Madres y padres de familia explican los motivos por los cuales están a favor de enviar sus niños a las escuelas, considerando ante todo la salud mental de los menores y la necesidad de adaptarse a la nueva normalidad.
Tras la ausencia en las aulas escolares a lo largo de un año y medio, muchos bajo encierro por la pandemia, las clases presenciales empiezan a hacerse una realidad en Tamaulipas. Este 30 de agosto iniciaron actividades 45 planteles en los municipios en Fase 1, autorizados por las autoridades escolares, lo cual es visto como positivo por algunos padres de familia de Reynosa.
Algunos niños y jóvenes de primaria y secundaria ya habían regresado a diversos colegios de Reynosa desde el pasado 23 de agosto, por lo que junto con sus padres son los primeros en experimentar la “nueva normalidad” académica, viviendo la pandemia con los protocolos establecidos en casa y escuela para evitar ser presa del SARS-CoV-2.
Sin embargo, con el más reciente boletín informativo de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, que determina impedir las clases presenciales en municipios en Fase 2, algunos colegios reynosenses que actualmente tienen clases híbridas, podrían quedarse por un tiempo solo con clases remotas.
El tan llevado y traído tema nacional sobre todo en los últimos meses parece haber desembocado en el consenso de los gobiernos federal y la mayoría de los estatales de poner fin al abandono de las aulas, en forma voluntaria y paulatina.
La subsecretaria de Educación Básica en el estado, Magdalena Moreno Ortiz informó que unos 23 mil estudiantes y mil 499 trabajadores de la educación iniciaron el lunes 30 de agosto el retorno a las aulas.
Esto pese a que a nivel federal Tamaulipas está en rojo en el semáforo epidemiológico, al menos hasta el 5 de septiembre. Los municipios para las clases presenciales son: Burgos, Bustamante, Casas, Cruillas, Güémez, Guerrero, Gustavo Díaz Ordaz, Hidalgo, Jiménez, Mainero, Méndez, Mier, Miquihuana, Nuevo Morelos, Ocampo, Palmillas, San Carlos, San Nicolás y Villagrán.
Originalmente las autoridades habían planeado que regresan de manera presencial 482 escuelas de educación básica que se encuentran ubicadas en 19 municipios que corresponden a fase 2, pero el viernes 27 de agosto cambió de parecer.
A nivel mundial el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de la ONU, apoya el regreso a clases. Con motivo del regreso a las aulas en algunos países de América del Sur el organismo compartió recientemente en sus redes sociales:
“Este es el primer día de vuelta al colegio de Laura (6 años) de Brasil, desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Millones de niñas y niños en todo el mundo han sufrido interrupciones en su educación durante más de 1 año. Esto no puede continuar. Debemos reabrir las escuelas de manera segura lo más pronto posible”.
Hora Cero dialogó con madres y padres de familia de niños en edad escolar que avalan la medida, quienes expusieron sus motivos y razones por las que consideran oportuno el retorno a los planteles educativos, como lo viene pregonando desde hace meses el presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el consenso de los entrevistados, el punto por el cual apoyan las clases presenciales es la salud mental de sus hijos, quienes aseguran, ya presentaban alteraciones en su comportamiento, ansiedad e incluso en algunos casos depresión por el encierro.
Esto se contrapone con los argumentos de otros padres de familia que se oponen a la medida de volver a las aulas y prefieren que sigan tomando las clases en línea.
EL PORQUÉ APOYAN
VOLVER AL COLEGIO
Sanjuanita es una joven madre de familia que labora en la gerencia de una maquiladora. Ella vio como un alivio para su niña Zoe, de 7 años, el retorno a clases al Colegio Mexicano desde el pasado lunes 23 de agosto.
“No crea que lo digo porque me libero de ella, o porque ya no tendré que estar con ella en las clases en línea, claro que seguiremos, las clases serán híbridas, una semana irá a clases, con medio grupo, ocho niños, y otra semana será clases en línea, e irá la otra mitad del grupo.
“No, mi aprobación y decisión de llevarla es por su salud, por su salud mental, porque ya era mucho encierro, porque mi hija ya estaba con ansiedad, desesperada, y porque sé que con el debido cuidado tanto nosotros como nuestros niños tenemos que enfrentar y vivir esta nueva realidad”, comenta Sanjuanita a Hora Cero.
La madre de familia que es gerente en el Departamento de Seguridad Higiene y Medio Ambiente en la empresa donde labora, dice que ya estaba preocupada por el comportamiento de su niña durante el encierro por la pandemia, sobre todo cuando comenzó a morderse las uñas y a experimentar otras manifestaciones de ansiedad.
