
En el sur de México se avista una tumultuosa caravana de extranjeros que se dirige a los Estados Unidos denominada la ‘tercera ola’. Tan sólo en Tapachula, Chiapas, hay alrededor de 100 mil que se encuentran varados. Los activistas que atienden este fenómeno en la frontera norte advierten que ahora mismo la infraestructura para recibirlos no es suficiente, por la carencia de espacio e insumos para su asistencia.
La nueva ola migratoria –que se prevé atraviese el país este 2023– ya causa estragos en la zona baja de la nación y lo mismo podría generar un impacto de proporciones mayúsculas en la frontera norte de México, donde miles de extranjeros han llegado a instalarse en refugios e incluso en campamentos en las calles, lotes baldíos o casas abandonadas, mientras esperan cruzar a la Unión Americana, por medio de la plataforma digital CBP One, instaurada por el gobierno norteamericano para los solicitantes de asilo.
Los extranjeros, en su mayoría originarios de Venezuela y Haití, seguidos de las naciones centroamericanas, arriban principalmente a ciudades como Matamoros, Reynosa, Piedras Negras, Acuña y Ciudad Juárez, donde en estos momentos no existe la capacidad para atender a los desplazados, ya que son cantidades desmesuradas de personas como las oleadas que años anteriores ingresaron caminando hasta tocar la frontera.
En estos recientes flujos, llegó desde Honduras Oscar Leyva, quien busca un permiso humanitario para pasar al territorio Yankee, donde lo primero que dijo, hará, será buscar un trabajo para sustentar a su familia que dejó en su tierra natal.
Reveló que la discriminación y la violencia de las pandillas lo obligaron a buscar otros horizontes al norte del continente.
“Nosotros queremos cruzar México de una forma legal para no tener problemas con pandillas, ni cárteles ni nada de eso; hacerlo bien, por lo que nos dijeron que nos iban a atender. Nosotros tenemos una semana haciendo fila, porque si no nos agarran y nos deportan a nuestro país”, expresó.
Mientras tanto algunos iniciaron de manera informal su propio negocio, generalmente en la calle Hidalgo de la zona Centro de Reynosa, encontrando una manera temporal de ganarse la vida.
“No tenemos un trabajo estable, a veces salimos a la plaza. Hace poco me gané 500 pesos, no es mucho, pero tenemos que trabajar por nuestros hijos”, comentó la haitiana Naphtalie Boileau, de 24 años mientras trenzaba el pelo de una mexicana.
Otro de los inmigrantes es el cubano Juan Carlos, quien manifestó que intenta conseguir un permiso mediante la solicitud de asilo político a través de la aplicación de CBP One (con la que Estados Unidos procesa estos casos).
COMPLICADA SITUACIÓN
EN LOS ALBERGUES
El vaivén de los migrantes se observa claramente al exterior de los refugios. A todas horas del día los taxis llegan repletos de extranjeros.
Por su color de piel, su estatura y su acento es posible darse cuenta que no son mexicanos, pero están aquí por un objetivo, llegar a los Estados Unidos y conseguir una mejor calidad de vida después de exponerse a varios peligros.
La mayoría de los internos en las casas del migrante tienden su ropa en bardas. Aunque hay servicio de comedor algunos cocinan sus alimentos que acostumbran a comer en su país de origen y calientan sus bebidas en asadores que funcionan con carbón.
Pero esta situación en ciudades como Reynosa cada vez se complica más para conseguir la solvencia que pueda ayudar a los casi 4 mil 600 que permanecen en los albergues Senda de Vida I y II en este municipio cerca al río Bravo.
A la fecha son organismos nacionales e internacionales como Médicos Sin Fronteras los que han estado asistiendo a los refugiados.
“Estamos muy agradecidos con la ayuda que nos están brindando las iglesias y el resto de las personas que están colaborando con esta noble causa y esperemos que lo sigan haciendo como hasta ahora en bien de todas aquellas personas, mujeres, niños y hombres que tenemos albergados”, dijo el reverendo Héctor Silva, dirigente de este centro migratorio.
Destacó el activista que durante más de veinte años se hace todo lo posible para proporcionarles comida, ropa y lo que está dentro de las posibilidades.
“Los refugios de migrantes continúan estando a su máxima capacidad incluidos los demás que también brindan servicio a los migrantes y que operan en distintos sectores de la ciudad”, indicó Silva.
Admitió que la situación es realmente difícil y se trata de salir adelante con el importante apoyo de la población, organizaciones, “todos unidos por una sola causa: ayudar a los migrantes”, refirió.
Sin embargo, reconoció que son millares los extranjeros que ya se encuentran varados en la ciudad, sin considerar los que llegarán en la ‘tercera ola’.
“Y hay otros, posiblemente más de 10 mil que están instalados por diferentes rumbos de la geografía municipal, al no haber alcanzado lugar en los albergues existentes”, añadió.
