
En el marco del Día Mundial de la Concienciación del Autismo, se lleva a cabo la lucha no solo por lograr una completa inclusión, sino también por entender dicha condición y alejarla de los mitos y la desinformación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños padece algún trastorno del espectro autista, mientras que, en México, se estima en 1 por cada 115; y en Estados Unidos la escala es de 1 menor con autismo por cada 36.
Por ello es que autoridades de varios rubros, asociaciones, instituciones y organismos realizan múltiples acciones para concientizar a la ciudadanía sobre él, derribar los mitos y otorgar información adecuada.
Sin embargo, aún existe mucha desinformación al respecto y para los padres de niños que recién son diagnosticados con dicha condición, en algunas ocasiones, el camino para llegar a un diagnóstico adecuado es largo y difícil.
La licenciada en Psicología, Anna Karen Bohórquez García, quien además cuenta con un diplomado en el Abordaje Integral del Autismo, explicó que “es una alteración del neurodesarrollo en la que pueden presentarse deficiencias tanto en la comunicación con los demás, como en la interacción social”.
Explicó que los autistas tienen un pensamiento peculiar que puede llegar a ser rígido e inflexible, así como un patrón de comportamiento atípico y repetitivo.
Sin embargo, indicó que más que considerar al autismo como un trastorno o discapacidad, lo más validado actualmente es verlo como una condición que forma parte de la diversidad neurodiversa, es decir, una variante legítima de la condición humana que no debe ser considerada como una enfermedad.
“Esta perspectiva se basa en la idea de la aceptación de la neurodiversidad, promoviendo la inclusión y el respeto hacia todas las formas de funcionamiento cerebral”, apuntó.
ATENCIÓN A LAS SEÑALES
La experta mencionó que en los niños de dos a tres años, puede manifestarse de diversas formas, tales como retrasos en el desarrollo del lenguaje, dificultades en la interacción social y comportamientos repetitivos, lo cual, la mayoría de las veces es detectado por los padres.
Algunos niños pueden no responder cuando se les llame por su nombre o presentar dificultades para seguir instrucciones, además de preferir un juego en solitario, en lugar de interactuar con otros pequeños.
Un rasgo característico puede ser el no mantener contacto visual, no expresar sus emociones o entender las de los demás, y parecer distantes o desinteresados en las personas a su alrededor.
Bohórquez García también dijo que, se puede incluir el alinear objetos, repetir frases o movimientos específicos, así como resistirse a los cambios en la rutina.
EL PAPEL DE LOS PADRES
Regularmente, los papás de los pequeños son los primeros en detectar esta condición debido a la interacción y convivencia diaria, y es común que se sientan confundidos, con muchas dudas al respecto y sin saber a dónde acudir o qué hacer.
“Deben dirigirse con un psicólogo infantil, un neurólogo pediátrico o un pediatra del desarrollo, para que le hagan una evaluación al menor”, exhortó.
Para ello, dijo se puede acudir al Centro de Rehabilitación Integral (CRI), y a algunos otros centros particulares que trabajan con dicho diagnóstico.
“Requieren programas multidisciplinarios personalizados que incluyan apoyo terapéutico para ayudarles a participar en el aprendizaje; además, necesitan entornos predecibles estructurados y altos niveles de rutina, junto a contenidos de aprendizaje e interacción social”, comentó.
DESCUBRIENDO EL AUTISMO
Tania Segovia es madre de un pequeño de seis años, diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y retraso del lenguaje y compartió cómo fue el camino para llegar a su diagnóstico y atención.
Recordó que, el que tuviera dos años y no hablara como otros niños de su edad, fue la primera alerta, pero pensaron que quizás se debía a que no convivía con más niños, al estar en pandemia y además, que él sea hijo único.
Pero aún con eso, en su interior “sabía que había algo más”, pues también acostumbraba a taparse los oídos y a experimentar molestia con algunos sonidos.
Platicó que en ese tiempo, una amiga cuyo hijo también es autista, le recomendó llevarlo a revisión con un profesional, lo cual motivó a Tania buscar la consulta del pediatra, quien los remitió con un neurólogo.
“Luego de hacernos varias preguntas que debíamos responder con ‘sí’ o ‘no’ me dijo: ‘su hijo tiene autismo’, así fríamente, como si te dijeran ‘tienes gripa’”, externó la madre de familia.
Tras ello, su niño fue referido a terapias de lenguaje y ocupacional, que afirma, le ayudaron mucho, pero tras un año fue citado nuevamente a consulta y tras una ronda de preguntas similares elaboradas por el médico, el diagnóstico cambió: “su hijo no tiene autismo, llévelo a la guardería para que conviva con más niños”, le dijo el experto.
