
Con apenas 33 años de vida, María Guadalupe Hernández de la Cruz se ha convertido en una guerrera contra el cáncer de mama, ya que con una inmensa fe en Dios, actitud positiva y el apoyo de su familia, sigue luchando contra este mal que aqueja a mujeres cada vez más jóvenes.
Esta historia comenzó en el año 2007, cuando a María Guadalupe le fue detectada una “bolita” en la axila. En ese entonces el diagnóstico de los médicos en el Estado de Veracruz, de donde es originaria, señalaba que era solamente grasa.
Meses después apareció un nuevo absceso pero ahora en uno de los senos, en esa ocasión acudió al Instituto Mexicano del Seguro Social donde le mandaron hacer varios estudios, sin embargo jamás acudió a conocer los resultados.
A principios del año 2010, durante el embarazo de su tercer hijo, el tumor creció, al parecer por la segregación de hormonas durante la gestación.
Antes de cumplir los siete meses de embarazo, los médicos decidieron practicarle una biopsia debido a que el tamaño del tumor seguía creciendo, fue en ese momento cuando le detectaron el cáncer de mama.
“El tumor estaba grandísimo y tenía llagas alrededor del pezón, además de secreción y dolores intensos. En un principio jamás sentí una molestia, por eso dicen que el cáncer es un padecimiento silencioso”, mencionó.
Recordó que ante lo riesgoso de su padecimiento y el grado de gestación avanzada, los doctores analizaban la posibilidad de practicarle un legrado para no poner en riesgo su vida.
“Yo deseaba a mi bebé, pero los médicos me decían que era muy riesgoso para ambos, recuerdo que solamente le pedí Dios que hiciera su voluntad y milagrosamente al día siguiente los doctores cambiaron de opinión y decidieron intervenirme para hacerme la cesárea y salvar a mi hijo”, explicó al borde de las lágrimas al recordar que la vida de su pequeño estuvo en peligro.
Emanuel nació a los siete meses de gestación, los doctores tenían el temor de que el producto se hubiese afectado por el cáncer que padece su madre, sin embargo para sorpresa del cuerpo médico del Hospital General, el “bebé valiente” (como lo llamaban las enfermeras) ni siquiera necesitó la incubadora al momento de nacer.
“Mi hijo es todo un guerrero, los doctores se mostraron muy sorprendidos de que no necesitó los cuidados que normalmente requieren los bebés de siete meses, demostró que deseaba aferrarse a la vida para ser otra de mis fuerzas ante esta enfermedad”, indicó.
Aunque ha sido difícil por la situación económica que viven hasta el momento, la familia de María Guadalupe ha sabido lidiar con la enfermedad y los gastos que conlleva.
Al no contar con Seguro Social, esta joven madre es apoyada mediante el Seguro Popular recibiendo la atención en el Hospital General de Reynosa.
“Afortunadamente por medio del Seguro Popular entré al programa de Gastos Catastróficos donde me apoyan con los gastos del tratamiento y las quimioterapias, de otra forma sería más difícil todavía”, comentó.
UNA FE MAS FUERTE QUE EL CÁNCER
A casi un año de que le fuera diagnosticado el cáncer, la fe de María Guadalupe y su familia ha crecido siendo más poderosa que la misma enfermedad.
“He confiado en un Dios todopoderoso que me ayuda a salir adelante, además la fortaleza que me da mi familia es más grande que esta enfermedad”, señaló.
María Guadalupe aseguró que ha tomado este padecimiento como algo que tenía que pasar en su vida, como una prueba del destino.
“Algunas veces me deprimo y me entra un gran temor cuando pienso en mis hijos, porque no sé cuándo pueda empeorar mi enfermedad y vaya a dejar a tres pequeños que no tienen ninguna culpa”, dijo.
También reconoció que en ocasiones se siente insegura o “poca cosa” por tener solo un seno, pero añadió que Dios la fortalece mediante las oraciones que hace junto con su familia.
“Prácticamente despierto con otra realidad distinta más positiva y sintiéndome más mujer que nunca, en la Biblia dice que somos joyas preciosas para el Señor, que nos compró con su sangre preciosa y somos especiales para él, eso me anima mucho a salir adelante”, indicó.
Cuando se siente triste recuerda que existen personas que están más graves que ella, ya que los tratamientos son muy agresivos y debilitan al paciente o incluso algunas personas ni siquiera reciben la atención médica por falta de recursos o medios para obtenerla.
“Tengo que agradecer mucho el apoyo que he recibido de parte de todos los doctores de la Clínica de Mama en el Hospital General, siempre me han dado su apoyo total para salir adelante con esta enfermedad”, dijo.
Ante estos padecimientos es de suma importancia recibir el apoyo de toda la familia.
“El apoyo de la pareja es vital, no por el hecho de tener cáncer ya no sirves para nada, servimos y valemos mucho por ello merecemos todo el respeto y la comprensión”, dijo María Guadalupe y añadió que ha conocido casos de personas con este padecimiento que son abandonadas por sus parejas e hijos.
Afortunadamente cuenta con el apoyo incondicional de su esposo Juan Manuel Martínez, quien le ayuda a salir adelante, además de sus hijos y familiares.
NECESITA APOYO ECONOMICO
María Guadalupe comenzará el tratamiento de quimioterapia en los próximos días, sin embargo estas terapias son en Ciudad Victoria y los recursos económicos en la familia son escasos.
