiarse de horario.
“Hace tres años que vine, había bastante trabajo en la mayoría de las maquiladoras, ya tiene como tres meses que empezó a haber crisis, no hay producción ni nada. Primero entramos muchos a trabajar pero han ido sacando poco a poco. A nosotros nos quisieron cambiar de día pero a mí no me gusta de día, prefiero que me liquiden”, dice Cruz.
Foxconn no es la única empresa que ha tenido que prescindir de obreros, la empresa Emerson despidió a 16 empleados quienes se encontraban afuera de la Junta de Conciliación y Arbitraje con el propósito de recoger su liquidación. Uno de ellos que accedió a comentar su caso con la condición de guardar el anonimato, comentó su historia.
Originario de Álamo, Veracruz y con 24 años, el joven tiene apenas 2 años en la ciudad pero ya se había ajustado a la vida laboral y estudiantil en Reynosa, pues desde que salió de su casa su objetivo fue conseguir trabajo para pagarse los estudios universitarios.
A su llegada fue bastante fácil conseguir empleo, incluso se sorprendió de la gama de oportunidades que la empresa le ofrecía, pues no sólo había becas para los trabajadores que desearan estudiar, también tenían turnos muy accesibles y las horas extras que podía acumular entre semana le aseguraban que no tendría problemas para pagar la colegiatura de la universidad privada donde estudia y sus gastos personales.
“Cuando llegué había mucha producción y uno podía escoger en que turno quería estar. El sueldo me lo reservo pero se podía ganar un poco más de mil pesos por semana con todo y las horas extras, te daban muchas oportunidades pero como desde hace seis meses que se empezaron a ver afectados por la economía. Corrían rumores que iban a recortar personal pero empezaron con el reajuste de horarios, nos dijeron: ‘si quieren cambiarse de turno, si quieren quedarse va a haber recorte’, ya se veía venir un reajuste de personal porque la producción había bajado mucho”, recuerda el estudiante.
Según comenta, la situación económica no es la misma que cuando ingresó a laborar en las maquiladoras, pues incluso en las vacaciones de diciembre recuerda que la mayoría de sus compañeros regresaban a su lugar de origen, sin embargo, en el pasado mes, contrario a la costumbre, muchos de ellos -incluyéndolo- no salieron de vacaciones, prefirieron quedarse a trabajar, con la esperanza de conservar el empleo pero el recorte de personal también los alcanzó.
Respecto a los compañeros liquidados, comenta que se comenzó con quienes tenían menos tiempo en la empresa como operadores, después observó que los despidos se extendían no sólo en las líneas de producción, sino a sus compañeros de mantenimiento, trabajadores de confianza y aún de las mismas oficinas.
REYNOSA, 9 MIL EMPLEOS PERDIDOS
Desde que inició la crisis financiera en Estados Unidos, en México se sabía que quienes resentirían los cambios económicos de primera mano serían los mismos mexicanos. Y es que no sólo se disminuiría la oferta de trabajo para los inmigrantes legales e ilegales y por consecuencia las remesas enviadas a los distintos estados de origen, sino que las empresas de capital norteamericano instaladas en el país verían afectadas sus operaciones.
En un principio las autoridades federales encabezadas por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, afirmaron que la crisis del vecino país no afectaría en gran manera a la economía de los mexicanos pero lo cierto fue que las declaraciones optimistas no evitaron que las empresas nacionales y especialmente las industrias manufactureras sufrieran los estragos de la peor crisis financiera en 70 años, según la calificó el secretario de Trabajo y Previsión Social a nivel federal, Javier Lozano Alarcón.
En la frontera la situación no podría ser más notoria, a tal grado que luego de ocupar Reynosa el primer lugar como ciudad generadora de empleos, ahora al primer mes del 2009 es el segundo lugar en la entidad con mayor pérdida de plazas en la industria maquiladora.
Así lo externó el delegado estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social, Jesús Nader, al dar a conocer que tan sólo el año pasado nueve mil obreros fueron dados de baja del instituto de salud.
Confirmó que el descenso de los trabajadores inscritos al Seguro Social el año pasado fue de 1.7 por ciento en toda la entidad, siendo las mayores bajas en la ciudad de Matamoros seguida por Reynosa.
Aunque alarmante, esta cifra no cuadra con las que dirigentes sindicales como Reynaldo Garza Elizondo, quien calificó de una “vil mentira” la cifra revelada por el delegado estatal del IMSS.
“Lamentablemente, si me comentan que la están sacando del Seguro Social, quiero decirte que es una vil mentira porque traemos ahorita cerca de los 20 mil empleos a nivel manufactura que se han ido perdiendo. La CTM no queremos que se sigan perdiendo empleos y traemos como prioridad establecer medidas prioridades de emergencia que permitan seguir sosteniendo la inversión y la ocupación de los trabajadores, que no se lesione la planta productiva”, precisó.
El dirigente sindical indicó que estas cifras demuestran el total desconocimiento del Gobierno Federal con respecto a la situación laboral que se vive en esta frontera.
“No creo que sean confiables las cifras (…) creo que tienen un total desconocimiento de la situación real de la zona de Tamaulipas y lo comento con conocimiento de causa porque tenemos la estadística de los tres organismos sindicales de la industria donde lamentablemente están arriba de los 20 mil empleos que se han perdido”, fustigó Garza Elizondo.
