
Emprendedores reynosenses han sabido sacarle provecho a Facebook y a la cuarentena, pues por medio de la venta de ropa nueva y usada a través de “en vivos” logran obtener ingresos que muchas veces se convierten en un verdadero apoyo para la golpeada economía familiar.
Desde hace tiempo las redes sociales dejaron de ser solo para entretenimiento y a través de ellas se pueden realizar diversas acciones, y ante esta pandemia que ha provocado desempleo y crisis económica, muchos reynosenses han encontrado una oportunidad de negocio en la venta de ropa a través de “lives” en Facebook.
Antes, estaban reservados solo para famosos, influencers, personas agraciadas físicamente o para quienes querían convertirse en estrellas; ahora es común ver a hombres y mujeres ofreciendo prendas mientras las personas observan y se apresuran a teclear un código para ganar el producto.
Amas de casa, estudiantes y trabajadores utilizan este espacio virtual para, desde su hogar, hacer frente a la mala racha económica o bien, obtener un ingreso extra.
Las ventas de garage o en los tianguis han perdido seguidores, pues ahora es posible “pulguear” a través de la pantalla de la computadora o el celular.
Aunque los “lives” pueden encontrarse en Facebook a cualquier hora del día, es más común topárselos durante la noche, teniendo mayor presencia en el rango de 21:00 a 23:00 horas.
Ya sea desde un perfil personal o por medio de una página, las transmisiones se comparten a través de grupos de ventas, donde algunas clientas ya han sido avisadas previamente por medio de “posts” que indican la fecha y hora de la venta virtual.
Ropa para hombre, para mujer, niños o bebés; además de zapatos, bolsas y accesorios; en todas las tallas, colores y estilos; se puede encontrar lo que busque, pues hay para todos los gustos.
Mucha de esas ventas se realizan con mercancía que provienen de “pacas”, prendas compactadas y empaquetadas, la mayoría de las veces provenientes de la Unión Americana; o bien, es ropa proveniente del closet de la vendedora, denominada “de medio uso”.
Resulta bastante atractivo comprar prendas de esta manera, aunque al verlas solo en una pantalla, existe el riesgo de que no luzca como aparece en el video, sea de otra talla, o se encuentre en malas condiciones.
Sin embargo, debido a la variedad en los costos, que van desde los $5 pesos en adelante, descripciones con la palabra “Remate”y rifas en las que participan quienes compran y compartan la transmisión, lo vuelven casi irresistble.
DE COMPRADORA A VENDEDORA
Con el homme office y las clases en casa, la ropa de oficina y los uniformes escolares se fueron al armario para dar paso a los pants, shorts, playeras, camisetas y ropa cómoda; pero también a cualquiera que pudiera ensuciarse libremente, por aquello de realizar diferentes tipos de actividades al mismo tiempo, y que además, en caso de dañarse, no representara una gran pérdida.
Con tres niños en casa a los que les encanta ensuciarse y a los que constantemente les dejan tareas que involucra el uso de pinturas, plastilina, marcadores y demás, una como madre sabe que, hay cierto tipo de ropa que no deben usar para ello, así que, comprar por medio de “lives” se convirtió en algo casi rutinario.
Hacerlo no implicaba mayor difilcultad que teclear velozmente el código que se indicaba para cada prenda y ganársela a las demás compradoras, esperar el mensaje con el total de la cuenta y, finalmente, acudir a la entrega en el lugar indicado.
Comprar era fácil y vender parecía no representar gran complicación, y la ropa que mis hijos habían dejado de usar a lo largo de varios años, sería la mercancía para ello.
Pero no solo se trataba de hacer la transmisión, antes debía lavar la ropa, seleccionarla y etiquetarla con su código y precio.
Alrededor de las 22:00 horas, que mis hijos dormían inicié el “live”, se conectaron algunas personas y empecé la venta virtual.
Después de mencionar los puntos y horarios de entrega, mostré las prendas, dije la tallas y di a conocer el código.
“Este es un mameluco de tela ‘polar’, talla 2 años, para niña, es afelpado, no está manchado y funciona bien su cierre, quien lo quiera le pone ‘polar 20 pesos’”; las interesadas lo escribían y enseguida debía decir quien era la afortunada ganadora. “Fulanita es tuyo, muchas gracias por tu compra mándame un mensajito para ponernos de acuerdo con la entrega”, decía constantemente en la transmisión.
El “live” terminó como a la media noche y el embolsar y obtener el total de la compra de cada persona se prolongó hasta la madrugada.
La entrega se pactó para un domigo, fueron tres puntos de entrega acordados en diferentes centros comerciales, algunas clientas llegaron puntuales, pero otras ni si quiera se tomaron la molestia de avisar que no asistirían.
Ese fue mi debut y despedida de las ventas por “lives”, sin embargo, hay quienes han hecho de ellas una forma de obtener ingresos.
EMPRENDEDORAS Y MAMÁS
Giovana Orozco es una ama de casa, madre de dos niñas, que ha hecho equipo con su concuña, una maestra que se encuentra de incapacidad
por maternidad y una prima, para dedicarse a las ventas por Facebook.
“Nos animamos a vender porque debido al cierre de puentes internacionales la gente no puede pasar a comprar al otro lado y vimos que mucha vendía por lives”, mencionó.
Tanto ella como Priscila Torres, su concuña, son madres, por lo que deben combinar esta faceta con la de vendedoras, en la búsqueda de mayores ingresos.
Después de adquirir la ropa con un proveedor mexicano, deben planear muy bien sus actividades, pues antes de empezar con su venta hay que organizar las labores del hogar y demás tareas.
