El virtual candidato del Partido Demócarata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y la ex aspirante Hillary Clinton protagonizaron hoy un nuevo acto de reconciliación ante un nutrido grupo de mujeres, con el fin de restañar las heridas de un colectivo que soñaba con la posibilidad de ver a una de las suyas como primera presidente de Estados Unidos y que será crucial en las presidenciales de noviembre próximo.
“Mi madre, que se especializó en sistemas de microcréditos y viajó por el mundo para sacar adelante sus proyectos, me enseñó qué la clave para conseguir éxito era impulsar a la mujer”, dijo Obama para, enseguida, echarse al bolsillo a ese auditorio de mujeres que hoy eran testigos de un proceso de reunificación celebrado en Nueva York.
Con la mirada puesta en esos 17 millones de votos que Hillary alcanzó en unas primarias intensas en pasión y desencuentros, Obama no desaprovechó la oportunidad para rendir pleitesía a su antigua adversaria:
“La admiro como líder, he aprendido de ella como candidata y estoy orgulloso de considerarla mi amiga”, dijo enmedio de un cortejo que ha buscado no sólo granjearse el apoyo de las mujeres que apoyaron a Hillary sino, además, apurar el proceso de reconciliación en el seno de su propia base que se ha resistido a perdonar al clan de los Clinton por los ataques lanzados a Obama durante la campaña.
Precisamente, durante una cena organizada la víspera para recaudar fondos a favor de Hillary, Obama urgió a algunos de sus simpatizantes a contribuir a favor de saldar la deuda –por 23 millones de dólares–, que sigue arrastrando la senadora por Nueva York.
La reaparición de ambos senadores se produjo en un ambiente de camaradería, donde Hillary reconoció por primera vez el difícil tramo que ha tenido que superar para dejar atrás la frustración y la amargura que le dejó su derrota frente a Obama:
“Sé cuan difícil es cuando todo se ha terminado. Durante mucho tiempo he sabido lo que es ganar y perder en unas elecciones. Y a veces es difícil aceptar que ha llegado el momento de cerrar un capítulo para recuperar el aliento y seguir adelante”, dijo Clinton en obvia alusión al difícil trance que le dejó un proceso de primarias que inició convencida de su segura victoria.
Acto seguido, Hillary pidió a sus incondicionales votar a favor de Obama cuya candidatura, aseguró, representa la histórica oportunidad de reconquistar la Casa Blanca:
“Cualquiera que haya votado por mi tiene mucho en común con aquellos que votaron por Barack y, en estos momentos, es crítico que unamos fuerzas porque el Partido Demócrata es familia, a veces una familia disfuncional, pero al fin y al cabo una familia y nos importa que es lo que va a ocurrir con la economía, con la salud, con la educación y con el futuro de la guerra en Irak y Afganistán”, concluyó.