Comentó que los efectos más notorios de crisis en el sector de las maquiladoras se dieron los últimos meses especialmente en aquellas del giro automotriz o textil.
El secretario general de la Federación de Trabajadores de Reynosa (FTR), aseguró que la crisis financiera ha golpeado duramente a la metrópoli industrial de Tamaulipas, por lo que dijo las autoridades deberán implementar mejores estrategias para evitar el cierre de las empresas y que con ello se esfume la fuente laboral de los obreros.
“NO HAY DESPIDOS, SON LIQUIDACIONES”
En una postura más optimista que los demás de sindicatos, el secretario de Trabajos y Conflictos del Sindicato Industrial Autónomo de Operarios en Plantas Maquiladoras, Felipe Carlón, expresó que aunque se han perdido empleos en la industria maquiladora no han sido despidos sino “liquidaciones”.
Al ser entrevistado en el edificio que lleva el nombre de Ángel Tito Rodríguez, Felipe Carlón reconoció que la crisis financiera mundial sí ha afectado a los trabajadores de las maquiladoras que su sindicato representa, sin embargo, rechazó que se tengan “despidos masivos”.
“En la industria maquiladora ha habido ajustes de turnos, liquidaciones de personal pero no ha habido despidos sino liquidaciones de personal. La ley contempla los dos aspectos y hay un proceso para cada trabajador, entonces si ya no puede haber una relación laboral, el trabajador debe liquidar al empleado como corresponde, ha habido liquidaciones pero son como lo marca la ley”, afirma el entrevistado.
Explicó que el aumento de las liquidaciones se deben también a que existen maquiladoras que trabajan para otras empresas, las cuales en los últimos meses al ver reducida su producción han tenido que prescindir de sus servicios provocando más pérdida de empleo.
“Nos afecta en la economía y en la estabilidad de nuestras casas. En muchas familias los dos padres trabajan en la misma empresa y al perder el trabajo ya se tiene un rol de vida, donde si buscan un nuevo horario, obviamente van a tener que ajustar su vida a otro ritmo, los trabajadores se ven afectados en su rol de vida”, menciona el líder sindical.
Para evitar la liquidación de personal, comentó que las maquiladoras han recurrido a paros técnicos o reajuste de horas de trabajo y eliminación de turnos, estrategias que a pesar de ser establecidas con el fin de conservar la fuente de ingresos del trabajador, no dejan de dañar a los obreros, pues admite que no todas estas medidas se adecúan a la necesidad de los trabajadores, por ejemplo los cambios de turno.
Por otro lado, ha habido empresas que aún después de haber implementado las mencionadas estrategias tuvieron que hacer un recorte de personal por falta de producción. En este sentido, informó que por lo menos dos mil quinientos obreros de las 65 maquiladoras afiliadas a su sindicato han recibido la liquidación por parte de la compañía donde laboraban.
AUSTERIDAD EN LAS MAQUILADORAS
Las condiciones económicas atípicas en la industria maquiladora de la ciudad han provocado que las empresas recurran a estrategias poco convencionales a fin de no reducir personal.
En los últimos meses del 2008 más de 90 maquiladoras recurrieron a la reducción de horas laborales, semanas de trabajo recortadas, paros técnicos, y aún permisos de casi un mes sin goce de sueldo, dejando como última opción el recorte de nómina.
Aunque al pie de la letra de la Ley Federal del Trabajo estas medidas no son legales, lo cierto es que obreros y empresas se han visto obligados a establecer convenios a fin de no llegar a la liquidación, así lo menciona el abogado laborista Heberardo González Garza, quien tiene amplia experiencia representando tanto a trabajadores como a patrones en la Junta de Conciliación y Arbitraje.
“No te pueden cambiar las condiciones de trabajo en cuanto a puesto, salario y jornada pues al cambiar la jornada y trabajar menos horas, según la ley se debe pagar lo mismo al trabajador, sin embargo, aquí la flexibilidad entre patrón y trabajador ha sido importante porque al empleado le conviene cuidar su empleo a buscar otro trabajo en estas circunstancias”, opina el abogado.
Y explica: “Es un hecho que estas medidas no tienen tintes legales pero no podemos aplicar una ley obsoleta, debemos proteger al empresario, porque cuando existe este tipo de problemática, el trabajador tiene un sólo problema, el económico, porque tiene que buscar otro empleo que en estas circunstancias es complicado, así que trabajador y patrón tienen que estar de acuerdo para hacer convenios para ayudar al empresario al menos durante algunos meses”, comentó González Garza.
Ya sean despidos o liquidaciones, lo cierto es que las empresas han sido obligadas a reducir su personal.
Estas reducciones incluyen tanto a trabajadores de línea como personal de confianza, y el panorama no se ve muy alentador para los siguientes meses, pues muchas empresas continúan en paro técnico y en espera del subsidio federal que se ofrece a las empresas para evitar más liquidaciones. Sin embargo, este apoyo no llegará hasta los primeros días de febrero, fecha para lo cual las compañías ya tendrán que prescindir de mano de obra.