“Es algo muy complicado, tengo que recoger mi casa, hacer de comer, ayudarle a las niñas con sus clases y empezar desde temprano a separar la ropa, lavarla y hacer el ‘live’, así que venimos terminando ya muy tarde, no es tan fácil como anunciarte y vender”, explicó.
Dijo que también le ha tocado que en múltiples ocasiones que algunas personas no se presenten a la entrega.
Externó que, tanto ella como su concuña, tenían dudas sobre hacer los “lives”, pues su apariencia las hacía sentir inseguras.
“Estamos gorditas y no nos favorece la cámara y pensábamos que nos iban a hacer un mal comentario, como lo hemos visto en otros ‘lives’ que hay personas que ofenden a las vendedoras, le pensábamos y le pensábamos hasta que, nuestra prima nos dijo que ella lo hacía y ya después lo hizo mi concuña”.
Giovana asegura que, planean continuar vendiendo de esta forma porque han obtenido buenas ganancias y más de lo que esperaban.
SU VIDA ENTRE LAS VENTAS
Los “lives” de Nayedka Rodríguez llaman mucho la atención, pues es una joven que tiene mucha facilidad de palabra, se dirige amablemente hacia sus clientes y además, el sitio que utiliza como escenografía siempre está decorado.
La joven se encuentra en la recta final de la licenciatura en Administración de Empresas y en su tiempo libre se dedica a la venta de ropa y accesorios por Facebook, pero no es una actividad nueva, pues es algo que siempre ha estado presente en su vida.
“Desde muy chica veía como mi mamá vendía productos por catálogo y comida; a mi me llamaba mucho la atención, así que le ayudaba a hacer cuentas y las entregas; cuando yo estaba en la prepa vendía manzanas enchiladas y postres, y cuando pensé que podía desarrollarme más empecé con los accesorios, y ahora que estoy en la universidad lo sigo haciendo y también vendo ropa”, externó.
Para evitar gastos en la renta de un local, un espacio en un tianguis y traslado, ella y su mamá decidieron hacerlo por medio de Facebook, además les permitiría combinarlo con sus actividades como estudiante y trabajadora de maquiladora, respectivamente.
El proceso para la venta es el mismo que realiza Giovana Orozco y se llevan hasta una semana en ello.
Nayedka expresó que, una de las ventajas de hacer un “live” es que, si la venta no está siendo exitosa, se puede dar por terminado y retomarlo después, cuando haya más espectadores.
Mencionó que pueden ser hasta tres horas las que dure la transmisión y eso es lo más cansado, ya que, para el resto de las actividades, la clave es organizarse para “no trabajar doble”.
Pero a pesar de su organización, al final de semestre, cuando hay mayor carga de tareas y trabajos escolares, su labor de ventas se hace más complicada, pues le queda menos tiempo para ello, pero, afortunadamente, dijo, cuenta con clientas muy comprensivas que le permiten entregarles sus pedidos días después de la fecha original.
Nayedka piensa que, lo más importante es no quedarse con las ganas de nada y que si se tiene el deseo de vender no hay que dejar que la pena cause intimidación.
“Si crees que no se te da o no hablas bien en público busca ayuda, quizás un amigo te pude auxiliar; si te gusta, si quieres iniciar, emprender, hacer algo nuevo, inténtalo; no pasa nada si lo intentas”, externó.
SON UN EQUIPO
Cuando a sus papás les quitaron días de trabajo y sus ingresos disminuyeron, Victoria Valdés supo que tenía que hacer algo para ayudarlos, así que se dirigió a su clóset, sacó alguna ropa, platicó con su prima e hizo su primer “live”.
“En un principio yo no quería por la situación de inseguridad que se vive y pues no conoceríamos a las personas que vería y además su papá y yo trabajamos, pero ella dijo que acomodaría los horarios y dije ‘bueno, sólo será uno’, pero no esperábamos que tuviera tanto éxito”, expresó Claudia Olivo, mamá de Victoria.
El dinero recaudado se lo dio a guardar, ya que quería invertirlo en ropa para continuar vendiendo, por lo que sus padres se dieron cuenta de que realmente tenía la inquietud de dedicarse a ello y la apoyaron con una cantidad adicional para la compra.
Fue así que Victoria, junto a su prima Erika Olvera y su amiga Aleyda Hernández, hicieron una página en Facebook llamada “Mis Ventas” y cada semana realizan un “live” que les ha dejado muy buenos ingresos.
Claudia afirma que es “el detrás de cámaras” y que, además, ella o su esposo las acompañan a hacer todas las entregas, pero a pesar de su apoyo, les dejó en claro que la prioridad son sus estudios.
Por eso, antes de programar alguna transmisión se reúnen para ver su carga de tareas, si es mucha, lo cambian para otro día; y si alguna no puede participar se encarga de monitorear la página de Facebook.
“Antes pensaba que era bien fácil, pero ahora que lo hacemos nosotras me doy cuenta de que es mucho trabajo; hay que acomodar la ropa, hacer el “en vivo”, hacer las cuentas, embolsar, mandar mensajes y hacer la entrega”, dijo la mamá de Victoria.
Las jóvenes ahora tienen clientas que siguen cada una de sus transmisiones y piden ser “etiquetadas” al iniciar para no perderse ni un minuto.
“Desde que hicimos la pagina tuve mucha fe en que tendríamos éxito y estamos muy agradecidas con todas las personas que nos compran, nosotras no somos nada si no es por los clientes, por eso acostumbramos darles un regalito, porque hemos crecido gracias a ellos”, expresó Victoria.
Todas ellas coinciden en que continuarán con la venta de ropa de forma virtual mientras siga siendo un buen negocio que puedan combinar con el resto de sus actividades.