
En pleno siglo XXI aún existen profesores que aplican viejos métodos para castigar a los alumnos que no cumplen con sus obligaciones. Tal es caso de una maestra que puso “orejas de burro” a cinco alumnos de quinto grado en la escuela primaria “Escudo Nacional”, como una forma de castigarlos por no exponer un tema en clase.
Lo preocupante que es tanto estudiantes como padres de familia, ya tenían conocimiento de la acción que emprendería la profesora, si el alumnado hacía caso omiso a la encomienda.
La presunta responsable de este acto que ha sido calificado por algunos padres de familia como un abuso, es la maestra Indira Rodríguez, quien decidió exhibir a los niños castigados en el foro del centro educativo en horas de recreo.
Esta acción indignó a los padres de familia, quienes expusieron su queja al director del plantel, Rodolfo Herrera Vázquez.
Beatriz Adriana Lira López, madre de Adriana (una de las castigadas), aseguró sentir coraje por la humillación de que fue objeto su hija.
“Yo fui a la hora del recreo y vi que tenían a mi hija en el foro con las ‘orejas de burro’, imagínese si no me va a dar coraje que los demás niños se estén burlando de ella”, manifestó.
Molesta por el hecho, la madre de familia exigió a la profesora una explicación, por lo que la maestra le dijo que ese era un método que se usaba antes como forma de reprender a quien no hiciera caso en la escuela.
“Yo le pedí me dijera por qué lo había hecho y me dijo: ‘Primero porque su hija no trae las tareas, porque no cumple con lo que se encarga’. Yo le respondí que no tenía por qué ponerle las orejas de burro, que la castigara de otra manera menos de eso; que eso que hizo es bullying”.
La madre de familia relató que la profesora intentó justificar su decisión relatándose que hace años se aplicaban castigos mucho más severos, como hincar a los niños sobre unas fichas o hacerlos cargar ladrillos durante varias horas.
Incluso la maestra le aseguró que más allá de los reclamos de los padres, ella seguirá aplicando estos castigos, pues son los únicos que le funcionan.
Luego del suceso ocurrido a su hija y a cuatro niños más, Beatriz Adriana desconfió del programa escuelas de tiempo completo, ya que los niños permanecerán más tiempo en las aulas de clases y desconoce cómo serán tratados.
“Si así los tratan no me quiero imaginar cuando lleguen a estar más tiempo en la escuela, qué más van hacer con ellos, cuando no nos damos cuenta cómo los tratan, por eso yo no estoy de acuerdo”, mencionó.
La madre de familia cuestionó a las autoridades educativas por colocar frente a un grupo a maestros que no están capacitados para hacerlo.
“Yo le pido a la Secretaría de Educación que ponga atención en los maestros y también que vean si están realmente preparados para dar clases, porque no es justo que traten así a los niños, porque se está abusando de ellos”, refirió.
‘SE PASO POQUITO’
El director de la escuela, Rodolfo Herrera Vázquez, aseguró que tanto él como los padres de familia ya sabían del “correctivo” que la maestra impondría a los alumnos que no cumplieran con sus tareas.
Aseguró que en lo personal habló con la profesora para advertirle de las consecuencias que tendría exhibir con “orejas de burro” a sus alumnos.
“Yo hable con ella y le hicimos saber que esa estrategia no podía aplicarse; yo reprobaba la acción, pero la maestra tenía que buscar la manera de que los alumnos participaran en clases”, dijo.
Y agregó: “Yo creo que el trabajo que hace la maestra en el grupo es excelente, independientemente de la opinión que tengan de ella los padres de familia; porque siendo honesto, ellos (los papás) nunca vienen a decirnos qué bueno que hicieron esto, que bueno que hicieron lo otro, siempre ven lo negativo”.
Las madres de familia pidieron la destitución de Indira Rodríguez, pero el director del plantel dijo que este incidente no es un motivo verdaderamente fuerte para que ella deje de trabajar en la escuela.
Sin embargo, también reprobó este tipo de castigos.
“La maestra supo desde un principio el riesgo que llevaba, pero como ella dijo: puso dos opciones y el niño escogió, entonces tenía que cumplir porque si no después ya no harían caso, por eso digo yo que la acción que hubo no es para despedirse, además no estamos en los tiempos para despedir maestros”, precisó.
CRITICAN, PERO NO HACEN NADA
Martín Gil Escobedo, coordinador de seguridad escolar precisó que la época de este tipo de castigos ya quedó atrás, por lo que reprobó los hechos en la escuela primaria “Escudo Nacional”.
“Ahorita estamos con la reforma integral en la educación básica que habla de una educación humanista donde al niño se le considera como un todo y debe de ser atendido en todas sus esferas; por eso el castigo que puso la maestra es antipedagógico”, dijo.
Agregó: “Esto viene siendo un bullying, porque es un maltrato psicológico y nosotros tenemos que ser congruentes con nuestras actividades diarias como docentes; porque para poder ofrecer una educación de calidad necesitamos mejorar nuestras prácticas docentes”.
Fue claro al decir que en estos tiempos maltratar a un niño es delicado.
“Los niños merecen todo nuestro respeto y también nuestra atención y para respetar a nuestros niños tenemos que ser congruentes y seguro estoy que los menores lo que menos necesitan son intimidaciones ni agresiones psicológicas”, sentenció.
Gil Escobedo recordó que los maestros que aplican este tipo de castigos pueden ser sancionados de acuerdo a la ley.
“El acuerdo 96 que regula el funcionamiento de las escuelas tienen claramente especificado cual es la función de los docentes y la Ley de Educación en Tamaulipas puntualiza que el docente también puede recibir sanciones que puede afectarle para tener ascensos”, dijo.
Por último, el funcionario mencionó que el maestro también es humano y no es perfecto y que está sujeto también a cometer errores.
“Como todos, lo maestros también se equivocan y no dudamos que estas prácticas producto de las sinergias o falta de planeación en los grupos los llevan a cometer errores, por eso invitamos a los docentes para que sean sensibles en la función que desarrollamos y hacer un trabajo humano y atendiendo de forma integral las capacidades de los niños”, finalizó.
Sin embargo, más allá de las opiniones y las condenas oficiales, al final los niños se quedaron humillados, los padres molestos y la maestra con su empleo.