“¡No supe lo que pasó!, ¡no fue fuga de gas, no olía a gas, ni nada de eso! ¡Yo fui el único que salí de ahí, todos los demás se quedaron prensados!”, fueron las palabras del ortodoncista Leobardo Garza Martínez, uno de los sobrevivientes del estallido. Se salvó de morir porque en ese momento iba subiendo por la escalera.
“En el consultorio dental de la orilla había dos personas arriba y dos en la planta baja. Nada más vengo los jueves a trabajar con mi asistente, quien salió en camilla junto con mi paciente.
“Abajo estaba el doctor Sigifredo Hernández, dueño del consultorio, y otro paciente llamado Mario Mendoza, empleado de una compañía que trabaja para Pemex”, señaló el testigo a media hora de la explosión que ensordeció al sector poniente, en un centro comercial del fraccionamiento Colinas del Pedregal que alberga 12 negocios de diversos giros.
“Fue como una bomba, así estruendoso. Mis piernas aguantaron, pero el tobillo se me dobló un poco. Había como seis locales de aquel lado, Fide (CFE), Sushi y una compañía (de aires acondicionados). Probablemente son unas 15 o 20 personas las que se encontraban aquí”, decía Leobardo.
GRITOS Y DESOLACIÓN
Eran las 12:42 horas cuando comenzaron a propagarse las alertas de los cuerpos de emergencia. Un colosal incidente acababa de ocurrir en la ciudad, tras la detonación y posterior derrumbe de un edificio entero.
Llantos, gritos y desesperación fueron las primeras escenas que se observaron en el lugar de la tragedia, situado sobre el boulevard Hidalgo y muy cerca de la Procuraduría General de la República.
El caos se apoderó de la zona a medida que cientos de personas arribaron para observar lo que estaba ocurriendo. El tráfico se paralizó y elementos de diferentes corporaciones de seguridad (Marina, Ejército, Policía Federal y Bomberos) acordonaron el área, mientras las ambulancias de la Cruz Roja Mexicana se abrían camino para sacar a los heridos.
Decenas de vecinos se asomaron espantados de sus casas; los cristales y paredes de los negocios y viviendas contiguas fueron destrozados por la onda expansiva, al igual que los vehículos que estaban enfrente estacionados.
Poco a poco los sobrevivientes, quienes eran clientes y trabajadores en la plaza comercial Colinas, comenzaron a salir por su propio pie. Los más afortunados sólo tenían golpes en el rostro y lesiones mínimas y fueron apoyados por grupos de socorristas, algunos de los cuales llevaron perros de rescate.
El horror estaba a la vista de todos, pues no había lugar en el que no se miraran los escombros; debajo de ellos emanaban los gritos perturbadores de las personas atrapadas.
Conforme iban transcurriendo los minutos la exasperación se profundizaba porque hacía falta maquinaria y equipo para buscar sobrevivientes. Camiones de volteo, grúas y restroexcavadoras llegaron para apoyar en las tareas de auxilio.
Ensangrentados, hombres y mujeres fueron sacados en estado crítico de lo que quedó de los locales comerciales y trasladados los más graves al hospital de zona del Seguro Social; la noticia ya estaba en las estaciones de radio, periódicos en línea y redes sociales, y llegaba una vorágine de gente en busca de sus seres queridos.
ACONTECIMIENTO
Cuenta personal del IMSS en Reynosa que desde aquella sangrienta balacera del 17 de febrero del año 2009, que en la Unidad de Urgencias no se veía un operativo de emergencia tan grande como el que acaba de registrarse el jueves 15 de mayo. Cinco años después.
Más de cuarenta asistentes entre médicos, enfermeros, camilleros y especialistas diversos se coordinaron en el acceso para recibir a los heridos (transportados uno por cada ambulancia).
Y es que en este nosocomio fueron ingresadas 15 personas, cuatro de ellas en estado de gravedad. Entre los pacientes más críticos se encontraban Israel Martínez, Cindy Caballero Pérez y su pequeño hijo, Dilan Martínez Caballero, de seis meses de edad, quien resultó con quemaduras del 45 por ciento de su cuerpo.
Fueron momentos de nerviosismo y apremio, porque se hablaba de decenas de lesionados, al mismo tiempo que comenzó a llegar un gran número de personas preguntando angustiadas por sus familiares.
Las ambulancias tuvieron incluso que hacer cola para poder dejar a los heridos. Así paulatinamente fueron hospitalizados Lucina Morales (fractura de cadera), Zeidi Hernández Hernández, José Guadalupe Tirado (fractura de pierna), Antonia Robledo, Gloria Rodríguez Rivera, Alberto Ramírez Avendaño, Mircha Riestra, Alberto Torres, Alejandro Soto Martínez, Mario Mendoza Torres, Saraí Pérez Ramírez y Vanessa Cordera.
