Maribel aguarda paciente en la sala de espera de la Unidad de Medicina Familiar número 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a que le apliquen las vacunas a Braulio, su bebé de ocho semanas de nacido.
Todavía batalla para amamantarlo, sin embargo, logra controlar tanto a su niño como el dolor que siente cuando se alimenta; por un momento la mirada de esta adolescente de 14 años se clava en el pequeño envuelta de alegría, de tristeza pero sobre todo, de muchas dudas.
“Me siento feliz al ver a mi bebé pero
desesperada y con miedo la mayoría de las veces, ya que no me siento capaz de cuidarlo. Estoy muy chica y no estaba preparada para esto”, mencionó
A sus escasos 13 años inició su vida sexual con Armando, un joven cinco años mayor que ella. Un día se ausentó su menstruación y su vientre comenzó a crecer mes con mes: estaba embarazada.
Maribel abandonó la escuela para atender su gestación y ahora, a sus recién cumplidos 14 años, no sabe qué va a ser de su futuro.
“Armando y yo teníamos relaciones sin protección; yo no sabía mucho de métodos anticonceptivos, pero me imaginaba que podía quedar embarazada; sin embargo, él si los conocía pero no quiso cuidarse ni que me cuidara, decía que no se sentía lo mismo.
“Cuando note que no me venía la menstruación le dije a mi mamá y ella me preguntó si había tenido relaciones, le tuve que decir la verdad. Fuimos a hacerme un examen y salió positivo. Cuando vi el resultado no pude pensar nada, mi mente se nubló”, relató.
La menor no pudo concluir ni siquiera el primer año de secundaria, ya que frente a ella tenía una responsabilidad mayor: ser madre.
“Quería seguir estudiando, entrar a la preparatoria y luego a la universidad para estudiar una carrera, pero pues ya no se pudo, todo se complicó con el embarazo y el bebé”, mencionó.
Su pareja, de 18 años, no quiso saber nada de ella durante el embarazo. Hasta hace dos meses que dio a luz se acercó a ella para proponerle vivir en unión libre y solventar los gastos del pequeño.
Ahora Maribel no puede regresar a estudiar pues tiene que hacerse cargo de su bebé y tampoco puede trabajar ya que es menor de edad.
Los días de la joven madre transcurren en su hogar: un cuarto que le prestaron sus suegros para vivir con Armando. Ahí pasa las horas cuidando al pequeño Braulio y a sus dos hermanos pequeños, mientras su pareja busca trabajo para comprarle leche y pañales al bebé.
“Me siento triste muchas veces porque mi deseo era seguir estudiando, no quería esto para mí; fue un embarazo que no estaba planeado pero mi bebé ya está aquí y ahora hay que sacarlo adelante. Quiero que él si estudie para que haga una carrera, no quiero que le pase lo mismo que a mí”, mencionó.
Para fortuna cuenta con el apoyo de sus padres, aunque en un principio su padre estaba renuente a aceptarla en esas condiciones.
“Le doy las gracias a mis padres porque me están apoyando y me ayudan en todo, sé que hay padres que no te apoyan o te corren de la casa. Me siento feliz, aunque estoy consciente de que defraude su confianza. Quería estudiar y quiero estudiar, para darle una mejor vida a mi hijo”, resaltó.
Maribel siente que se saltó una etapa de su vida: la adolescencia, por eso aconsejó a las jóvenes para que se sigan preparando académicamente y disfruten su juventud.
“Es feliz ser mamá pero a la vez es muy duro porque pues estamos muy chicas y no sabemos aún cuidar a nuestros bebés, necesitamos el apoyo de nuestros papás. La verdad es una etapa muy difícil a esta edad”, comentó.
La madre adolescente dijo sentirse triste porque observa que sus amigas y ex compañeras de secundaria van a fiestas, al cine, se divierten, salen, estudian y hacen deporte, mientras que ella tiene una enorme responsabilidad: un bebé.
‘ES MUY CHICA PARA SER MADRE’
Su madre María dijo que su hija es muy pequeña para tener esa responsabilidad tan grande.
“Cuando me dijo que estaba embarazada no sentí nada, la verdad no tuve reacción alguna. No sé si me quede en shock por lo que mi niña me estaba diciendo pues era un embarazo que no estaba planeado y su pareja nunca la apoyó hasta apenas ahora”, señaló.
Como madre no le quedó más remedio que apoyar a su hija y llevarla al doctor para que llevara el control de su embarazo. Posteriormente su esposo hizo el trámite para inscribirla en el Seguro Social a fin de que pudiera ser atendida medicamente hasta el alumbramiento.
