
Yeshua Zárate Ocaranza tiene 16 años de edad. A los 11 repentinamente
entró en coma y despertó al siguiente día; dos años más tarde un nuevo episodio afectó la vida de este jovencito quien recientemente volvió a tener movimientos pero sigue en estado semi-comatoso a la espera de ser curado por médicos cubanos.
De forma súbita, solamente tras presentarse vómito y parálisis corporal, el 11 de noviembre del 2013 Yeshua Zárate Ocaranza, en ese entonces de 11 años de edad, cayó en coma por una noche, causando el asombro entre su familia.
Al despertar, los médicos no encontraron nada que pudiera indicarles qué le ocasionó esta crisis al niño, solamente se presumió que fue algo relacionado con su crecimiento.
Según su madre, Tania Ocaranza Valdés, Yeshua siempre fue un niño sano, culto, inteligente, apacible, muy educado, se la pasaba leyendo y constantemente recibía diplomas o reconocimientos por su desempeño escolar.
“Sólo fue una noche, despertó normal, no hubo secuelas, el médico dijo que lo único que salió fue una baja de potasio y una subida de glucosa, por lo que se presumía que era un coma diabético, fuimos con otros (endocrinólogos), se hicieron estudios, se mandaron los resultados a California y ahí se descartó”, explicó la madre.
Ella continuó buscando respuestas médicas sin encontrarlas, hasta que la mañana del 23 de enero del 2015, mientras se bañaba, los gritos de Yeshua la alertaron de que algo malo ocurría de nuevo.
“Me metí a bañar y le había dejado el uniforme, se levantó, empezó a vomitar, se fue a su cama y empezó a gritar ‘¡auxilio, una ambulancia!’, yo estaba súper enjabonada, salí corriendo y Yeshua ya estaba inconsciente”, recordó.
El niño fue llevado rápidamente al hospital, sin embargo, tuvo un paro y había pasado bastante tiempo sin respirar.
Cuando se le realizaron estudios no encontraron registros de convulsiones, solamente un edema cerebral, es decir, la acumulación de líquido en algunas partes del cerebro.
Pero de nueva cuenta, no encontraron nada que pudiera revelar la causa de esta nueva crisis.
“Se han hecho estudios genéticos, me han estudiado a mí y no hay una razón que explique qué fue lo que pasó”, expuso.
Durante su estancia en el hospital, Yeshua estuvo 11 días conectado a aparatos que le permitían respirar hasta que pudo hacerlo por sí mismo.
Sin embargo, su situación era delicada, a pesar de que abría sus ojos, no tenía movimiento ni respondía a los estímulos.
A partir de ahí, Tania se dedicó a buscar respuestas médicas para saber el motivo de la condición de su hijo y su vida cambió drásticamente.
“Te entregan un hijo en coma y sin esperanzas de absolutamente nada, en aquel entonces me decían que estaba en un estado vegetativo persistente y te tienes que llevar a tu familiar y luchar día a día con convulsiones, sin un diagnóstico y sin un tratamiento”, mencionó.
Aún estando en coma, Yeshua presentaba episodios de convulsiones, por lo que de inicio le recetaron 28 medicamentos, de los cuales seis eran anti-convulsivos.
En la página de Facebook “Ayudando a Yeshua”, el día 10 de julio se subió un video en donde aparecen Tania y Yeshua, quien se comunica con ella por medio de sonidos y hasta mostró una pequeña sonrisa, resultando imposible que la madre pueda contener las lágrimas.
El video, que dura 3:58 minutos, cuenta con 660 reacciones y se ha compartido 153 veces.
Es evidente que Yeshua reconoce a su mamá y que hay un contacto visual, lo que anteriormente no sucedía.
“Médicamente hablando despertó del coma hace mucho porque tenía sensibilidad; él está en un estado semi-comatoso, quiere reaccionar y de repente no, obviamente me sorprendió mucho porque no había contacto visual, nunca había volteado a verme, ni mucho menos contestarme”, aclaró Tania.
Desde entonces busca un diagnóstico que no ha recibido, no existe, para que le permita darle un tratamiento.
Su preocupación también se debe a que cuenta con dos hijas más pequeñas y en caso de que el padecimiento de Yeshua fuera de tipo genético, existe la posibilidad de que pudiera ocurrirles también.
“Quiero darle calidad de vida a mi hijo, a quien alguna vez vi correr, brincar, saltar, me abrazaba, me amaba y a quien veía que tendría un futuro exitoso por ser muy inteligente y ahora lo veo a merced de la vida, en cama, yo se que mi obligación es sacarlo adelante, es mi obligación como mamá, pero quiero lo mejor para él”, apuntó.
ENTRE VIAJES, ESTUDIOS Y TERAPIAS
Yeshua recibió atención en la Ciudad de México y en Monterrey y también se le han hecho estudios en Estados Unidos.
Entre las pruebas realizadas se encuentran una biopsia de músculo, análisis genéticos y otros que permitieron descartar trastornos metabólicos, se ha detectado que sus niveles de potasio son bajos.