De los 15 lesionados que ingresaban la mayoría estaban conscientes, pero algunos presentaban serias cortadas, quemaduras y traumatismos óseos.
Para brindar apoyo llegó Maki Ortiz, presidenta de la Comisión de Salud en el Senado de la República de la República. Ofreció coordinar las tareas de apoyo a nivel nacional para trasladar a los afectados en caso de así requerirse.
También participaron estudiantes de la Universidad Valle de México (UVM), personal del Sistema DIF Reynosa, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de la IV Jurisdicción Sanitaria.
A no ser por una urgencia, los familiares de las pacientes internados por otra causa distinta al accidente de Colinas del Pedregal, fueron desalojados hacia una de las alas del acceso de urgencias, mientras éstos miraron atónitos cómo iban bajando a los heridos.
ESTUVO DESAPARECIDO
Uno de los momentos más complicados llegó cuando la familia de Alan Alanís Barbosa, empleado de de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comprobó que el joven de 25 años no se encontraba entre la lista de hospitalizados.
Tampoco había sido encontrado en el lugar de los hechos y todos sus parientes estallaron en lágrimas.
Desesperados aguardaban a ver si llegaba en alguna de las unidades de emergencia con Alan a bordo, pero conforme transcurría el tiempo esto no ocurrió y se marcharon.
De acuerdo con uno de los operadores de la Cruz Roja, que ayudó en el traslado de los heridos, fueron muchas las personas atrapadas entre los escombros, por lo que el operativo de emergencia montado en el Seguro Social se prolongó durante todo el día.
Entretanto el Gobierno del Tamaulipas daba a conocer el jueves por la tarde que ya había decesos confirmados, uno de los cuales estaba confirmado, era el del trabajador de la Comisión.
Hasta lo que se supo -al cierre de esta edición- en el Seguro Social se encontraban varios pacientes graves por esta explosión, pero ninguno fallecido.
Dos de ellos ya habían sido trasladados a otras clínicas: con quemaduras de seriedad Cindy Caballero Pérez tuvo que ser llevada a Ciudad Victoria, mientras que Mario Hernández (el paciente del consultorio dental) fue recogido por una ambulancia para ingresarlo al Hospital Santander.
Después se confirmó que el doctor Sigifredo Hernández, quien lo atendía en el momento de la explosión, era una de las víctimas fatales. El tercer nombre lo completó Ada Lizeth Silva Torres, empleada de uno de los negocios.
Entre los lesionados que también habrían llevados a otras unidades hospitalarias se encuentran: Basilio Morales, Moisés Hernández, Rosa María Del Ángel Rosas, Concepción Hernández Del Ángel y Leonardo García.
En tanto que el 15 de mayo de 2014 será recordado en Reynosa como un día de catástrofe y desolación; de destrucción y tristeza, por una terrible explosión de la que nadie sabe a ciencia cierta cómo se originó.
Se refuerza teoría de fuga de gas
Por Jaime Jiménez
Después del siniestro que sembró pánico en la ciudad de Reynosa, los peritos de la Procuraduría General de la República en coordinación con otras corporaciones continúan realizando las investigaciones en la plaza comercial, ubicada en la entrada a Residencial el Pedregal.
En el lugar de los escombros elementos de la secretaría de Defensa Nacional (Sedena) custodiaban el peritaje donde se presenció personal de Protección Civil, Policía Ministerial del Estado, así como elementos de la Policía Estatal Acreditable y Tránsito Local.
Cabe destacar que hasta el momento no hay información de lo que ocasionara aquella onda explosiva durante el estallido, que se presume fue ocasionado por una fuga de gas en un negocio dedicado a la venta de comida oriental.
Peritos de la Policía Federal Ministerial, que arribaron ayer a esta ciudad, para realizar las investigaciones por la explosión y derrumbe de aproximadamente cuatro locales de la Plaza Comercial Valle del Vergel.
En dicho lugar las autoridades presentes localizaron líneas de gas en pésimas condiciones, las estufas y parrillas de la cocina del restaurante mencionado donde se presume que se originó la explosión, cabe destacar que las líneas de gas lucían diversos parches de cinta de aislar color negra (eléctrica).
Los elementos de Servicios Periciales dependientes de la Procuraduría General de República, (PGR) instalaron una zona segura, para inspeccionar todo lo que había en la cocina del restaurante oriental, que se presume fue de donde se originó la explosión por acumulamiento de gas.
Por su parte el titular de la Policía Ministerial del Estado, Pedro Sosa, dijo que aun no hay resultados de las indagaciones de los hechos, pero el personal autorizado espera pronto se tenga una respuesta para explicar el origen de este aterrador acontecimiento.
