La novena de Reynosa vence a la Liga Matamoros, A.C. y volverá a representar a México en el mundial de la categoría que se disputará el mes entrante en Williamsport, Pennsylvania.
El estadio de beisbol infantil de Sabinas, Coahuila, fue el escenario de un día inolvidable para el beisbol tamaulipeco, que ha demostrado tener el mejor nivel del país en categorías inferiores.
Se disputaría la Final de la Serie Nacional Ligas Pequeñas entre la Treviño Kelly de Reynosa y Matamoros, A.C., chicos de entre los 11 y 12 años disputarían el partido más importante de su vida, tras derrotar respectivamente a la Liga Veracruzana y a los Vaqueros de Linda Vista, de Guadalupe, Nuevo León.
Eran las seis de la tarde del viernes 21 de julio. El calor no amainaba en el norte del país. A 40 grados centígrados, 18 peloteros por ambos conjuntos, saltaban al terreno de juego. Otros nueve se acomodaron en la zona de banca.
Las gradas de la cancha de Sabinas lucían repletas. Familias enteras hicieron el viaje desde la frontera para apoyar a sus equipos en el clásico tamaulipeco. El público local, también asistió al estadio.
En una colorida atmósfera el pequeño municipio coahuilense atrajo la atención de los medios nacionales y hasta extranjeros. Siempre genera muchas expectativas saber quién representará a México en un mundial de beisbol y en Sabinas no fue la excepción.
Momentos antes el ampáyer echó un volado. Lo ganó Manny Espinoza, manager de Reynosa, quien escogió jugar como local y comenzar el duelo a la defensiva.
Mandó al montículo a Jorge García. Un jugador que se había destacado en anteriores partidos en los que la Treviño Kelly, invicta, dejó en el camino a seis escuadras rivales. Iría por su séptima victoria para coronarse.
ASÍ SE JUGABA
La primera entrada comenzó a tambor batiente. En las tribunas los aficionados sonaban trompetas, matracas y cilindros. Las porras de Reynosa y Matamoros desempeñaban su propia batalla y estaban una junto a la otra, mientras que en el campo, los niños peloteros se colocaron en sus posiciones.
La centelleante luz solar hacía notable el sudor en sus rostros y hasta el polvo que levantaban con sus zapatos., Jorge García, lanzó la primera pelota y a partir de entonces el conjunto reynosense tomó la manija del juego.
El pitcher consiguió terminar la parte alta de la primera entrada sin conceder hit ni carrera y luego vino la fiesta.
En su turno al bate Reynosa colocó hombres en la primera y segunda base. El partido se le complicaba a Marlon Rodríguez, el abridor rival.
Y entonces hubo un momento que enloqueció a la tribuna, cuando Jorge Lambarria conectó un hit para que Reynosa se pusiera dos carreras a cero en la pizarra y llegar a segunda.
Vino el turno de Abraham Hernández, quien colocó otro batazo al jardín central, y el imparable permitió que Reynosa marcara su tercera anotación.
Así acabó a primera entrada, con ventaja para la Treviño Kelly y, ante el desconcierto de la Matamoros, A.C., el manager, Víctor Salazar, concentró a sus peloteros.
Durante la pausa se pudo observar que las personas seguían llegando al Parque Infantil de Beisbol de Sabinas, Coahuila. Hubo gente que en las inmediaciones puso sus sombrillas. Los vendedores de raspados y aguas frescas no se daban abasto, pero el extenuante calor no hizo mella en los jugadores de Reynosa.
En la parte alta de la segunda entrada Cristofer Torres iba a la caja de bateo. Consiguió base por bolas, pero así sucesivamente los beisbolistas contrarios fueron despachados por García. El marcador se mantuvo igual hasta que Matamoros intentó regresar a la competencia con una carrera de Armando Durán. No pasó de eso.
NO APTO PARA CARDIACOS
El partido cayó en un juego de estrategias, y fue la quinta entrada cuando Matamoros tuvo su mayor oportunidad, cuando logró colocar casa llena, fue la primera vez que la Liga Treviño Kelly peligraba en el marcador.
El pitcher Samuel Juárez, quien entró de relevo para Reynosa, demostró tener madera para quitarle presión a la olla. Ponchó a dos rivales y la porra matamorense se desinfló. La sensación de jubilo se quedó ahogada en suspiros de sus aficionados.
Con la pizarra inamovible vino la sexta entrada, y el conjunto que dirige Manny
Espinoza estaba muy cerca de conseguir por segunda ocasión el boleto al mundial de
Williamsport, Pennsylvania.
Era la última oportunidad: Matamoros regresó a la caja de bateo, sin embargo, no supo descifrar las venenosas pelotas que dirigió Juárez a su catcher y ni contrarrestar la defensa de sus compañeros en el diamante.
Fue así que terminando la parte alta de la sexta Reynosa se proclamaba campeón de la Serie Nacional de Ligas Pequeñas.
El júbilo estalló en los jugadores y el público de Reynosa que lograban una hazaña para obtener este trofeo invictos.
Los peloteros se arremolinaron en el terreno de juego y lanzaron los guantes al aire. Gritaban de la emoción, al derrotar a un gran equipo como Matamoros, con un nivel que le permitió llegar hasta la final y terminar como un digno subcampeón.
CONTINÚA EL SUEÑO
El presidente del equipo, Osiel Cantú, no pudo ocultar su emoción en una época gloriosa para la Liga Treviño Kelly. Apenas el año pasado había cumplido su 50 aniversario y hoy califica a un mundial que aglomera a más de dos millones de jugadores distribuidos en 7 mil ligas en todo el mundo.
Reconoció el esfuerzo de los peloteros y de sus familias, asegurándoles que éste valió la pena, pero también les pidió mesura, trabajo y prepararse para lo que viene.
Estos jóvenes deportistas se ganaron la oportunidad de representar a México en Pennsylvania. No será un mundial cualquiera, pues este 2017 la competición cumple su sexagésimo aniversario. A partir del 17 de agosto serán 10 días de emoción, con 32 juegos y una final el día 27 de agosto.
De hecho el conjunto mexicano ya conoce rival, pues debutará ante la Liga Luz Maracaibo de Venezuela, que también logró su pase invicto en sus siete partidos.
En la última edición de 2009, que la Liga Treviño Kelly representó al país en esa categoría llegó hasta la final internacional, donde fue derrotada por China Taipei. Y consiguió el tercer lugar tras vencer al representativo de San Antonio, Texas.
Esta ocasión la misión de los peloteros de Reynosa, que ya escribieron otra página de gloria, será llegar más lejos y seguir poniendo el nombre de la Treviño Kelly por todo lo alto.
¡Felicidades, campeones!