
Lo más celebrado de Japón en el Mundial de Futbol quedó fuera de las canchas: en los aficionados que limpiaban las gradas tras los partidos y en el popular vídeo de un samurái, dominando el balón por las calles de Brasil.
Aunque éste no es un país de tradición futbolística, destaca porque su juego es limpio y libre. Para el mundo es una sorpresa pero el hábito de limpieza en el futbol así como en lugares públicos o eventos masivos es algo normal entre los japoneses. En este pequeño país de 127 millones de habitantes la limpieza es una necesidad, y suele ser un acto colectivo y voluntario.
Por otra parte, bajo la armadura del guerrero danzando con un balón, que millones vieron en un video anunciando sopas instantáneas, está el joven Tokura, campeón mundial del llamado Futbol Freestyle, otro orgullo para este país.
El país del sol naciente llegó a la escena mundial de fútbol, casi en el siglo XXI, pero en poco tiempo ha convertido este deporte en una moda comercial, una meta nacional y una parte importante de su cultura. El “sueño oficial”: ser uno de los 10 mejores equipos del mundo en el año 2015 y ser el campeón absoluto en el año 2050, según lo establece la Declaración 2005 de la Asociación de Fútbol de Japón (JFA).
En este país, la educación es un factor esencial al trazar metas altas. Cada vez hay más escuelas de fútbol, e incluso crece el interés por comprender la historia y los idiomas de las potencias futbolísticas, según comenta Teresa Iniesta, gestora Cultural de Instituto Cervantes de Tokio: “Una encuesta reciente entre estudiantes de español en Japón revela que la razón número 1 que atrae a los nipones a nuestro idioma es el futbol”.
EL CAPITÁN QUE LE PUSO ALAS A ESTE SUEÑO
El sueño de triunfar en el futbol, se ha potenciado a través de una de las formas de la cultura popular más difundidas en el mundo, gracias a Japón: las caricaturas, manga o animaciones.
En este país surgió en 1981 la famosa serie de Yōichi Takahashi “Capitán Tsubasa” (literalmente: Capitán Alas), que en los paises del mundo hispano es conocida como “Campeones Oliver y Benji” o “Super Campeones”.
Riki Kitawaki, futbolista profesional de origen venezolano-japonés, que perteneció al Club Júbilo Iwata y llegó a jugar en el equipo paraguayo Tacuary, reconoce que desde su infancia esta serie marcó su interés en el futbol. Lo mismo ha pasado con una importante cantidad de niños, ahora convertidos en estrellas de este deporte. Entre otros, Lionel Messi, Zinedine Zidane y Fernando Torres, han contado también cómo la popular serie japonesa los marcó e inspiró desde sus tiempos infantiles.
Para emoción de millones en el mundo, recientemente se volvieron virales en las redes los videos que promovió la J-League para que sus futbolistas reales intentaran repetir las hazañas de los ídolos de caricatura, Oliver y Benji. Así, los jugadores Takahiro Ohgihara y Hotaru Yamaguchi logran con éxito recrear el “tiro gemelo”, que los fans de Oliver todavía aplauden.
UN MARIASHI JAPONÉS AL ESTILO DE MARADONA
En Japón, un hombre con una especie de kimono elegante, dominando un balón al mejor estilo de Diego Maradona, se llama mariashi. Juega con una marien una mariba. Lejos de las pasiones futbolísticas, se trata de alguien que practica uno de los juegos ceremoniales de mayor tradición en este país, el Kemari.
La FIFA, máximo organismo de representación del fútbol en el mundo, ha reconocido que este deporte tiene relación con antiguas rutinas ceremoniales en diferentes culturas. El fútbol moderno surgió a partir de 1863 en Inglaterra, con la primera asociación formal de este deporte. Sin embargo, mucho antes habían existido ya notables antecedentes de este tipo de juegos.
Entre los pueblos asiáticos se han encontrado manuales de ejercicios militares que requerían el lanzamiento de una bola a una red, en la dinastía Han, de China, desde los siglos II y III antes de Cristo. Unos 500 ó 600 años después surgiría el Kemari japonés, un bello arte del dominio del balón que hasta la fecha se practica, siguiendo una antigua tradición de la nobleza en este país.
Lejos de representar una rivalidad, el Kemari se ha relacionado con la armonía, que ha llegado a unir religiones e incluso a opositores políticos.