Su esposo Juan Manuel trabaja vendiendo nieves naturales por la ciudad y eventualmente realiza trabajos de carpintería para mantener a su familia.
“A mediados de junio tengo que estar acudiendo a Ciudad Victoria, las terapias serán de lunes a viernes, solamente descansaría sábado y domingo. Será complicado porque necesitamos pagar la estancia y los pasajes”, comentó.
La pareja está viendo la posibilidad de quedarse en la capital mientras concluyen las quimioterapias, sin embargo hasta ahora el recurso económico es insuficiente, por lo que están buscando la forma de recaudar fondos mediante actividades para solventar los gastos.
Afortunadamente para los tratamientos recibidos hasta ahora ha recibido el apoyo del Seguro Popular con en el programa de gastos catastróficos, se encarga de pagar desde la cirugía hasta tratamientos.
RECOMENDACIÓN IMPORTANTE
María Guadalupe, es madre de Milca de diez años, Osiel de siete años y Emanuel de apenas diez meses de edad y recomendó a todas las mujeres que se realicen la autoexploración mensualmente y en caso de detectar alguna anomalía acudir de inmediato al médico.
“Es importante que se atiendan a tiempo, en mi caso me enfoque más a mis hijos y deje que pasara el tiempo, pero nosotras también somos importantes para en un futuro velar por ellos”, dijo.
Añadió que no se deben de dejar para después cosas tan importantes como la salud, primeramente estar bien y estar sanos para poder ver por los demás.
“Algunas veces pienso como sería la situación si me hubiera tratado desde un principio, posiblemente no me habrían quitado el seno y el tratamiento no fuera tan fuerte”, expresó.
Por eso es muy importante tener pleno conocimiento de nuestro cuerpo, ya que al observar o palpar algo anormal hay que acudir inmediatamente al médico para ser atendidas.
Lamentablemente todavía existen muchos tabúes que no permiten a las mujeres acercarse a las instituciones médicas y solicitar la atención precisa para detectar este tipo de casos.
EL CANCER EN CIFRAS
El cáncer de mama en esta frontera ocupa más del 30 por ciento de consultas en el área de Oncología en el Hospital General de Reynosa
La jefa de este departamento, Virginia Martínez, dio a conocer que este padecimiento ocupa el segundo lugar de mortalidad entre mujeres a nivel mundial seguido de enfermedades cardiovasculares.
A nivel nacional día con día se aumenta la frecuencia de esta enfermedad, pues de todos los cánceres que se atienden el 37 por ciento corresponde al de mama.
Sin embargo la preocupación es que en Tamaulipas ocupa el quinto lugar en frecuencia a nivel nacional.
Explicó que existen cuatro etapas en el cáncer. La primera etapa es la temprana cuando todavía no hay ganglios, la dos y tres es cuando el tumor comienza a crecer considerablemente y la última es cuando se presenta la afección a otros órganos.
Señaló que específicamente en el Hospital General de Reynosa se cumple la regla de más del 30 por ciento de cáncer de mama, además de ser el número uno en consulta de Oncología.
“Las estadísticas son alarmantes, la mayoría de los pacientes llegan en la segunda etapa de cáncer aproximadamente un 40 por ciento, en la primera etapa solamente el dos por ciento, y la etapa número cuatro que es incurable pertenece al 14 por ciento de los pacientes aquí atendidos”, mencionó.
La especialista agregó que desearían captar a estas pacientes en la primera etapa para atacar esta enfermedad con tratamientos y terapias.
La atención prestada en este nosocomio es rápida en este tipo de casos, sobre todo con la detección temprana para que los pacientes reciban en tratamiento y con ello evitar que avance más esta enfermedad.
Por ello siguen exhortando a todas las mujeres para se realicen autoexploraciones y acudan a los centros médicos a efectuarse las revisiones periódicas para detectar cualquier anomalía a tipo.
Por su parte la doctora Marcela Seo Mendoza, encargada de la Clínica de Mama del Hospital General informó que últimamente se han detectado estos casos en mujeres afectadas por esta enfermedad a los 30 años.
“Esto quiere decir que el cáncer cada vez está atacando a temprana edad, aunque con mayor frecuencia afecta a mujeres de 45 años en adelante”, señaló.
En estos casos existen muchos factores, el principal el genético-hereditario, por ello se hace el énfasis en las mujeres con familiares que padecen o padecieron cáncer.
Asimismo Seo Mendoza habló acerca del temor que existe entre la población ya que creen que es un estudio que duele o lastima la mama y también temen que se les den resultados negativos.
“Provoca una ligera molestia pero si lo comparamos con los beneficios, es decir la detección a tiempo de un cáncer de mama que es tratable y curable, es mayor el beneficio”, mencionó.
Destacó que otra problemática a la que se enfrentan es que los pacientes que se realizan sus estudios ya no regresan por los resultados y algunas veces no tenemos forma de comunicarnos con ellas cuando detectamos algo anormal.
En el Hospital General de Reynosa son alrededor de 600 los estudios que se realizan, por ello es de suma importancia que regresen por su resultado para ser analizado en caso de que haya alguna alteración o sospecha de cáncer para hacer todo un procedimiento a tiempo.
“De esos resultados y otros estudios que se realizan depende el tratamiento a seguir ya sea una biopsia, una intervención quirúrgica, o el tratamiento de quimioterapia o radioterapia”, mencionó.