
Enfrentar la enfermedad de un ser querido es una situación difícil económica, física y emocionalmente, en especial cuando éste requiere ser internado, ya que en la mayoría de las ocasiones la hospitalización implica para sus allegados hambre, desvelos, largas esperas y preocupaciones al interior o a la intemperie de los centros de salud.
Afortunadamente en Reynosa existe un lugar que ofrece ayuda a estas personas; se trata del albergue “Nuestra Señora de Guadalupe“ de las Promotoras Sociales Voluntarias del IMSS, un espacio que lamentablemente es desconocido y desaprovechado por la población.
Enclavado en la calle Cuauhtémoc, número 208, de la colonia Hidalgo, el albergue es un espacio que brinda techo, cama, agua caliente y productos de limpieza a los huéspedes, así como una sala y cocina para que hagan uso de ellas.
Guadalupe González de Ruyan, es la coordinadora del albergue, quien junto a Conchita García López, Martha Figueroa, Lupita García de Ramos y Juanita Rodríguez, se han convertido en la mano amiga que sostiene a decenas de personas, foráneas o locales, que necesitan de apoyo en momentos críticos.
“Aquí la función, el objetivo de este albergue es dar, atender, recibir a los familiares de las personas que están hospitalizados foráneos e inclusive que viven aquí en Reynosa y que está retirada la colonia y que no pueden ir o que esto va a implicar un gasto por sus pasajes, entonces, les decimos: váyase al albergue”, mencionó.
El lugar les brinda un espacio en donde descansar, algunos bocadillos y un poco de despensa; no obstante, la gente puede traer sus alimentos y cocinarlos en el albergue o incluso ponerse de acuerdo con otros huéspedes para comprar víveres.
“Aquí no se les da de comer. Nosotros les compramos aquí a las personas los productos de limpieza, traemos ciertamente despensas. Cuando son personas que tardan mucho, como que ya se hacen de la familia y aquí ya se organizan ellos para hacer comidas y todo pero en sí, no le vamos a decir mentiras no se les da comida. Ellos si traen algo aquí lo calientan”, dijo la coordinadora.
Nuestra Señora de Guadalupe de las Promotoras Sociales Voluntarias del IMSS, solicita una cuota de 20 pesos por persona al día, sin embargo, cuando el individuo no cuenta con el recurso para cubrirla puede acceder de manera gratuita.
“Ciertamente nosotros les decimos, es una cuota de 20 pesos pero si no puedes, no lo des pero haz uso de ese albergue porque es lo que nosotros queremos, nosotros trabajamos para servirles para que se apoyen en esto”, mencionó González de Ruyan.
El albergue, cuenta con dos áreas de dormitorios, una de hombres y otra de mujeres, cada una con sanitarios y baños, sala, comedor, cocina y patio.
El inmueble fue construido hace 20 años, pero no fue hasta hace 18 cuando comenzó a operar y desde ese momento se ha buscado la mejoría constante del mismo para tratar de hacer sentir a las personas como si estuvieran en su propia casa.
La última adquisición del albergue fue un boiler, que se logró comprar a través de actividades y esfuerzos, con el único fin de que los huéspedes no pasen frío en la reciente temporada invernal.
“Ahorita precisamente con las actividades que hemos tenido les compramos el boiler, compramos una bomba de agua porque esa era la escasez de aquí, nosotros pensando en la gente que viene para que no batallara y el boiler porque se venía esta temporada de frío, para que no batallara”, comentó.
MUCHAS NECESIDADES
La ejemplar labor del albergue es una actividad caritativa que, como la mayoría, requiere del apoyo de la sociedad para continuar, pues los recursos económicos y humanos cada vez son más escasos.
Recientemente, el patronato de Nuestra Señora de Guadalupe invitó a los medios de comunicación a una rueda de prensa en el que se les pidió difundir su mensaje: la necesidad de voluntarios, ayuda monetaria y artículos en especie.
“Pues lo que nosotros necesitamos es principalmente el elemento humano porque ya somos tres o cuatro y ya va de salida una y eso nos preocupa mucho porque nosotros queremos seguir sirviendo, igual queremos que sea menos pesado, entre más es mejor porque nos coordinamos mejor”, indicó la coordinadora, quien junto a Conchita García López fungen como bienhechoras, recolectando la ayuda económica o de todo tipo que la gente les otorga y lo materializan en artículos para la casa.
En ocasiones, la gente que solicita posada no cuenta siquiera con cambios de ropa, por lo que el albergue les proporciona también prendas de vestir, por tal motivo le piden a la ciudadanía los apoyen con estos artículos, así como toda clase de donativos.
“Aquí hemos recibido desde ropa, todo lo que nos den porque aquí viene gente que no trae a lo mejor ropa y bueno pues ahí hay, si no traen toalla, pues aquí se les proporciona toalla, cobijas, se les da su cama. Voluntarios, lo que nos puedan dar, nosotros estamos abiertos y dispuestos a recibirlo desde despensas donativos, lo que sea es bueno”, dijo González de Ruyan.
Otro inconveniente por el que atraviesa el albergue es que es prácticamente desconocido, pues son pocas personas las que tienen conocimiento de éste, por lo que no es de sorprenderse que en ocasiones no exista ni una sola persona haciendo uso de sus instalaciones.
Doña Guadalupe González y las cuatro integrantes más del patronato, quienes también representan la nueva mesa directiva, tratan de dar a conocer el centro a través de volantes y con el apoyo de Sofía Guerrero, trabajadora social del IMSS que canaliza a los familiares de los internos de la clínica al albergue.
“Queremos que la gente venga, igual que las personas que están con sus familiares que sepan que hay un albergue, que ellos pueden hacer uso de él, donde aquí se les va a atender bien, nada más es cuestión de que se animen. Queremos que se dé a conocer que hay un lugar donde los familiares pueden hacer uso de él, que no piensen que están solos. Que hay un grupo de personas que tenemos el interés y el amor por ayudarles y extenderles las manos”, comentó la coordinadora.
Aunque la población siempre es flotante, actualmente Nuestra Señora de Guadalupe hospeda a sólo una familia, a pesar de que tiene capacidad para atender a 24 personas a la vez.
Anteriormente, cuando la clínica del IMSS ofrecía quimioterapias, el albergue llegó a contar hasta con 40 personas, sin embargo, cuando el hospital quitó ese servicio, la población del centro disminuyó considerablemente.
De acuerdo a las integrantes del patronato, la inseguridad también ha propiciado que el número de huéspedes disminuya, pues mucha gente ha preferido ya no dirigirse a Reynosa para atenderse.
“Ahorita precisamente ha bajado. Nosotros anduvimos investigando porque empezamos a ver que empezó a bajar e investigamos y precisamente la trabajadora social, Sofía Guerrero, dijo que no han cumplido con sus citas, no vienen. Porque venían de Camargo, venían de Mier, de acá de Alemán, entonces precisamente ha bajado la asistencia“, dijo la coordinadora.
Nuestra Señora de Guadalupe Voluntarias del IMSS, más que un albergue es una luz de ayuda que vislumbran familiares de enfermos en los momentos de oscuridad. La labor de estas mujeres que ni siquiera son derechohabientes del IMSS son todo un ejemplo de que cuando se quiere apoyar a los más necesitados, sólo se necesita voluntad y esfuerzo.