“A nosotras nos llegó la pandemia cuando Zoe estaba en tercero de kínder, de hecho su graduación fue ya con protocolo especial, una caravana de autos, ella con cubrebocas, yo sin poder bajarme de la camioneta, una enfermera que le tomó la temperatura en el colegio, ella que se baja solo para recibir su diploma y vámonos. Si acaso ahí le tomaron una foto.
“Pasa a primer año, y todo el año con clases en línea. Hoy acaba de iniciar el segundo grado de primaria y ya la noto cambiada, contenta, me enseña las tareas, me dice cómo la pasaron y cómo se está cuidando, al igual que sus compañeros”, comenta la entrevistada.
Esmeralda Molina también es madre de un niño del Colegio Mexicano, y de la misma forma avala el retorno a las clases presenciales de su hijo Yuthiel, quien a sus 7 años cursa el segundo grado de primaria.
“Mis motivos para estar de acuerdo con el regreso a clases presenciales son varios, pero te podría decir que en este tiempo en el que mi hijo ha estado en casa, ya un año y medio, noté en él alteraciones en su comportamiento, no podía dormir, tenía ansiedad y comenzó a comer en demasía”.
“Se llevaba a su cuarto galletas, nutella, pese a que ya hubiera cenado…, mantequilla de maní, comida, postres y llegó a guardar la comida en el closet y hasta entre los juguetes. Naturalmente esto era por el encierro”.
Esmeralda quien es oficinista y publicista refiere que su pequeño hijo es muy sociable, en el colegio solía participar en clases extras y diversas actividades, así como practicar natación y beisbol.
“Por eso el encierro le estaba afectando mucho, le estaba afectando en su salud mental, de hecho desde kínder mi hijo era de puro 10 y al tomar las clases en línea bajó a 9”.
Esmeralda dice confiar en los protocolos del colegio al que asiste su hijo porque recientemente, junto con varios compañeros participó en un campamento de verano durante un mes, de lunes a viernes, el cual se desarrolló en las instalaciones del plantel, al aire libre, con todas las medidas de seguridad y con buenos resultados.
La madre de familia dice que la efectiva comunicación que tienen los padres de familia con el colegio también les da confianza, además que plantel educativo y familia del estudiante son corresponsables en la salud y cuidado de los niños.
“El protocolo que establecemos es que los niños se checan en casa al salir, llevan cubrebocas seguros y otros de repuesto. Llevan gel antibacterial y puntual información para su cuidado; en el colegio hay filtros, hay gel, todas las áreas son desinfectadas, hay personal de salud, hay solo 7 u ocho alumnos que van una semana, y otro grupo va otra. Hay señalamientos para la sana distancia y los maestros y el personal en general está capacitado.
“La cafetería del colegio está cerrada, los niños están instruidos que solo pueden comerse su lonche, almuerzo que llevan de casa, en todo el colegio hay sana distancia y maestros, trabajadores y alumnos tienen que portar el cubrebocas mientras estén allí”.
Un padre de familia de un alumno de 10 años del colegio Esmeralda de Reynosa, coincidió con las dos madres de familia, y argumentó que muchos niños se están adaptando a esta nueva normalidad, por lo que no hay que tenerlos en el encierro, sino, con precaución, sacarlos a las circunstancias que hoy imperan en el mundo.
“Muchas veces vemos a menores en la playa, en el súper, se les ve en fiestas, en actividades al aire libre, ¿entonces porqué no podemos llevarlos a la escuela, donde son educados y donde los directivos y maestros ya han establecido protocolos?
“Además, se supone que nosotros, en casa, los estamos educando y advirtiendo de los peligros de este mal y la forma precisa en la que pueden evitar ser contagiados”, refirió el entrevistado.
Una madre de familia de una escuela pública de la localidad dijo que su hija de ocho años, quien va a tercer grado de primaria está desesperada porque tiene un año y medio sin ir a clases.
“Por unos momentos se vio agresiva, se le cayó el pelo, se vio con depresión por el prolongado encierro. Pero a estas alturas mi esposo y yo dijimos, ´si sigue encerrada al igual que su hermanito de 10 años, van a ser más vulnerables, no tendrán defensas y se enfermarán hasta de un catarro, entonces, con el debido cuidado estamos de acuerdo en que ya el 30 de agosto regresen los dos a clases presenciales”.
La señora Rocío Ahidé González, madre de unos gemelos –hombre y mujer- que cursan primaria en el colegio Reynosa, comenta que su niña tuvo alteraciones emocionales durante el encierro.
