
A la espera de asilo, migrantes haitianos trabajan en la construcción; es todo un reto obtener un empleo en su paso por la frontera, solamente los que tienen sus documentos en regla lo consiguen y en su mayoría en el rubro de la construcción.
En distintos puntos de esta ciudad fronteriza se observa el trabajo que realizan personas de origen haitiano en la albañilería, aunque otros prefieren emprender de diferentes formas, ya sea ofertando platillos típicos de su región, haciendo cortes de pelo y trenzas de cabello.
Empresas solidarias con este segmento de la población migrante, los contratan temporalmente cuando ellos cuentan con los permisos necesarios, mientras esperan su cita para asilo político en los Estados Unidos.
Beken, joven haitiano de 27 años de edad, representa la mano de obra extranjera y llegó para cambiar la imagen de Reynosa, se encuentra laborando bajo los incandescentes rayos del sol en la construcción de unas casas, junto a otros hombres de su país.
“Nosotros estamos aquí aprovechando el trabajo, porque llegamos con poco efectivo, muchos creen que porque venimos de muy lejos tenemos mucho dinero, pero no es así”, dijo mientras armaba unas varillas para los castillos.
Mientras que Peter, otro ciudadano haitiano que tiene apenas dos meses en esta ciudad, señaló que a su llegada a la frontera fue víctima de robo y secuestro, y lo único que está esperando es cruzar legalmente a la unión americana.
Este joven de 32 años de edad, trabaja también en la construcción de un edificio de departamentos, y en entrevista dijo que no quiere tener problemas en la ciudad, simplemente busca el sustento diario para comer y mantener su salud esperando cruzar a los Estados Unidos.
“Nosotros aquí queremos trabajar por el momento, no buscar problemas, en mi país es una situación difícil porque no hay trabajo, mataron al presidente y todo se ha vuelto difícil”, dijo el refugiado en esta frontera.
Afortunadamente ha encontrado un empleo en la construcción, sin importar las pesadas jornadas que implica ese rudo trabajo.
En un recorrido por la zona centro de Reynosa, se pudo constatar que en un edificio ubicado en la calle Morelos con Guadalupe Victoria, un grupo de personas de tez oscura realizan trabajos de albañilería y pintura.
DEMANDA DE MANO DE OBRA
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Reynosa, Guillermo Acebo Salman, comentó en días pasados que la necesidad de mano de obra se cubre con migrantes, tanto varones como mujeres, aparte de que les ayuda a ellos a solventar los gastos en su estancia en Reynosa.
“Los migrantes luchan todos los días por ganarse el recurso para sobrevivir; vemos más personas que se han acogido a programas federales para la legalización de su estancia en México, y poder trabajar con los constructores”, dijo Acebo Salman, dirigente de la CMIC en esta ciudad.
Aunque diariamente se suman más migrantes al trabajo en el ramo de la construcción, actualmente no se tiene un número específico ni un censo, de cuántos extranjeros están trabajando en este rubro.
Ante la demanda de mano de obra en la construcción, la comunidad migrante está siendo aprovechada por los desarrolladores locales, incluso, también hay mujeres con experiencia en la técnica de pegado de la piedra pórfido, la cual no todos la conocen por el tipo de material en mención.
Hablando que esa técnica no existe en Reynosa, solamente en Monterrey, Nuevo León, y es otro nivel técnico con una mejor paga que la construcción.
Asimismo, los migrantes llegan a la ciudad con la esperanza de una vida mejor a la que tenían en su país, y están a la espera una cita para el asilo humanitario y trasladarse a Estados Unidos; mientras tanto, se suman a la actividad económica en Reynosa.
TRABAJAN EN OBRAS DE GOBIERNO
Las calles Aldama, Hidalgo, Matamoros y Bulevar Luis Echeverría, en el centro de Reynosa, son transitadas por migrantes de origen haitiano, y el incremento de extranjeros en esta localidad ha ocasionado que se queden principalmente en el primer cuadro de la ciudad, más cerca del puente internacional y del río Bravo.
Aunque el Ayuntamiento de Reynosa no ha destinado nuevo recurso al Museo del Arte del Ferrocarril, y por ello la obra esta frenada desde hace varios meses, aun así se observan migrantes trabajando en detalles exteriores.
“Sí, en el Museo del Ferrocarril ponemos toda esa piedra y aparte, en el frente ponemos los ladrillos que están en esa casita blanca, en la parte de atrás”, comentó Molele Estinger, un migrante haitiano que fue contratado para trabajar en dicha obra.
Se trata de dos hombres de nacionalidad haitiana, que de acuerdo a miembros de supervisión del proyecto, forman parte de un grupo de extranjeros en tránsito que serán contratados por la empresa que obtenga la licitación para la tercera etapa.
“Unos llegan por su cuenta, solos a buscar trabajo, y otros los traen los contratistas que están ligados a la CTM”, dijo un ingeniero mientras supervisaba una construcción.
POBLACIÓN MIGRANTE SE MANTIENE
A la fecha, el porcentaje de la población migrante en los refugios se ha mantenido estable, confirmó el dirigente de los albergues Senda de Vida I y II, situados en esta franja fronteriza, Héctor Silva de Luna.
En el primer refugio se encuentran 800 personas y en el segundo habitan 950 migrantes, de los cuales, un aproximado de 200 personas que ya tienen cita ante migración norteamericana, cruzan por el puente internacional Benito Juárez (Reynosa-Hidalgo).
Sin embargo, el entrevistado precisó que siguen llegando a esta ciudad entre 400 y 500 personas de distintos países para posteriormente cruzar ‘al otro lado’, en busca de mejores oportunidades para subsistir.
OTROS NO CORREN CON SUERTE
Por otra parte, la Secretaría de Seguridad Pública en Tamaulipas (SSPT), reveló que desde el 1 de octubre del 2022 hasta el 4 de enero del 2024, oficiales de la Guardia Estatal, en coordinación con otras fuerzas de seguridad, realizaron labores conjuntas para el rescate de mil 241 migrantes, de los cuales, 310 eran menores de edad.
Las personas aseguradas fueron de las siguientes nacionalidades: 658 venezolanos, seis chilenos, 141 hondureños, cinco peruanos, 75 guatemaltecos, cinco tayikos (Tayikistán), 66 salvadoreños, tres estadounidenses, 44 ecuatorianos, tres cubanos, 40 nicaragüenses, dos brasileños, 34 mexicanos, un jamaiquino, 28 haitianos, un africano, 26 colombianos, un singapurense, 19 chinos, un kirguís (Kirguistán), 11 kazajos, nueve dominicanos y 62 de origen no identificado.
En el total de los casos, se ha brindado la parte correspondiente al Instituto Nacional de Migración (INM), a fin de brindarles las atenciones necesarias y salvaguardar el cumplimiento de sus Derechos Humanos.
Sin embargo, aquellos extranjeros que llegan a Reynosa y que pretenden cruzar de forma legal, han encontrado la forma de subsistir trabajando en la construcción, de sol a sol.
De alguna manera, parte de la población migrante se ha visto en la necesidad de incorporarse al sector productivo de la ciudad, no sólo con la venta de empanadas o haciendo rastas en la zona centro, sino que han encontrado la manera de obtener un ingreso extra gracias a su esfuerzo.
Algunos instalan negocios de venta de comida, otros deambulan buscando trabajo en la construcción.