FLUJOS DE MIGRANTES
Durante el mes de mayo hubo un aumento significativo de inmigrantes a Reynosa y Matamoros. Las personas solicitantes tenían la expectativa de ingreso a la Unión Americana antes de finalizar la aplicación del Título 42 y en anticipación a las medidas más severas del Título 8, que incluye deportaciones a su país de origen de forma directa y la imposición de castigos de hasta cinco años para no ingresar a territorio estadounidense.
Es por esto que para junio de este año el número de encuentros de migración irregular en Estados Unidos descendió, aunque en México registró un ligero repunte el cual, de acuerdo con los especialistas, aumentará en los últimos meses de 2023.
Los cambios en la dinámica del sistema CBP One también influyeron en los flujos migratorios, pues pasaron de ser 740 citas por día a mil solicitudes en el mes de mayo, mil 250 registros en junio y un incremento a mil 450 para julio en este 2023, de acuerdo con datos oficiales de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
CONSULTAS MÉDICAS
DE ATENCIÓN PRIMARIA
En respuesta a este panorama, personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha mantenido las consultas de atención directa primaria, salud mental y soporte psicosocial a través de clínicas fijas en el albergue Senda de Vida 2 en Reynosa y en el campamento del bordo del río Bravo en Matamoros, además de clínica psicosocial móvil en seis lugares en Reynosa y tres puntos en Matamoros donde hay concentración de población en contexto de movilidad.
En esos espacios mencionados y durante el segundo trimestre del año 2023, los expertos en salud brindaron 6 mil 256 consultas de las cuales mil 351 fueron a menores de 5 años; es decir que el 21.6 por ciento fueron niñas y niños de primera infancia.
Las principales afectaciones fueron infección respiratoria del tracto superior, diarreas y complicaciones en la piel, a diferencia de la mayor diversidad de diagnósticos arrojados por mayores de 5 años como infecciones urinarias, hipertensión y condiciones cutáneas, músculo-esqueléticas y otros diagnósticos.
VIOLENCIA SEXUAL
También se identificaron 26 casos de sobrevivientes de abusos (VS) a menores a seis meses que requerían intervención médica con Kit PEP6, es decir que fueron eventos recientes, de los cuales la mayoría fue contra mujeres de entre 18 a 45 años.
Por otra parte, en las consultas en salud mental y apoyo psicosocial (Smaps) se realizaron 624 atenciones de salud mental, de las cuales 332 fueron iniciales y 292 seguimientos. Se incluyen 60 tratamientos de abordaje o con necesidades de medicamento psiquiátrico.
Además de 275 actividades grupales dirigidas a psicoeducación, consejería o grupos psicoterapéuticos.
NACIONALIDADES ATENDIDAS
Venezuela, Haití, México y Honduras son los principales países de origen de las personas que fueron consultadas. Los inmigrantes de Chile y Brasil son principalmente descendientes de haitianos; sin embargo, la diversidad de nacionalidades es amplia y generalmente latina, identificando también a personas de Europa, África y Asia.
Cabe destacar que los integrantes de MSF no realizan búsqueda activa ni registros exhaustivos de casos de protección: “El testimonio de nuestros pacientes y nuestros equipos merece ser compartido, pues contribuye a entender la dura situación de inseguridad que viven las personas durante su ruta migrante”, explicó Esteban Montaño Vásquez, vocero de la organización en México y América Central.
Asimismo, se han identificado 65 casos de violencia en contexto de movilidad, contabilizando 188 sobrevivientes de estos eventos.
Esto representa un incremento del 45 por ciento con respecto a lo reportado en el trimestre enero-marzo. Un 97 por ciento de los casos son de violencia múltiple, en los cuales se identifican los siguientes delitos: secuestro (hecho y tentativa) (33 casos totales). Principalmente en ruta de autobús al llegar o transitar por Reynosa. Además de extorsión, violencia sexual, violencia física, tortura, amenazas y homicidios según los testimonios.
De violencia sexual (19 casos totales). De los secuestros ocurridos el 47 por ciento se produjo en Reynosa, mientras que en la ruta sur de México el 26 por ciento; un 21 por ciento en Matamoros (durmiendo en carpas y en lugares de renta) y en la selva del Darién (10 por ciento). Los plagios se clasificaron en hombres en 15 por ciento y 85 por ciento a mujeres, tres de ellas estando embarazadas.
Otras violencias documentadas en el segundo trimestre de 2023 fueron las físicas (19 casos), testimonios de desaparición (4 casos), violación a derechos humanos (7 casos), abuso de autoridad.
Como una asistencia de emergencia, Médicos Sin Fronteras ha brindado en Reynosa 340 mil 300 litros de agua bebible y 24 baños portátiles.
Además el organismo advirtió que durante este año las ondas de calor sobrepasaron los 42 grados centígrados en la región, afectando directamente a la población migrante.
Ante todos estos escenarios los activistas en la frontera advirtieron que la nueva ola migratoria, que podría extenderse en la frontera norte de México supone un grave problema por la limitada infraestructura para brindar alojamiento y servicios a los miles que se desplazan hacia este sector.