Al no estar convencida buscó una segunda opinión y después de varios meses ella y su hijo fueron atendidos por un nuevo especialista y posteriormente por una psicóloga, quien en diciembre del 2023 le dio el diagnóstico certero: autismo nivel 1, con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), y retraso del lenguaje.
Tania reconoce que fue complicado para ella asumir la condición de su hijo, y que incluso, entró en depresión por varios meses.
“No sabes con quién hablar, a quién contarle y que te pueda dar un buen consejo. Cuando mi hijo entró a terapias, conocí muchas mamis en la misma situación en la que me encontraba, y hablando con ellas, pude tener un hombro donde apoyarme, porque ¿quién mejor que otra mami o papi de un niño autista que te pueda entender a la perfección?”, manifestó.
Recordó que era complicado salir con su hijo de compras o a comer, pues por su hiperactividad grita o corre, y la gente los veía con cara de molestia, lo cual la afectaba mucho, pero eso quedó atrás.
“Ahora ya no me importa si nos miran feo o no, mi hijo tiene derecho a salir y a disfrutar fuera de casa también; el tiempo me ha enseñado a ser más dura y fuerte para mí hijo, porque si yo no le ofrezco esa fortaleza, ¿quién lo hará?”, compartió.
Esta mamá de un niño autista dejó como mensaje a los padres de familia, que ante cualquier duda sobre la salud de sus hijos, acudan con un especialista.
“No lo dejen para mañana, y si el diagnóstico del especialista no les convence, busquen otra opinión pero no lo dejen pasar. Mi hijo ha mejorado muchísimo, antes solo decía tres palabras y hoy orgullosamente puedo decir que, aparte de saber el abecedario en inglés y español, vocales, y números en ambos idiomas también, sabe más de 150 palabras”, declaró.
Dejó en claro que ahora entiende que no debe comparar a su hijo con otros niños, pues además, todos aprenden a ritmos diferentes.
“Ya entendí que no todos los niños son iguales, ahora sé que todos van a su ritmo, y que con amor y dedicación pueden llegar muy lejos. Amo a mi hijo azul, me ha enseñado a ser una madre entregada a él”, manifestó.
CONCIENCIACIÓN
Desde instituciones educativas y de salud, hasta organizaciones civiles y asociaciones, se realizan diversas acciones para crear conciencia entre las personas; una de las primeras fue la designación del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo en el 2007, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La finalidad es la de “reafirmar y promover la plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas autistas en igualdad de condiciones con las demás”.
Instituciones como la Universidad México Americana del Norte (UMAN), llevó a cabo diversas actividades en la Unidad La Cima, a cargo de estudiantes de las carreras de Educación Inicial y Psicología, tales como la presentación de un cortometraje, carteles, dinámicas, entre otras.
Por su parte, la asociación Familias TEA Reynosa realizó una caravana que recorrió diversas calles de la ciudad en colaboración con el Sistema DIF Reynosa, y diversos centros psicológicos.
Fomentan mayor empatía
Por Clarissa Grimaldo
La asociación Familias TEA Reynosa, presidida por la doctora Dulce Alba, organizó la segunda edición de la ‘Caravana para la Concienciación del Autismo’, evento que reunió a cientos de ciudadanos que se sumaron a la causa.
El propósito de este recorrido surge desde la pregunta: “¿Qué es el autismo?”. Dulce Alba asegura que aún sigue existiendo desinformación respecto a la condición de personas neurodivergentes.
“Hay mucha gente que ni siquiera conoce qué es el autismo, y quienes lo han escuchado, tienen una idea errónea de lo que en verdad es”, compartió la entrevistada.
La cita para este recorrido fue el 7 de abril, donde el primer lugar de encuentro fue el estacionamiento del parque Adolfo López Mateos a las 12:30 horas, varios de ellos vestían camisas azules y estampados con el logo de Familias TEA.
A las 15:00 horas, el bulevar Hidalgo se llenó de vida con el comienzo del recorrido desde la parte baja. Con un ritmo pausado, los participantes de la caravana se dirigieron hacia el Auditorio Municipal en la colonia Vista Hermosa, siendo este el último tramo de su trayecto.
Reynosa se vistió de color azul, con globos y carteles adornando los vehículos, cada uno compartió mensajes conmovedores como: “El autismo no es una discapacidad, sino una condición de vida”, y “Usamos azul por amor, respeto e inclusión”.