Por su parte el titular de la coordinación regional de Protección Civil, Manuel Barella, dijo que aun no se tiene conocimiento de cuánto tiempo se lleven las investigaciones por parte de la Procuraduría General de la República.
Despiden a Sigifredo
Por Paola Almaraz
En un ambiente lleno de dolor y consternación se efectuó la incineración del cirujano dentista, Sigifredo Hernández Torres, quien perdiera la vida ayer en la vida en la explosión de la plaza comercial.
Embargados por la tristeza sus padres, hermanas y amigos velaron sus restos en funeraria Valle de la Paz del bulevar Morelos.
El profesionista de 43 años de edad murió al derribarse su consultorio dental a causa de una explosión por una presunta acumulación de gas.
Su madre la señora Elia Torres Bermúdez de 71 años dijo que su hijo era su ángel y que dejó a una menor de 8 años.
“Era todo para nosotros, siempre fue un buen hijo, hermano, padre y amigo. Mi hijo era muy bueno, mi hijo no debería de haber muerto”, dijo entre lagrimas.
Añadió: “Mi hijo era muy dedicado sus pacientes, ya que era responsable, una buena persona sin vicios”.
Entre sollozos comentó que Sigifredo era el único varón de cuarto de cinco hijos y quien estaba al pendiente de ellos.
“Los locales que se convirtieron en escombros era lo único que teníamos, no estaban asegurados. Queremos vender la casa para irnos a otro lugar aquí ya no tenemos nada ni a mi hijo. Tenemos miedo por la inseguridad y por eso queremos irnos a vivir a otra parte”, compartió.
Por su parte su padre, el señor Sigifredo Hernández exigió a las autoridades se responsabilice a los culpables de este lamentable hecho que dejo enlutadas a tres familias de esta ciudad, además de los 16 lesionados.
“Queremos que investiguen a fondo lo que pasó en ese lugar. Es muy difícil perder a un hijo de esa forma, queremos saber que fue realmente lo que pasó ahí. La vida de mi hijo no me la van a recuperar pero necesitamos el apoyo porque somos unas personas grandes y enfermas”, externó.
A las 19:30 horas se ofrecerá una misa en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad en la colonia Aztlán por el descanso eterno de Sigifredo.
Y el día después… convoy de helicópteros
Por Jaime Jiménez
Atemprana hora surcaron el cielo de Reynosa más de 10 helicópteros de la Procuraduría General de la República (PGR) y causando sorpresa y alarma entre la población, pues nunca en los anales de la historia habían visto tantas aeronaves juntas.
Los primeros en asombrarse fueron los elementos de los diferentes cuerpos policiacos de Reynosa que mantienen cercado la zona de la explosión en el centro comercial de la avenida Boulevard Hidalgo.
El ensordecedor ruido de los helicópteros Bell 212 llamó la atención de los presentes quienes pudieron observar al menos 10 helicópteros en color blanco con matrícula que pertenece a la Procuraduría General de la República, aeronaves que pasaron a un lado de la plaza comercial Valle del Vergel.
El convoy de helicópteros de color blanco que salvaguardaban el cielo del perímetro de la ciudad, captó la atención de la población, ya que los sobrevuelos duraron más de 3 horas.
Decenas de personas que se encontraban cerca del lugar colapsado, dijeron ser empleados de una mueblería quienes llegaron desde muy temprano para realizar una limpieza en el negocio, pero para su asombro fue ver este intenso patrullaje aéreo.
Pero la alarma sacudió a la gran mayoría de las habitantes de Reynosa, debido a que la aeronaves sobrevolaron por espacio de 3 horas diferentes puntos de la ciudad causando asombro y terror hasta que finalmente los helicópteros se enfilaron con destino al aeropuerto donde aterrizaron y fueron colocados en batería.
Otros más comentaron que se trataba del traslado de varios agentes especializados en seguridad pertenecientes a un grupo elite de la Policía Federal Preventiva que venían a reforzar la seguridad en Reynosa.
Algunos pensaron que se trataba de una nueva Estrategia de Seguridad para el municipio, tal y como lo propuso en días anteriores el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, mediante una visita a esta ciudad.
Un elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional, dijo que ignoraba a quien pertenecieran estas aeronaves, mientras sobrevolaban la zona del desastre ocurrido el día de ayer a mediodía.
Cabe mencionar que precisamente cuando el aparatoso patrullaje aéreo, comitivas de la Secretaria de la Defensa Nacional, Policía Federal, realizaron grandes movimiento operarios por tierra, en las mismas zonas del siniestro y sectores aledaños para recabar evidencias en torno al origen de la explosión.