En 1903 la Casa Imperial impulsó la formación de una sociedad para su preservación (Shu-kiku Kemari Hozon Kai). Hasta nuestros días, aunque mucho menos popular que el ahora masivo futbol, el Kemari se practica durante ocasiones especiales en diferentes templos y espacios sagrados de Japón, donde se encuentra incluso un Dios del Kemari, llamado Seidaimyoujin, representado con un balón.
Los jugadores de Kemari son llamados mariashi. Normalmente, entre 6, 8, o hasta un límite de 12 jugadores, forman un círculo en un campo de aproximadamente 15 metros cuadrados, llamado mariniwa, mariba o kakari. El lugar está normalmente delimitado por árboles sagrados, que representan las estaciones del año, o a los dioses que protegen a la comunidad.
“LAS CENICIENTAS DEL FÚTBOL” O LOS VALORES DE “OSHIN”
Curiosamente, en una sociedad donde todavía las mujeres luchan intensamente por derechos de igualdad, el mayor orgullo en el ámbito futbolístico ha sido el desempeño de la selección femenina, que ganó en el año 2011 la Copa Mundial de la FIFA. Algunos todavía consideraban a las jugadoras del equipo Nadeshiko Japan “las cenicientas del futbol”.
Con escaso apoyo económico e institucional, pero con un singular espíritu de lucha y disciplina, tras sus victorias en el ámbito internacional, las futbolistas japonesas son ahora un fenómeno ampliamente estudiado e imitado en esta sociedad. “El fútbol femenino es el que ha dado más orgullos a este país”, comenta el periodista y traductor del portal Nippon.com, Daniel Rubio.
El mensaje oficial de la presidencia de la JFA insiste en que incluso el Primer Ministro Shinzo Abe ha elogiado la participación femenil en este deporte, como una estrategia de crecimiento para el país.
De baja estatura, sin mucha tradición ni experiencia en este deporte, las representantes del país del sol naciente, esconden una gran fuerza que los psicólogos han intentado explicar de muchas maneras. Según algunas versiones, estas mujeres son como “Oshin”, el personaje de una popular teleserie, que triunfa gracias a su paciencia y perseverancia. Por supuesto, la clave para la lucha en la cancha ha sido también la gran capacidad técnica basada en: velocidad, pases cortos y buen trabajo en equipo.
PIKACHÚ Y EL FUTBOL HASTA EN LA SOPA
Igual que en otros países, la Copa Mundial de Futbol llenó los mercados japoneses de artículos relacionados con este deporte. Sin embargo en esta potencia de la mercadotecnia, la demanda se diversifica y continúa, en tiendas de diversos géneros y en sitios web. ¿Qué compran los japoneses?
Además de las tiendas deportivas, es común ahora que establecimientos de otras especialidades llenen sus aparadores de futbol. Así, las tiendas de mascotas ofrecen balones, juguetes y uniformes deportivos para perros y gatos. Por otra parte, el mercado infantil es gran potencial en este rubro y suele captar la atención de niños y adultos. Por eso ha vuelto con tanto éxito Pikachú.
En realidad el más famoso de los llamados Pokémon (figuras ficticias creadas hace más de 20 años por Satoshi Tajiri conocidas ampliamente en el mundo) nunca ha desaparecido del mercado y de la cultura popular. Precisamente por eso fue convertido en la mascota oficial de la selección de fútbol de Japón, llamada comúnmente “Samurái Blue”. Como los niños son un gran potencial en el mercado, se pueden ver también artículos de Disney, Snoopy y el otro ícono famoso Hello Kitty, con diseño especial de futbol.
Además de las tiendas especializadas, en cualquier supermercado se pueden ver rincones con productos alusivos al fútbol entre la comida, electrodomésticos y artículos para el hogar. Por otra parte, crecen las ofertas por Internet: libros, vídeos, ropa y accesorios deportivos. Más allá de lo común también se venden: tintas para computadora, pelucas con cabello “a la afro”, moldes para preparar platillos, muñecas tradicionales como Rika chan (la Barbie japonesa), cojines, sillas, sábanas, relojes, paraguas, corbatas y platos, también alusivos al fútbol. De la misma forma, el fútbol está en las cervezas, los chocolates, jugos, galletas, sopas…La euforia ha bajado, en la medida que se esfumaron las expectativas sobre el equipo local y los equipos más famosos. Pero el fútbol ya ha dejado su marca en la cultura y en el gran mercado japonés.