A Yeshua le aplican una terapia de botox en los brazos para combatir la espasticidad, es decir la tensión y la rigidez y en la Sultana del Norte, le realizan una estimulación magnética en su cerebro y despertar áreas infartadas.
En la Ciudad de México asiste a una cámara (hiperbárica) para darle oxigenación y le han proporcionado terapias de células madre.
“Con todo lo que sea de medicina alternativa y tradicional siempre lo hemos intentado, incluso también usamos aceite de cannabis para bajar la cantidad de anti-convulsivos y sí funcionó ahora sólo toma uno”, declaró.
ESPERANZA CUBANA
Actualmente Tania tiene su mirada y objetivos puestos en Cuba.
Todo inició a raíz de que en abril, Yeshua presentó unas convulsiones “un poco raras”, según su mamá, por lo que grabó un video de uno de los episodios y se lo mostró a uno de los terapeutas de su hijo, de origen cubano, quien a su vez se lo envió a un médico de la isla.
El neurólogo cubano le preguntó si su hijo no presentaba sudoraciones excesivas, pues podría estar relacionado con la baja de potasio.
“Entonces si tu sabes que todos los análisis salen bien y sale una baja de potasio y viene un doctor y de la nada viendo un video te dice que si de casualidad su hijo no suda mucho y eso que pasa con sus manos y sus pies de ahí se te prende una alerta”, precisó.
Posteriormente, viajó a Cuba con los expedientes de sus hijos, en dónde le dijeron tener un probable diagnóstico, pero para ello Yeshua necesita estar allá.
“Ahí hay un lugar que se llama Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), en dónde le van a dar 49 horas de terapia a la semana y a forzar su cerebro a trabajar y estimularlo para ver si logra despertar y ejecutar órdenes”, enunció Ocaranza Valdés.
Dijo estar consciente que no es algo que pueda lograrse fácilmente y que la recuperación de un paciente con daño neurológico es de varios meses.
Sin embargo, ella espera poder estar por lo menos cinco semanas debido a la cantidad de dinero que debe pagarse.
“Vamos a intentarlo, la semana de valoración me sale 3 mil 900 Pesos Cubanos Convertibles (CUC), ahí le harían todos los análisis y tratarían de sacar un diagnóstico y su programa de rehabilitación”, comentó.
Añadió que el primer módulo de rehabilitación, que consta de cuatro semanas tiene un costo de 7 mil 600 CUC, que son aproximadamente unos 10 mil dólares.
Son muchas las actividades que Tania ha realizado para reunir dinero que le permita solventar los gastos médicos, como venta de tamales, de manzanas preparadas, y pays.
También organizó un concurso de baile, una carrera y vendió desayunos a los corredores.
Actualmente vende boletos para un bingo que se realizará en breve para completar el costo de la semana de valoración.
“Quiero ver qué me dicen, regresar y trabajar para completar el mes de valoración”, sentenció la mamá de Yeshua.
Tania sabe que tiene que trabajar y poner mucho empeño y dedicación para poder lograr sus objetivos.
“Yeshua únicamente me tiene a mí y a su hermano, su papá no está con él, tengo un esposo que me apoya, pero en gastos de la casa y de mis otras hijas, obviamente no se puede costear una enfermedad cuando sabes que el tratamiento es tan caro, pero por eso hay que ponerte a trabajar”, detalló.
LA VIDA SIGUE
Tania mencionó que muchas veces le han preguntado cómo hace para complementar su faceta como madre, esposa, ama de casa, cuidar a Yeshua, llevarlo a terapias y realizar actividades de recaudación.
“Creo que si tienes un objetivo claro todo lo demás se acomoda, además de comunicación y amor, todos recordamos al Yeshua que tuvimos; he dejado de ser esposa y faltado a firmas de boletas de mis hijas, son niñas que han estado encargadas o andan conmigo en la camioneta, solamente es tener metas claras”, justificó.
Narró que a a pesar de que se acercó al Sistema DIF estatal solicitando atención y apoyo para su hijo aún no ha recibido respuesta y tampoco ha tenido algún acercamiento de la comunidad médica de la ciudad.
Actualmente Yeshua tiene 16 años de edad asiste a terapias todos los días y presenta mayor evolución.
“Con el terapeuta se la pasa llorando, ya no es el niño que era como un espagueti hervido en tu mano, todo aguado, sin respuestas o que no parpadeaba, ahora si le quiero limpiar la cara se enoja, si ve que me salgo y regreso me hace pucheros porque no estuve con él pero desgraciadamente no es el que yo quisiera”, reveló.
Finalmente, Tania externó su deseo de que algún médico de la localidad o la región se interesara en la salud de su hijo.
“Me gustaría que algún médico que viera la noticia de mi hijo se acercara, el no tiene servicios médicos y si alguien quiere apoyarme con alguna donación también se lo agradecería”, opinó.
Las personas que quieran apoyar pueden ponerse en contacto a través de la página en Facebook Ayudando a Yeshua o depositando a la tarjeta Santander 5579 0700 8107 4042 o a la cuenta de PayPal [email protected]