El lo crea y ella los pinta. La meta de la pequeña Karla es reunir el dinero para comprar un equipo de cómputo para hacer sus tareas en el regreso a clases.
El esquema de clases a distancia ha tomado por sorpresa a muchas familias que no cuentan con la tecnología ni con los recursos para adquirirla, y aunque el gobierno anunció que se llegará al alumnado por televisión abierta, el tener una computadora se ha vuelto una necesidad ante la nueva realidad.
Aunado a eso, hay quienes han visto afectada su situación económica a raíz de la contingencia por el Covid-19; con el cierre de algunos negocios y bajas ventas en otros, muchos se han quedado sin trabajo o han sufrido la disminución de sus ingresos.
Karla Damaris, es una pequeña de nueve años que vive en Matamoros con su familia integrada por su madre, que se desempeña como maestra de primaria; su papá, que hace trabajos de electricidad y algo de herrería y su hermanito, que cursa el nivel preescolar.
Ella, consciente de la realidad que la rodea y de sus necesidades, tuvo la idea de realizar una actividad que le permitiera obtener ingresos para comprar una computadora para sus próximas clases, pues en unos días más, ingresará a cuarto de primaria en la escuela “Hermenegildo Galeana”.
“Ella tiene esa mentalidad, como de emprendedora, ella siempre ha pensado que si algo no se ocupa y está bueno lo podemos vender y así hemos hecho ventas de garage; ella ha vendido también golosinas entre los amigos y vecinos de la cuadra y quería vender bollos, pero se le ocurrió que para ganar un poquito más y más rápido podía hacer asadores”, platicó Mónica Pérez Quintero, mamá de Karla.
El abuelito de Karla y su papá hacen trabajos de herrería, aunque no se dedican de lleno a ello, así que al observarlos fue que la niña tuvo la idea de iniciar la venta de asadores, además, hacer una “carnita asada” es una tradición en muchos hogares fronterizos.
El ciclo escolar anterior fue de muchos cambios y adaptación, Karla terminó el año realizando tareas con dificultad, pues aunque en casa cuentan con una computadora, su mamá dice que está muy viejita y que ya está “en tiempos extras”, además debido a la sobre carga de uso, pues ella es maestra y la utiliza para su trabajo y para las tareas del hermanito menor, “ya está en las últimas”.
“Nos comunicábamos por mensajes, llamadas y WhatsApp con su maestro, pero en sí batallamos mucho, por eso tomamos la decisión de comprar una y ella se preocupó de que completáramos y no gastáramos mucho, así que quiso ayudar y así ha sido, pues mi esposo los hace y ella solo los limpia y los pinta”, detalló Mónica.
Como maestra entiende las dos caras de la moneda: la postura de los docentes y de los
estudiantes y su familia.
Sabe que los maestros buscan que los alumnos aprendan a pesar de la situación que se vive y de sus limitaciones tecnológicas, por eso está consciente de que debe tenerse empatía.
“Entendemos y sabemos que existen muchas carencias y limitaciones en las familias para que esta modalidad pueda resultar exitosa, sinceramente no creo que pueda lograrse lo que se tiene planeado aunque ahora ya anunciaron que las clases van a ser por televisión, sin embargo, las computadoras y el Internet son importantes; yo espero que de alguna u otra forma mis alumnos puedan acceder a Internet aunque sea una vez por semana y con los que no, trabajaremos más empáticamente, nos ponemos en su lugar porque sabemos que se vive una situación difícil”, externó la madre de familia y también maestra.
RESPUESTA INESPERADA
Mónica acepta que nunca esperaron volverse “virales” y que su publicación causara tal impacto, pues dice se han comunicado con ella desde lugares como Nuevo León, Jalisco, Sinaloa, Querétaro, Quintana Roo y Estados Unidos.
Debido a la lejanía de estos sitios no es posible satisfacer las demandas, y por eso, algunas personas han optado por hacerles llegar donaciones para sumarse a la causa.
“No podemos creer que nos sigan de tantos lugares , desde el primer día que se publicó nos encargaron asadores, hay gente que pide de a dos y estamos trabajando a marchas forzadas, gracias a Dios tenemos muchos por entregar”, platicó.
Dijo que a pesar de eso aún no logran reunir el dinero, pero que no pierde la esperanza de poder alcanzar la meta.
“Hemos estado viendo y están un poquito elevados los precios, visitamos lugares donde tienen computadoras accesibles de medio uso así que si no completamos una nueva compraremos una usada”, dijo Mónica.
Karla Damaris, según su mamá, se puso muy contenta cuando supo sobre la respuesta de la gente, dijo que, se emocionó tanto que llegó a las lágrimas, “es muy emocional”, comentó.
También dijo que es muy nerviosa y que le gana la risa cuando lo está, lo cual se pudo constatar durante la entrevista, pero después de algunos minutos, la niña de nueve años en muy pocas palabras, expresó estar muy contenta y dijo que espera pronto poder comprar su computadora.
“Les pido que me apoyen para poder lograr esta meta”, expresó la niña.
Las creaciones de su papá que son pintadas por la pequeña Karla, son anunciadas a través del Facebook de su madre quien puede ser encontrada como Mónica Pérez, donde publica fotografías de los asadores que se ofertan en 300, 400 y 450 pesos.