¿UNA NUEVA ESPERANZA MEXICANA?
“Aguirre, Aguirre”… El apellido de quien fuera entrenador de la selección mexicana de fútbol, gana cada vez más espacio en los medios de comunicación japoneses. La imagen de Javier Aguirre aparece en titulares tan grandes como los sueños de campeonato de este país.
Aunque está por oficializarse la decisión y presentación, diversos medios han informado que Javier “el vasco” Aguirre será contratado como entrenador de la selección japonesa, con la meta de escalar a una mejor posición en el mundial de fútbol de 2018. Javier Aguirre sería el técnico mejor pagado en la historia del fútbol de este país. Algunas versiones periodísticas aseguran que el mexicano ganaría alrededor de 2.45 millones de dólares al año (más del doble de lo que ganaba su antecesor italiano Alberto Zaccheroni hasta junio de 2014).
Directivos de selección estaban interesados también en el argentino José Pekerman, actual encargado de la selección colombiana, y en el yugoslavo Dragan Stojković, cuya carrera es conocida en el país como jugador y entrenador del equipo Nagoya Grampus.
Algunos medios apuntan que la experiencia de Aguirre podría ser más conveniente para Japón, cuyos jugadores son generalmente de complexión pequeña, similar a la de los mexicanos. Entre los méritos de Aguirre los medios japoneses destacan que llevó a la selección mexicana a octavos de final en los mundiales de 2002 y 2010. Por otra parte, también los japoneses han explorado en el ámbito cultural del que procede el posible entrenador y ya empieza a explicarse en diversos periódicos el significado de algunas frases típicas del léxico mexicano que será necesario comprender. Los nipones perseveran, se aferran ahora a esta esperanza mexicano-española, sin perder sus sueños de grandeza futbolística.
IBEROAMÉRICA: BUEN DOMINIO EN LA CANCHA JAPONESA
Diego Forlán, el ganador del “Balón de Oro” en la Copa Mundial de Fútbol de 2010, juega ahora en un equipo japonés. El uruguayo fue contratado en este año por el Cerezo Osaka y es el futbolista mejor pagado en la historia de este deporte en el país oriental.
El modelo para el fútbol japonés ha estado estrechamente ligado a Brasil. Cuando se fundó la Liga Japonesa una de las piezas claves era el carioca Ruy Ramos, quien se nacionalizó y llegó a ser parte de la selección de este equipo durante sus primeras competencias internacionales.
En las canchas japonesas también hizo historia el brasileño Zico (Arthur Antunes Coimbra), como jugador y como entrenador. Tras él, llegarían Djalminha, Bebeto, Careca, Leonardo, Márcio Amoroso y Dunga.
Antes de la conformación de la Liga Japonesa (J League) en 1993, ya algunos clubes habían buscado la experiencia de extranjeros. Así llegaron a pasar por estas tierras jugadores como el mexicano Félix Cruz Barbosa; posteriormente, los uruguayos Hugo de León, Pedro Catalino Pedrucci y Mario López; los argentinos Ramón Ángel Díaz, Alberto Acosta, Néstor Gorosito, Pedro Massacessi; el boliviano Julio César Baldivieso, y los españoles Julio Salinas, Jon Andoni Goikoetxea (Goiko) y Xavier Askargorta, como entrenador. En años más recientes se han sumado a los equipos de primera y segunda división jugadores de Bolivia, Paraguay, Colombia, Perú y México.
Entre los extranjeros que han llegado a tierras japonesas, algunos han enfrentado grandes desafíos más allá del deporte. Juan Saldívar, llegó de Tamaulipas, en el norte de México para jugar en un equipo de Fukushima hace nueve años. Sin embargo el equipo no destacó como esperaba y el joven decidió probar suerte como profesor, por lo que empezó a formar a jóvenes talentos.
En el año 2011 le tocó vivir el desastre del sismo y tsunami que dejaron miles de muertos y desparecidos, además de los peligros por la radiación luego del accidente de una importante planta nuclear en la zona.
Ante la amenaza por las fugas radiactivas, la gente no puede permanecer en lugares abiertos y muchos padres temen dejar a sus hijos jugar al aire libre, según las circunstancias que Saldívar y otros futbolistas en la zona han reportado a los medios de comunicación. Para este mexicano, el reto es ayudar a que, aun en la adversidad, los niños sobrevivan… y vivan el futbol.