Desde hace 30 años que a doña Consuelo Arias Tejeda le asesinaron a su hijo Angel, a quien le dio cristiana sepultura, jamás imaginó que su cuerpo volvería a la superficie
Esta posibilidad es parte de un polémico “anteproyecto para el remozamiento de la ciudad”, con el que se pretende remover cuatro de las seis hectáreas de tumbas del panteón Sagrado Corazón, aunque primero, según las autoridades, deberá tener la aprobación del Cabildo y de la ciudadanía.
A decir de doña Consuelo, resulta difícil enumerar las veces que ha acudido al sepulcro de su hijo a dejarle flores y lágrimas. El camino, agrega, hasta con los ojos cerrados se lo sabe.
En medio de polvorosas y maltratadas lápidas, algunas de las cuales la gente pisa sin saber que debajo yacen huesos humanos, la de Angel brilla por su limpieza, debido a los póstumos cuidados de su progenitora.
Y es que para doña Consuelo cada visita a su lecho de muerte es un ritual que incluye preguntas más no respuestas, aunque esto, reconoce, le sirve de terapia. Por ello la probabilidad de que se altere el sitio al cual le ha dedicado “grandes sacrificios”, detalla, es incomprensible.
“Yo no estoy de acuerdo en eso, para qué les voy a echar mentiras. Es profanar el lugar donde descansa ‘mijo’ y yo no quiero que nadie me le toque”, mencionó la mujer de 79 años.
Alentada por el recuerdo de Angel, dijo no olvidar la tarde que lo sepultó, cuando se despidió de él para siempre.
“Sí es muy duro que se le muera un familiar, pero el adiós de un hijo va más allá, y sobre todo cuando es repentino. Todavía tengo presente el día que le compramos su cajita (ataúd), la ropa que llevaba; se fue con el rostro intacto, muy guapo que se veía la última vez”, recordó abatida.
Doña Consuelo volvió a la carga al reiterar la discrepancia que le causa imaginar que desentierren al fruto de su vientre.
“¡No señor!, no quiero que después de muerto mi hijo ande para arriba y para abajo, ¡ya que lo dejen descansar!, ¡por favor!”, insistió.
Tras meditar aferradamente frente a la sepultura de Angel, localizada a escasos metros del parque de beisbol “Adolfo López Mateos”, la mujer se perdió final del camino entre el mar de cruces.
EL RECHAZO
Como doña Consuelo, quienes tienen a sus seres queridos justo a un lado del estadio de beisbol, la idea que el Colegio de Arquitectos le presentó al presidente municipal de exhumarlos -para construir además un estacionamiento, una sala de eventos y extraoficialmente un centro comercial- no-, resulta nada sencilla.
Tal es el caso de Javier Rangel Hernández, quien exigió respeto para sus difuntos:
“Es que todos (los parientes) no estamos de acuerdo, y no estamos de acuerdo porque aquí tenemos a nuestra gente.
“¿Cómo van a sacar a todos los familiares de aquí?, los estamos enterrando y quieren echarlos fuera de vuelta”, condenó.
Entrevistado a espaldas de la casa de los Broncos de Reynosa, este ciudadano señaló que al enterarse del naciente proyecto, su reacción inmediatamente fue de molestia.
“¿Cómo no se buscan otro panteón para hacer un estacionamiento? Eso no se vale, con el que tienen allá es suficiente.
“Creo que de aquí no se debe sacar a nadie, nosotros no estamos de acuerdo”, reiteró.
LA POSTURA DEL AYUNTAMIENTO
Atrapado por el alud de cuestionamientos de los medios, Guillermo Acebo Salman, titular de la Secretaría de Obras Públicas de Reynosa, habló de la reunión sostenida con los creadores de esta propuesta.
“El presidente nacional del Colegio de Arquitectos (Gerardo Rubio) nos hizo saber la inquietud que tienen de regenerar la imagen urbana de la ciudad, consistiendo en reubicar las tumbas de este panteón municipal.
“Es un anteproyecto no surgido de la presidencia. Ellos (los arquitectos) comentan que se generarían alrededor de unas 15 mil tumbas (acomodadas de modo vertical) y 15 mil espacios más que incluyen un pabellón para actividades económicas, así como un estacionamiento para el panteón y el parque de beisbol”, explicó Acebo Salman.
El funcionario anticipó que este proyecto sería consultado para ver la respuesta de la gente.
“Los representantes del Colegio de Arquitectos argumentan que al vender tumbas va a haber un ingreso correspondiente a los nichos adicionales, por lo cual sería una obra autofinanciable.
“Obviamente todo proyecto cuando arranca requiere inversión y habrá que esperar qué opina el Cabildo de Reynosa, para ver si está dispuesto a inyectarle recursos”, definió.
Acebo Salman admitió que el tema es en sí controversial: “Esto ya ha causado un revuelo porque han habido voces encontradas”.
Sobre quiénes llevarían a cabo la posible tarea de desenterrar cadáveres y si se cuenta con la preparación para desarrollar una obra en esta vicisitud, dijo no tener la menor idea.
“Lo desconozco, esa no es mi área. Yo soy Obra Pública y le sugeriría que eso lo viera en el Departamento de Panteones”, acotó el secretario.
Pero Manuel Cázeres Vázquez, jefe de esa oficina, admitió que por ahora no se cuenta con un sitio especial para albergar restos humanos “en caso de quererlos exhumar”.
“Desde luego para eso se tendría que asignarles un lugar en caso de se llegara a concretar (la modificación al Sagrado Corazón).
El empleado del municipio explicó que normalmente cuando se extrae un cuerpo intervienen dos oficiales de excavación y un familiar “para que se hagan cargo de los restos”, aunque para hacerlo en grandes cantidades dijo desconocer cuál sería la mecánica.
SIN PERMICION NO HAY PLAZO
Por otro lado Acebo Salman descartó una fecha para aterrizar el proyecto en caso de recibir su anuencia.
“Se necesitan los planos constructivos, los presupuestos respectivos, las autorizaciones que se requieren para estos casos, en las que intervienen la Secretaría de Gobernación Federal (Segob), a nivel estatal la Secretaría General de Gobierno y a nivel municipal la Secretaría de Finanzas”, recalcó.
Entretanto el alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez zanjó la polémica al comentar en rueda de prensa que no es un hecho el que sean removidas las tumbas del Sagrado Corazón.
Por su parte el cronista Reynaldo Olivares, manifestó que debido a las personalidades inhumadas en dicho cementerio (con casi 40 años de antigüedad) el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo ha catalogado como patrimonio cultural.
En Monterrey en 2003, una controversia parecida se suscitó con Felipe de Jesús Cantú como alcalde panista, al apoyar la ampliación de la avenida Ruiz Cortines que redujo un cementerio municipal antes de perjudicar la propiedad de una empresa privada.
Una determinación que, entre otras decisiones polémicas e impopulares de la entonces administración municipal, le costó al Partido Acción Nacional entregar la alcaldía al PRI.
En tanto, el Colegio de Arquitectos de Reynosa ha guardado silencio sobre su propuesta. Literalmente: “Tiró la piedra y escondió la mano”.