“Su pareja no tenía para pagar el parto en un hospital. Mi esposo se enojó con ella y conmigo, tuvimos problemas como pareja por lo mismo. Pero gracias a Dios ya estamos bien y seguimos apoyándola hasta que podamos”, indicó.
La madre de Maribel trabaja haciendo el aseo en varias casas durante la semana; sin embargo, ahora tiene que esforzarse más para ayudarle a su hija con los gastos del bebé.
Mencionó que en su hogar todo cambió con el embarazo de su hija, ya que sus hijos menores de siete y diez años no aceptaban a su hermana. Ahora ya son más dóciles, ellos la apoyan cuidándole al bebé mientras les hace de comer.
“Fue una etapa difícil para toda la familia, no esperamos que se embarazara tan chiquita pero ahora hay que sacarla adelante junto con el niño”, comentó.
Ante su situación, María recomendó a los padres que tienen hijos adolescentes que tengan mucho cuidado con ellos para que no comentan esos errores.
“La vida está muy difícil y salir adelante es duro, es importante tener mucha comunicación con ellos y apoyando pero ellos también tienen que ser responsables de sus actos”, sentenció.
Su madre compartió que desea que su hija siga estudiando y que se prepare. “Quiero que siga con sus planes pero con responsabilidad”.
“Trato de aconsejarla para que no se vaya a embarazar de nuevo ya que la vida es difícil. Sería muy irresponsable de parte de ambos. Actualmente están viviendo solos como pareja pero no se quieren casar”, indicó.
ALERTA PARA LOS PADRES
Por su parte, la jefa de Departamento de Trabajo Social del IMSS, Alicia Hernández Amaro, señaló que a pesar de que se ha mantenido estable la cifra de adolescentes embarazadas, se siguen presentando los casos.
“El día 26 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Embarazo no Planeado en Adolescentes por ellos se realizaron diversas actividades con la finalidad de concientizar a los jóvenes acerca de la gran responsabilidad que implica el ser padres a temprana edad”, comentó.
Es mediante testimonios que buscan crear conciencia en ese sector de la población, debido a que no están preparados para afrontar algo de esa magnitud.
Exhortó a la juventud para que tomen medidas preventivas antes de iniciar una actividad sexual.
“Existen muchos métodos anticonceptivos que pueden prevenir embarazos no deseados, de esta forma pueden planear a los hijos, el futuro y una actividad sexual con responsabilidad nos va a llevar a tener mejores resultados en las etapas de la vida”, sentenció.
A los padres solicitó estar en comunicación constante con sus hijos.
“Estén al pendiente de ellos, sus amistades, relaciones, escuela, actividades. Es necesario saber que están pasando y ayudarlos, ellos solos no pueden salir adelante, pero si nosotros estamos detrás de ellos vamos a tener futuros hijos proteccionistas, adolescentes y padres responsables”.
Indicó que con este tipo de acciones también se pretende prevenir las enfermedades sexuales, que actualmente van en aumento.
“Acérquense al IMSS al médico, la enfermera, la trabajadora social o el personal del instituto para una consejería y otorgar el método anticonceptivo adecuado para protegerlos”, concluyó.
EMBARAZOS DE ALTO RIESGO
Mensualmente son atendidos hasta cinco embarazos en adolescentes en el área de Ginecología del Hospital General de Zona número 15 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mismos que son considerados de alto riesgo, informó la ginecóloga, Paulina Ramírez López.
Los embarazos en adolescentes son considerados de alto riesgo para el producto por la restricción del crecimiento y de la madre por las anemias, preeclampsia, desprendimientos de placentas, partos prematuros a consecuencia de las complicaciones por un mal control prenatal.
“Desde que fue un embarazo no planeado inician las complicaciones, básicamente por el control prenatal que inician en el quinto o séptimo mes lo que origina una deficiencia en las vitaminas y la falta de cuidados en los primeros tres meses que son los más importantes”, explicó.
La doctora lamentó que en estos casos las adolescentes no acepten algún método anticonceptivo por lo que nuevamente tienen otro embarazo no deseado.
“El no llevar un control adecuado y la falta de apoyo de la familia provocan que estos sectores sean renuentes a los métodos de planificación familiar”, expresó.
La especialista recomendó a las adolescentes que al iniciar una vida sexualmente activa busquen mecanismos para protegerse y planifiquen sus embarazos cuando realmente se sientan responsables para mantener otra vida.