“La cuata hasta se corto el pelo, por la desesperación, eso fue al principio, pero como mi esposo por su trabajo interactúa con mucha gente dijimos, sí se puede, sí se puede salir adelante con el debido cuidado, y desde hace meses decidimos salir del encierro, incluyendo los niños.
“En esta nueva normalidad no podemos quedarnos cruzados de brazos, vamos a reuniones, al súper, incluso a convivios, tenemos que vivir, cuidándonos, entonces no veo porqué no puedan regresar al colegio, si ahí, como en casa y a donde quiera que van, hay protocolos, hay seguridad”, dijo.
AUTORIDADES GARANTIZAN
SEGURIDAD EN EDIFICIOS
Cabe señalar que las autoridades educativas decidieron que los niños y jóvenes regresaran a las aulas mediante un proceso que será de forma segura, progresiva y voluntaria.
La SET dijo que previo a tomar la decisión se realizó un análisis profundo del estado, los semáforos epidemiológicos y las condiciones de cada uno de los municipios; así como por la comunicación con diferentes sectores de la sociedad; destacando que la salud de los tamaulipecos es la prioridad.
Los aspectos que la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación acordaron para que los estudiantes regresen a las aulas son: que las condiciones epidemiológicas lo permitan, el distintivo de Escuela Segura, la respuesta a la convocatoria de las escuelas, y que se cuenta en cada una con un RIMS (Responsable de la Implementación de las Medidas Sanitarias).
En su momento, la secretaria de salud del Estado Gloria Molina Gamboa dio a conocer las circunstancias que implicarían una suspensión de las clases: si se presentan dos casos Covid en un salón éste suspenderá labores, solo si hay dos salones con dos o más casos o si algún profesor o administrativo resulta contagiado se cerrará la escuela; en cualquiera de las circunstancias el cierre será por 14 días, reanudándose labores el día 15.
El secretario de Educación, Mario Gómez Monroy, expresó que “estamos viviendo una nueva realidad, una que llegó para quedarse, en este sentido tenemos que responder por nuestras niñas y por nuestros niños, los factores socioemocionales y la brecha de conocimiento están siendo muy delicados por lo que tenemos que regresar ya a los salones de clases”.
Sin embargo, el retorno a clases se da en un contexto adverso, semejante al que ha prevalecido en distintos lapsos de la pandemia. Actualmente Tamaulipas vive la tercera ola de Covid-19, con semáforo epidemiológico en rojo, anaranjado y amarillo en varios municipios, con récord de contagios diarios en el estado y justo cuando los casos de jóvenes y niños infectados siguen registrándose en la entidad, incluso con decesos.
A principios de la última semana de agosto, las autoridades educativas planearon que unos 300 mil alumnos de 920 escuelas regresaran a clases presenciales, incluyendo 433 escuelas en los municipios con semáforo epidemiológico en rojo y naranja.
El secretario de Educación en Tamaulipas, Mario Gómez Monroy, dijo en aquellos días que las condiciones están garantizadas para prevenir el contagio de casos Covid-19, y que los niños tendrán que pasar tres filtros sanitarios, primero en el hogar donde los padres tendrán que monitorear la salud de los menores, el segundo será en el ingreso a los planteles educativos y el tercer filtro será en el salón de clases.
“Son casi mil escuelas incluyendo las privadas, hablamos del 30 por ciento de la población estudiantil, …hablamos de 300 mil alumnos”, dijo Gómez Monroy en rueda de prensa celebrada el jueves 26 de agosto en Ciudad Victoria.
Los planteles primarias y secundarias habían externado en forma voluntaria sus deseos de regresar a las clases presenciales ante la Secretaría de Educación de Tamaulipas.
El martes 24 de agosto, la subsecretaria de Educación Básica Magdalena Moreno Ortiz, dijo que los planteles educativos se registraron de manera voluntaria en la SET, en un principio fueron sobre todo instituciones privadas pero para el jueves se sumaron también centenas de públicas.
Sin embargo, dadas las condiciones de la pandemia y tras un análisis de los alcances de la situación, La Secretaría de Educación Pública determinó el viernes 27 de agosto que las escuelas de nivel básico, medio superior y superior de los municipios que actualmente se encuentran en fase 1 no podrán regresar a clases presenciales el lunes 30 de agosto.
El 25 de agosto la Secretaría de Salud tamaulipeca informó que ese día se registró la cifra más alta de contagios diarios por Covid con 740 nuevos casos.
Ante este pico, las autoridades de salud reiteraron a la población el llamado para que modifiquen hábitos y conductas como el saludo de mano, abrazo o beso, las fiestas y las reuniones sociales para tratar de avanzar hacia la nueva normalidad.
POR ALEJANDRO SALAS y BEATRIZ FLORES